sábado, 23 de septiembre de 2017

Letra 537, 24 de septiembre de 2017

RENATA DE FRANCIA (1510-1575)
100 Personajes de la Reforma Protestante. México, CUPSA, 2017.

Nació en el Castillo de Blois el 25 octubre de 1510 y murió el 12 de junio de 1575 en Montargis. Segunda hija de Luis XII y Ana de Bretaña, reyes de Francia. Quedó huérfana a los cinco años y recibió una esmerada educación a cargo de la inglesa Madame de Souboise. El rey Francisco I, su primo y cuñado, intentó casarla con el futuro Carlos I de España; y al oponerse la afectada, terminaría haciéndolo, el año 1527, con Hércules II, duque de Ferrara, por lo que es más conocida como Duquesa de Ferrara. Tuvo cinco hijos, que contaron con una institutriz protestante como ella. Su esposo y el hijo de ambos, Alfonso II de Este, eran católicos y sufrieron la influencia fanática de los jesuitas. Con lo que ella tuvo que enfrentar a los inquisidores, que la procesaron e influyeron para evitar que siguiera dando protección en su palacio a protestantes franceses como Calvino y Clemente Marot. Su esposo la encerró en una prisión, aunque poco después, pudo regresar a Francia. En el castillo de Montargis, al sur de París, se estableció y formó una pequeña corte, desde donde protegió y ayudó a los perseguidos hugonotes y contó con dos protestantes españoles como capellanes y predicadores: Antonio del Corro y Juan Pérez de Pineda. Ambos fueron testigos en los años 1564 y 1565, de las numerosas obras de caridad y las buenas obras de su señora. Éstas consistían, sobre todo, en el amparo a los refugiados.
Renata no sólo mantenía correspondencia con varios protestantes en el exterior, con simpatías intelectuales como Vergerio, Camillo Renatto, Giulio di Milano y Francisco de Enzinas, sino que en dos o tres ocasiones, hacia 1550 o más tarde, participó de la Cena al modo evangélico, junto con sus hijas y otros. Mientras tanto, a pesar del esplendor externo, su vida se tornaba infeliz. Los últimos de sus huéspedes franceses, la hija y el yerno de Madame de Soubise de Pons, habían sido obligados, por imposición del duque, en 1543, a dejar la corte. Aunque no fue importunada en la segunda guerra de religión (1567), en la tercera (1568-1570) su castillo ya no fue respetado como lugar de asilo. Su conducta le ganó la alabanza de Calvino (10 de marzo de 1563), siendo una de las figuras recurrentes en su correspondencia de ese periodo; Calvino repetidamente mostró su reconocimiento por la intervención a favor de la causa evangélica y uno de sus últimos escritos en lengua francesa, despachado en su lecho de muerte (4 de abril de 1564), fue dirigido a ella. Pudo rescatar a varios protestantes de la Matanza de San Bartolomé (agosto de 1572), cuando estaba en París. Permaneció inamovible todo ese tiempo, aunque Catalina de Médicis quería que se retractara, pero ella murió en la fe evangélica.
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UNA NUEVA FE PARA UNA NUEVA ÉPOCA: LAS 95 TESIS (IV)
Marco Antonio Coronel Ramos
Universidad de Valencia, 2017

23. Si a alguien se le puede conceder en todo sentido una remisión de todas las penas, es seguro que ello solamente puede otorgarse a los más perfectos, es decir, muy pocos.
24. Por esta razón, la mayor parte de la gente es necesariamente engañada por esa indiscriminada y jactanciosa promesa de la liberación de las penas.
25. El poder que el Papa tiene universalmente sobre el purgatorio, cualquier obispo o cura lo posee en particular sobre su diócesis o parroquia.
26. Muy bien procede el Papa al dar la remisión a las almas del purgatorio, no en virtud del poder de las llaves (que no posee), sino por vía de la intercesión.
27. Mera doctrina humana predican aquellos que aseveran que tan pronto suena la moneda que se echa en la caja, el alma sale volando.
28. Cierto es que, cuando al tintinear, la moneda cae en la caja, el lucro y la avaricia pueden ir en aumento, más la intercesión de la Iglesia depende sólo de la voluntad de Dios.
29. ¿Quién sabe, acaso, si todas las almas del purgatorio desean ser redimidas? Hay que recordar lo que, según la leyenda, aconteció con San Severino y San Pascual.
30. Nadie está seguro de la sinceridad de su propia contrición y mucho menos de que haya obtenido la remisión plenaria.

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De ahí afloran los diversos peligros de las indulgencias. El primero no es otro que eximir al hombre de realizar buenas obras: “No hay duda de que para todos ellos las indulgencias eximen de estas mismas obras satisfactorias que tenemos que hacer obligatoriamente o que nos han sido impuestas a causa del pecado. Ahora bien, si la indulgencia librase de estas obras, no quedaría ya nada bueno por hacer”. Téngase en cuenta que las indulgencias impiden que se distinga entre culpa y pena, y de ahí que se pueda llegar a la conclusión de que perdonan la pena y limpia la culpa. Si así fuera, el perdón divino sería la aplicación mecánica y tasada de una decisión papal. El Concilio de Trento tratará de corregir todos estos efectos nocivos estableciendo como necesario para la salvación, la fe, las obras y la gracia (Flórez 2015). Para entonces la ortodoxia católica ya debía competir con la ortodoxia luterana, que formula el tema de la siguiente manera:

Las buenas obras son una consecuencia de esta fe, de este nuevo ser y del perdón de los pecados. Lo que aún reste de pecado y de imperfección no será imputado como tal, gracias precisamente a Cristo. El hombre, tanto por lo que se refiere a su persona como en lo referente a sus obras, tiene que llamarse, y ser, del todo justificado y santo en virtud de la pura gracia y de la misericordia, repartidas y derramadas sobre nosotros en Cristo. [...] Nosotros añadimos, además, que si no se siguen las buenas obras, la fe será falsa y nunca verdadera”.
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EL SISMO DE 2017 Y EL FIN DE LOS TIEMPOS (I)
Bernardo Barranco
La Jornada, 20 de septiembre de 2017

Resultado de imagen para bernardo barrancoEl sismo de magnitud 7.1 irrumpió con brutal intensidad en el centro del país. Mis libros, objetos yanaqueles cayeron con brusquedad. Todo se movía con violencia inaudita y los segundos parecían eternos. Por momentos pensé que todo se abatiría, la ciudad quedaría en escombros y yo entre ellos. Vuelven las imágenes de desconcierto, dolor, incredulidad y rostros de pánico de 1985. Pero también la solidaridad, miles de personas buscando sobrevivientes, cooperando para remover piedra por piedra entre los escombros la esperanza de vida. Escenas conmovedoras de triunfo colectivo cuando se rescataba a una víctima que nos confirma que la generosidad ciudadana no fue un accidente en 1985.
Pese a que México se ha envilecido, desde entonces, y muchas de sus aristas se han descompuesto, prevalece la magnanimidad del voluntario por apoyar de manera desprendida al desamparado, al que necesita de ayuda de manera urgente y determinante. Ciudad de México, la casa de todos, nuestro albergue, sufre de nuevo un severo trauma causado por la naturaleza. De manera inaudita el sismo de ayer que tuvo un impacto furioso coincide justo el mismo día 19 de septiembre, a 32 años del sismo de 1985. ¿Casualidad?, se preguntan muchos en redes.
Desde hace semanas circulan tanto en las redes sociales y como comentarios en medios interpretaciones de los recientes eventos de la naturaleza en clave catastrofista. Como señales fatales del fin del mundo. Hace unos días, una conocida, Martha, testigo de Jehová, me advertía que acontecimientos insospechados acaecerían en nuestra realidad. Una especie de advenimiento del desastre. Los hechos ahí están: un eclipse en el hemisferio norte, los devastadores huracanes Irma, Katia, José y anteriormente Harvey, que azotó Texas. El terremoto del 7 de septiembre y ahora éste del 19 del mismo mes. Hay ciertos colectivos, aun iglesias, cuyo estado de ánimo colectivo raya en el sentido del fin del mundo.
Supuestos expertos en el Nuevo Testamento advierten haber hallado que en el evangelio según San Lucas aparece una tremenda profecía en el capítulo 21, versículos 25 y 26, donde se presenta la siguiente advertencia narrada por el mismo Jesucristo: Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Este apocalipticismo moderno nos advierte la intervención de la ira de Dios. Dichas concepciones catastrofistas no son nada novedosas, aparecen y reaparecen de tiempo en tiempo. Sin embargo, muestran sobre todo cómo la sociedad occidental ha construido su ethos sobre las nociones del apocalipsis, del fin del mundo y del fin  de  la historia.  A  los  signos signos de la naturaleza habría que añadir las señales actuales de la naturaleza humana. Una potencial guerra nuclear ante el atrevimiento norcoreano, Medio Oriente sigue radicalizándose en el conflicto sirio y el Estado Islámico prosigue con su guerra sicológica de atentados en Europa y norte de África. Vladimir Putin advierte los riesgos de una catástrofe global que contrasta con la voz envalentonada de Donald Trump en la ONU, quien amenaza a Norcorea, Irán y Venezuela.
En el campo cultural hay una fascinación extravagante por el fin civilizatorio; abundan los malos augurios, las profecías catastrofistas y predicciones apocalípticas. En México lo hemos vivido varias veces, con la epidemia del virus A/H1N1 en 2009, las profecías mayas interpretadas por antropólogos rusos sobre el fin del mundo en 2012, entre otras. El origen milenarista nos remonta a las investigaciones del historiador medievalista Georges Duby, quien narra en su libro Año 1000 cómo en Europa el arte y la literatura se impregnaron de lo macabro, así como la multiplicación de las imágenes trágicas de la confrontación con la agonía y danzas de la muerte. El milenarismo primigenio invadió el espíritu medieval, Duby describe la anarquía apocalíptica en que caen las sociedades del siglo X. Las costumbres y los hábitos morales se relajan, incluso se abandona el interés por aprender frente a la inminencia del fin de los tiempos. El contexto del momento presentaba señales evidentes de la catástrofe inminente. Las pestes y epidemias azotaron las más remotas regiones de Europa, la influencia islámica se acrecentaba con fuerza beligerante y militar e invadía con furia Europa, sobre todo en el Mediterráneo; el cristianismo se dividía en dos grandes tradiciones, la romana y la bizantina ortodoxa de oriente; el universo romano no acababa de transformarse. Los terrores y arquetipos del fin de milenio eran congruentes con un mundo dividido y azotado por el caos.
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LA MADRE DE LOS HIJOS DE ZEBEDEO (II)
Margot Kässmann

La ambición de Salomé con respecto a sus dos hijos es grande. En cierto modo, es algo admirable y comprensible. Es magnífico ver cómo muchas madres incentivan a sus hijos, el compromiso que muestran para que sus hijos desarrollen a fondo sus capacidades. No obstante, este tipo de actitud se convierte en una intrusión cuando llega tan lejos que el hijo tiene que sufrir en exceso para lograr sus propios objetivos vitales. Hay una sobre-identificación de una madre con su hijo por no perder los tiempos de la niñez: la madre escucha la misma música, o lleva ropa parecida, para estar en contacto con su hijo o hija. Y también hay madres que buscan compensar sus frustraciones con los éxitos de sus hijos: como yo no pude ser lo que quería o hubiese querido ser, ¡mi hijo ocupará esa posición! Como a mí no me dejaban jugar al tenis, ¡mi hija será una tenista de alto rendimiento!
Las madres ambiciosas como estas pueden convertirse en una pesada carga para sus hijos. Cada vez que se habla de este tema me viene a la memoria la figura de la cantante Britney Spears. Da la impresión de haber perdido el juicio, y sobre todo de estar totalmente supeditada a la ambición de su madre. Algo parecido se cuenta de Magda Schneider, la madre de Romy Schneider, que forzó a su hija a interpretar el personaje de Sissí.
A una de estas madres tan ambiciosas le será difícil reconocer que su hijo no puede asumir el papel de dar sentido a la vida. Antes o después se dará cuenta de que ella tiene que vivir su propia vida. Buscar la realización personal a través de los esfuerzos y los éxitos de los hijos deja siempre mal sabor de boca. Llegará un momento en el que me daré cuenta de que la vida que llevo no me es suficiente. Y todavía es peor si sugiero a mis hijos que deben triunfar por mí.

Actividades

OREMOS POR EL NUEVO PROYECTO DE LA IGLESIA

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Miércoles 20 de septiembre, 19 hrs.
Modera: A.I. Israel Núñez C.

Llamamiento: Salmo 46.8-11
Oración de ofrecimiento
Himno: “Me guía Él” (346)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Ezequiel 7
Tema: Anuncio de juicio
Himno: “Ahora soy de Cristo” (281)
Ofertorio
Bendición pastoral

EZEQUIEL 7
Julio Lamelas Míguez

E
l desastre final se anuncia en estos dos oráculos, uno breve y otro largo, de Ez 7,1-27. El texto presenta algunas dificultades de lectura debido a las correcciones sufridas, así como a las repeticiones y duplicaciones que aparecen en el mismo. No obstante, se pueden distinguir dos partes muy ligadas entre sí. En la primera (Ez 7,1-9) se anuncia el fin, "el turno, el momento, el día". El fin es el tiempo de la ira de Dios. La palabra clave es "fin" y en torno a ella giran expresiones como "día, hora, tiempo" (Ez 7,7), que después se repiten insistentemente en Ez 7,10.12.19. Se trata del "día" de la ira divina, que tiene su causa en las muchas abominaciones del pueblo. En la segunda parte de este capítulo (Ez 7,10-27) se describe esta ira divina en sus manifestaciones concretas y con imágenes violentas (véase Is 11,12; Job 38,13). La población se ha creído demasiado autosuficiente en relación con Dios. Ha confiado demasiado en su esplendor, en su potencia comercial, económica y militar, en sus riquezas personales y en el templo. Todo ello se ha convertido en objeto de orgullo y arrogancia, pero nada quedará de ellos.
A partir de Ez 7,10 se extiende el oráculo a un grupo más amplio. Del "tú" de los versos precedentes, referido a la tierra y a Jerusalén, la capital de Judá, se pasa a la tercera persona, "ellos", aplicado a sus habitantes. El profeta, después de dirigir su mensaje a Jerusalén, habla directamente a sus compañeros de exilio para explicarles la situación de "aquellos" sus conciudadanos que quedaron en su patria y que en ella recibirán el castigo de Dios por sus muchos pecados.
El día del Señor, del cual ya hablaba Amos, casi dos siglos antes de Ezequiel, y en el que esperaban los hebreos ya antes del siglo VIII a. C, entendiéndolo en sentido positivo y favorable, ha cambiado de significado en el siglo VI, época exílica. Al principio indicaba el momento de una especial y particular epifanía divina que comportaba el triunfo para el pueblo de Israel y la derrota para todos sus enemigos. Desde Amos hasta el exilio el día del Servar tiene connotaciones negativas hasta el punto de significar también para Israel castigo y desastre en proporciones cósmicas. Después del exilio adquiere de nuevo, como en tiempos de los profetas no escritores, características positivas y optimistas, con claros matices escatológicos, de modo que el día del Señor se identifica con el fin del mundo, que es manifestación divina en el premio y en el castigo al final de la historia. Muchos aspectos del día del Señor profético se encontrarán luego en el discurso escatológico de Jesús: Mt 24 y par.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

30 – Reunión de varones. Expositor: Pbro. Samuel Gallegos G.

Firmeza y valentía en la fe: la lectura actual, L. Cervantes-O.


24 de septiembre, 2017

¡Jesucristo nos ha hecho libres! ¡Él nos ha hecho libres de verdad! Así que no abandonen esa libertad, ni vuelvan nunca a ser esclavos de la ley.
Gálatas 5.1, TLA

Firmeza y valentía como valores cristianos
La firmeza y la valentía no son atributos estrictamente ligados a un sexo, aun cuando se asocien al masculino. Ciertamente en el Antiguo Testamento con frecuencia se utilizan para referirse a algunos líderes varones del pueblo de Dios (como Gedeón, Jue 6.1-17, y otros más), pero también se reconoce su presencia en algunas mujeres. En Proverbios 31.10-31, por ejemplo, se atribuye la fuerza a la mujer ideal en medio del pueblo. Ella ejerce capacidades que van mucho más allá del estereotipo de la feminidad auto-asumida desde la pasividad, pues su fortaleza la despliega en una amplia gama de tareas que van desde el ahorro hasta la conducción de pequeñas empresas, e incluso ayuda a los necesitados. El v. 25 la define óptimamente: “Es mujer de carácter;/ mantiene su dignidad,/ y enfrenta confiada el futuro” (“Fuerza y honor son su vestidura…”, RVR 1960).

Por otro lado, seguir utilizando las ideas de firmeza y, sobre todo, de valentía, con un lenguaje relacionado con la guerra o el conflicto, puede contribuir a mantener la violencia como consigna de vida. Eso puede evitarse para conseguir una expresión más positiva de la actitud necesaria para afrontar las situaciones que exigen mantener la fe firme y sólida. Los casos bíblicos en que se exhortaba de esa manera deben ser releídos para comprender mejor la firmeza de carácter para afrontar la vida.

En Gál 5, San Pablo reclama una actitud firme para asumir la libertad cristiana como un valor supremo establecido por la fe en Jesucristo. Semejante respuesta representaría una adecuada recepción de tan valioso don de Dios. El estilo con que se dirige a esos creyentes, hombres y mujeres, es fuerte y un tanto agresivo, pues para el apóstol resultaba inaceptable que la comunidad diera pasos atrás en su comprensión de la libertad ganada por Jesucristo. De ahí que los exhortase con tanta elocuencia en busca de una respuesta clara; al reconocer que el grupo iba por el camino correcto (v. 7), constata la posibilidad de que hayan sido engañados.

La lectura actual de estas virtudes
La energía para reaccionar ante los embates de las personas que buscaban orientar a los gálatas por otra ruta doctrina (los llamados “judaizantes”, v. 9; cf. 4.17) debía formar parte de las herramientas espirituales al alcance de la iglesia en ese lugar. Pablo exhorta a mantener firmes las convicciones recibidas, así como la fortaleza con que debían sostener su nueva relación con el Mesías Jesucristo. La ruptura con el judaísmo no debía hacerlos anti-semitas sino únicamente colocar su fe en una nueva dimensión histórica y teológica: la de la novedad del Reino de Dios presente en el mundo, tal como se había anunciado en las Escrituras antiguas.

Como queda claro en todo el Nuevo Testamento, mantenerse firmes y valientes, por un lado, no depende directamente de la capacidad de cada persona sino de su relación estrecha con Dios. En estas nuevas condiciones únicamente el amor es el valor absoluto (v. 6), y no ya la obediencia a prácticas que, desde esta perspectiva, aparecen como caducas y superadas. La argumentación paulina está centrada en la cruz del Señor “Hermanos, si yo anunciara que todos deben circuncidarse, mis enemigos dejarían de perseguirme y el mensaje de la muerte de Cristo en la cruz no los haría enojar” (v. 11).


Esas dos actitudes debían ponerse a funcionar en el duro debate teórico y práctico que se le presentaba a la comunidad para, por medio de ellas, sus integrantes pudieran sostener sus creencias en la práctica de una fe consolidada y claramente transformadora. El dilema espiritual continuaría, sin duda, pero el sano ejercicio de la libertad cristiana (v. 13) debía conducirlos a establecer el amor como lo fundamental entre ellos (v. 14). Así cumplirían la ley y mantendrían la armonía en la comunidad (v. 15).

Gálatas 5.1-14, TLA

¡Jesucristo nos ha hecho libres! ¡Él nos ha hecho libres de verdad! Así que no abandonen esa libertad, ni vuelvan nunca a ser esclavos de la ley.
Pero quiero decirles algo: Si ustedes se circuncidan, lo que hizo Cristo ya no les sirve de nada. Les advierto una vez más: cualquiera que se circuncida está obligado a obedecer la ley. Los que quieren que Dios los acepte por obedecer la ley, rechazan el amor de Dios y dejan de estar unidos a Cristo. En cambio, a nosotros, el Espíritu nos da la seguridad de que Dios nos acepta porque confiamos en Cristo. Gracias a lo que Cristo hizo, ya no importa si estamos circuncidados o no. Lo que sí importa es que confiamos en Cristo, y que esa confianza nos hace amar a los demás.
¡Ustedes iban muy bien! ¿Quién les impidió seguir obedeciendo el verdadero mensaje? Con toda seguridad no fue Dios, pues él mismo los invitó a obedecerlo. No hay duda de que un solo falso maestro daña toda la enseñanza. 10 Puesto que somos cristianos, estoy seguro de que ustedes estarán de acuerdo conmigo. Y no tengo la menor duda de que Dios castigará a quien los está molestando, sea quien sea.
11 Hermanos, si yo anunciara que todos deben circuncidarse, mis enemigos dejarían de perseguirme y el mensaje de la muerte de Cristo en la cruz no los haría enojar. 12 ¡Ojalá que quienes los molestan no sólo se circunciden, sino que de una vez se lo corten todo!
13 Hermanos, Dios los llamó a ustedes a ser libres, pero no usen esa libertad como pretexto para hacer lo malo. Al contrario, ayúdense por amor los unos a los otros. 14 Porque toda la ley de Dios se resume en un solo mandamiento: "Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo".

sábado, 16 de septiembre de 2017

Letra 536, 17 de septiembre de 2017

REGINALD POLE (1500-1558)
100 Personajes de la Reforma Protestante. México, CUPSA, 2017.

Cardenal nacido en Stourton Castle y fallecido en Lambeth. Fue pariente de Enrique VIII. Durante sus estudios en Oxford, entró en contacto con Tomás Moro y otros humanistas, posteriormente con italianos como Marco Antonio Flaminio y Pietro Bembo. Mantuvo correspondencia con Erasmo. Entre 1529 y 1530 negoció el divorcio de Enrique VIII en París. Rechazó los obispados de York y Winchester que le hizo el rey. En 1532 viajó a Padua y Venecia, donde fue influido por algunos representantes del humanismo eclesiástico reformador (entre ellos, Giampietro Carafa, futuro papa Paulo IV), y se dedicó a estudiar las Escrituras y los Padres. Tras el cisma en Inglaterra, se negó a volver a su país y en 1536 redactó un documento de apoyo a los derechos de Roma. Paulo III lo llamó para colaborar en la comisión de la reforma de la iglesia y lo envió varias veces como legado pontificio. Entre 1537 y 1539 medió infructuosamente entre Francisco I y Carlos V.
En 1541 fue legado en Viterbo, donde participó en un grupo de amigos de la reforma eclesiástica y más tarde fungió como legado en el Concilio de Trento (1542 y 1545), aunque no quedó satisfecho con el debate sobre la justificación, por lo que se desvinculó del cargo. Su candidatura al papado se frustró por sospechas de herejía. Al subir María I al trono inglés, fue legado papal. En 1555 fue nombrado arzobispo de Canterbury y concretó la reunificación con Roma. En un sínodo provincial estableció un nuevo ordenamiento de las circunscripciones eclesiásticas. Trató de impedir el matrimonio de María con Felipe II. Paulo IV lo degradó en 1557 y lo llamó para iniciar un proceso por herejía, pero murió antes del mismo. Se caracterizó por una vasta formación y una piedad marcada por el movimiento humanista de reforma eclesiástica. Fue uno de los mejores representantes del movimiento evangélico italiano, amigo de Contarini, de Giovanni Morone y de otros. Supo asociar a su piedad un carácter noble y una rica experiencia política.

Bibliografía
Klaus Ganzer, “Reginald Pole”, en Walter Kasper et al., eds., Diccionario enciclopédico de la época de la Reforma. Barcelona, Herder, 2005, pp. 452-454; W. Schenk, Reginald Pole, cardinal of England. Londres, 1950; J.I. Tellechea Ydígoras, “El retorno de Inglaterra al catolicismo. Tres cartas del Cardenal Reginald Pole a Carlos V (1553)”, en Diálogo Ecuménico, núm. 32, 1997, pp. 183-193.
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UNA NUEVA FE PARA UNA NUEVA ÉPOCA: LAS 95 TESIS (III)
Marco Antonio Coronel Ramos
Universidad de Valencia, 2017

16. Al parecer, el infierno, el purgatorio y el cielo difieren entre sí como la desesperación, la cuasi desesperación y la seguridad de la salvación.
17. Parece necesario para las almas del purgatorio que a medida que disminuya el horror, aumente la caridad.
18. Y no parece probado, sea por la razón o por las Escrituras, que estas almas estén excluidas del estado de mérito o del crecimiento en la caridad.
19. Y tampoco parece probado que las almas en el purgatorio, al menos en su totalidad, tengan plena certeza de su bienaventuranza ni aún en el caso de que nosotros podamos estar completamente seguros de ello.
20. Por tanto, cuando el Papa habla de remisión plenaria de todas las penas, significa simplemente el perdón de todas ellas, sino solamente el de aquellas que él mismo impuso.
21. En consecuencia, yerran aquellos predicadores de indulgencias que afirman que el hombre es absuelto a la vez que salvo de toda pena, a causa de las indulgencias del Papa.
22. De modo que el Papa no remite pena alguna a las almas del purgatorio que, según los cánones, ellas debían haber pagado en esta vida.

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Continúan ahora las 95T con esa exposición tan característica a manera de círculos concéntricos para entrar el tema cardinal de la justificación. Recapitulan, además, la esencia de las propuestas anteriores: las indulgencias no son eficaces para la salvación (T21) y carecen de eficacia en el purgatorio (T22). Matiza entonces Lutero, que la única remisión de penas válida sería aquella que afectase a los perfectos (T23), pero, dado el escaso número de estos, la eficacia de las indulgencias es nula. Las adjetiva entonces de engaño pomposo (T24).
Resulta muy interesante en estas proposiciones la mención del concepto de perfecto, atributo que, con propiedad, solo es aplicable a Dios, según la Teología Alemana. Toda perfección manaría del hontanar divino, y de ahí que sea incompatible con ese concepto suponer que el hombre puede hace algo bueno con independencia de Dios. Si esta afirmación se pone en relación con Mt 5,48, se debe concluir que Lutero llama perfectos a aquellos que son perfectos “como vuestro Padre celestial es perfecto”, es decir, a los han recibido la gracia de someterse a Dios en todo. Una de las características de ese ser, según la propia Teología Alemana, sería no temer el infierno ni esperar el cielo. Su preocupación exclusiva es someterse a Dios. Teniendo presente todo esto, la conclusión subsiguiente no puede ser más que aquel que confía en las indulgencias es el antagonista del perfecto, ya que se mueve por el miedo al infierno y por la esperanza del cielo. Así se explica que, según Lutero, las indulgencias sean para cristianos imperfectos y perezosos ya que “no animan a nadie a enmendarse, sino que más bien tolera y autoriza su imperfección”.
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LA REGRESIÓN DE LAS NUEVAS IGLESIAS EVANGÉLICASAL JUICIO Y EL CASTIGO
Samuel Palma
El Mostrador, Santiago de Chile, 12 de septiembre de 2017
www.elmostrador.cl/claves/sebastian-pinera/

La regresión de las nuevas iglesias evangélicas al juicio y el castigoEl domingo 10 de septiembre de 2017 se realizó el llamado Tedeum evangélico. Al momento de su entrada al templo, la Presidenta de la República fue agredida verbalmente —entre otros epítetos, se le gritó “asesina”— por personas, evangélicas, que ahí se encontraban. Durante el desarrollo de la ceremonia, distintos oradores, pastores y obispos, se refirieron con dureza y descomedidamente a algunas de las políticas públicas promovidas por el Gobierno y asociadas a temas valóricos. Al término del acto, la Presidenta se refirió a lo sucedido en términos de “un abuso”; a su vez, el Obispo regente del templo Catedral Evangélica, el anfitrión, se refirió al acto en términos de “ejercicio de un derecho”. Lo relatado sintéticamente merece algunas reflexiones.
En primer lugar, resulta incomprensible que las personas que organizan y son responsables del Tedeum evangélico no hayan previsto y, por tanto, evitado activamente, la ocurrencia de agresiones verbales a la más alta autoridad de la república, con independencia de la simpatía o antipatía que la persona que ocupa esa posición les merezca. Sería aún más incomprensible y doloroso que lo hubiesen planeado o al menos estimulado. Los obispos y pastores evangélicos le deben una explicación al país —a la República de Chile— por el trato vejatorio a la autoridad y por el tratamiento negligente de la planificación y realización del mayor acto público evangélico que se realiza en nuestro país.
En segundo lugar, y relacionado con el fondo de los cuestionamientos de obispos y pastores a la política pública promovida por la Presidenta y relacionada con la denominada “agenda valórica” —aborto en tres causales, matrimonio igualitario, identidad de género—, parece necesaria una reflexión serena respecto de la trayectoria de la presencia evangélica en la sociedad chilena y su tradición de identificación con las personas, en especial con los pobres y marginados.
El llamado evangélico tradicional puede resumirse en la expresión “ven tal como estás”: aceptación, renuncia al enjuiciamiento del pasado o del presente, incorporación a la comunidad de creyentes, acompañamiento en el crecimiento espiritual, comprensión y tolerancia en el “caminar”, etcétera. Sobre todo, el llamado ha sido a la “conversión” y esta ha sido comprendida como la “obra del Señor”.
La tradición evangélica en Chile, hasta ahora, ha sido la de confiar en el Espíritu Santo y no poner la mira en las normas y en la operación de las instituciones. Aun a riesgo de su propia fragilidad y fragmentación institucional, los y las evangélicas, en Chile, han confiado más en la capacidad afectiva de la comunidad que en el carácter normativo de las instituciones.
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LA MADRE DE LOS HIJOS DE ZEBEDEO
Margot Kässmann

Los hijos de Zebedeo fueron de los primeros apóstoles de Jesús. Sus nombres, Santiago y Juan, aparecen en los cuatro Evangelios. Según cuenta Marcos, eran pescadores que estaban sentados reparando las redes en la barca y dejaron a su padre en la barca con los jornaleros cuando Jesús los llamó (1,20ss). Por tanto, podríamos pensar en ellos como hijos de un pequeño empresario.
Está claro que Santiago y Juan se sentían muy cercanos a Jesús. Mateo cuenta que, la noche antes de su arresto, Jesús los lleva a ellos y a Pedro para que oren con él en el huerto de Getsemaní (Mateo 26,37). Ellos lo acompañan desde el principio. Salomé, su madre, defiende abiertamente el movimiento de Jesús. Tal vez estuviera orgullosa de esos dos hijos suyos que abandonaron las redes para seguir a Jesús. También puede ser que sufriera al ver que, sin ingresos fijos, su vida dependía completamente de su nuevo maestro. Así que fue a ver a Jesús. No se quedó en casa mirando lo que sucedía como una espectadora desinteresada. Tomó cartas en el asunto. ¿Lo hizo todo por el amor que sentía hacia esos hijos que no quería perder?
En cualquier caso, según este relato resulta evidente que Jesús conoce a Salomé. Ella se le acerca y se postra ante él para hacerle una petición: “Manda que, cuando reines, estos dos hijos míos se sienten uno a tu derecha y otro a tu izquierda” (Mateo 20,21). Según el Evangelio de Marcos (10,35), son los mismos hijos quienes formulan la petición.
¿Qué pretende la mujer? Es obvio que quiere que sus hijos ocupen un puesto importante. Probablemente, piensa que el reino de Dios es como un reino político, terrenal. Como muchos, espera que Jesús expulse a los romanos, la potencia ocupante, para que Israel vuelva a pasar a manos de los judíos, con Jesús a la cabeza como el mayor soberano del mundo. A su izquierda y a su derecha, Santiago y Juan serían hombres poderosos.
¿Pondría la mujer en un apuro a sus hijos al ir a hablar personalmente con Jesús? ¿O tal vez estaba convencida de que ella aclararía más eficazmente las cosas con aquel joven carismático, y le haría darse cuenta del papel crucial que habían desempeñado sus hijos para él y su causa, apoyándole desde el principio? ¿Reconocería Jesús que, al fin y al cabo, los hermanos habían abandonado la seguridad que les otorgaba la pesca para seguirlo y que, por tanto, ahora él debía recompensarlos?
La respuesta de Jesús es bastante descorazonadora; suena como una negativa. Por un lado, dice: «¿Sois capaces de beber la copa que yo he de beber?». Con ello les pregunta si están dispuestos a morir por la fe. ¡Seguro que ese no era el objetivo que se planteaba su madre! En ese caso, ¡renunciaría a un «ascenso» sin dudarlo! Por otro lado, Jesús aclara que a él no le corresponde otorgar posiciones en el reino de Dios, que eso es tarea exclusiva de Dios. Por supuesto, dice esto para reprender a Salomé por su petición.
Pero el mensaje está perfectamente claro: aunque nos comportemos de una determinada manera o mostremos una notable lealtad hacia Jesús, no podemos asegurarnos un lugar en el reino de Dios. Lo único que cuenta para alcanzar esa meta es la gracia de Dios.

Actividades

OREMOS POR EL NUEVO PROYECTO DE LA IGLESIA

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Miércoles 20 de septiembre, 19 hrs.
Modera: D.I. Laura Cabrera B.

Llamamiento: Salmo 46.1-7
Oración de ofrecimiento
Himno: “Oh amor de Dios” (251)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Ezequiel 6
Tema: Mensaje contra la idolatría
Himno: “Me guía Él” (346)
Ofertorio
Bendición pastoral

CONTRA LOS MONTES DE ISRAEL
Julio Lamelas Míguez

M
ientras que las acciones simbólicas de Ez 4,1-5,4a y su interpretación (Ez 5,4b-17) estaban dirigidas a la ciudad de Jerusalén, ahora, sin embargo, el segundo oráculo de Ez 6,1-14 se dirige a los montes, colinas, gargantas y valles del país y, por lo tanto a todos sus distritos rurales, que se extienden desde el desierto, entre Judá y Egipto, al sur, hasta Ribla, al norte, en Siria, es decir a toda la tierra prometida.

Las montañas y los lugares altos eran espacios favoritos del pueblo cananeo que allí daban culto a las distintas divinidades de la vegetación. A pesar de la centralización del culto en Jerusalén con Ezequías (2 Re 18,4) y con la reforma de Josías (2 Re 23), estos lugares persistieron sin perder todo su carácter idolátrico y a causa del sincretismo religioso entre cananeos y judíos eran una constante tentación para el pueblo de Israel que sólo podía por ley y religión acudir al único monte que Dios había escogido para habitar (véase Sal 68,16-17) y adorar a un único Dios frente a los ídolos. También en las gargantas y los valles (Ez 6,3) existían estos montículos construidos como elevaciones artificiales donde se instalaban los ídolos: una pilastra de piedra que representaba la divinidad masculina y un tronco o poste de madera que correspondía a la femenina, consorte de Baal (véase Ex 34,11-16).

Aquí Israel se ha dejado atraer por los dioses, la religión y los ritos estacionales de fecundidad cananeos. Un culto que pervive como un tumor en el mismo corazón de la religiosidad hebrea, es decir en el templo, y que produce auténticos desastres en el pueblo de Israel. El castigo divino caerá, no sólo sobre Jerusalén, sino también sobre los montes y colinas de Palestina y sobre todos los habitantes del país (véase Ez 6,14; 1 Re 8,65; 2 Re 14,25; Am 6,14; Nm 13,21). A ellos Ezequiel anuncia la profanación y destrucción de sus lugares idolátricos de culto (Ez 6,3b-7), llamados "altos". Estos eran lugares de culto severamente prohibidos en Israel (véase Dt 12,2- 4) y en ellos se desarrollaban ritos muy licenciosos, donde Dios era manipulado, la realidad divina reducida a sus propias concepciones humanas, a sus gustos, al ciclo de la naturaleza y de las estaciones.
En la raíz de esta tendencia está probablemente el egoísmo perverso del hombre, que adquiere su máximo grado cuando se reviste de religiosidad.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

24 – Estudio sobre la Reforma Protestante
30 – Reunión de varones. Expositor: Pbro. Samuel Gallegos G.

"Lo que comenzó el Señor, seguramente lo perfeccionará", A.I. Rubén Núñez Castro

17 de septiembre de 2017

Pablo recuerda a los hermanos filipenses con agradecimiento, en los primeros dos versículos de este capítulo forman parte del saludo de Pablo y Timoteo aquí Pablo ruega con alegría por cristianos Filipenses, que formaban parte regular de su vida de oración.

El contenido de su oración tiene varios escenarios, en el verso 2, pide por la paz continua, siguiendo pide con alegría por toda la iglesia, por el apoyo y colaboración que encontró en los filipenses para anunciar el evangelio de Jesucristo,  pide que se manifieste el verdadero amor entre ellos, que su enseñanza sea un aprendizaje del evangelio esté bien y que emitan juicios correctos, para elegir lo mejor y al final por su testimonio.

No cabe duda de que Pablo tiene muy presente esta iglesia pues tanto en su corazón como en su cuerpo lleva las marcas de su paso por Filipos.

Pero para conocer el surgimiento de esta iglesia tenemos que ir la Hechos 16 en este capítulo narra al menos 4 o 5 experiencias que dejaron huella en su vida, pero comencemos identificando la cuidad: Filipos era una ciudad en Macedonia (en el norte de Grecia). Durante el reinado de Filipo II, Macedonia se expandió considerablemente, incluyendo la zona de la península Calcídica y territorios al norte en dirección al río Danubio. Filipo terminó gobernando sobre gran parte de Grecia y su país se expandiría aún más cuando su hijo, Alejandro Magno, lo convirtiera en un imperio que gobernaría sobre gran parte del mundo conocido hasta el momento. Tras la muerte de Alejandro, Macedonia volvió a ser un pequeño reino tras la división del Imperio en diversos estados. Tras la conquista por parte del Imperio romano en las llamadas guerras macedónicas, el Senado Romano estableció como la provincia de Macedonia, su cultura helenística y algunos personaje como Aristóteles sigue dando un toque griego a la ciudad de Filipos, Hechos 16 menciona algunas características y costumbres como el centro de oración es junto a un río donde mujeres acuden a la oración,  y Pablo tiene el encuentro con Lidia quien se convierte al evangelio y se bautiza junto con su familia, otro es la joven vidente que le es reprendido el espíritu de adivinación, causando que Pablo sea acusado con los magistrados y azotado, es echado a la cárcel y aun allí también anuncia el evangelio,  una noche un terremoto abrió las puertas de la cárcel y desencadenó a los prisioneros.
El carcelero, pensando que los prisioneros se habían escapado, estaba listo para suicidarse para no tener que confrontar cargos por haber dejado escapar a los prisioneros. Pero Pablo gritó y le aseguró que todos los prisioneros estaban allí presentes. Entonces Pablo convirtió al carcelero y a su familia para que creyeran en Cristo. La siguiente mañana, Pabló les comunicó su ciudadanía romana y acusó a los magistrados de haber golpeado a un ciudadano romano, a quien todavía no habían declarado culpable de nada. Después de recibir disculpas de los magistrados, Pablo y Silas salieron de la cárcel, visitaron a Lidia, y salieron de Filipos hacia Tesalónica, una ciudad griega al suroeste de Filipos.
Entonces Lidia , el carcelero y los presos, la muchacha adivinador y sus familias con muchos más forman la iglesia de Filipos a ellos les escribe esta carta, a ellos les dice  Lo que comenzó el Señor, seguramente lo perfeccionara, en la versión 60’ que usamos dice: “el que comenzó tan buena obra en ustedes la perfeccionara hasta el día de Cristo Jesús”
Pero cuál es esa tan buena obra, ¿pues no es Pablo quien contacto e inicio el trabajo y quien goza de buena referencias como pastor en la iglesia de Filipos?, sin embargo queda claro que la misión de Pablo y sus compañeros de prisiones Silas y Timoteo es el anuncio de Evangelio de Jesucristo, Pablo ha hecho su parte, pero es Dios el que ha plantado la fe en los corazones de los cristianos Filipenses. La iglesia en Filipos es obra de Dios. En el siguiente capítulo Pablo dirá, “Porque Dios es el que en vosotros obra así el querer como el hacer, por su buena voluntad” (2:13).
Ahora pregunto: ¿qué comenzó el Señor en la vida del cristiano?  A que obra se refiere el apóstol Pablo que va ser perfeccionada, no quiero sonar retórico con estas preguntas y menos en sus respuestas, yo creo que cada uno de nosotros debemos valorar nuestra respuesta a la luz de la palabra, La “buena obra” que Dios comenzó en nosotros tuvo que ver primero con el perdón de nuestros pecados. El grito desesperado de nuestro Redentor desde aquella cruenta cruz, “Dios mío perdónalos porque no saben lo que hacen”, nos habla del altísimo costo del perdón de nuestros pecados. Aunque terriblemente padeciendo. La “buena obra” tenía que iniciarse con el perdón de pecados.

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que más adelante Pablo, haciendo gala de su erudición y queriendo mostrarnos lo que significa esa “buena obra” originada en la misma eternidad, nos dijo: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó” (Ro. 8:29, 30).  ¿Puede usted pensar en algo mejor que esto?

Viene a mi mente Jer 18.1-6 donde un día el Señor le dijo al profeta Jeremías que se levantara y fuera a la casa del alfarero. Dice que mientras éste trabajaba en la rueca, la  vasija de barro que hacía se le  echó a perder en su mano. Pero luego volvió e hizo otra vasija, con el mismo barro, según le pareció mejor hacerla. El Señor luego aplicó esto a Israel quien era como barro en sus manos. Dios podía hacer una vasija mejor de ellos. El que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta que él venga. Muchas veces esa vasija se cae y se rompe y tiene que comenzarse otra vez. Algunas veces se usará la rueca para darnos forma. Pero al final saldrá la obra para la cual Dios nos ha creado, no ha dejado de trabajar en nosotros Tú  y yo somos una obra no acaba, pero estás en las manos del Alfarero Divino hasta el día de su regreso.

No quiero referir este mensaje a querer justificar la obra de Dios solo a las debilidades del hombre para consolarnos, calmarnos y escudarnos en una falsa enseñanza, porque entonces podríamos caer en el error de que mi desobediencia le ha dado a Dios oportunidad de demostrar su Justicia, mi infidelidad le ha dado a Dios una oportunidad de hacer gala de su Fidelidad, mi falta de compromiso con el evangelio de Jesucristo le da oportunidad de su pacto, mi pecado le ha dado a Dios una oportunidad de otorgarme su perdón y así sucesivamente entonces según esto mi pecado es algo valido pues le da la oportunidad de demostrar lo bueno que es Dios y entonces pueda que yo haya hecho algo malo o incorrecto o pecaminoso el resultado ha sido bueno pues no se puede condenar a un hombre por darle la oportunidad a Dios de demostrar su Justicia y Redención.

Tal razonamiento es peor que despreciable, pues a veces  muchas predicaciones van dejando ese pensamiento sutilmente en nuestras mentes y corazones pues decimos que el que comenzó la buena obra la perfeccionara… Tal razonamiento es peor y despreciable. No tiene más que sugerirlo para descubrir lo inaceptable que es.

Hasta aquí podríamos terminar el mensaje pero que viene a plantar el pasaje de Ezequiel 16. Éste pasaje nos ubica en la condición del ser humano hombre y mujer pues Dios nos conoce y sabe el actuar del ser humano, al recibir el evangelio de Jesucristo y querer vivir en comunión con él la tentación nos arrastra a la infidelidad, así Ezequiel y los profetas nos recuerdan la ingratitud y la deshonestidad del hombre tal como lo hamos expresado anteriormente. Y la vida del pueblo de Israel es un ejemplo del menosprecio o de  tomar a la ligera nuestra redención y la intervención de Dios en el hombre para salvación.
En este capítulo se describen los tratos de Dios con la nación judía y la conducta de ellos hacia Él, y el castigo de ellos por medio de las naciones vecinas, aun de aquellas en que más confiaban. Lo hace por medio de la parábola de la infanta abandonada rescatada de la muerte, educada, desposada y ricamente abastecida, pero, después, culpable de la conducta más vil y despreciable, y castigada por ello; pero, al final, recibida con favor, y avergonzada de su conducta vil.

No tenemos que juzgar estas expresiones según las ideas modernas, sino por las de los tiempos y lugares en que fueron usadas, donde muchas de ellas no sonarían como nos suenan a nosotros. El designio era suscitar odio hacia la idolatría y una parábola así era muy adecuada para ese propósito.

La  alegoría  de  Israel  como  una  esposa  infiel,  16:1-63. (tomado de Robert Harkrider)
1.  Jerusalén  fue  encontrada  en  inmundicia  miserable  y  no  deseada,  16:1-7. v.1-3  -  Aunque  Jerusalén  está  específicamente  señalada,  parece  ser  mencionada aquí  como  representante de  la  nación  de Israel.  Los  nombres  amorreo  y  heteo,  eran designaciones  generales  para  indicar  el  pueblo  de  Canaán,  que  antes  de  Israel  se establecieron  ahí.  Esta  es  una  sátira  para señalar  el  carácter  moral  de Israel. 
Cuando  Dios  encontró  a  Israel,  era  una  recién  nacida  descuidada,  no  había sido  limpiada  con  un  masaje  de  sal  (común  en  aquel  día  como  antiséptico),  ni lavada,  ni  envuelta.  Ningún  ojo  sentía  lástima  por  ella,  y  ella  no  recibió  el  tierno cuidado  necesario. v.6-7  -  Dios  decretó  que  debía  vivir,  y  entonces  la  hizo  crecer  y  convertirse  en  una mujer  hermosa  (Ex.  1:7,12).  Pero  todavía  Israel  estaba  inadecuadamente vestida.

 2.  El  Señor  entró  en  un  pacto  con ella,  16:8-14 v.8  -  Cuando  Israel  llegó  al  momento  del  matrimonio,  Dios  extendió  su  manto  sobre ella  (esponsales,  Rut  3:9)  e  hizo  un  pacto  con  ella  (matrimonio,  Jer  2:2;  3:1;  Os. 2:2-23). v.9-12  -  El  Señor  la  trató  magníficamente.  Él  la  ungió  con  aceite,  la  vistió  con costosos  vestidos,  y  le  obsequió  sus  hermosas  joyas  (cf.  Ex.  19:5-6). v.13,14  -  Todo  el  esplendor  que  le  había  dado  el  Señor  la  llevó  a  ser  famosa,  y  las naciones  comenzaron a darse cuenta  de su  belleza.

3.  Israel  se apartó  de Dios  como  una  esposa  infiel,  16:15-34. v.15,16  -  Su  orgullo  la  llevó  por  mal  camino  y  cometió  fornicación  espiritual  cuando practicó  la  idolatría  comprometiendo  la  ley  de  Dios  con  el  fin  de  ganar  el  favor  de las  naciones  (Deut.  32:15). v.17-19  -  Cada  pensamiento  y  acción  de  Israel  se  dirigió  a  los  ídolos:  “y  te  hiciste imágenes  de  hombres  para  prostituirte  con  ellas”  (LBLA).  ¡Es  inútil  tratar  de  negar esto!

vv. 20-22  -  La  idolatría  ya  era  lo  suficientemente  abominable,  pero  Israel  fue  aún más  lejos  al  ofrecer  a  los  dioses  vanos  el  sacrificio  (cf.  Jer.  7:31;  19:5-6;  32:35).

vv. .23-25  -  Tanto  como  una  amenaza  y  un  lamento,  el  Señor  dijo:  “¡ay,  ay  de  ti!...  te ofreciste  a  cuantos  pasaban,  y  multiplicaste  tus  fornicaciones”.  Israel  se  volvió como  una  prostituta  desvergonzada  disponible  para todos. 

vv.26-29  -  Israel  había  dispuesto  su  belleza  para  el  uso  abominable  aceptando  todo culto  pagano  introducido  en  ella.  Se  había  enamorado  de  los  dioses  de  los  egipcios, de  los  filisteos,  de  los  asirios,  y  ahora  de  los  babilonios.

4. Estas  naciones  derribarán  sus  lugares  altos  y  la  apedrearán  (Deut.  13:10; Lev.  20:10),  y  luego  quemarán  sus  casas  a  fuego.  La  única  razón  de  que  esto sucederá,  se  debe  a  que  Israel  no  pudo  recordar  y  honrar  a  la  fuente  de  sus bendiciones.

5.  Jerusalén  es  peor  que  sus  hermanas,  Samaria  y  Sodoma  (“Cual  la  madre,  tal  la hija”),  16:44-59.

vv. 44,45  –  “De  tal  madre,  tal  hija”  (LBLA)  es  un  refrán  que  encaja  con  Jerusalén porque  era  tal  cual  a  los  habitantes  de  la  tierra  de Canaán  antes  que  ella  (cf.  16:3). 

vv. 46, 47  Ella  ha  sido  infiel  a  su  madre  (hetea),  al  igual  que  su  hermana  mayor (Samaria),  y  al  igual  que  su  hermana  menor  (Sodoma).  Sin  embargo,  en  realidad, Israel  las  superó  en  sus  abominaciones.

vv. 48-52  -  Con  lo  mala  que  Sodoma  fue,  Jerusalén  fue  peor.  El  orgullo  y  la  soberbia llevaron  a  Sodoma  a  su  caída  (Gen.  13:10;  18:21).  Incluso  Samaria  no  había cometido  la  mitad  de  los  pecados  de  Judá.  Sus  hermanas  parecían  justas en comparación con  ella.

vv. 53-59  -  Si  Dios  llegase  a  restaurar  a  Judá,  hay  esperanza  para  Samaria  y  Sodoma porque  no  eran  tan  malas  en  comparación  con  Judá.  Pero,  ninguna  de  ellas  serían literalmente restauradas  (cf.  Jud.  7;  Ez.  37:22).    Judá  debe  sentirse  avergonzada  por  llevar  “la  afrenta  de  las hijas  de  Siria  y  de  todas  las  hijas  de  los  filisteos”.  Ella  había  cosechado  todas  las dolorosas  consecuencias  de  una  mujer  infiel  que  menospreció  “el  juramento  para invalidar  el  pacto”.

Conclusión
TENDRÉ MEMORIA DE MI PACTO
Vv. 59—63. Después de una advertencia completa de los juicios, se recuerda la misericordia, la misericordia reservada. Estos versículos de cierre son una promesa preciosa, en parte cumplida por el retorno de los judíos arrepentidos y reformados desde Babilonia, pero que tendrá cumplimiento más pleno en el período del evangelio.

La misericordia divina debe ser poderosa para derretir nuestros corazones en santo dolor por el pecado. Tampoco Dios dejará nunca que perezca el pecador humillado por sus pecados, y que llega a confiar en su misericordia y gracia por medio de Jesucristo, antes bien, lo sostendrá por su poder por la fe para salvación.

El libro de Ezequiel es un libro que retrata la severidad de Dios en sus juicios, los cuales culminan en la esperanza de la resurrección. En el capítulo 37, Ezequiel representa al pueblo muerto resucitar en el valle de los huesos secos. En el capítulo 11:19, resuena la promesa de convertir un corazón de piedra en carne. En este capítulo, Dios declara: “pero yo cambiaré su suerte, la suerte de Sodoma y de Samaria, con sus respectivas aldeas, y haré lo mismo contigo” (v. 53). Ezequiel 16 nos anima a tener una mirada de esperanza y expectativa, aun frente a las desobediencias y la destrucción más horrendas, pues por la misericordia de sus juicios, Dios restaura y da vida.


“La palabra final del profeta no es la destrucción, sino la restauración”  Esto nos es un desafío a mantener la esperanza en medio de situaciones abrumadoras y pecados desoladores, pues nuestro Dios es capaz de transformar la muerte en vida. La historia de Jesús nos asegura que la última palabra no es la muerte, sino la resurrección. Y así lo que comenzó el Señor, seguramente lo perfeccionara. Amén.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...