viernes, 21 de mayo de 2010

Matrimonios y familias: tradiciones renovadas

2 de mayo de 2010Cursiva

Salmo 127

Si Dios no construye la casa,
de nada sirve que se esfuercen los constructores.
Si Dios no vigila la ciudad,
de nada sirve que se desvelen los vigilantes.
De nada sirve que ustedes se levanten muy temprano,
ni que se acuesten muy tarde, ni que trabajen muy duro
para ganarse el pan;
cuando Dios quiere a alguien le da un sueño tranquilo.
Los hijos que tenemos son un regalo de Dios.
Los hijos que nos nacen son nuestra recompensa.
Los hijos que nos nacen cuando aún somos jóvenes,
hacen que nos sintamos seguros,
como guerreros bien armados.
Quien tiene muchos hijos,
bien puede decir que Dios lo ha bendecido.
No tendrá de qué avergonzarse
cuando se defienda en público delante de sus enemigos.

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