miércoles, 29 de diciembre de 2010

Siempre en la mano de nuestro Dios, L. Cervantes-O.

31 de diciembre de 2010

¡Oh Señor!, Tú sostienes con tu mano
todos nuestros momentos, sin cansancio ni olvido:
cada instante nos sacas de la nada,
nos haces nuevamente,
concitando las mil casualidades
que hacen que un cuerpo vivo pueda seguirlo siendo.
...Y todo, ¿para qué? Para poder seguir
gastando vida y vida inútilmente,
para dar pasos vanos,
para volvemos contra la mano que nos alza,
para, lo que es peor, olvidarte, y sentados
en tu mano creer que nos lo somos todo.[1]
José María Valverde, “Salmo de la mano de Dios”

1. Las metáforas sálmicas del cuidado divino
Los salmos, como siempre, son el reducto de la voz cansada por los años, por el cúmulo de experiencias que, con el paso del tiempo, van transformando a las personas, porque incluso en términos de la fe nunca somos los mismos y vamos cambiando, para bien o para mal, en nuestra percepción del caminar que Dios nos ha dado y las razones por las que nos puso en el mundo. El salmo 91 establece una certidumbre que solamente otorgan años de constancia y fidelidad, y por eso puede iniciar con una exhortación: “Vivamos bajo el cuidado del Dios altísimo;/ pasemos la noche bajo la protección del Dios todopoderoso./ Él es nuestro refugio,/ el Dios que nos da fuerzas,/ ¡el Dios en quien confiamos!”. Las diversas metáforas para expresar el cuidado de Dios por sus fieles van desde el ámbito militar (fortaleza, castillo), pasan por la naturaleza (roca, refugio) y llegan hasta las formas zoológicas y humanas (plumas, brazos, manos), con lo que se enriquece la imaginación creyente para tratar de abarcar el cuidado divino por su creación y sus criaturas. La “anatomía de la gracia divina” o del Dios personal que se desvela por proteger a su hijos e hijas se concentra en lugares determinados, pues como escribió Calvino: “La providencia que ubicamos en Dios, le pertenece no sólo a sus ojos, sino también a sus manos”.
[2]

Mas Tú no te fatigas
y a tus hijos mimados sigues soplando el fuego
sin dormir ni olvidarte del más bajo,
como todos de Ti...
Y eso no solamente es a nosotros
en quienes te contemplas y quizá un día te amen.
Tú sostienes los miles de flores no miradas,
los ríos, aves y árboles; las olas y los vientos.
¡Oh, cómo te desvelas atizando la lumbre
de un insecto que pudo lo mismo no haber sido!
Acudes de uno en otro:
de la piedra ignorada en el fondo del agua
al gusano que roe su madera,
como si eso pudiera serie contado un día.
La vida humana está llena de temores y dudas, pues lo que llamamos la providencia de Dios es un asidero psicológico y espiritualidad ante las eventualidades y contingencias de todos los días, es decir, de lo impredecible. Por ello el salmo no vacila en hablar de Dios como un ave protectora (“Con sus plumas te cubrirá,/ y debajo de sus alas estarás seguro”, v. 4), como un “escudo y adarga (escudo de cuero, de origen árabe)”. El “terror nocturno”, “la saeta que vuela de día”, las epidemias (“pestilencia”) o la mortandad que destruye “en medio del día” (vv. 5-6) son muestras de estos riesgos imprevistos que acechan a cualquier persona. El otro motivo de temor es la guerra y la violencia estructural de la sociedad (v. 7), impuesta por la necesidad de algunos de imponer su voluntad a los demás y de otros para obtener beneficios. El v. 8 es una especie de alto en el camino para observar el rumbo de las cosas: “Con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos”.

Pienso el viento en el mar
clamando en soledad siglos y siglos
—para dejarlo todo lo mismo que al principio—
desde el día que hablaste hasta el que calles,
¡Oh!, ¿cómo no te olvidas siquiera un solo instante,
pues que nadie te mira y nada ha de quedar?
Si yo toco una piedra,
Tú me la has sostenido durante miles de años,
velando cada día para que hoy estuviese.
La propuesta es poner a Dios como razón de ser de la esperanza en la vida y con ello adelantar en el camino de la certeza y la seguridad (vv. 9-10). Porque eso significa creer en que Dios utilizará sus propios medios (“ángeles”, v. 11) para protección de sus fieles, “que guarden sus caminos” y “para que sus pies no tropiecen en piedra” (v. 12). Incluso se anuncia protección contra los animales, reales o mitológicos (“león, áspid, dragón”, v. 13: en la revisión 1909 se hablaba, en vez del áspid, serpiente venenosa, del basilisco, aquel ser que mataba con sólo mirar). Al final del salmo, Dios mismo reconoce la fe del creyente en todas estas formas de seguridad prometidas y anuncia que lo librará, le responderá y lo acompañará en su angustia (vv. 14-15) y que, finalmente, le dará una larga vida y le mostrará su salvación (v. 16). Semejante promesa es una maravillosa garantía basada en la fidelidad divina. De ahí que el notable biblista Walter Brueggemann diga que el máximo resumen del mensaje bíblico sea la frase divina: “No temas. Yo estoy aquí”.[3]

¡Y tantas, tantas cosas,
tantos ríos corriendo sin descanso,
sin pararse a tomar aliento nunca,
tantos bosques y pájaros sin cesar floreciendo
por si algún día un hombre los mirase al pasar!
Sí; las cosas renacen de nuevo en cada instante
y ese bullir divino nos las hace ver vivas.
Vivas: o sea, alzadas
en vilo por la mano del Señor,
con temblor de su sangre.
Vivas: o sea, al borde de la muerte,
que se intuye debajo de esa mano,
si se apartara un día.

2. Vivir y morir en la eterna mano de Dios, garantía de su amor
Colosenses 3, a su vez, es una exhortación a levantar la mirada hacia las cosas verdaderamente importantes según los criterios divinos y a hacer a un lado la superficialidad como nota dominante de la vida. “Buscar las cosas de arriba” (v. 1) es una forma de redefinir las prioridades de la existencia si se afirma la fe en Cristo como algo relevante. “Mirar las cosas de arriba” (v. 2) es someter todo lo demás a la nueva mirada espiritual. Cada creyente, afirma el pasaje, ha muerto y ahora, su vida “está escondida con Cristo en Dios” (v. 3). Esta afirmación paradójica coloca la vida cristiana y la vida en general, dentro de otros marcos, opuestos y contrarios a los dominantes, esto es, desde una perspectiva contestataria y creadora de nuevos valores. La nueva vida en Cristo, escatológicamente hablando, se encuentra, en efecto, “escondida en Cristo”, pues se manifestará plenamente al final de los tiempos, mientras tanto, da muestras de su presencia de manera esporádica y, por ello, exigente desde una ética responsable y activa.
He aquí un buen resumen de esta perspectiva escatológica y ética para la vida: “Esta perspectiva escatológica ‘realizada’ que marca la perspectiva con que fue escrita la carta [...] acaba por ser traducida en una postura muy específica en relación con la sociedad circundante. [...] Tal código de conducta ‘es esencialmente una orientación secular de conducta dentro de estructuras existentes de la sociedad’”.[4]

(En el fondo de vuestro corazón,
¿no teméis de las cosas
que puedan sepultarse de repente en la nada?)
y la mano de Dios también está en la muerte.
Sabedlo bien: la muerte no es el olvido súbito
de la mano de Dios, por negligencia
que nos deja caer en los abismos
al quedar separados de su fuente de ser.

De modo que esta vida visible, en sus diversas etapas y transformaciones, es apenas un conjunto de transiciones hacia la manifestación futura de la plenitud de vida anunciada y experimentada “en Cristo”, según la fórmula paulina. La “vida escondida con Cristo en Dios”, por decirlo así, la que nos está esperando en el futuro, se anticipa ahora en lo que somos y hacemos y nos llama a que en cada ciclo que avancemos no solamente seamos mejores personas (en el esquema de los buenos propósitos para cada inicio de año) sino que avancemos en el camino hacia la plenitud de esa vida, una forma de existencia superior que está escondida, por decirlo así, en la mano de Dios. Si estamos ahí siempre, podemos tener la esperanza de crecer para ser cada vez más dignos de esa “vida superior” ...pero a la cual sólo podemos llegar a través de ésta, tan limitada, mezquina y apesadumbrada como la vivimos ahora. De ahí que podamos decir, como en la “Oración de un creyente desconcertado”:

A veces me siento muy mal dentro de mí. Van pasando los años y siento el desgaste de la vida. Por fuera todo parece funcionar bien: el trabajo, la familia, los hijos. Cualquiera me envidiaría. Pero yo no me siento bien.
Ya ha pasado un año más. Esta noche comenzaremos un año nuevo, pero yo sé que todo seguirá igual. Los mismos problemas, las mismas preocupaciones, los mismos trabajos. Y así, ¿hasta cuándo?
¡Cuánto desearía poder renovar mi vida desde dentro! Encontrar en mí una alegría nueva, una fuerza diferente para vivir cada día. Cambiar, ser mejor conmigo mismo y con todos. Pero la experiencia me dice que no puedo esperar grandes cambios. Estoy demasiado acostumbrado a un estilo de vida. Ni yo mismo creo demasiado en mi transformación.
[5]

Estar en la mano de Dios es una metáfora auténtica y profunda del deseo por proyectar la vida hacia otras alturas, distintas a la mediocridad con que cotidianamente la asumimos, aun cuando exteriormente tengamos éxito y una “buena vida”. Por ello el “código de deberes domésticos” (Col 3.18-4.1)[6] desafía a practicar esa “vida superior” en las supuestamente “cosas pequeñas” de la existencia mediante una serie de criterios básicos (3.5-17) : “hacer morir lo terrenal” (v. 5) y “revestirse de la nueva humanidad que se renueva continuamente en el camino hacia el conocimiento pleno” (v. 10) no significa experimentar una falsa superioridad espiritual a toda prueba sino ser capaz de poner a funcionar (“aterrizar”) en las acciones elementales de la vida diaria las grandezas de la “vida escondida en Cristo” y superar las mezquindades y veleidades de la cotidianidad para que realmente “Cristo sea el todo en todos” (v. 11). Ante un nuevo año estamos, una vez, más ante esta posibilidad efectiva de cambio y creatividad personal y comunitaria.

Eso no está en su amor.
Ved la muerte; mirad cómo Dios nos la endulza
y nos lleva hacia ella de la mano,
cómo nos la prepara antes, igual que un lecho...
Ni aun esos que tropiezan con una muerte fiera
estaban ese instante dejados de su mano...

Notas

[1] J.M. Valverde, “Salmo de la mano de Dios”, en E. de Champourcin, ed., Dios en la poesía actual. Selección de poemas españoles e hispanoamericanos. 3ª ed. revisada y aumentada. Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, 1976, pp. 378-379, http://textosoracionte.blogspot.com/2007/08/salmo-de-la-mano-de-dios.html.
[2] J. Calvino, Concerning the eternal predestination of God. Trad. de J.K.S. Reid. Cambridge, James Clark, 1961, p. 162, cit. por William P. Brown, Seeing the psalms. A theology of metaphor. Louisville, John Knox Westminster, 2002, p. 167.
[3] Cit. por Bill Zieche el 21 de febrero de 2010 en la Iglesia Presbiteriana Heritage, Muskego, Wisconsin, http://heritagechurchmuskego.org/sermons/feb10/2.21.2010.pdf. Cf. W. Brueggemann, Spirituality of the Psalms. Minneapolis, Fortress, 2002; y Carl N. Jacobson, “Psalm 91”, en R.E. van Harn y B.A. Strawn, eds., Psalms for preaching and worship. A lectionary commentary. Grand Rapids, Eerdmans, 2009, pp. 235-238.
[4] P. Lima Vasconcellos, “Colosenses y Efesios: desdoblamientos de la tradición paulina”, en RIBLA, núm. 55, www.claiweb.org/ribla/ribla55/colosenses.html.
[5] “Oración de un creyente desconcertado”, en “Oraciones de fin de año”, http://webcatolicodejavier.org/campanadas.html.
[6] Cf. I. Foulkes, “Los códigos de deberes domésticos en Colosenses 3,18-4,1 y Efesios 5.22-6.9. Estrategias persuasivas, reacciones provocadas”, en RIBLA, núm. 55, www.claiweb.org/ribla/ribla55/los%20codigos.html; y Keith Hack, Colossians 3 principle. Principle reflections of the christian life. Longwood, Xulon Press, 2006, un sencillo acercamiento a la aplicabilidad de la fe en la vida diaria.

Culto de fin de año, 31 de diciembre de 2010, 22 horas

INTROITO
¡Tú eres la muralla que me salva!/ Guíame y dirígeme,/ pues así lo prometiste./ […] ¡tú eres mi protector!/ Tú eres un Dios fiel./ ¡Sálvame!/ ¡Mi vida está en tus manos!
Salmo 31.3-5, Biblia en lenguaje Actual
Preludio al piano, Jacobo Núñez Cabrera
ANTE LA ETERNIDAD DE DIOS: SALMO 90
Ministro: Dios nuestro,/ ¡tú siempre has sido nuestra casa!/ Desde siempre y hasta siempre,/ desde antes de que crearas/ las montañas, la tierra y el mundo,/ tú has sido nuestro Dios.
Congregación: Tú marcas el fin de nuestra existencia/ cuando nos ordenas volver al polvo./ Para ti, mil años pasan pronto;/ pasan como el día de ayer,/ pasan como unas horas de la noche. […]
Ministro: Enséñanos a pensar cómo vivir/ para que nuestra mente/ se llene de sabiduría. […]
Todos/as: ¡Permítenos comenzar el día/ llenos de tu amor,/ para que toda la vida/ cantemos llenos de alegría!/ […] ¡Permite que nosotros y nuestros hijos/ podamos ver tu grandeza y tu poder!/ Dios nuestro,/ ¡muéstranos tu bondad,/ y bendice nuestro trabajo!/ ¡Sí, bendice nuestro trabajo! Amén.
* Oración de ofrecimiento
* Himno: "Venid, cantad de gozo en plenitud" (256), T.M. Westrup
CONFIADOS/AS EN SU GRACIA
Ministro: Postrados/as ante tu trono venimos con la confianza que nos da tu Hijo eterno para rogar por nuestra vida y por la estabilidad que necesitamos para seguir en el mundo.
Confesión comunitaria. (Oración en silencio; quien preside termina con oración audible)
Ministro: No nos has pagado conforme a nuestra maldad y, por el contrario, tu gracia rebasa nuestras expectativas.
Todos/as: Por ello, agradecemos tu perdón, el cual va más allá del tiempo. Levanta nuestra fe y sigue haciéndonos dignos/as, cada día, de ser tus hijos e
hijas. Amén.
* Himno "Sublime gracia" (278), J. Newton
LA FRATERNIDAD DEL REINO
* Salutaciones: Himno "Un mandamiento nuevo os doy" (404)

AGRADECIDOS/AS POR SU AMOR CONSTANTE
Momento de testimonios personales o familiares
ESCUCHAMOS SU PALABRA DE VIDA
* Lectura del Antiguo Testamento: Salmo 91
* Lectura del Nuevo Testamento: Colosenses 3.1-17

Mensaje:
SIEMPRE EN LA MANO DE NUESTRO DIOS
Pbro. L. Cervantes-Ortiz
EN COMUNIÓN MEDIANTE LA OBRA DE SU HIJO
* Himno "Grande es tu fidelidad" (50), T.O. Chisholm
Celebración de la Santa Cena

NOS PONEMOS EN LAS MANOS DE DIOS
Señor que vives en la eternidad y que ésta te define para nuestros débiles y escasos pensamientos, venimos desde nuestra flaqueza y precariedad, desde nuestro limitado tiempo, a encontrarnos contigo en este día. Escucha nuestra voz de súplica sincera mediante la cual te imploramos, una vez más, tu compañía cercana en este nuevo año, como manifestación cercana de tu amor. Que podamos sentirte cada día a nuestro lado, que le des luz a nuestros pasos y que nos capacites para responder a tus desafíos en obediencia gozosa a tu voluntad y tu palabra. Danos la fuerza vital que nos conduzca siempre por los senderos de justicia, equidad y fraternidad con los demás. Danos la paz y seguridad que procede de tu Espíritu y despierta en cada uno/a la capacidad, a veces demasiado dormida y olvidada, para hacer el bien y seguir al servicio de tu Reino. Lo rogamos por medio de Jesús de Nazaret. Amén
Ofertorio
Nadie se presentará ante el Señor con las manos vacías, sino que cada uno llevará ofrendas, conforme a las bendiciones que del Señor tu Dios haya recibido.
Deuteronomio 16.16b-17
Consagración y presentación
EN UN NUEVO CAMINAR
* Bendición pastoral
* Bendición congregacional: "Dios, nuestro apoyo" (59), I. Watts
Postludio

Oración de fin de año de un creyente desconcertado


Señor, antes de entrar en el bullicio y aturdimiento del fin de año, quiero esta tarde encontrarme contigo despacio y con calma.
Son pocas las veces que lo hago. Tú sabes que ya no acierto a orar. He olvidado aquellas oraciones que me enseñaron de niño y no he aprendido a hablar contigo de otra manera más viva y concreta.
Señor, en realidad, ya no sé muy bien si creo en ti. Han pasado tantas cosas estos años. Ha cambiado tanto la vida y he envejecido tanto por dentro... Yo quisiera sentirte más vivo y más cercano. Me ayudaría a creer. Pero me resulta todo tan difícil...
Y, sin embargo, Señor, yo te necesito. A veces me siento muy mal dentro de mí. Van pasando los años y siento el desgaste de la vida. Por fuera todo parece funcionar bien: el trabajo, la familia, los hijos. Cualquiera me envidiaría. Pero yo no me siento bien.
Ya ha pasado un año más. Esta noche comenzaremos un año nuevo, pero yo sé que todo seguirá igual. Los mismos problemas, las mismas preocupaciones, los mismos trabajos. Y así, ¿hasta cuándo?
¡Cuánto desearía poder renovar mi vida desde dentro! Encontrar en mí una alegría nueva, una fuerza diferente para vivir cada día. Cambiar, ser mejor conmigo mismo y con todos. Pero la experiencia me dice que no puedo esperar grandes cambios. Estoy demasiado acostumbrado a un estilo de vida. Ni yo mismo creo demasiado en mi transformación.
Por otra parte, tú sabes cómo me dejo arrastrar por la agitación de cada día. Tal vez por eso no me encuentro casi nunca contigo. Tú estás dentro de mí y yo ando casi siempre fuera de mí mismo. Tú estás conmigo y yo ando perdido en mil cosas.
Si al menos te sintiera como mi mejor amigo... A veces pienso que eso lo cambiaría todo. Qué alegría si yo no te tuviera esa especie de temor que no sé dónde brota, pero que me distancia tanto de ti...
Señor, graba bien en mi corazón que tú hacia mí sólo puedes sentir amor y ternura. Recuérdame desde dentro que tú me aceptas tal como soy, con mi mediocridad y mi pecado, y que me quieres incluso aunque no cambie.
Señor, se me va pasando la vida, y a veces, pienso que mi gran pecado es no terminar de creer en ti y en tu amor. Por eso, esta noche yo no te pido cosas.
Sólo que despiertes mi fe, lo suficiente para creer que tú estás siempre cerca y me acompañas.
Que a lo largo de este año nuevo no me aleje mucho de ti. Que sepa encontrarte en mis sufrimientos y mis alegrías. Entonces tal vez cambiaré. Será un año nuevo.

Navidad, plenitud y esperanza, A.I. Rubén Núñez C.

26 de diciembre de 2010

viernes, 24 de diciembre de 2010

"Un niño ha nacido": Hacia una Navidad más plena y responsable, L. Cervantes-Ortiz

Natividad, El Greco, siglo XVII

24 de diciembre, 2010

Cristo se hizo hombre de su pueblo y de su tiempo: vivió como un judío, trabajó como un obrero de Nazaret y desde entonces sigue encarnándose en todas las personas. Si muchos se han alejado de la Iglesia, es precisamente porque la Iglesia se ha alienado un poco de la humanidad. Pero una Iglesia que sepa sentir como suyo todo lo humano y quiera encarnar el dolor, la esperanza, la angustia de todos los que sufren y gozan, esa Iglesia será Cristo amado y esperado, Cristo presente.
[1]
Óscar A. Romero

1. Navidad: la fiesta del Dios-con-nosotros
La escueta enunciación de Mateo acerca del nacimiento de Jesús es una muestra de cómo su “opción navideña” consistió en narrar los sucesos desde una perspectiva popular, pero no por ello menos seria, y también desde una visión basada en las profecías antiguas. Luego de presentar la genealogía de Jesús para presentarlo como descendiente del rey David, su apuesta inicial, desarrollada consistentemente en el resto del relato, plantea un conflicto acerca de la paternidad de Jesús (Mt 1.18-19), el cual se resuelve únicamente por la intervención sobrenatural de un ángel para confirmar el origen del niño (v. 20). Los nombres anunciados para el niño, Jesús y Emmanu-El, el primero ligado a la historia antigua de salvación (sinónimo actualizado de Josué y Oseas), y el segundo en relación con la profecía de Isaías sobre la cercanía de Dios (vv. 22-23, “Dios-con-nosotros”), destacan la intervención de Dios en medio de los conflictos de su pueblo. La intervención del Espíritu, como una especie de “tercero en discordia”, convence a José de sumarse al proyecto divino: es una historia de fe y convencimiento (v. 24).
José “despierta del sueño” y experimenta una conversión a los incomprensibles planes de Dios: primero recibió a su mujer (v. 24b) y después asumió la paternidad del niño adjudicándole el nombre sugerido por el ángel (v. 25b). La materialidad de la vida cotidiana se impone, subraya Mateo, quien agrega que la relación conyugal entre María y José no fue una ficción. Jesús es colocado, así, en medio de una historia de amor, en el seno de una familia común y corriente para participar de la vida de su pueblo sin ninguna forma de fingimiento. Y lo primero que va a aflorar en la historia es el conflicto con el poder, pues la narración mateana, aunque no insiste como lo hace Lucas, en subrayar las responsabilidades civiles de la pareja para justificar su viaje hacia Belén, presenta al antagonista político e ideológico de Jesús sin medias tintas ni eufemismos. El cap. 2 inicia con la figura de Herodes, el gobernante autosuficiente, contrapuesto a la de los visitantes extranjeros que buscan al Mesías judío, en abierto contraste con las inclinaciones nacionalistas de un judaísmo cerrado y conservador. Esa línea de pensamiento viene desde la genealogía del cap. 1, en la que sorpresivamente aparecen integradas, con todo derecho, varias mujeres extranjeras. Ahora, los magos representan el tipo de audiencia que Mateo supone como esperable en el marco de la misión futura de Jesús. Su fe e insistencia en adorar al “rey de los judíos” (2.2b) se opuso radicalmente al boato y magnificencia en los que vivía el poderoso aunque sumiso Herodes, una especie de virrey con aspiraciones.
La cercanía de Dios, materializada en el Niño de Belén, surge en medio de una feroz oposición por parte del poder espurio de Herodes, el idumeo que usurpaba el papel de rey en medio de un judaísmo sometido, tan contrario al espíritu de los Macabeos, por ejemplo, que no puede producir sino repulsión. Se trataba de un gobernante falso y entreguista, un instrumento al servicio de los invasores. De ahí que la sola mención de otro “rey de los judíos” que pusiera en entredicho su lugar político debía producirle un rechazo automático y una “turbación” de grandes proporciones que el texto no eNegritasconde (v. 3). Su estrategia homicida y genocida, desatada con la misma orientación que la realizada por el Faraón egipcio en la época del éxodo, coloca a este lacayo del imperio romano en la línea de los gobernantes autoritarios y criminales de todas las épocas. La cercanía de Dios, en este horizonte político y estructural, vendría a mostrarse como una fuerza espiritual contracultural que debería superar el rechazo de los poderosos para afirmarse como una forma efectiva de resistencia creativa al poder asesino. Así es como debe leerse la estrategia divina para librar al niño de la muerte. Jesús va a realizar la presencia de Dios en medio de su pueblo de una manera completamente nueva.

2. Una Navidad más plena y responsable: una lectura “desde abajo”
Los magos, hombres poderosos e ilustrados, astrólogos para mayores señas, se toparon con una señal extraordinaria y fueron conducidos hasta Belén para presentar sus ofrendas al verdadero rey (v. 9). La sociedad judía y su gobernante sometido reaccionan en el mismo sentido, pues la alienación de que son presa les impide reaccionar favorablemente, es decir, para sumarse a la iniciativa de establecer la cercanía de Dios. El poder divino es suplantado por una autoridad política sumamente cuestionada.

Este rey que ha nacido se contrapone al reinante, Herodes. Los judíos no se han percatado del nacimiento del nuevo rey, pero sí los paganos; son éstos los que anuncian su nacimiento al pueblo de Dios. Agitación de Herodes, siempre sospechoso de posibles pretendientes al trono, y de la ciudad entera, al unísono con el tirano que la domina. Ante la noticia, Jerusalén tiene la misma reacción que el rey, no ve en el que ha nacido un posible liberador. De hecho, el pueblo no hará esfuerzo alguno por encontrarlo.
[2]

La lectura social y política del nacimiento de Jesús de Nazaret (un cambio de régimen por el nacimiento de un nuevo gobernante) obliga a replantearse las implicaciones del nombre “Dios-con-nosotros” (quien viene a reinar pero no solamente en los corazones, según la interpretación más “romántica”) mediante una serie de claves espirituales y culturales que “liberen” a la fiesta navideña de los grilletes con que el mercado económico la han secuestrado, pues la entregan más como un producto de consumo que como una posibilidad de redención y con ello siguen atentando contra su capacidad transformadora. Por eso, en países como Uruguay, el más laico de América Latina, paradójicamente la fiesta misma es rescatada de las garras del consumismo al proponerla como una festividad laica, ligada a la celebración de la vida familiar.
[3] La cercanía de Dios tiene que ser vivida, hoy, de una manera casi clandestina, contracultural.
Rafael Aguirre, estudioso español del significado socio-cultural de los orígenes del cristianismo, ha escrito estas palabras sobre lo que estuvo en juego durante la primera Navidad:

Los relatos que están en el origen de la cultura navideña son literatura subversiva, presentan una visión desde abajo que denuncia el orden romano y la teología imperial que lo legitimaba. Pero hoy normalmente no se capta la carga crítica de su lenguaje disfrazado, porque leemos desde arriba lo que está escrito desde abajo. La cultura, gestada por el cristianismo, al hacerse dominante ha sofocado la carga innovadora que tenía en sus orígenes, cuando era aún un fenómeno contracultural.
[4]

Con todo esto en mente es posible atisbar, en medio de tantas distracciones “navideñas”, el sentido en que la fiesta alrededor del nacimiento de Jesús puede y debe ser vivida como un instante supremo en el esfuerzo porque su nombre simbólico (Emmanu-El) se vuelva una realidad, esto es, que se asuma con responsabilidad para tratar de hacer plena esa compañía divina. De otra manera, la historia humana seguirá estando marcada por un derrotero sin rumbo claro y seguiremos en la necesidad de utilizar un “lenguaje disfrazado” para referirnos a la misma realidad, pero desde otra perspectiva, casi oculta y, evidentemente, más contestaría y profética. Celebrar el nacimiento de Jesús implica, más bien, alejarse del adocenamiento impuesto por el consumismo y rescatar su significado como posibilidad efectiva de un nuevo inicio, comenzando con las estructuras petrificadas del poder en turno, para pasar a los demás niveles con fe y esperanza.

Notas
[1] Cit. por David Nacho, “Nos hiciste para ti. Reflexiones para el Adviento”, en www.kairos.org.ar/blog/?p=475.
[2] J. Mateos y F. Camacho, El evangelio de Mateo. Lectura comentada. Madrid, Cristiandad, 1982, p. 27.
[3] Así lo manifiesta el editorial del diario El País, de Montevideo: "En los tiempos que vivimos, es corriente que este deber no se cumpla o no se cumpla como se debe cumplir. Por ello, la renovación constante de la evocación de la llegada del Mesías tiene que actuar como estímulo para que todos, sin excepción, en esta noche de Paz y de Amor que nos recuerda el villancico, acudamos por un instante a un sitio de nuestros corazones para reflexionar y hacer un examen de nuestras conciencias”, www.elpais.com.uy/101224/predit-537426/editorial/feliz-navidad. En Cuba también se vive de otro modo la Navidad: cf. J.A. Paz, “La Navidad te saluda”, en http://alcnoticias.net/interior.php?lang=687&codigo=18696, 23 de diciembre de 2010. En España hay solicitudes de eliminar la fiesta del calendario oficial.
[4] R. Aguirre, “El lenguaje disfrazado de la Navidad”, en El Correo, Vizcaya, 24 de diciembre de 2010, www.elcorreo.com/vizcaya/v/ 20101224/opinion/lenguaje-disfrazado-navidad-20101224.html. Énfasis agregado.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Letra 201, 19 de diciembre de 2010

MENSAJE DE NAVIDAD DEL SECRETARIO GENERAL DEL CONSEJO MUNDIAL DE IGLESIAS

Coros de ángeles proclaman en las alturas el nacimiento de Cristo y humildes pastores propagan las felices nuevas por los campos de Belén. Entre tanto, una madre y un padre cuidan de su hijo recién nacido. En la posada no había lugar
para ellos, por lo que se refugian en un establo junto al ganado. Su situación es muy precaria y, sin embargo, el nacimiento del niño da lugar al canto de los ángeles: “Repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales,/ que alababan a Dios y decían:/ “¡Gloria a Dios en las alturas/ y en la tierra paz,/ buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:13-14).
El esplendor de la Navidad pone de relieve los muchos contrastes que nos
rodean. En primer lugar, se trata de lo que –sorprendentemente– Dios nos ha
dado. La revelación de la gloria en las alturas se da a personas que viven de la tierra, que dependen de pequeñas bendiciones que encuentran en los campos y corrales, en el cuidado de sus ovejas y en la celebración de un nuevo nacimiento. Son ellas las primeras en escuchar la promesa de algo que es mucho más que la mera
supervivencia o los pequeños placeres. Osan imaginar la posibilidad real de que
haya paz en la tierra. El canto de los ángeles los alienta a alabar únicamente a Dios y a buscar la paz con los demás, lejos y cerca.
Los contrastes en las condiciones de vida del mundo actual son por lo menos tan grandes como en los tiempos de Jesús. En todas partes vemos casos extremadamente contradictorios de pobreza y riqueza, tiranía y justicia, violencia brutal y sinceros intentos de reconciliación. Con todo, somos plenamente conscientes de la necesidad de una paz que sea digna de ese nombre: una paz justa para todos.
En esta época del año, al mirar hacia el Año Nuevo, en el Consejo Mundial de Iglesias encontramos aliento en la posibilidad de buscar la paz que nos brinda la
Convocatoria Ecuménica Internacional por la Paz (CEIP) que se celebrará en Kingston, Jamaica, en mayo de 2011. Con la adopción del lema “Gloria a Dios, Paz en la ierra”, la CEIP será la culminación del Decenio para Superar la Violencia (2001-2010) y la ocasión de renovar nuestro compromiso común en favor del establecimiento de una paz justa entre los pueblos.
Le instamos a asegurarse de que su iglesia participará en la CEIP, un acontecimiento al que todas las iglesias miembros del CMI han sido invitadas a enviar a sus representantes. Para el Consejo Mundial de Iglesias la paz constituye un aspecto
esencial de la vida de la comunidad de iglesias y la construcción de la unidad de los cristianos.
Estos días volvemos a escuchar los primeros episodios de la vida de Jesucristo
nuestro Señor y Salvador. Una vez más, nuestros corazones y nuestros espíritus se
sienten renovados y nosotros, en respuesta a ello, nos volvemos a consagrar a la
alabanza de Dios en las alturas y a nuestros ministerios de paz en la tierra. Que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, esté siempre con ustedes.

Pastor Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general, Consejo Mundial de Iglesias

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GUADALUPANISMO Y PROTESTANTISMO (II)

Tal vez sea el historiador británico David Brading, no obstante su filiación católica, quien mejor ha abordado las implicaciones del guadalupanismo en la cultura mexicana. En su monumental estudio La Virgen de Guadalupe. Imagen y tradición (Taurus, 2002), sin dejar de mostrar las ambigüedades que este culto ha tenido desde su surgimiento, discute si efectivamente es un componente de la identidad mexicana. En el capítulo correspondiente al apocalipticismo de la imagen misma, Brading expone que los fundamentos teológicos del guadalupanismo proceden, más que de una lectura de Apocalipsis 12, de una interpretación sesgada a favor de la identificación de la Virgen María con la Guadalupana, en un esfuerzo sincrético por utilizar el culto ancestral a Tonantzin en el cerro del Tepeyac. Así, Brading muestra que el principal “evangelista guadalupano” (término acuñado por Francisco de la Maza) fue , cuya interpretación y sustentación teológica se impuso como canónica, gracias a que en 1648 publicó Imagen de la Virgen María, Madre de Dios, Guadalupe, donde se acerca a Apocalipsis 12 para relacionar el texto con las características del icono guadalupano mediante un lenguaje barroco y ligado
al criollismo, así como a la creencia en la Virgen María como Regina coeli (Reina de los cielos), tomada del simbolismo, supuestamente “mariológico”, de Ap 12, de larga tradición en el catolicismo antiguo. La difusión de este libro y su influencia posterior levantaron el fervor guadalupano que se encontraba muy decaído. Brading acepta que esta influencia fue definitiva y que se estableció como genuina creencia criolla, es decir, relacionada con algunos de los ímpetus que posteriormente desembocarían en la lucha por la Independencia.
Además, otro “factor bíblico”, poco conocido por el protestantismo, fue el uso criollo del Salmo 147 para legitimar la “deferencia” con que la Virgen trató al pueblo mexicano, basado en las palabras “…con ninguna nación obró así” (Non fecit taliter omni nationi), con que cierra dicho salmo y que fueron proferidas por el papa Benedicto XIV al conocer la copia de la imagen guadalupana realizada por el notable pintor Miguel Cabrera. Desde 1681, este salmo fue colocado en el imaginario católico para formar parte de la liturgia, aun cuando se falseaba su contexto original.
Estas “lecturas bíblicas guadalupanas” resultan inaceptables para un protestantismo profundamente antimariano, que fue y es mayoritario, por lo que tuvieron que venir, hasta hace pocas décadas, las relecturas liberadoras del mito guadalupano para comenzar a hablar y trabajar en cierto lenguaje común, algo que, por cierto, no se ha realizado del todo, pero que tiene puntos de contacto en aspectos tan decisivos como el papel de la mujer en la Iglesia. Pues si se acepta que el protestantismo ha avanzado lentamente en este terreno, uno de los obstáculos simbólicos, pero no por ello menos efectivos, para el avance de la reivindicación de la mujer en todos los ámbitos es precisamente el estereotipo de sumisión y obediencia producido por el guadalupanismo en general. En ese sentido, merecen mucha atención las lecturas antropológicas y culturales del fenómeno guadalupano, como las realizadas por Clodomiro Siller, por ejemplo.
A estas alturas del desarrollo religioso en México y América Latina, es desesperante ver cómo las fuerzas más retardatarias siguen manipulando los símbolos religiosos para perpetuar la opresión de los grupos sociales más vulnerables. A la cada vez más documentada crítica sobre los nulos efectos de la exaltación de María en la dignificación de las mujeres hay que contraponer una praxis verdaderamente liberadora (en las todas iglesias) que retome los modelos bíblicos femeninos y exploten su potencial para la construcción de identidades femeninas sanas y que contribuyan a la transformación social.
El protestantismo de hoy no puede ni debe seguir en una línea crítica del guadalupanismo, con todo y que observe sus debilidades, mientras no ofrezca una auténtica alternativa de inculturación respetuosa del mensaje cristiano para el ámbito mexicano, un esfuerzo que ha quedado trunco en muchas de sus manifestaciones de diálogo con lo que en otras épocas se denominaba “la cultura nacional” y que hoy se caracteriza por una enorme pluralidad de manifestaciones. (LC-O)

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TRAS MARCHAR CON LA VIRGEN, BUGANZA SE REÚNE CON EVANGÉLICOS
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Veracruz, 15 de diciembre. La Secretaría de Gobernación emitió un comunicado donde
dan cuenta de una reunión que el titular de esa dependencia, Gerardo Buganza
Salmerón, se vio orillado a realizar luego de haber participado en una procesión católica en horas de trabajo. Buganza marchó en una procesión en honor a la Virgen de Guadalupe el pasado sábado a la una de la tarde, hecho que llamó la atención de la comunidad evangélica, quienes señalaron que el secretario de gobierno debería respetar el estado laico.
Lo anterior fue declarado por Guillermo Trujillo Álvarez, presidente de la Red
Evangélica del Estado de Veracruz, quien días después fue citado por Buganza a una reunión en su despacho, en palacio de gobierno. En el comunicado citan palabras que
habrían sido mencionadas por Trujillo en dicha reunión y con las cuales quedaría
zanjada cualquier polémica en torno a la fe católica del segundo hombre en importancia en el gobierno estatal de Veracruz.
"Colaboraremos fuertemente en el aspecto social, sobre todo porque hemos encontrado las puertas abiertas de esta oficina que es la encarga de la política interna del
estado", dice el texto. Según el escrito, el religioso "dijo sentirse sorprendido con la buena atención y sensibilidad del ingeniero Gerardo Buganza Salmerón".
Se informa que a la reunión asistió Rafael Ramos Sánchez, vicepresidente de esa
red que representa a dos mil ministros de culto y se integra por 12 organizaciones,
denominaciones y asociaciones religiosas.

DESMIENTE EVANGÉLICOS REUNIÓN
La Jornada Veracruz, 15 de diciembre


La Red Ministerial de Iglesias Evangélicas del Estado de Veracruz (Remaver) desmintió que el secretario general de Gobierno, Gerardo Buganza S., los haya convocado al diálogo o se haya entrevistado ya con algunos de los ministros de culto, y acusaron que el único credo que le interesa al funcionario es el
católico, por lo que acudieron a entregarle un oficio para saber cómo van a ser tratados el millón de veracruzanos de otras religiones en esta administración, porque tal parece que se está poniendo en riesgo la salud del Estado laico.
Guillermo Trujillo Álvarez, presidente de la Remaver, que aglutina a 2 mil ministros
evangélicos en la entidad, pidió que Buganza y el gobernador Javier Duarte de Ochoa
respeten el principio de laicidad que les fija la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley de Asuntos Religiosos.
Los funcionarios –dijo– no deben expresar públicamente sus preferencias religiosas ya que tienen un cargo público que no les permite hacerlo; “una, porque viola el Estado laico y la Ley de Asuntos Religiosos, que señala que cualquier funcionario no puede expresar públicamente su preferencia religiosa. Esperamos que no se esté poniendo en riesgo la salud del Estado laico, de un estado, y de un país y esperemos que asistan a un evento de carácter evangélico.
”Hay varios puntos en lo referente a educación que debemos tratar con el gobierno, que los niños no sean obligados a asistir a eventos que los ponen como culturales
y que son netamente espirituales, de una sola raíz, por eso pedimos trato equitativo, que así como se le da apoyo a las diferentes fiestas patronales y fiestas de raíz y de tradición católica, también se le dé a los eventos de carácter evangélico, merecemos un trato igualitario”. […]

Culto de oración y estudio, 21 de diciembre de 2010

JOB REAFIRMA SU CONFIANZA EN DIOS (Job 19)
Modera: Hno. Mauricio Magallanes


JOB 19.1-12
Nueva Versión Internacional


¿A esto, Job respondió:
“¿Hasta cuándo van a estar atormentándome
y aplastándome con sus palabras?
Una y otra vez me hacen reproches;
descaradamente me atacan.
Aun si fuera verdad que me he desviado,
mis errores son asunto mío.
Si quieren darse importancia a costa mía,
y valerse de mi humillación para atacarme,
sepan que es Dios quien me ha hecho daño,
quien me ha atrapado en su red.
Aunque grito: "¡Violencia!", no hallo respuesta;
aunque pido ayuda, no se me hace justicia.
Dios me ha cerrado el camino,
y no puedo pasar;
ha cubierto de oscuridad mis senderos.
Me ha despojado de toda honra;
de la cabeza me ha quitado la corona.
Por todos lados me destroza,
como a un árbol;
me aniquila, y arranca de raíz mi esperanza.
Su enojo se ha encendido contra mí;
me cuenta entre sus enemigos.
Sus tropas avanzan en tropel;
levantan una rampa para asediarme;
¡acampan alrededor de mi carpa!

Culto de adoración y Escuela de Formación Cristiana, 19 de diciembre de 2010

¡NACIÓ EL LIBERTADOR!: HACIA UNA NAVIDAD PLENA

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO
Dirige: A.I. Martha Aguilar A.

INTROITO

María dijo: "Mi alma alaba la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en
Dios mi Salvador”.
LUCAS 1.46-47, Dios Habla Hoy

Preludio, Jacobo Núñez C.

¡QUEREMOS ADORAR AL REDENTOR!
Ministro: Dios tiene siempre misericordia de quienes lo reverencian./ Actuó con todo su poder:/ deshizo los planes de los orgullosos,/ derribó a los reyes de sus tronos/ y puso en alto a los humildes.
Comunidad: Llenó de bienes a los hambrientos/ y despidió a los ricos con las manos vacías./ Ayudó al pueblo de Israel, su siervo,/ y no se olvidó de tratarlo con misericordia.
Todos/as: Así lo había prometido a nuestros antepasados,/ a Abraham y a sus futuros descendientes. Amén.
LUCAS 1.48-55

* Oración de ofrecimiento

* Himno “¡Majestad!” (235) JACK HEYFORD

ORAMOS SINCERAMENTE EN BUSCA DE COMUNIÓN
Ministro: Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu que da vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley del pecado y de la muerte.
Confesión comunitaria. (Se ora en silencio; quien preside hace una oración
audible.)
Unidos/as: Dios envió a su propio Hijo en condición débil como la del hombre pecador y como sacrificio por el pecado […] Lo hizo para que nosotros podamos cumplir con las justas exigencias de la ley, pues ya no vivimos según las inclinaciones de la naturaleza débil sino según el Espíritu. Amén. ROM 8

* Himno "Oh, aldehuela de Belén" (130, P. BROOKS/ TRAD.: T.M. WESTRUP

10:50-11.45: DISTRIBUCIÓN POR GRUPOS

CREEMOS EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
Salutaciones y bienvenida
* Himno "Oh santísimo, felicísimo" (121), J.D. FALK/ TRAD.: F. FLIEDNER

NOS UNIMOS EN LA PLEGARIA
Himno “Dios cuidará de ti” (366), C.D. MARTIN/ TRAD.: V. MENDOZA
Oración de intercesión

BUSCAMOS SU PALABRA CON ANSIA
* Lectura del Antiguo Testamento, ISAÍAS 35
* Lectura del Nuevo Testamento, GÁLATAS 4.1-15

LA LUZ QUE VIENE A ESTE MUNDO
Encendido de la cuarta vela de Adviento, FAM. MEDINA-PASTOR

Ministros/as: Preparemos la iglesia y el mundo para Aquel que viene en paz. No hay lugar en la tierra donde esta promesa de Dios no sea esperada.
Comunidad: El seno materno para nutrir la vida divina se encuentra en la gracia sorprendente a nuestro alrededor.
Todos/as: Desde lo profundo de nuestro interior, la alegría salta expectante. ¿Nos atreveremos a creer que Cristo está llegando? En fe, esperaremos en humilde esperanza. Amén.

Participación del Coro Laudate Dominum
“Canon de Adviento”, W.A. MOZART
Villancico céltico de Adviento, D. ANGERMAN
“Canto de los pastores”
“Canto de los magos”, TRADICIONAL PUERTORRIQUEÑO

Mensaje: NAVIDAD Y ESPERANZA HUMANA EN EL SIGLO XXI
Pbro. L. Cervantes-Ortiz

LEVANTAMOS LA ESPERANZA
Participación del Coro Laudate Dominum

“Caminito de Belén”, A. MÁRQUEZ
“Arrullo”, VILLANCICO MEXICANO
“¿Qué niño es éste?”, ARR. A.W. REAM
“¿Fuiste tú?”, N. SLEETH
“Quodlibet de Navidad”, D. PENINGER

OFRENDAMOS LA VIDA
Ofertorio: Honra al Señor con tus riquezas y con los primeros frutos de tus cosechas; así se llenarán a reventar tus graneros y tus depósitos de vino. PROVERBIOS 3.9-10
Consagración y presentación
Participación coral: “Quisiera yo…”, SALATIEL PALOMINO L.
Intereses de la comunidad

EN MEDIO DEL MUNDO CON SENTIDO DE MISIÓN
* Bendición pastoral
I JUAN 5.20 (Unidos/as)

Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero. Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su Hijo
Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna. Amén.

Bendición coral: “¡Santa la noche!”, ADOLPH ADAM

Postludio

Navidad y esperanza humana en el siglo XXI, L. Cervantes-Ortiz

19 de diciembre de 2010

1. La “Navidad” según san Pablo
Sabemos muy bien que sólo hay cuatro evangelios canónicos y que sólo dos de ellos narraron los sucesos relacionados con el nacimiento de Jesús. Nadie en su sano juicio incluiría a San Pablo entre los “promotores” de la fiesta navideña como tal, pero no nos engañemos pues eso no significa que el apóstol de los gentiles no tuviera en alta estima el hecho mismo de la encarnación del Hijo de Dios en el mundo, aunque con una mirada sumamente crítica y aguda. Su percepción del nacimiento de Jesús se enmarcaba en el contexto mayor de la historia de la salvación y del esfuerzo divino por superar las limitaciones impuestas por una interpretación de la Ley religiosa antigua que en vez de acercar a la humanidad a las consecuencias de la salvación, la mantenía alejada debido a la primacía de las prácticas rituales externas. De este modo, el apóstol situaba la aparición de Jesús en la historia como parte del inicio de un nuevo éon, es decir, de la nueva etapa de relación de Dios con la humanidad y con la formación de un nuevo pueblo que dejara atrás la amarga aunque enriquecedora experiencia de Israel. Para él, la Navidad vendría a ser algo así como la punta del iceberg del trabajo de Dios por traer a la luz una etapa de libertad y dignificación de la vida en medio de tantos signos de muerte. El nacimiento de Jesús no fue un hecho aislado sino que se coloca en el centro y la raíz de la consumación de la salvación.
Dos pasajes llaman suyos llaman profundamente la atención al respecto: el primero, en II Corintios 5.16 (“De manera que nosotros en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así”), donde se refiere a la presencia física de Jesús y la redefine como una etapa fundamental que debe dar lugar a otra fase en la conciencia de la redención. Fustigaba así la obsesión de los discípulos “directos” de Jesús por subrayar que ellos habían estado cerca del “Jesús histórico” y destacaba la importancia de estar en una relación de redención con el Cristo resucitado. Los llamados por él “súper apóstoles” (II Co 11.5; 12.11), al destacar la presencia física de Jesús, corrían el riesgo de desvirtuar o relegar la relación espiritual con él y el compromiso de situarse al lado suyo en la tarea de transformar las vidas humanas para estar en sintonía con su Reino presente y futuro.
El segundo, en Filipenses 2.5-8 (“Haya pues en vosotros el mismo sentir de Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres”), destaca la actitud de Jesús, como iniciativa propia, por “tomar la forma humana” para hacerse presente en la historia y participar en ella mediante la obediencia estricta a la voluntad de su Padre y así establecer las bases para consolidar la redención. Jesús, como “persona consustancial al Padre”, se abajó, se humilló (kénosis, “vaciamiento”), para poder estar a la altura humana y, sin ninguna forma de fingimiento, demostrar que es posible obedecer a Dios y hacer visible su obra en el mundo. Para Pablo, Jesús renunció al lugar especial que tenía junto a Dios, y obtuvo un lugar sin privilegios entre los seres humanos. “Es notable que Pablo hable del despojo y la humillación cuando no está mencionando los conocidos detalles: El pesebre, el establo y la modestia económica de sus padres. Aún sin mencionar estos detalles, la perspectiva teológica de este autor lo lleva a concluir que Jesús se humilló”. La Navidad, para Pablo, más que un hecho o una festividad, fue parte del proceso de salvación iniciado por Dios desde la creación misma, pues representa la manera en que Dios siguió insertándose en la historia, ahora en la vida concreta de su Hijo en el mundo.

2. Navidad, ley y esperanza en Gálatas
Gálatas 4, en ese sentido es un pasaje en el que Pablo toma partido abiertamente por una interpretación anti-legalista y esperanzadora del nacimiento de Jesús. Podríamos decir que se trata de una “lectura liberadora” del acontecimiento, pues sus afirmaciones las coloca al lado de una exposición acerca de la superioridad de la fe sobre la ley: “Pero antes de que viniese la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada” (3.23). Más allá de cualquier esquema salvacionista, sometido por una visión meramente religiosa, el apóstol va a la raíz del problema: la fe requiere ser vista como un elemento superior en la relación con el verdadero Dios puesto que coloca al ser humano en una relación auténticamente espiritual que no depende de formas externas. Dicho de otro modo: la fe produce su propia dinámica de interacción con Dios y es capaz de liberar a las personas del ritualismo externo, aunque éste siga siendo parte de los actos comunitarios de culto, pero cuyo efecto o importancia pueden ser relativizados mediante una praxis efectiva de la espiritualidad en todos los ámbitos de la vida. De ahí que cuando llega al punto en donde afirma que “…nosotros, cuando aún éramos niños [sometidos a los rituales exteriores], estábamos en esclavitud bajo los rudimentos [las formas y artificios religiosos]” (4.3).
Es entonces cuando Pablo da el salto cósmico, histórico y existencial para situar el nacimiento de Jesús como parte del proceso de superación de la ley, como “cumplimiento del tiempo” (pléroma tou xronou: adentro del tiempo cronológico, histórico), de la plenitud de los designios divinos, de la madurez de la historia humana de salvación, pero sólo mediante la experiencia de vivir bajo ella, previo “nacimiento de una mujer”. Como dice Benjamín Hernández: “Pablo no hace una narración anecdótica, sino una descripción teológica de las implicaciones de los eventos que se dieron esa noche [“navideña”]”. Y no llega al punto de restar importancia a los detalles de esa noche; más bien, desea profundizar en el enorme trasfondo redentor que ocasionó el nacimiento de Jesús. Por eso el mismo verbo nacer (genómenon) es tan importante, porque implica un auténtico inicio “dentro de la historia” El propósito de la Navidad, dice Pablo en otras palabras, es “redimir a los que estaban bajo la ley” (v. 5) y a través de un nuevo inicio (otro nacimiento, otra creación: II Co 5.17) sumarse a la nueva humanidad iniciada por Jesús como “segundo Adán” (Romanos). En el esquema salvífico paulino en Gálatas, esto sucede gracias a la adopción como hijos verdaderos, una figura jurídica que se impone sobre los lazos de sangre, pero que tiene el mismo valor, en lo que acaso sea uno de los más grandes logros de la ley humana y ahora divina:

Pablo creía y afirmaba que el envío del Hijo de Dios sucedió en el nudo de la Historia de la salvación. Por ello, el pueblo de Cristo son esos “para los que ha llegado el fin de los tiempos” (I Co 10.11, cf. Mr 1.15). […] Pero enfatiza que el nudo de la Historia de la salvación, señalado con la venida de Cristo (cf. 3.24: eis Xriston) o la llegada de la “fe” (cf. 3.23, 25), constituye la época establecida por Dios para que el pueblo de Dios reciba la herencia como hijos e hijas maduros y responsables. La venida de Cristo convierte esta época concreta en pléroma tou xronou”.

Es decir, Pablo concluye diciendo que esta madurez y responsabilidad de los hijos e hijas de Dios los conducirá a la verdadera humanidad, a la verdadera libertad, propósito supremo de la salvación en Cristo Jesús. De esta manera es posible que se cumpla la máxima aspiración humana en el marco de la voluntad divina. Así es como la “Navidad” alcanza sus objetivos específicos.

El cántico de María, Dietrich Bonhoeffer


Este canto de María es el himno de Adviento más antiguo. Es al mismo tiempo el himno de Adviento más apasionado, el más libre y, podríamos decir, el más revolucionario jamás cantado. La que habla aquí no es la dulce, tierna y soñadora María que vemos a veces en algunas pinturas, sino la apasionada, entregada, orgullosa y entusiasta. Este cántico no tiene nada de los tonos dulces, nostálgicos y hasta lúdicos de algunos de nuestros villancicos de Navidad. Es, por el contrario, un cántico duro, fuerte e inexorable sobre el derrumbamiento de los tronos y la humillación de los
señores de este mundo, sobre el poder de Dios y la impotencia de la humanidad. Éstos son los tonos de las profetisas del Antiguo Testamento que ahora cobran vida en los labios de María.

Navidad, profecía y poesía en San Lucas y Joseph Brodsky, L. Cervantes-Ortiz

18 de diciembre, 2010
Mientras más fuerza tiene,
más se acerca el milagro a nosotros.
J.B.

Si a alguno de los evangelistas se puede calificar de “navideño” es a San Lucas, pero no en el sentido convencional, es decir, dominado por un ánimo festivo o superficial. Más bien, habría que decir que Lucas intentó captar el sentido profético del suceso desde el hecho de que es el único que consigna la respuesta de la futura madre de Jesús al anuncio de su nacimiento como Mesías mediante un cántico que puede verse como revolucionario, pues afirma que Dios desea dar el poder a los humildes y sometidos: “Quitó de los tronos a los poderosos y exaltó a los humiles” (1.52) y que colmará de bienes a los necesitados. Lejos de los impulsos judaizantes de Mateo y con una visión más universal del acontecimiento, Lucas transmite los sucesos con una perspectiva profética y humana que no deja de ver la manera en que Dios responde a las necesidades del momento a través de lo más inesperado: un niño peregrino, pobre y débil que aparece en medio de la historia para partirla en dos y hacer visibles las promesas antiguas no sólo para los judíos sino para todo ser humano, nacido y por nacer.
Con este propósito tan vasto, Lucas utiliza sus recursos narrativos para estabecer, como telón de fondo, las realidades de vidas complicadas pero llenas de esperanza. Es el caso de la propia María, de los esposos prima Elizabeth y Zacarías (padres de Juan Bautista), los pastores o los piadosos ancianos Simeón y Ana, la profetisa. Su actitud de fe anuncia aquella que debería brotar alrededor del Niño de Belén para iniciar el camino que, inevitablemente, lo llevaría a la cruz, en fiel cumplimiento del proyecto divino de levantar un poder mayor que el del Imperio Romano, y que traería una verdadera paz a las personas sometidas por éste. La esperanza genuina en la venida plena del Reino de Dios al mundo fue vivida a flor de piel por cada protagonista de esta historia, tan conocida que, por ello, en ocasiones, ha perdido su capacidad de deslumbrarnos por su sencillez y por su provocación a los poderes dominantes. Cuando Jesús nace, dice Lucas, loos cielos se abren y se comunican con la tierra para celebrar la buena voluntad de Dios para toda criatura (2.14).
Joseph Brodsky (San Petersburgo, 1940-1996), por su parte, fue un poeta ruso que obtuvo el Premio Nobel en 1987 y que, al lado de Ana Ajmátova y Marina Svetáieva, a quienes mencionó en su discurso de recepción del Premio Nobel de Literatura en 1987, formó una trilogía brillantes de autores en el siglo XX. Brodsky abandonó sus estudios escolares a los quince años para desempeñar diversos oficios, aprender lenguas y escribir sus primeros poemas. Sus actividades literarias no fueron bien vistas por el régimen soviético el que, en 1963, lo sentenció a cinco años de trabajos forzados acusándolo de “parasitismo social”. Gracias a la intervención de varios escritores y artistas célebres, sólo cumplió uno y medio de condena en el helado norte ruso.
Como narra Antonio Sarabia, “en una dacha de Komarovo, donde convivió un tiempo con su amigo Aksel Berg, contemplaba a diario una página tomada de una revista polaca que estaba sobre su estufa de cerámica. El recorte representaba la adoración de los magos y fue el origen de sus poemas de Navidad, de los que se propuso escribir uno cada año como ‘una especie de felicitación de cumpleaños’. Lo que lo conmovía, e incluso ‘agobiaba’ al poeta ruso era el peso de esa fecha, 25 de diciembre, en el cómputo de la vida humana. El hecho de que el nacimiento de un ser pudiera dividir la historia en dos mitades, que la categoría ‘antes de Cristo’ abarcara no sólo a César Augusto y a todos sus antepasados sino también a las diferentes edades Geológicas remontándose hasta el principio del tiempo. Del mismo modo, la clasificación ‘después de Cristo’ incluye no nada más los dos mil años transcurridos hasta nuestros días, sino todos lo que restan por venir”.
Exiliado desde 1972 en Estados Unidos, con su primer sueldo de profesor se pagó un viaje a Venecia, adonde escribiço muchos de sus poemas de Navidad. Y donde descansan sus restos. “Mucho de la magia de estos poemas, en versos pareados imitando las rimas del folklore popular, se pierde forzosamente en las traducciones [...]El espíritu, sin embargo, está en ellos...”. Escuchémoslo y disfrutemos de su diálogo actual con el sentido original de la primera Navidad, la evocada por San Lucas.

24 de diciembre de 1989
Imagina, encendiendo una cerilla, aquella noche en la cueva:
utiliza para sentir el frío de las grietas del suelo;
para sentir el hambre, la vajilla apilada,
y el desierto… el desierto está en todas partes.

Imagina, encendiendo la cerilla, aquella medianoche en la cueva:
el fuego, las sombras de los animales o de las cosas,
e imagina, con tu cara confundida en los pliegues de la toalla,
a María, a José, y el hatillo con el niño.

Imagina a tres reyes, la procesión de sus caravanas
hacia el portal; o mejor, tres rayos que alcanzan
la estrella, el crujido de su carga, el sonido de las campanillas
(en el azul espeso, el Niño aún no cuenta
con el eco de una gran campana).
Imagina que el Señor en el Hijo del Hombre por vez primera
se reconoce a Sí mismo, a una distancia remota, en las tinieblas:
un vagabundo en otro vagabundo.

24 de diciembre de 1986Cae la nieve dejando al mundo reducido.
En esta época, se dan el desenfreno, los Pinkerton,
y te descubre a ti mismo, de cualquier manera,
la huella impresa en ella con descuido.
Esos hallazgos no exigen tributo.
Silencio por todo el barrio.
¡Cuánta luz se metió en ese trozo de estrella
al llegar la noche! Tanta como fugitivos en una balsa.
No te ciegues, ¡mira! Tú también eres huérfano,
desarraigado, canalla, estás fuera de la ley;
no busques, porque nada tienes. De tu boca,
Como de un dragón, salen bocanadas de humo.
Mejor será que reces en voz alta, como un segundo nazareno,
por los reyes sin reino que vagan con sus presentes
en ambos confines de la tierra,
y por todos los niños en sus cunas.

24 de diciembre de 1971
En Navidad todos somos un poco Reyes Magos.
Empujones y barro en los abastos.
Por una caja de turrón de café,
gente cargada con montones de paquetes
emprende el asedio del mostrador:
cada cual hace de Rey y de camello.

Cestas, bolsas, paquetes, envoltorios,
corbatas torcidas, gorros.
Olor a vodka, a pino a bacalao,
a mandarinas, a canela y a manzanas.
Un caos de caras y no se ve, entre la nieve,
el camino que lleva a Belén.

Y los portadores de estos modestos presentes
saltan a los transportes, se abalanzan sobre las puertas,
desaparecen en los huecos de los patios,
sabiendo incluso que el portal está vacío:
no hay animales, ni pesebre, ni Aquélla
sobre quien brilla un nimbo dorado.

El vacío es absoluto. Pero sólo al pensar en ella,
ves de pronto una luz que viene de quién sabe dónde.
Si Herodes supiese que, por más riguroso que fuera,
el milagro sería tanto más cierto, inevitable…
En el rigor de esa ley está
el mecanismo clave de la Navidad.

Y lo que se festeja ahora por todas partes
es Su Advenimiento, que pone juntas
todas las mesas. Aún, quizás, no necesiten la estrella:
aunque la buena voluntad de los hombres
se distingue de lejos,
y los pastores encendieron hogueras.

Cae la nieve. No echan humo sino suenan las trompetas
de las chimeneas en los tejados. Y las caras son manchas.
Herodes bebe. Las mujeres esconden a los chicos.
¿Quién se aproxima? –nadie lo sabe:
ignoramos cual es su señal, y los corazones
puede que no reconozcan al forastero.

Pero, cuando en el umbral el aire disuelve
la espesa niebla nocturna
y surge la figura con su manto,
al Niño y al Espíritu Santo,
los sientes dentro de ti sin avergonzarte;
miras al cielo y ves la estrella.

Pesebre (24 de diciembre de 1991)
El Niño, María, José, los Reyes,
los pastores envueltos en las pieles,
animales, camellos, sus guías…
Todo convertido en figuritas de arcilla.

Sobre la nieve de algodón, rociada de purpurina,
arde la hoguera. Y apetece tocar con el dedo
el papel de plata de la estrella; con los cinco mejor
como entonces lo quiso el Niño de Belén.

Entonces en Belén todo era más grande; pero la arcilla,
con el baño de plata por encima
y el algodón esparcido alrededor,
gustaba hacer el papel de lo que había desaparecido.

Ahora eres más grande que todos ellos. Tú,
como un transeúnte a medianoche, desde inalcanzable altura,
te asomas a la ventana del cuartucho-,
y contemplas desde el espacio estas pequeñas figuras.

Allí la vida sigue igual, igual que unos disminuyen
con los siglos en su volumen,
y otros crecen –como ocurrió contigo- .
Allí luchan con copos de nieve las figuritas,
y la más pequeña prueba el pecho.
Y uno tiende a cerrar los ojos, o… a abreviar el trecho
que le separa de otra galaxia, donde tú desprendías
luz en un sórdido desierto –como en las arenas de Palestina.

(Traducción de Svetlana Maliavina y Juan José Herrera de la Muela)

Fuga a Egipto (2)
En una cueva (¡buena o mala, pero un techo!,
¡y más segura que cualquier ángulo derecho!),
en una cueva los tres se hallaban refugiados,
olía a heno y a vestidos usados.

También el lecho de heno era.
Afuera la nevasca batía las arenas.
Y recordando la molienda de ayer,
en duermevela se movían mula y buey.

Crujía la hoguera, María rezaba.
José, fruncido el ceño, miraba las llamas.
Y el niño, demasiado pequeño todavía,
para hacer otra cosa, dormía.

Atrás quedaba un día más, con sus alarmas,
sus temores y las locas palabras
de Herodes que había mandado perseguirlos,
y un día menos para alcanzar los siglos.

Aquella noche fue para los tres de paz.
El burro huía por el hueco del lugar
para no alarmarlos. Sólo el buey dormido
(o fue la mula) lanzó un hondo suspiro.

Por el umbral miraba una estrella.
Y entre ellos el único capaz de saber
lo que significaba aquella mirada
era el niño, pero el niño callaba

Diciembre de 1995

domingo, 12 de diciembre de 2010

Letra 200, 12 de diciembre de 2010


GUADALUPANISMO Y PROTESTANTISMO EN MÉXICO (I)

Ciertamente resulta difícil para el protestantismo mexicano afrontar la tarea de revalorar el culto guadalupano. Primero, porque tradicionalmente se ha dicho que el guadalupanismo forma parte de la identidad nacional, algo que, por ejemplo, subraya el teólogo chicano Virgilio Elizondo al referirse a los católicos que se hacen protestantes en Estados Unidos: “No quiero decir que todo hispano debe seguir siendo católico a fin de ser hispano, pero lo que digo es que cuando un hispano deja de ser católico (de participar en las expresiones religiosas de nuestro pueblo), él o ella dejan de ser hispanos”. Recientemente, el Episcopado mexicano, en su carta pastoral sobre el Bicentenario, ha insistido, una vez más, en este hecho. (“Es un acontecimiento fundante de nuestra identidad nacional”, afirma.)

En segundo lugar, porque la fe protestante en América Latina, tan combatida por el catolicismo en otras épocas, ha criticado radicalmente el uso misionero hispánico de una deidad prehispánica a la que se sobrepuso la imagen de una advocación española de la Virgen María, con el propósito sincrético de imponer la doctrina “romanista”. Y tercero, porque, aparentemente, los asideros bíblicos, teológicos e históricos del guadalupanismo siempre han implicado una relectura sumamente sesgada de Apocalipsis 12 a fin de justificar forzadamente el mito de las apariciones y relacionar este culto con una visión pretendidamente centrada en la figura de la madre de Jesús. Otro asunto, colateral, pero no menos importante en este tema, es la manera en que el “protestantismo histórico” ha percibido las expresiones populares del guadalupanismo, mediante una crítica radical a sus componentes más visibles y cuestionables como la laceración corporal de los peregrinos y otros excesos. Estudiosos tan serios como Robert Ricard no han vacilado en señalar que el culto guadalupano es una invención “nacida, madurada y establecida bajo la active influencia del episcopado, en medio de la indiferencia dominica y agustina, y a pesar de la ansiedad hostil de los franciscanos”.

Si a esto se agrega el último componente que representa la beatificación del indígena Juan Diego, principal “testigo” de las apariciones, a pesar de las enormes dudas acerca de su existencia histórica (además de que su imagen corresponde más a la de un típico español de la época), incluso en ambientes católicos, situación que fue precedida por el escándalo que ocasionaron las opiniones del abad Guillermo Schulemburg sobre el evento guadalupano, reforzadas por las apreciaciones de algunos historiadores de la misma fe, se verá que, desde tiempos muy antiguos se debatió el y origen y sentido del guadalupanismo.

Un ejemplo notable de esto último es el sermón pronunciado por Fray Servando Teresa de Mier el 12 de diciembre de 1794, en el que puso en tela de juicio la doctrina histórico-política cimentada en las apariciones (visto también como la búsqueda de una justificación teológica para la independencia de América). De este modo resume Alejandro Rosas la el contenido y la importancia de dicho documento y las reacciones que provocó (entre ellas el exilio del predicador, precursor del movimiento de Independencia): En su sermón guadalupano correspondiente a ese año expuso sus consideraciones acerca de la aparición de la Virgen –que no eran otras que las sostenidas por el nacionalismo criollo de la segunda mitad del siglo XVIII. En ellas no negaba el milagro guadalupano, pero lo situaba siglos antes de 1531, en las primeras décadas de la era cristiana. Su premisa inicial sostenía que la “imagen de Nuestra Señora de Guadalupe” no estaba pintada en la tilma o ayate de Juan Diego, sino en la capa de Santo Tomás apóstol quien, llevando la palabra de Dios hasta los confines del mundo, había llegado al continente americano. Hacia el año 44 de nuestra era los indios veneraban la imagen en el cerro de Tenayuca, en donde Santo Tomás la había depositado, pero varios infieles habían renegado de la fe cristiana y habían atentado contra la imagen guadalupana. Para protegerla, el apóstol la escondió y diez años después de la conquista, la Virgen se apareció frente a Juan Diego, le mostró la capa de Santo Tomás y le ordenó que la llevara ante fray Juan de Zumárraga. El resto de la historia era de todos conocida. La jerarquía eclesiástica estimó absurda esta interpretación –por decir lo menos, propia de un enemigo de la religión y de la virgen, razones de más para desterrarlo de la Nueva España; sin embargo, su trasfondo era claramente político: si la conquista y dominación española se habían justificado en nombre de la evangelización, al aceptarse la exégesis de fray Servando de que tiempo antes de la llegada de los conquistadores los indios ya conocían el cristianismo, la Conquista quedaba sin legitimación moral, legal y espiritual.

Como se ve, esta tradición religiosa popular presenta no sólo “fallas de origen” sino también enormes debilidades históricas y teológicas, a pesar de que no han faltado teólogos empeñados en demostrar lo contrario, como Richard Nebel. Quizá el extremo de esta interpretación sea la equiparación del Nican Mopohua (códice en náhuatl sobre las apariciones) con los textos canónicos cristianos. El mismo Rosas, responsable de Promoción y Divulgación de la Coordinación Nacional para las Conmemoraciones del 2010, escribe así en una página gubernamental (oficialmente laica): “El milagro guadalupano no se encontraba en el ayate donde, según cuenta la tradición, la madre de Dios plasmó su imagen en 1531, sino en el sentido histórico, en el símbolo en que se convirtió con el paso de los siglos. Desde aquel año, la historia de la virgen de Guadalupe giró básicamente alrededor de su festividad, de sus milagros y de sus distintas procesiones. Pero más allá de la parafernalia religiosa, la supuesta aparición arraigó en la fe popular y más tarde se vinculó con el concepto de patria, de terruño. Si la madre de Dios había decidido aparecerse a un indio en tierras novohispanas, no había lugar a duda, los mexicanos eran un pueblo elegido” (www.inehrm.gob.mx).

Este tipo de redefiniciones religiosas de la historia de México, más propias del oficialismo católico, chocan aparatosamente con estudios serios del capítulo citado del libro de Apocalipsis, en donde, en efecto, se menciona una visión del autor del libro en la cual una mujer vestida de sol, coronada de estrellas y con los pies colocados sobre la Luna, acechada por un dragón, da a luz a un niño y ambos son perseguidos por ese animal mitológico, pero sin lograr destruirlos gracias al cuidado de Dios. (LC-O)

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CONMEMORA GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL 150 AÑOS DE LEY DE LIBERTAD DE CULTOS
Milenio Diario, 7 de diociemnbre de 2010


La Consejera Jurídica del GDF, Leticia Bonifaz, resaltó que con la libertad para profesar cualquier culto se instauró en México el Estado Laico y se fortalecieron las instituciones civiles. Con una ceremonia en el Teatro de la Ciudad el Gobierno del Distrito Federal (GDF) conmemoró el 150 aniversario de la Ley sobre Libertad de Cultos promulgada por el entonces Presidente Benito Juárez, en el marco de las Leyes de Reforma. La ceremonia, en la que participaron especialistas, historiadores y ac-

tores, fue encabezada por la Consejera Jurídica del GDF, Leticia Bonifaz, quien resaltó que con la libertad para profesar cualquier culto se instauró en México el Estado Laico y se fortalecieron las instituciones civiles. “Recibimos el legado del Estado Laico a costa de luchas que costaron muchas vidas, sacrificios, pero que sirvieron para engendrar sueños y que ahora son la piedra angular de nuestras instituciones”, indicó. No obstante, señaló que aun hoy a siglo y medio de distancia, se sigue viviendo al acecho de quienes no están de acuerdo en la separación de la jerarquía católica y de cualquier otra religión con las determinaciones de los poderes libremente constituidos y las leyes que de ellos emanan”. En el evento participó también el especialista investigador y catedrático de la UNAM, Lorenzo Córdova Vianello, quien hizo hincapié en que se equivocan quienes piensan que el Estado Laico es “antirreligioso”. “La laicidad por el contrario es sinónimo de tolerancia y por tanto, garantiza el respeto a que se profese no una sino cualquier religión, se trata de aceptar las diferencias entre uno y otro”, subrayó. Hizo especial énfasis en la línea divisoria que debe separar al Estado de la Iglesia, toda vez que el primero se basa en un relativismo donde todos los puntos de vista son escuchados y debatidos, mientras que la segunda cimienta su fe en base a verdades absolutas. Es por ello, consideró el especialista, que las instituciones religiosas deben mantenerse al margen de las determinaciones de los gobiernos y de las disposiciones, obligaciones y derechos, que se emanan de las leyes.

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PASTOR EVANGÉLICO ASESINADO EL DÍA DEL 150 ANIVERSARIO DE LA LEY DE LIBERTAD DE CULTO

San Cristóbal de Las Casas, 5 de diciembre de 2010. Un grupo de encapuchados asesinó el pasado sábado 4 de diciembre con un machete al pastor evangélico Armando López, en el municipio de La Independencia, en el estado Chiapas, sureste de México, informaron testigos directos de los hechos.
Según el testimonio de Jesús López Hernández, esa tarde él junto con su esposa Flora Morales y el pastor Armando López se trasladaban después de una consulta médica en Comitán hacia la comunidad "Venustiano Carranza" fronteriza con Guatemala. Antes de llegar a su destino, un vehículo los rebasó y se atravesó en su camino obligándolos a frenar. Del vehículo salieron tres sujetos con los rostros cubiertos y con pistolas y machetes en las manos, ordenando a todos bajar del vehículo. Al descender el pastor evangélico le ordenaron que se tirase al suelo, donde sin mediar palabra uno de los encapuchados le asesinó de un machetazo en el cuello. Inmediatamente después, los agresores huyeron en el vehículo, mientras que la pareja, ilesa y aterrorizada, acudió a la comunidad para informar a las autoridades.
Tras lo ocurrido, el coordinador de Comunicación Social del Consejo Estatal de Iglesias Evangélicas de Chiapas, Luis Antonio Herrera, indicó que sólo en este año se han registrado en esa entidad 10 casos graves de intolerancia religiosa que involucran agresiones físicas, hostigamiento, destierros y amenazas contra quienes profesan la fe protestante.

Culto de oración y estudio, martes 14 de diciembre de 2010

BILDAD HABLA DEL DESTINO DE LOS MALVADOS (Job 18)
Modera: Hna. Anita Vázquez


JOB 18.1-18, Dios Habla Hoy


¿Cuándo va a dejar de hablar esta gente?
Si fuera razonable, podríamos hablar.
¿Por qué se nos trata como animales
y se nos considera estúpidos?
¿Crees tú que por desgarrarte rabiosamente
va a quedar desierta la tierra
o las rocas van a cambiar de lugar?
Al malvado se le apagará la luz,
y su fuego no volverá a dar llama.
Su lámpara se apagará;
en su casa no brillará la luz.
Su paso firme perderá fuerza,
y quedará atrapado en su propia trampa.
Se pondrá una red a su paso,
y en esa red quedará atrapado.
Se tenderá un lazo a sus pies,
y alrededor del tobillo se le cerrará el nudo.
La trampa estará oculta en el camino
para atraparle cuando pase.
Por todas partes se siente amenazado;
se siente perseguido a cada paso.
Sus fuerzas se acaban por el hambre;
la desgracia está lista a caerle encima.
La enfermedad, hija preferida de la muerte,
le devora la carne poco a poco.
Arrancado es también de la paz de su hogar
y llevado a rastras ante el rey del terror.
Se prende fuego a su casa;
sus posesiones son rociadas con azufre.
Es como un árbol de raíces secas
y ramas marchitas.
Su recuerdo se borrará de la tierra
y no se volverá a pronunciar su nombre.
Lo arrojarán de la luz a las tinieblas;
lo expulsarán de este mundo.



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Navidad y Apocalipsis: "el hijo del pueblo de Dios", L. Cervantes-Ortiz

12 de diciembre de 2010

1. Una mirada apocalípticaMuy en la línea del Cuarto Evangelio, el conflicto entre el Reino de Dios y el de las tinieblas es visto simbólicamente en Apocalipsis (caps. 12-14.5) mediante la visión de las llamadas siete “figuras místicas”, la mujer embarazada, su hijo varón, el ángel Miguel, las bestias del mar y de la tierra, y el Cordero. Se trata de una oposición que, en el cap. 11, se resuelve mediante una fórmula voceada por el ángel de la “séptima trompeta” que celebra la victoria del Hijo de Dios: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos” (11.15). La aparición de esta “gran señal” en el cielo prepara el esfuerzo de una nueva lectura teológica que expondrá la forma en que Dios protege a su pueblo y revela su proyecto de redención plena para toda la humanidad a través del nacimiento del Mesías: una mujer (según la imagen repetida en los profetas Oseas, Isaías y Jeremías) vestida de sol, con la luna debajo de sus pies, y coronada por 12 estrellas, está embarazada (idea de plenitud que se acerca) y clama con dolores de parto, a punto de dar a luz (sinónimo de debilidad e indefensión) (vv. 1-2). Así comenta X. Pikaza

Donde acaba los caminos de violencia del varón empieza la mujer, como si la historia debiera escribirse de nuevo, a partir de ella. […]
En el principio del gran drama de la historia, como expresión de Dios y sentido de la vida humana, se presenta ella. […] Esta mujer […] es maternidad dolorida. ¿Quién ha cohabitado con ella? ¡No se dice! El varón no aparece. […] ¿Quién es? No es al fin una diosa; es figura del pueblo israelita, pronto a dar a luz a su mesías.

Su contraparte es un dragón rojo con siete cabezas (“perfección perversa”) y diez cuernos (expresión de poder tomada del libro de Daniel, donde los cuernos “son la fuerza destructora de la Bestia que se opone a los santos de Israel” ), con cada cabeza coronada, cuya cola arrastraba la tercera parte de las estrellas que arrojó sobre la tierra (vv. 3-4). El dragón es símbolo del enemigo mitológico de Dios en muchos pueblos y aquí es la representación del mal que es capaz de arrastrar y seducir a quienes lo siguen. Es un “principio de muerte, signo del asesinato: vive de matar”. Todo lo contrario de la mujer, símbolo y principio de la vida.

La Mujer que da a luz es Israel, grávida de Dios, en camino de esperanza mesiánica; el Dragón es Satán, enemigo del pueblo elegido; el Hijo que debe nacer es el Mesías”. […] Ap 12 desborda los esquemas judíos, ofreciendo un simbolismo que nos abre a la totalidad de lo humano. […]
Para entender el mal final y describir lo que sucede cuando suena la última trompeta, Ap 12 ha vuelto al principio de la historia, reescribiendo Gén 1-3 desde Jesús. Por eso, superando el mito común y la espera israelita, cuenta en forma cristiana el nacimiento histórico o pascual de Jesús…

Estamos, pues, ante la “versión apocalíptica de la Navidad”, una narración de fuerte matiz histórico-teológico, pues en estos breves trazos simbólicos se describe el máximo acontecimiento salvífico de la historia, vinculado a la manifestación progresiva y sucesiva de un proceso redentor que alcanza su culminación en el nacimiento de Jesús de Nazaret, muestra y anuncio de la victoria divina sobre la muerte y el mal, y de la llegada del reino de Dios al mundo, tal como se anuncia en 11.15.

2. El nacimiento del Mesías, señal del triunfo del bien sobre el malLa clave de la oposición entre estas “figuras místicas”, dentro de un esquema de superación del mal en la historia, es eminentemente liberadora, pues la característica fundamental de la lucha del dragón contra Dios (manifestada en el cap.13 mediante el surgimiento de una especie de “trinidad satánica”, el dragón y las dos bestias) es su rechazo de la vida, la paz y la justicia, una actitud nociva de destrucción y falta de respeto por los designios de Dios, siempre ligados al mantenimiento de esas prácticas y valores, y a la promoción de la dignidad de las personas. La actualización del mensaje de Ap 12 pasa por la necesaria observación de la forma en que los sistemas sociales pueden adquirir tintes satánicos, pero no vistos de manera esotérica, sino mediante una atenta crítica ideológica, cultural y espiritual. El Mesías nace y trae el anuncio de un reino severo y justo, por lo que es arrebatado (apartado) para Dios y para su trono a fin de garantizar la aplicación de su poder para bien en el mundo (v. 5). No obstante, juntamente con su madre (el pueblo que lo alumbra, ligado a la esperanza de su venida), el niño es objeto de persecución y odio por parte de las fuerzas del mal y es llevado al desierto (espacio tradicional de prueba y tentación, pero también de aprendizaje y fortalecimiento), donde es sustentado por un periodo bien determinado (v. 6).
La persistencia del dragón contra la mujer y su hijo (v. 15), metáfora del abuso de poder contra los débiles muestra de cuerpo entero sus intenciones perversas contra los proyectos de paz y justicia. El comentario de la Biblia Isha es elocuente y sumamente actual, pues marca una línea interpretativa poco abordada por las lecturas escatologizantes en extremo y demasiado imaginativas:

El objetivo preferido de la furia asesina del diablo, como en el capítulo 12 de Apocalipsis, son los niños y sus madres. El infanticidio diabólico es un tema frecuente a través de la Biblia (Éx 2.1-10, Lv 18.21; 20.2-5). […]
Como en el AT el ídolo Moloc estaba detrás de esas guerras contra la niñez, ahora, en el Apocalipsis, aparece el dragón satánico detrás de esta agresión contra la mujer y el niño.
El dragón, en su grosera bestialidad, no tiene reparos en acechar a una mujer encinta para devorar a su hijo. Pero el Dios de la Biblia es Dios de vida y toma partido especialmente a favor de la vida amenazada, auxilia a los niños en alto riesgo y a las mujeres vulnerables, acosadas, violadas y abusadas (p. 1492).

La lucha que continúa más adelante sólo viene a confirmar que Dios está del lado de la mujer y de su hijo, y que impone su poder sobre el dragón al asegurar el bienestar de ambos, el pueblo de Dios y su Mesías, para establecer su reino en el mundo (v.10: “Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo…”) y propiciar la esperanza de los asediados y maltratados por la fuerza asesina de los imperios genocidas, contrarios al plan divino. La gran expulsión celestial de Satán, ejemplificada en la gran batalla en el cielo (vv. 7-17) anuncia la superación de todos los males en el mundo, a contracorriente de las voces pseudo-proféticas que anuncian lo contrario. Por eso se anuncia explícitamente la gran derrota del diablo, quien no ceja en su lucha contra la descendencia de la mujer, el pueblo fiel que mantiene la esperanza en la venida del Mesías y se aferra a ella como razón de ser de su vida y fe (v. 17).

¿Quién es hoy esta mujer?
Vestida de sol
Generando vida nueva
Uno, dos, tres de sus hijos fueron arrebatados al cielo
Pero ella continúa su lucha en la tierra
Firme, sin miedo del dragón de tantos nombres
Tus dolores son de parto, no de aborto
Porque tienes fe en el imposible
Ningún dragón disminuirá en ti la insistencia por la vida
Continúas concibiendo, gestando, dando a luz con dolores de parto
Nuevas relaciones de género y poder
Eres mujer-Esperanza
Mujer de las alas de águila
Mujer de la solitud, del desierto
Mujer – Comunidad
Mujer – Pueblo
Mujer – Reino de Dios
María
Lucia Weiler, RIBLA, 46

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

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