jueves, 27 de febrero de 2020

Letra 659, 23 de febrero de 2020


EL MENSAJERO DE LA SALVACIÓN
Samuel Amsler

En el corazón de los capítulos 60-62, en donde resuena este mensaje, el profeta atestigua la misión que el Señor le ha confiado. Se sabe que, ordinariamente, los profetas no fueron escuchados, ya que sus oráculos parecían desconcertantes. Fue para defender la autoridad de su mensaje por lo que se pusieron a contar las circunstancias en que habían recibido su misión de parte del Señor. ¿Fue esta misma razón por la que el profeta anónimo del Trito-lsaías tuvo necesidad de atestiguar también él la forma en que había recibido su misión?
Su proclamación de la salvación para Jerusalén chocaba de frente con la dura situación en que se encontraba la ciudad por esta época. ¿Podían realmente fiarse de su palabra?

v. 1a: “El Espíritu del Señor está sobre mí” (61.1 a): He aquí cómo el profeta responde a las cuestiones que le plantean sobre la autoridad de su mensaje. Se observa que no se basa en una palabra que el Señor haya puesto en sus labios, como en el caso de Jeremías (Jr 1.9; cf. Ez 3.1-3).
Apela al “Espíritu del Señor”, es decir, a una fuerza que ha venido sobre él y que da valor a su ministerio. Y añade: “Porque el Señor me ha ungido”, lo cual identifica su misión con la de un rey que proclama un edicto para su pueblo. La TOB acentúa esta dimensión real traduciendo: “El Señor ha hecho de mí un mesías”, en donde recordaremos que el mesías es uno de los títulos del rey de Jerusalén (Sal 2,2; 132,10.17; cf. 1 Sm 16,6).
A la función real, el profeta añade la función profética, que es la de un enviado del Señor: “Me ha enviado para dar la buena noticia”, utilizando así el vocabulario tradicional de los relatos de misión profética (ls 6.6-9; Jr 1.7-9; Ez 2.3).

vv. 1b-3a: Su misión consiste en “dar una buena noticia” (los traductores griegos dicen: “para evangelizar”). Como un rey que publica un edicto de liberación en favor de sus súbditos humillados, endeudados o en prisión, el profeta proclama un año entero durante el cual el Señor va a llevar a cabo su política liberadora.
“El año de venganza” no es un tiempo de condenación, sino, por el contrario, el tiempo en que el rey va a hacerse cargo personalmente de los asuntos, apartando cualquier otro poder que no sea el suyo. ¿Será una alusión al año de jubileo, instituido por la Ley de santidad de Lv 25.8-10? El modelo es más bien el de los edictos de liberación que proclamaban los reyes, concretamente con ocasión de su subida al trono (tal como es exactamente el sentido de la palabra griega euangelion). Se transformarán las condiciones de vida de todo el pueblo: los prisioneros verán de nuevo la luz del día, el luto dejará sitio a la alegría y la alabanza pondrá fin al abatimiento.
v. 3b. Lo mismo que la ciudad había recibido nombres nuevos (60,14), también a la población se le atribuyen nombres en los que se expresa su nuevo estatuto, comparado con el de un jardín lleno de árboles, literalmente: “Grandes árboles de salvación y plantío del Señor para hacer que se vea su grandeza”.
Se sabe por el evangelio de Lucas cómo reconoció Jesús en la misión de aquel enviado el programa mismo de su ministerio (Lc 4.16-21).
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COMUNICADO URGENTE POR FÁTIMA
Comunidad Teológica de México
19 de febrero de 2020

Ustedes tienen por padre al Diablo y quieren cumplir los deseos de su padre. Él desde el principio es homicida y no tiene nada que ver con la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, habla conforme a lo que es, porque es mentiroso y padre de la mentira. Pero a mí no me creen, porque les digo la verdad. ¿Quién de ustedes probará que tengo pecado? Y si les digo la verdad. ¿por qué no me creen? ¡Quien es de Dios escucha las palabras de Dios! Juan 8:44-47a

Con profunda indignación y vergüenza, nos sumamos a la exigencia de justicia para Fátima. Niña de siete años que fue secuestrada, violada, asesinada y cercenada para luego ser abandonada en una bolsa de basura. Esto es un feminicidio con un terrible agravante adicional: feminicidio infantil.
El pueblo mexicano está ante una emergencia nacional que debemos atender en forma expedita. Como sociedad mexicana somos responsables del presente estado de cosas, [pues] hemos permitido y reproducido un sistema patriarcal que asesina y, con ello, amedrenta y atenta [contra] la vida de todas las mujeres en esta nación. Somos parte de la crisis civilizatoria global que, de facto, está aniquilando al 50% de la población. Por lo tanto:

·         Pedimos perdón a todas las mujeres por ser parte del problema que hoy atenta contra sus vidas.
·         Exigimos protección a integral a la niñez en nuestro país.
·         Pedimos perdón a Dios por nuestro pecado de acción y omisión ante la emergencia nacional de feminicidios en México pues hoy, como ayer, la sangre de nuestra hermana Fátima y de miles de mujeres mexicanas “clama a Dios desde la tierra”.
·         Exhortamos a las autoridades locales y federales, a las organizaciones de la sociedad civil y a nuestro pueblo en su conjunto, a que pugnemos por la justicia en éste y todos los [demás] casos de feminicidio. ¡No permitamos más impunidad!
·         Invitamos a nuestro pueblo a ser sensible ante la situación de riesgo y vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres en México y a conducirnos con empatía y solidaridad para construir una suerte de seguridad compartida.
·         Suplicamos a las iglesias cristianas, a las comunidades de fe, a distintas expresiones religiosas y de diversas espiritualidades a evocar la memoria de Fátima y todas las mujeres asesinadas para no olvidar sus presencias y clamar por sus ausencias para que sus historias no queden sepultadas en la ignominia. Jesús de Nazaret nos ilumina a través del evangelio respecto de la forma idónea para no olvidar a Fátima y reclamar su presencia resurreccional: “La niña no está muerta; está dormida” (Mateo 9.24).

Nos sumamos al clamor de ellas: ¡NI UNA MÁS! ¡NI UNA MENOS!
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CULTO DE CONFESIÓN, INTERCESIÓN Y COMPROMISO FRENTE A LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA IMM

El 5 de diciembre de 2019, después de vislumbrar como país el enojo de muchas mujeres que se manifestaron el 25 de noviembre en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Obispo de la Conferencia Anual de México, Pbro. Moisés Morales Granados, emitió un Comunicado donde se expresó puntualmente el compromiso de trabajar en acciones concretas para la visibilización y erradicación de la violencia contra las mujeres.
Entre otros puntos se convocó a un Culto de Confesión, Intercesión y Compromiso frente a la violencia de género, el cual tuvo lugar el 16 de febrero de 2020. en el templo “La Santísima Trinidad” ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. […]
Más allá de una crónica pretendemos expresar nuestro sentir respecto de este momento que para muchas de nosotras era necesario y urgente. Viviendo en México, un país que tiene un promedio de diez feminicidios por día, en dónde todas las mañanas nos despertamos con noticias de mujeres desaparecidas, violadas, torturadas y asesinadas por su condición de género, es imperante que la iglesia alce los ojos para ver el dolor que sufrimos, pero sobre todo es necesario romper el silencio, levantar la voz con fuerza para decir ¡Basta! No podemos tolerar que desde nuestras iglesias se calle y se sustenten estructuras de violencia de ningún tipo. […]

ALC Noticias, 20 de febrero

domingo, 23 de febrero de 2020

La gracia acompaña, restaura y dignifica al pueblo de Dios, L. Cervantes-O.



23 de febrero, 2020

La violencia desaparecerá de tu tierra;
se terminarán la desolación y la destrucción de la guerra.
La salvación te rodeará como las murallas de una ciudad
y la alabanza estará en los labios de todos los que entren allí.
Isaías 60.12, TLA

El lenguaje metafórico sobre la luz en Isaías 60 sirve para que el mensaje profético apunte hacia las acciones restauradoras de Dios en medio de un pueblo que necesitaba recomponer su vida presente y su destino. El dinamismo de la luz será capaz de superar al realismo histórico para ver las cosas desde una mirada esperanzadora y llena de fe. No se trataba solamente de levantar el ánimo de una comunidad deprimida y sometida por los vaivenes de la historia, sino de encontrar en las nuevas circunstancias la forma en que la mano de Dios seguiría conduciendo a ese pueblo hacia nuevos derroteros en el marco de la reconstrucción casi completamente realizada de sus bases religiosas, culturales y espirituales. La gran metáfora de la luz cumple una función abarcadora del mensaje, tal como lo expusieron Alonso Schökel y Sicre:

El esquema nos hace ver la función de la luz aurora, no hay ocaso. Se podrían leer por separado los vv. 1-3, 19-20 para concentrarse en el tema de la luz; puede ser útil para apreciar la concentración, pero más importante es descubrir su función poética. […] es de noche, oscuridad universal, de repente el centinela anuncia la aurora. Va esclareciendo extrañamente en un punto central (no en oriente), y todos se vuelven a contemplar esa luz inesperada, que los cita. Se ponen en movimiento los hijos dispersos y pueblos extranjeros que se ofrecen a llevarlos. Van llegando una inundación de camellos y un volar de navíos. Es de día y vienen los trabajos de la reconstrucción, la acumulación de tesoros, el triunfo de la justicia y la paz. Con esto se ha llenado el tiempo del día y podemos prepararnos para la noche, la noche no llega, porque ha comenzado el día único sin término, día de luz, vida, justicia y fecundidad.[1]

La gracia nunca dejó de actuar en la vida del pueblo, como a veces se entiende de una manera esquemática, pues basta con recordar las palabras de Zac 12.10: “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron…” (RVR1960).[2] La renovación del templo y la recuperación de una parte de su esplendor es aludida directamente en 60.13 cuando se recuerda el lugar de que procedieron algunos materiales para la construcción del primer templo: las maderas del Líbano vendrían a “dar hermosura a mi templo / donde he puesto mi trono”, se afirma. Los herederos de los adversarios, como parte de una nueva generación, reconocerán a Jerusalén como “Ciudad del Dios santo de Israel” (60.14b), como parte de una especie de conversión a las acciones liberadoras de Yahvé.

La ciudad misma, centro de la existencia histórica del pueblo, que se hallaba “abandonada, odiada y muy sola”, será nuevamente motivo de orgullo y alegría (15). La apertura universal de la ciudad hará que se asocie a ese reconocimiento un acercamiento para llevar a ella un tributo y dones y, al mismo tiempo, sus habitantes advertirán el poder salvador de Dios (16b). Por encima de los poderes visibles, extranjeros e imperiales, sumamente injustos en muchas ocasiones, el pueblo debía aprender a reconocer el gobierno divino, un gobierno en el que prevalecen la paz y la justicia (17a). ese ejercicio teológico-político debía desembocar en adquirir una sólida conciencia ante los acontecimientos históricos, la cual se vería reflejada posteriormente en la escritura de un libro como el de Daniel. El gobierno divino estaba más allá de los intereses de las potencias de las diversas épocas. La intención de Yahvé, tal como lo expresan las metáforas del v. 17b sería mejorar sustancialmente la situación del pueblo al darle oro, plata, bronce y hierro, en vez de otros materiales menores en valor: “…los materiales que servían para fabricar armas y máquinas de guerra serán sustituidos por metales preciosos: el oro sustituirá al bronce, la plata al hierro. Y estos metales serán aún más duraderos: bronce en lugar de madera, hierro en lugar de piedra. Se trasformará el régimen político de la ciudad: en vez de sufrir la dominación de conquistadores extranjeros, tendrá por gobernadores la paz y la justicia”.[3]

Pero acaso lo más significativo de la transformación anunciada, en donde se vería la acción de la gracia divina (benevolencia y favor amplios de Dios) para acompañar, restaurar y dignificar al pueblo sería la superación completa de la violencia (18a), así como de la destrucción y ruina en que se hallaban las murallas de la ciudad (18b, en una clara alusión al trabajo del dirigente Nehemías). La expresión simbólica de esto último serían los nuevos nombres de las murallas y los portones de la ciudad: Salvación y Alabanza, muy significativos para la situación profetizada. El aspecto cósmico es introducido entonces con una visión extraordinaria de la acción divina de gracia: ni el sol ni la luna serán necesarios porque Yahvé cubrirá todo de luz: “porque para siempre / yo seré su luz y resplandor” (19b). Aunque ambos astros permanezcan (20), la luz divina lo llenará todo y cubrirá todos los aspectos de la vida del pueblo: “…y seré para ustedes / una luz que brillará para siempre” (20b). Éste es un gran antecedente de la visión del Apocalipsis sobre la forma en que la luz de Dios lo abarcará todo de manera plena y absoluta: “La creación queda superada por la presencia de Dios mismo, y las lumbreras que dividen el tiempo cesan en su función. La última resonancia bíblica del tema se lee en Ap 21.23 y 22.5, aplicada a la Jerusalén celeste”.[4] Es la realización de una creación nueva, de la realidad máxima del Reino de Dios, siempre desde una visión dominada completamente por la utopía: “La ciudad no necesita que el sol o la luna la iluminen, porque el brillo de Dios la ilumina, y el Cordero es su lámpara. […] Allí nunca será de noche, y nunca nadie necesitará la luz de una lámpara ni la luz del sol, porque Dios el Señor será su luz, y ellos reinarán para siempre”.

Este conjunto de intervenciones del Señor acabará con la tristeza del pueblo y transformará profundamente a la población de la ciudad, pues la gente honrada será la única propietaria del país (21a). Esos serán los renuevos de una planta cuidada por el propio Dios, y en ello se manifestará su poder (21b). La proyección de todas estas acciones de gracia se verá también en que hasta la familia más pequeña “se convertirá en una gran nación” (22a) La garantía de que todo eso sucederá es el propio Dios, quien hará que esas cosas sucedan pronto (22b). La gracia de Dios se manifiesta, así, como un conjunto multiforme de acciones benéficas para la humanidad redimida y para toda la creación.




[1] L. Alonso Schökel y J.L. Sicre. Profetas. I. Madrid, Cristiandad, 1980, p. 366.
[2] La teóloga católica germano-mexicana Bárbara Andrade (1934-2014) hizo uno de los mejores estudios sobre la actuación de la gracia en el Antiguo Testamento, mediante el análisis de la terminología hebrea, en El camino histórico de salvación. México, Universidad Iberoamericana-Librería Parroquial de Clavería, 1989, pp. 57-88.
[3] Samuel Amsler, Los últimos profetas. Ageo, Zacarías, Malaquías y algunos otros. Estella, Verbo Divino, 1996 (Cuadernos bíblicos, 90), p. 47.
[4] L. Alonso Schökel y J.L. Sicre, op. cit., p. 367.

Actividades y avisos

OREMOS Y PARTICIPEMOS EN LAS ACTIVIDADES DE CELEBRACIÓN DEL XXV ANIVERSARIO DE LA IGLESIA

CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 25 de febrero, 19 hrs.
Modera: D.I. Laura Cabrera B.

Llamamiento: Romanos 5.1-8
Oración de ofrecimiento
Himno: “Cantad alegres al Señor” (81)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Ester 7.1-7
Tema: Se ordena la ejecución de Amán
Himno: “Ama el pastor sus ovejas” (238)
Ofertorio
Bendición pastoral

AMÁN ES AHORCADO
Samuel Pagán

E
l relato no indica la hora del banquete (v. 1). Posiblemente la celebración se llevó a cabo durante la tarde, no en la noche, pues una vez finalizada, los acontecimientos que le sucedieron debieron tomar algún tiempo. La referencia “al segundo día” (v. 2) alude al segundo banquete preparado por Ester (cf. 5.8).
Una vez que el banquete hubo finalizado, mientras bebían vino (v. 2), el rey se dirigió a Ester con respeto, cortesía y buena voluntad. Nuevamente Asuero le indica a la reina Ester que haga su petición, la que le será concedida.
Ester contestó con formalidad, pero al mismo tiempo con intimidad. Incluyó en su presentación la frase si al rey le place” (v. 3), y además se dirigió al monarca en segunda persona, si he hallado gracia en tus ojos”. El relato la presenta actuando con capacidad y sabiduría. En esta escena, hace gala no sólo de su belleza física, sino de sus capacidades intelectuales y sus derechos reales.
Su petición fue clara y firme. Solicitó la vida de ella misma y la de su pueblo, pues habían sido vendidos para ser exterminados. En su presentación, demostró que conocía el edicto antijudío, pues utilizó los términos del documento real: “destruidos, muertos y exterminados (v. 4; cf. 3.13).
Además, insinuó que conocía de la transacción económica en relación con los judíos. La expresión porque hemos sido vendidos” (v. 4) puede ser una referencia a esa transacción (cp. 3.9-11). Según el argumento que utiliza, no habría llevado el caso al rey si los judíos hubiesen sido vendidos como esclavos (v. 4). Ese tipo de venta era común en el imperio persa (cf. Neh 5.8). El problema real era que habían sido vendidos para ser exterminados. Esa matanza podía afectar adversamente al rey. Posiblemente Ester hacia una alusión a los impuestos que el imperio dejaría de recibir al desaparecer toda una comunidad.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

1 – Santa Cena / Reunión de Consistorio
8 – 2º Panel por el XXV Aniversario
15 – Culto especial de dones (I)

Isaías 60.13-22 / II Corintios 4.1-10, TLA

13 Dios continuó diciendo a los habitantes de Jerusalén:
Todas las riquezas del Líbano
y todas sus finas maderas
vendrán a dar hermosura a mi templo,
donde he puesto mi trono.
14 Los descendientes
de sus antiguos enemigos
vendrán y se humillarán ante ustedes;
quienes antes los despreciaban,
se arrodillarán ante ustedes
y llamarán a Jerusalén:
“Ciudad del Dios santo de Israel”.
15 Jerusalén se ha quedado
abandonada, odiada y muy sola,
pero yo haré que llegue a ser
motivo de orgullo y alegría.
16 Las naciones traerán
sus mejores alimentos
y los reyes le entregarán sus regalos.
Así los habitantes de Jerusalén
reconocerán que yo soy
el poderoso Salvador de Israel.
17 Yo, el Dios de Israel,
haré que gobierne la paz
y que haya justicia.
Les daré oro en vez de bronce,
plata en vez de hierro,
bronce en vez de madera,
y hierro en vez de piedras.
18 Nunca más se oirá en Israel
el ruido de la violencia,
ni habrá destrucción ni ruina:
a las murallas de Jerusalén
las llamarán “Salvación”,
y a sus portones “Alabanza”.
19 Ya no será necesario
que el sol alumbre de día
y que la luna brille de noche,
porque para siempre
yo seré su luz y resplandor.
20 El sol jamás se ocultará
y la luna nunca perderá su luz,
porque yo soy el Dios de Israel,
y seré para ustedes
una luz que brillará para siempre.
Así pondré fin a su tristeza.
21 En Jerusalén sólo vivirá gente honrada
que será la dueña del país.
Será como los brotes de una planta
que yo mismo plantaré;
será la obra de mis manos
que manifestará mi poder.
22 Hasta la familia más pequeña
se convertirá en una gran nación.
Yo soy el único Dios,
y cuando llegue el momento,
haré que todo esto suceda pronto.
*
Dios es bueno y nos permite servirle. Por eso no nos desanimamos. No sentimos vergüenza de nada, ni hacemos nada a escondidas. No tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario, Dios es testigo de que decimos sólo la verdad. Por eso, todos pueden confiar en nosotros. Los únicos que no pueden entender la buena noticia que anunciamos son los que no se salvarán.
La buena noticia nos habla de la grandeza de Cristo, y Cristo a su vez nos muestra la grandeza de Dios. Ese mensaje brilla como la luz; pero los que no creen no pueden verla, porque Satanás no los deja. Y nosotros no nos anunciamos a nosotros mismos. Al contrario, anunciamos que Jesucristo es nuestro Señor, y que nosotros somos servidores de ustedes porque somos seguidores de Jesucristo. Cuando Dios creó el mundo, dijo: «Que brille la luz donde ahora hay oscuridad». Y cuando nos permitió entender la buena noticia, también iluminó nuestro entendimiento, para que por medio de Cristo conociéramos su grandeza.
Cuando Dios nos dio la buena noticia, puso, por así decirlo, un tesoro en una frágil vasija de barro. Así, cuando anunciamos la buena noticia, la gente sabe que el poder de ese mensaje viene de Dios y no de nosotros, que somos tan frágiles como el barro. Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente nos persigue, pero Dios no nos abandona. Nos hacen caer, pero no nos destruyen. 10-11 A dondequiera que vamos, todos pueden ver que sufrimos lo mismo que Cristo, y que por obedecerlo estamos siempre en peligro de muerte. Pero también pueden ver, por medio de nosotros, que Jesús tiene poder para dar vida a los muertos.

sábado, 15 de febrero de 2020

Letra 658, 16 de febrero de 2020


ANUNCIO DE LIBERACIÓN Y SALVACIÓN
Horacio Simian Yofre

Resultado de imagen para camino de pazIsaías 61 es una unidad textual, que comienza y concluye con la mención solemne del nombre divino “Señor mi Dios” —Yahvé Adonai en hebreo— y se divide en tres secciones. En la primera (Is 61.1-3a) el profeta expresa en primera persona el sentido de su vocación.
La segunda sección (Is 61.3b-9) se refiere al pueblo y se puede considerar pronunciada por el Señor, aunque esto es evidente solamente a partir de Is 61.8. La tercera sección (Is 61.10-11) es una declaración de alegría, probablemente de Jerusalén misma, que concluye con una comparación de tipo sapiencial.
La primera sección comienza presentando al profeta que es movido por el espíritu del Señor, como los jueces y como los antiguos profetas (véase Nm 11.25-26; 24.2). Pero también Is 11.2 y frecuentemente Ezequiel hablan de la función profética en relación con la presencia del espíritu divino. No es propia de la función profética en cambio la unción, que pertenece a los reyes (1 Sm 16.1, 12-13) y sacerdotes. Según 1 Re 19.16 Elías debía ungir a Eliseo como profeta y al mismo tiempo como su sucesor, pero de hecho, en la historia de ambos, la unción no se encuentra.
A continuación, una serie de proposiciones que indican finalidad, describen la misión del profeta: es el "evangelista" que anuncia buenas noticias (véase Is 52,7), el que cura, consuela y alegra a los afligidos habitantes de Sión, el que proclama la liberación de los prisioneros (nótese cómo esta última acción se expresa con dos frases sinónimas).
Destinatarios de su mensaje son los pobres, condición que implica al mismo tiempo pobreza física, opresión, humildad y dulzura. Los cautivos a los cuales se anuncia la liberación podrían ser todavía los residentes en Babilonia, si el texto ha sido compuesto y pronunciado en los primeros años del retorno. Pero es posible que el profeta se refiera a una situación de injusticia, que se habría originado a causa de las tensiones entre los israelitas retornados del exilio y los habitantes que habían quedado en Jerusalén.
La consolación de los afligidos es el cumplimiento de la misión a la cual se aludía desde Is 40.1. Los afligidos son, en el lenguaje bíblico, los que hacen duelo por una desgracia personal, como la muerte de un ser querido. Esto explica la imagen de la "ceniza" (que de suyo se esparce sobre la cabeza como signo de luto) cambiada en corona, y del traje de duelo cambiado en vestido de fiesta.
El anuncio del año de gracia alude a los años jubilares (cada cincuenta años, véase Lv 25.10-17) y sabáticos (cada siete). Según la ley, estos años llevaban consigo una restauración completa de la justicia, la liberación de esclavos (véase Ex 21.2; Dt 15.1, 12), el perdón de las deudas y la restitución de los bienes enajenados. Pero si para unos el año será de gracia, para otros será de venganza. El concepto moderno de venganza incluye dureza de corazón y crueldad. En el Antiguo Testamento, en cambio, la "venganza" ejercida por Dios mismo o por los hombres, designa con frecuencia la defensa de los derechos de los débiles y la reparación de la injusticia.
Según la concepción del Antiguo Testamento, estas acciones de reparación y de defensa puede realizarse por propia mano cuando falta la instancia jurídica necesaria; en cuanto al Señor, debe hacerlo personalmente porque no puede someter su caso a un tribunal humano. Una cierta semejanza entre la descripción de la vocación del profeta, y la del Servidor del Señor en Is 42.1, 7, o la de Ciro en Is 45.1-2, ha hecho pensar que se trata aquí del mismo personaje. Pero las diferencias con uno y otro son suficientes como para desechar la idea. Más bien es necesario mantener que la concepción de profeta que aquí aparece es sobre todo la del que proclama buenas noticias, como el personaje anónimo de Is 35.
A partir de Is 61.3b, el interés se centra en los habitantes de Jerusalén, no ya en el profeta mismo. El sujeto pasivo o activo, y en todo caso el término de referencia de Is 61.3b-9 es el pueblo, destinatario de la misión del profeta, y del cual, o al cual, se habla en plural, en tercera o segunda persona.
El pueblo de Jerusalén es comparado con encinas (Is 61.3). Los grandes árboles son signo de belleza y estabilidad (véase Is 2.13; 60.13). Los habitantes, auxiliados y servidos por extranjeros, reconstruirán las ruinas de la ciudad y del país (Is 61.4-5). El título de sacerdotes y ministros del Señor es el que justifica que el pueblo reciba ahora los "diezmos" con que las naciones contribuyen a su reconstrucción (Is 61.6). Ya Is 40.1 hablaba del "doble" de castigo que había merecido Israel.
Ahora el pueblo recibe una doble recompensa (Is 61.7). La alegría perpetua que el Señor promete (Is 61.7-8), y la promesa o pacto indefectible que quiere establecer con su pueblo compensan las "antiguas ruinas" ("perpetuas", Is 61.4, la misma palabra en hebreo) con las cuales el pueblo había convivido largo tiempo.
El texto concluye con el reconocimiento agradecido del pueblo. La ciudad personificada habla en primera persona singular y expresa su alegría. El Señor, que se revestía de liberación y venganza, indignación y salvación para acudir en socorro de su pueblo (Is 59.17), concede ahora a su ciudad los vestidos de la salvación y liberación (Is 61.10). La seguridad de la ayuda del Señor se expresa finalmente con la imagen vegetal de la fecundidad.
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LA CMIR APELA A UN PLAN JUSTO PARA LA PAZ

Pidamos por la paz de Jerusalén:
Que vivan en paz quienes te aman.
Salmo 122:6 (NVI)

La Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) rechaza firmemente la Propuesta de Paz para Oriente Medio presentada por la Administración Trump y exige un plan que tenga en cuenta a todas las personas que viven en el área israelí / palestina, así como a las personas refugiadas que han sido desplazadas.
Junto a varias de nuestras iglesias miembros, incluidas la Iglesia Unida de Cristo, la Iglesia de Escocia y la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos (PCUSA), la CMIR considera que la propuesta de la Administración Trump no es justa ni realista. La propuesta, titulada “Paz para prosperar: una visión para mejorar la vida del pueblo palestino e israelí”, habilitaría a Israel a anexar todos sus asentamientos en Cisjordania y también el Valle del Jordán. Esto revierte resoluciones de las Naciones Unidas, así como decisiones de la Corte Internacional de Justicia que establecen que estos asentamientos son ilegales.
Fuerzas israelíes controlarían tanto por tierra como por aire el acceso a los restantes sectores dispersos del territorio palestino, restándole valor a la idea de un estado palestino. Además, los requisitos para esta llamada condición de estado imponen duras cargas a los palestinos y a las palestinas, perpetuando la negación de sus fundamentales derechos políticos, económicos y humanos. La propuesta rechazaría, asimismo, el derecho al retorno de las personas palestinas refugiadas de la guerra de 1948, conforme a la Resolución 194 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El plan anula los reclamos palestinos sobre Jerusalén y autorizará el control israelí sobre la ciudad y sus alrededores, negando el acceso y el control a musulmanes y cristianos que han vivido allí por siglos.
Por ende, es evidente que la propuesta ignora tanto los derechos palestinos como el derecho internacional y el consenso sobre la paz en Tierra Santa.
La CMIR está comprometida con la causa de la justicia y la paz en el Medio Oriente y fue desafiada por sus iglesias miembros para dar a conocer el clamor del pueblo palestino, especialmente de la comunidad cristiana, ya que “están en juego la integridad de la fe cristiana y su praxis” (Acción 55, Asamblea General de 2017).
Convocamos a nuestras iglesias miembros, a la comunidad cristiana en general y a la comunidad internacional a orar y a trabajar por la paz en Medio Oriente. Además, pedimos a los cristianos y a las cristianas junto a la comunidad internacional que se pronuncien a nombre del pueblo palestino, dando a conocer su dolor.
Pedimos, además, que las iglesias y organizaciones miembros que se encuentran en posición de hacerlo aboguen activamente ante sus gobiernos por un plan de paz justo, que tenga en cuenta el derecho internacional y los derechos del pueblo palestino.
wcrc.ch, 6 de febrero

Actividades y avisos


OREMOS Y PARTICIPEMOS EN LAS ACTIVIDADES DE CELEBRACIÓN DEL
XXV ANIVERSARIO DE LA IGLESIA

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 18 de febrero, 19 hrs.
Modera: A.I. Vicente Orozco G.

Llamamiento: Isaías 12
Oración de ofrecimiento
Himno: “Sé tú mi visión” (357)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Ester 6
Tema: El rey honra a Mardoqueo
Himno: “Para andar con Jesús” (358)
Ofertorio
Bendición pastoral

AMÁN HONRA A MARDOQUEO
Samuel Pagán

A
mán obedeció la orden del-rey y reconoció a Mardoqueo (v. 11). El acto debe haber sido muy humillante para él, pues regresó a su casa “apesadumbrado y cubierta su cabeza” (v. 12). Esta última expresión era un signo público de luto y dolor.
En la orden real Asuero reconoce a Mardoqueo como judío (v. 10). Por un lado, el relato identifica a Aman como el enemigo de los judíos” (3.10); por el otro, el rey le ordena honrar al “judío Mardoqueo” (v. 10). Cómo se enteró el rey que Mardoqueo era judío, el relato no lo indica. Posiblemente, a través de sus siervos (v. 3). Sin embargo, no es una contradicción la identificación de Mardoqueo como judío, y el edicto real contra tal comunidad, pues Amán no le indico al rey la identidad étnica del grupo a exterminar (3.18-11).
Tan pronto Amán llegó a su casa le contó a Zeres y a sus amigos todo lo que había acontecido (v. 13). El relato identifica a los amigos como “sabios, posiblemente en un acto de ironía. El consejo contra Mardoqueo había sido transformado de muerte a honra; de una muerte publica y bochornosa (5.14), la suerte de Mardoqueo se había convertido en un reconocimiento real y público.
El v. 13 finaliza con una afirmación de fe a favor de la comunidad judía. El autor puso en boca de Zeres y los consejeros persas una declaración pública de seguridad y esperanza: si Mardoqueo era de descendencia judía, Amán no podría vencerlo y, además, caería derrotado ante él. Esa expresión de confianza y seguridad era la voz de la diáspora judía.
En la narración se pone en boca de los gentiles el anuncio de la victoria final de los judíos contra Amán. El v. 14 relaciona los capítulos 6 y 7. Mientras Zeres y los amigos dialogaban con Amán, llegaron “los eunucos del rey” a buscar a aquel para llevarlo al banquete preparado por Ester. Era costumbre escoltar a los invitados a las celebraciones.
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