sábado, 28 de julio de 2012

Letra 280, 29 de julio de 2012


CONCRECIÓN DEL REINO DE DIOS COMO CAMINO DE SALVACIÓN EN LA HISTORIA
José Peña Mendoza
www.cirab.cl

Ya he planteado el elemento más cristológico del reino de Dios al presentar a Jesús como el hecho máximo de la revelación concreta de ese reino en el mundo. En el hecho de Jesús se concreta nuestra salvación; él es el camino, y la verdad, y la vida (Jn. 14.6). Pero, ¿cómo se hace reconocible y palpable esta salvación, aquí, en nuestra historia? Principalmente se advierte en la transformación de vida en cada creyente. Todos, y cada uno, somos desafiados a dar testimonio de nuestra experiencia salvífica; pero como la fe sin obras está muerta (Stg. 2.14-26), debemos concentrar esfuerzos por hacer que nuestra experiencia también tenga sentido para los demás, mediante la praxis de la fe. En esa dirección es muy iluminador el aporte de algunos teólogos de la liberación, en donde se busca la coherencia de la experiencia de fe en el reino de Dios a través de hechos significativos, realizados principalmente a favor de aquellos que fueron y siguen siendo los sensiblemente preferidos por Jesús, porque ellos se encuentran en el abandono, sin poder vislumbrar el sentido que el reino de Dios pudiera tener para ellos concretamente. Por lo mismo Gutiérrez explica que la “liberación que aporta Jesús es universal e integral…sin limitarse, por ello, a un plano puramente espiritual”; y que, además, “la honda carga humana y de transformación social que entraña el evangelio es permanente y esencial porque hace saltar los estrechos límites de situaciones históricas determinadas y va a la raíz misma de la existencia humana: la relación con Dios en solidaridad con otros hombres”.
Por otro lado, Paul Tillich menciona cuatro connotaciones del reino de Dios en relación a la salvación en la historia, a saber, política, social, personalista y universalidad. Es política en tanto Dios ejercerá el dominio tras la victoria sobre sus enemigos; es social porque incorpora las ideas de paz y justicia, realizando así la esperanza utópica, al paso de reconocer también la imposibilidad de una plenitud terrena; es personalista por cuanto el reino de Dios da un significado eterno a la persona individual, en tanto plenifica a la humanidad a través de todo individuo humano; y es universalidad en razón de que el reino no es sólo de los hombres, sino la plenitud de vida bajo todas las dimensiones posibles.
No se debe perder la fe en el mundo mientras éste sea el escenario del reino de Dios. Mundo sin reino de Dios, no es más que signo de frustración, ambigüedad y desesperanza. Mundo con reino de Dios es el sentido a todas las dimensiones de la historia; es la esperanza en el proyecto utópico de mejoramiento del ahora, sin que se tenga que esperar solo el éschaton, para poder constatar que Dios es justo y que por ello nos salva; es la anticipación de la plenitud que todo cristiano vivirá cuando la acción liberadora de Dios nos una a él eternamente.
El reino de Dios se hace presente en Cristo, pero asimismo tomando como instrumento de proclamación a la iglesia. Es ella quien da cuenta del reino de Dios en el mundo; el reino se identifica con ella, pero no constituye su límite. Digamos que la iglesia está incluida en el reino de Dios, cosa que me atrevo a plantear por no sentirme capaz de imaginar la magnitud que éste pudiera comprender. […]

A manera de conclusión
El reino de Dios, visto en su dimensión escatológica, siempre debe pensarse en conexión con la totalidad de la creación; no es posible pensar en la iglesia sin el mundo. Iglesia y mundo se deben entender integralmente y no como dos realidades yuxtapuestas e irreconciliables. ¿De qué modo debiera comprenderse la esperanza cristiana entonces? La respuesta parte por comprender el reino de Dios en términos integrales, en una suerte de plenitud que importe trascendencia e inmanencia simultáneamente. Una mirada inclusiva y no excluyente de la realidad intrahistórica.
Pero la Iglesia es interpelada por la sociedad moderna para que ella demuestre coherencia y razones acerca de su anuncio del reino de Dios. Por lo mismo, cobra importancia el modo en que la Iglesia sea capaz de dar cuenta de la esperanza cristiana en un mundo que ya no se sabe fundado sobre los cimientos de la fe. Se hace necesario que la Iglesia manifieste en el mundo aquellas notas o connotaciones esenciales que puedan explicitar con claridad la positividad del mundo. Pienso que una primera manera sería el reforzar nuestra praxis cristiana para que ella misma diera cuenta de nuestra coherencia y sentido legítimo de fe. En segundo lugar se requiere de apertura hacia el mundo en diálogo respetuoso que garantice retroalimentación. Se necesita de una Iglesia que dialogue y no imponga sus criterios en desmedro de los interlocutores. No es posible admitir una Iglesia que se siente superior al mundo e impone sus dogmas sin más razones que la sola autoridad por ella proclamada. No se puede afirmar que la Iglesia funda el mundo, en tanto el mundo posee en sí positividad porque ya es creación de Dios. La Iglesia simplemente coopera para que esa realidad se haga manifiesta, pero no por vía de imposiciones.
Finalmente, se debe resistir a la tentación de caer en la idea de que tan sólo lo espiritual, entendido como lo intangible y trascendental, es lo verdaderamente aceptable como base de nuestra esperanza. La escatología dualista, que espiritualiza lo verdadero y demoniza lo concreto, atrae a sí pura negatividad en lo que respecta a la impresión acerca del mundo. Por otro lado, el materialismo que se encierra en sí mismo como una mónada, afirmándose como única posibilidad de porvenir inmanente, no se condice con la premisa del evangelio de que en Cristo serán recapituladas todas las cosas, visibles e invisible (Ef 1.10).

____________________

FUMEC SE SOLIDARIZA CON SIETE PASTORES DE LA IGLESIA PRESBITERIANA DE MÉXICO QUE FUERON SUSPENDIDOS

Buenos Aires, jueves, 26 de julio de 2012 (ALC). La Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos en América Latina y el Caribe, manifestó que se une en oración en solidaridad y apoyo a siete pastores de la Iglesia Presbiteriana Nacional de México suspendidos de sus competencias pastorales "por defender públicamente el derecho de las mujeres y de la ordenación de la Mujer en la Iglesia Presbiteriana Nacional de México".
Los pastores Dan González Ortega, Rubén Montelongo, Alberto Arenas, Hugo Gallardo, Silfrido Gordillo, Felipe Vera y David Abdiel Rodríguez han sido disciplinados por el Sínodo del D.F., de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México (INPM), el cual se ha constituido en tribunal eclesiástico y, sin juicio previo ni presencia de los pastores implicados, denuncian, ha promulgado que: a partir del día 4 de julio del 2012 les sea aplicada una disciplina de suspensión de privilegios como miembros en plena comunión de la INPM y, de sus oficios como ministros de la Palabra y de los Sacramentos, por tiempo indefinido y debido a las presuntas faltas tipificadas como delitos en el Libro de Disciplina de la INPM Capítulo III, páginas 150-153 AET.
Los cargos expuestos en las cartas llegadas a los pastores disciplinados son: carácter inestable, violento; espíritu de desunión, vida sin control del Espíritu, rumores, chismes, levantamientos de falsos, difamación, división entre grupos, acusación ante las autoridades civiles, abuso de autoridad, promoción de divisiones, acuerdos que pueden lesionar a otros cuerpos de gobierno, falta de buenas relaciones, falta de comunicación, falta de buena voluntad y deseos de servir juntos al Señor, desacato a disposiciones oficiales, rebelión , desunión, cisma, transgresiones a la Constitución o Libros de Gobierno, rumores y falso testimonio, ataques y amenazas, desacato injurias, irrespetuosidad. Esta disciplina tiene efecto a partir del 4 de julio del 2012 hasta que muestren arrepentimiento y sometimiento al Señor y su Iglesia mediante los diferentes cuerpos de gobierno eclesiástico.
“La disciplina que ha sido ‘dictada’ por estar a favor del Sacerdocio Universal de los y las Creyentes”, dice la nota circulada por Marcelo Leites, Secretario Ejecutivo Regional de FUMEC, quien invita a orar y solidarizarse de distintas maneras con los pastores afectados.
Luego de las noticias trascendidas en las redes sociales en donde se incluso se ha formado un grupo que hace un llamado a la oración, el Rev. Dan González Ortega (ex Secretario Regional de la FUMEC ALC y miembro del MEC por la Equidad), expresó que esta convocatoria (efectuada por terceros) "no pretende instalar un tema para debatirlo...es sólo una invitación a orar con y por nosotros...".

________________________________________________________

ELIGEN LA PRIMERA OBISPA ANGLICANA DEL CONTINENTE AFRICANO
Protestante Digital, 21 de julio

Ellinah Ntombi Wamukoya ha sido elegida obispa de Swazilandia, una de las 12 provincias anglicanas en África.
Ellinah Ntombi Wamukoya, de 61 años, fue elegida obispa de Swazilandia, una de las 12 provincias anglicanas en África, que comprende Angola, Mozambique, Namibia, Sudáfrica y Lesotho.
Ellinah fue designada para este cargo el pasado 18 de julio, en un clima que fue definido como “profundamente espiritual” y representa una decisión histórica para la Iglesia anglicana de Sudáfrica. Se produjo en el séptimo escrutinio por una mayoría de dos tercios (votaban laicos y pastores).
Su tarea será especialmente difícil por las dificultades políticas en las que se encuentra el país .
Sustituirá a Meshack Mabuza, que se convirtió en el obispo de Swazilandia en 2002, y que no ha dejado pasar ocasión para criticar la actuación del rey Mswati III, el último monarca absoluto del África subsahariana y completamente indiferente a las condiciones de extrema pobreza en la que viven sus súbditos.

Formada y reconocida
Wamukoya es una mujer con una amplia formación, ya que estudió en las Universidades de Botswana, Lesotho y Swazilandia.
Es actualmente capellán en la Universidad de Swaziland y en el St. Michael’s High School de Manzini; teniendo además un gran compromiso y reconocimiento social ya que en Manzini ejerce además la responsabilidad de secretaria comunal y directora general de la administración ciudadana.

Comunión anglicana
Fundada en 1968, la diócesis anglicana de Swazilandia está compuesta por tres archidiaconatos: Swazilandia oriental, meridional y occidental.
Coincide la designación de Wamukoya como obispa con ser 2012 el año en que se celebra el 20 aniversario de la ordenación de la primera mujer al pastorado en la Comunión anglicana, tras la decisión al respecto del Sínodo anglicano de 1992.
La Iglesia anglicana africana es tradicional en temas morales, estando por ejemplo opuesta a la aprobación del matrimonio homosexual en el seno de la iglesia. Ellinah Ntombi Wamukoya, además de ser la primera obispa anglicana en África, será el vigésimo cuarto obispo mujer de la Comunión anglicana y la segunda obispa de una iglesia protestante histórica de todo el continente africano.

Actividades


OREMOS POR QUIENES SERÁN PROPUESTOS Y ELECTOS/AS COMO OFICIALES DE LA IGLESIA

***

CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 31 de julio, 19 hrs.
Pioneros del presbiterianismo (IX): Arcadio Morales (II) (Salmo 78.68-72)
Modera: Hna. Andrea Naranjo

AUTOBIOGRAFÍA (I)
Arcadio Morales 

Éstas son las únicas páginas de la autobiografía de mi amado padre, fueron halladas sólo por obra de la providencia, pues entre tantos libros y escritos que dejó jamás la habíamos encontrado. Si algún beneficio reportan estas líneas de aquel que fue llamado el “Moody mexicano”, que sea todo para la gloria de aquel que lo llamó, según el intento suyo y gracia, el Señor Jesucristo.

Su hija menor, Guillermina Morales F.
Coyoacán, 2 de agosto de 1975

El 12 de enero de 1850, a las cinco de la tarde nació Arcadio, hijo de Benito Morales y Felipa Escalona en la ciudad de México, en el callejón de San Simón número 3. Hasta la edad de 9 años, Arcadio Morales había vivido con relativas comodidades, habiendo aprendido a leer a los 5 años y malamente pintar letras hasta los 9, aunque a costa de muchos y crueles castigos como se enseñaba en México hace 50 años.* [1855]
Entonces, habiéndose acabado mis recursos, mi desgracia me puso en contacto íntimo con un dulcero, hombre pobre sin instrucción ni educación de ninguna clase, borracho, blasfemo, pendenciero, malo por los cuatro lados. Este señor me enseñó a hacer dulces y después venderlos, llevándome consigo a pie, sin zapatos, muchas veces hambriento, en calzoncillos y mangas de camisa, relacionándome en esta triste situación con la gente de la más baja clase de la ciudad de México y sus alrededores. Quien me hubiera visto a tan temprana edad en compañía de soldados, presos, comerciantes vagabundos, borrachos y gente perdida en todos los sentidos, habría asegurado con razón que sólo me esperaba la cárcel y la infamia como único porvenir.
Pero Dios me había concedido una gracia y era el amor al trabajo honrado; no puedo olvidar hasta hoy, después de 45 años, la satisfacción tan grande que me causó el hecho de haber ganado mis primeros dos reales en la venta de mis dulces y contribuir con ellos al sostén de mi madre y de mi hermano Felipe. Más tarde, cuando ya contaba 12 años de edad, ganaba en el mismo negocio de 6 a 9 reales diarios, con lo que mantenía a mi familia.

http://inp-biografias.blogspot.mx/2010/09/arcadio-morales.html.

***

PRÓXIMAS ACTIVIDADES


AGOSTO: LA BIBLIA: CONTEXTOS Y RELECTURAS ACTUALES

5 – Santa Cena/ Reunión de Consistorio
12 – Inicio de cursos/ Reunión congregacional



"Busquen primero el reino de Dios y su justicia...", A.I. Edith Martínez Vázqiez

29 de julio de 2012

Mateo 6.25-34



La Biblia de Nuestro Pueblo

Por eso les digo que no anden angustiados por la comida y la bebida para conservar la vida o por la ropa para cubrir el cuerpo. ¿No vale más la vida que el sustento, el cuerpo más que la ropa? Miren las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre del cielo las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes puede, por mucho que se inquiete, prolongar un poco su vida?
¿Por qué se angustian por la vestimenta? Miren cómo crecen los lirios silvestres, sin trabajar ni hilar. Les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy crece y mañana la echan al horno, Dios la viste así, ¿no los vestirá mejor a ustedes, hombres de poca fe?
En conclusión, no se angustien pensando: ¿qué comeremos?, ¿qué beberemos?, ¿con qué nos vestiremos? Todo eso buscan ansiosamente los paganos. Pues el Padre del cielo sabe que ustedes tienen necesidad de todo ello. Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás lo recibirán por añadidura.

sábado, 21 de julio de 2012

Letra 279, 22 de julio de 2012

http://issuu.com/igl-ammi-shadday/docs/letra279-120722

LA POSIBILIDAD DEL REINO DE DIOS EN CRISTO COMO PRESENCIA INMEDIATA EN LA HISTORIA
José Peña Mendoza
www.cirab.cl

El ya del reino de Dios es posible porque se ha concretado en la historia el hecho más significativo de la revelación, es decir, la introducción del Hijo al mundo. Su encarnación es la máxima prueba de que ese reino ha llegado y se ha hecho parte de nuestra historia humana. En ese acontecimiento el Hijo ha pasado a ser el nexo entre la realidad inefable de lo divino y nuestras imposibilidades; entre lo infinito y lo que está sujeto a las limitaciones de la existencia en el tiempo y el espacio; se hace historia para que sea en nosotros la posibilidad concreta, cercana, inmediata y eficaz de la salvación de Dios. Para el mismo Jesús el reino debía ser una realidad inmediata en el presente, que se pudiera disfrutar ya, de modo que en su predicación la idea de su implantación aquí no era extraña. Con ello se deja ver que jamás el reino de Dios tuvo en Jesús la idea de mera esperanza futura, como si fuese algo que el ser humano llegaría a disfrutar sólo para la consumación de los tiempos. Al contrario, todos sus gestos y enseñanzas eran animados por la clara intención de hacer que los hombres tomaran consciencia de que estaban, ya, frente al reino de Dios. Sus hechos de sanidad fueron un claro anuncio de la presencia del reino de Dios en la tierra: “Mas si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros” (Lc. 11.20) Esto porque el reino de Dios, para Jesús, no podía centrarse en simples discursos, ajenos y distantes a la realidad de quienes en verdad necesitaran respuestas concretas a sus carencias humanas; como lo diría san Pablo: “El reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder” (1 Co. 4.20)
      Jesús sana, hace milagros y realiza cientos de gestos que se transforman en signos de la llegada del reino de Dios en la tierra, precisamente, para dar la nota positiva a un mundo carente de esperanzas concretas. Pero no se concentra en sanar o hacer milagros solamente. Es más, todo hace concluir que si esos milagros, o señales como los presenta Juan, se están dando, es porque antes se ha manifestado, ya, un hecho superior, es decir, el mensaje bienaventurado de Jesús que salva. Él anunció la llegada del reino de Dios: “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios” (Lc. 10,9); invitó a los hombres a participar de éste, convirtiéndose en sus ciudadanos: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia…” (Mt. 6,33); y enseñó a orar por la aproximación del reino en el Padrenuestro, con la expresión: “Venga tu reino” (Mt. 6,10; Lc. 11,2). Respecto a esto último, referido a la oración que Jesús enseñó a sus discípulos, donde se pide la venida de la basileia tou theou, se encuentra una idea interesante en el planteamiento de Joachim Jeremias. Él comenta que el “Santificado sea tu nombre. Venga tu reino” del Padrenuestro, guarda un estrecho parecido con una antigua oración del culto de las sinagogas, y que para Jesús no debió ser desconocida. Era la oración del Qaddish, que decía así: Ensalzado y santificado sea tu gran nombre en el mundo, que él por su voluntad creó. Haga prevalecer su reino en nuestras vidas y en los días y en la vida de toda la casa de Israel, presurosamente y en breve. Y a esto decid: Amén.
Jeremias da cuenta de una diferencia sustancial entre esta oración judía, y el padrenuestro de Jesús; de manera que mientras el Qaddish es la oración de una comunidad, que inserta en un mundo de tinieblas suplica porque el cumplimiento del reino llegue pronto, en el Padrenuestro, aunque la comunidad dice lo mismo, sabe que el reino ya ha irrumpido con la presencia encarnada de Cristo. Él es, entonces, la más grande demostración de la presencia de dicho reino de Dios. Al respecto, Schelkle observa que por lo mismo Cristo, en tanto es el reino de Dios mismo, se transforma, así, en la presencia actual del reino de Dios.
Por otra parte, A. Schweitzer resalta que el mensaje del reino de Dios fue radicalizado por Jesús hacia una posición más cercana a las realidades terrenas. Si bien es cierto que la esperanza del fin del mundo, con su consiguiente transfiguración a través de la expectativa de un reino divino, es propia de la concepción judía, Jesús vino a darle un nuevo acento al proporcionarle facticidad inmediata, es decir, al anunciar la urgencia de experimentar la presencia del reino de Dios aquí y ahora, como una realidad absolutamente positiva. En esa dirección se tuvo que concentrar el esfuerzo por no caer en el ánimo pesimista que embargaba a las religiones greco-orientales, ya que mientras éstas luchaban por rescatar o libertar lo espiritual del mundo de la materia, no llegando a importar sustantivamente el destino del mundo concreto, en el cristianismo, a pesar de mantener una mirada también un tanto pesimista, se espera la transfiguración del mundo, apoyado en el deseo amoroso de Dios por hacer que el hombre tome razón de su trascendencia en este mundo, y, en él, llegar a ser alegres instrumentos del amor divino, tarea que implica un primer paso a la bienaventuranza que se les deparará en el mundo perfecto del reino de Dios.
Es claro que el mensaje del reino de Dios comenzó con Jesús, dándole un fuerte realce intrahistórico, es decir, un mensaje que participa de la dinámica de la historia. Pero lo anterior no anulaba el hecho de que el reino, con ello, no dejaba de tener una connotación trans-histórica, es a saber, una respuesta a las ambigüedades de dicha dinámica de la historia, aportándole el valor, que representa para dicho reino de Dios, la vida eterna. Y es aquí donde se juega el justo equilibrio del reino de Dios; se llegan a conjugar la inmanencia y la trascendencia del reino.
No se puede desconocer que Jesús, en tanto cabeza del reino de Dios, está situado en la historia, y, junto con ello asume nuestras limitaciones, para transformarlas en esperanzas concretas. No en vano ese aspecto fue determinante en el siglo veinte para el surgimiento de las teologías de la esperanza y de la liberación. Todo lo relativo a Jesús ocurre en el marco de la historia. Se hace carne; convive entre nosotros (Jn. 1,14); muere y resucita, precisamente en la historia. Todo el misterio de la gracia de la salvación ocurre en el tiempo y espacio históricos; Dios nos salva, en Cristo, en la historia, el lugar que nos es más propio y en el cual nos sabemos instalados. Y si bien es cierto el acontecimiento de Jesús se realiza en la historia, ello no dificulta el hecho de ver en Jesús el reflejo de la esperanza supra-terrena. En efecto, Jesús pertenece a la historia, pero también la trasciende, dando a entender que el reino no ha perdido su carácter futuro. El mismo Jesús indicó que llegará el momento en que los hombres vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, “…y se sentarán a la mesa en el reino de Dios” (Lc.13,29); del mismo modo, cuando aparezcan las señales en el cielo, se sabrá que “…está cerca el reino de Dios” (Lc. 21.31), y, asimismo, los propios hijos de ese reino deben orar porque su venida sea pronta, por medio del ya conocido “…Venga tu reino” , e incluso, hasta el ladrón en la cruz le pide a Jesús: “Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”, a lo cual Jesús le respondió: “…hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lc. 23,42s).
Es imposible, entonces, no reconocer ambos estadios del reino de Dios. Ambos son reales, a la vez que están fuertemente relacionados entre sí; no se puede pensar en uno sin el otro, porque en definitiva son lo mismo, solamente que en diferentes ámbitos de realidad: terreno y espiritual; presente y futuro; ya, pero todavía no. Se iluminan y necesitan entre sí para lograr la comprensión de la trascendencia del reino. Nuestra salvación ha ocurrido aquí porque Jesús se hizo carne, acercando el reino de Dios a nuestro ser en el tiempo; pero también es una salvación que se consumará plenamente al fin de la historia solamente. Por lo mismo todo fiel cristiano es capaz de soportar las ambigüedades de la historia, muchas veces traducida en groseras injusticias, incomprensión, rechazo, crítica y hasta persecución, con la sincera expectativa de que la esperanza escatológica pronto se vuelva realidad, para ser redimidos de este eón, entendido como un reino gobernado por las tinieblas. Por eso el mundo, con sus ambigüedades y todo, sigue teniendo coherencia para el cristiano en tanto le inspire a esperar algo mejor: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse” (Ro. 8,18). Ruiz de la Peña advierte que si el futuro no tuviera relación con lo presente, luego tal futuro sería el sinsentido para nosotros hoy.
Para él, debe darse, entre presente y futuro, una suerte de “continuidad” y “novedad.” Y aquí nos lo jugamos todo; o seguimos el reino de Dios a contar de nuestra realidad inmediata y terrena, y comenzamos a vivir las anticipaciones de éste, o lo rechazamos para finalmente darnos cuenta que lo hemos perdido todo; como dijo E. Schillebeeckx: “La salvación aparece, en primer lugar, en la realidad secular de la historia”, a lo que agrega: “…aquí, la salvación se consigue en primera instancia…o bien se rehúye con el consiguiente desastre.”
_______________________________

CONCLUYE SEMINARIO DE CMI CON EL RETO DE EDIFICAR UNA DIACONÍA PROFÉTICA
José Aurelio Paz

“Edificar y equipar a la comunidad local para la diaconía, tiene que ser una actividad profundamente profética”, expresa la declaración final del Seminario que, sobre el tema, acaba de concluir hoy, en el Seminario Evangélico de Teología de Matanzas, organizado por el Consejo Mundial de Iglesias.
“La diaconía profética viene a ser, entonces, una de sensibilidad, abierta, capaz de captar la fuerza de la palabra. También es una diaconía rechazada, como lo fueron Jeremías, Isaías y el propio Jesús.  Hace diagnóstico del tiempo y, a base de ello, juzga lo que pasará. De igual manera, la comunidad diaconal profética está llamada a resistir en situaciones de profunda injusticia y profunda asimetría. Amós es un buen ejemplo de ello.
Se trata de una resistencia frente al fatalismo, una manera de capacitarnos en la espera, la espera utópica, escatológica, el saber ‘aguantar’, porque vendrían días mejores. Por otro lado, la diaconía profética enseña a la congregación a saber deconstruir las ideologías falsas”.
Expresa el texto y hace un análisis que implica una caracterización coyuntural de la región mesoamericana y caribeña, el testimonio y las acciones diaconales de las iglesias, la formación teológica y ecuménica, una exégesis y una reflexión teológica en el empoderamiento para ejercer la diaconía, a través de una planificación estratégica y de sustentabilidad que haga énfasis en los fundamentos bíblicos.
De esa manera, el texto desemboca en cinco desafíos y recomendaciones que piden continuar el énfasis en la diaconía como contenido esencial de la misión de la Iglesia; promoverla como clave de interpretación en la lectura bíblica comunitaria; colegiar las diferentes experiencias formativas de la región con el objetivo de hacer un diseño curricular para la formación diaconal; la autogestión de esa labor y la estimulación en la formación de redes, entre las diferentes iglesias e instituciones que trabajen en ese sentido para el intercambio de experiencias, además de contar con el apoyo a la formación y sustentabilidad de los proyectos, trabajando con diversos organismos e iniciativas ecuménicas afines como AIPRAL, CANAAC, CLAI, CCC y los Foros de Alianza ACT, entre otros.
En las palabras finales del doctor Carlos Emilio Ham, coordinador de este Seminario de Empoderamiento para la Diaconía en América Central y el Caribe hispano, a cargo del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), dijo que lo que era sólo un sueño de trabajo se convirtió en una verdadera manera de compartir insumos y experiencias, gracias al apoyo financiero de la Obra Misionera Evangélica de Alemania (EMW) y la Fundación Karibu, de Noruega, y el inestimable aporte del biblista holandés Hans de Wit, de la Universidad Libre de Ámsterdam, como facilitador al proceso de reflexiones bíblico-teológicas, y de Humberto Shikiya, director ejecutivo del Centro Regional Ecuménico de Asesoría y Servicio (CREAS) […]
“Los resultados han sobrepasado todas las expectativas por cuanto la calidad de profesores y ponentes se complementó, de manera muy positiva, con los aportes de los grupos de participantes que, desde diversos países y contextos, trajeron sus experiencias y las compartieron, de manera que se ha creado todo un tejido de historias de vida en alcanzar estrategias comunes de cómo caminar, juntos y juntas, hacia el empoderamiento de las iglesias una paz con justicia”, comentó Ham.
La sesión final sirvió, también, para dar una panorámica en torno a la Décima Asamblea del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), a celebrarse en Cuba en febrero próximo, y la referida a la labor del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), programada para finales de 2013, en Busán, Corea del Sur. 

Actividades


OREMOS POR TODOS LOS HERMANOS/AS ENFERMOS Y NECESITADOS

***

CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 24 de julio, 19 hrs.
Pioneros del presbiterianismo (VIII): Arcadio Morales (I) (Salmo 78.62-67)
Modera: A.I. Rubén Núñez C.

INFLUENCIA DE LA BIBLIA
Óscar G. Baqueiro 

Durante 300 años de la colonia sólo entraron al país dos mil Biblias y en su mayor parte de la Vulgata latina. La constitución de 1824 facilitó su entrada pero leerla estaba prohibido. A pesar de la vigilancia, algunas se colaron para su venta. Su influencia fue lenta debido a la ignorancia reinante en el pueblo, el fanatismo que lo caracterizaba y una creciente ola de incredulidad que afloró. Un artículo publicado en Oaxaca en 1866 bajo el título de Una invitación¸ fechado el 24 de mayo, dice: “Señores: Nuestro Señor Jesucristo, al establecer su religión, tuvo como objeto principal la moralización de la humanidad, y nosotros sabemos cómo ha avanzado la civilización como consecuencia de la promulgación de sus doctrinas, tanto en Europa como en América. Pero en México nuestros conquistadores trajeron el catolicismo, es decir, la doctrina de Jesucristo desfigurada… […]”
Empezó a ser común entre los mexicanos, después de tener algunas nociones de la Biblia, compartirla con otros y formar “sociedades” con el objeto de estudiarla, discutir su contenido e instruirse. En el hogar de don Bartolo Morales y doña Felipa Escalona, hogar muy humilde en la Ciudad de México, cayó una Biblia. Ella, que tenía más tiempo, la leía con frecuencia, gozando con su contenido. Nunca dijo algo especial su hijo Arcadio, quien nació el 12 de enero de 1850. Desde que cumplió 13 años de edad lo dejaba que leyera el libro, y él a menudo comentaba con ella acerca de su lectura. El primer pasaje que recordaba y que le impresionó primero fue la última parte del sermón del monte. Un pasaje que le inclinó a cambiar su fe y prácticas del catolicismo romano fue Hechos 19.26. Ya de joven asistió a las reuniones de un grupo organizado en la calle de San José del Real n. 21. Corría el año de 1869, en una de esas sesiones Arcadio tomó la decisión de convertirse al evangelio. Su madre, que le acompañaba esa noche, dio gracias a Dios por la luz que había llegado a su hijo. Don Arcadio fue uno de los fundadores del presbiterianismo y uno de los precursores del protestan-tismo en México. Llegó a ser un eficiente pastor evangélico. […]

Historia general de la Iglesia en América Latina. V. México. Salamanca-México, Sígueme-Paulinas, 1984, p. 288.

***

PRÓXIMAS ACTIVIDADES

29 – Celebración de cumpleaños/ Despensas

Reino de Dios, ética y acción humana, L. Cervantes-O.


22 de julio de 2012

Un árbol sano no puede dar frutos malos ni un árbol enfermo puede dar frutos buenos. El árbol que no dé frutos buenos será cortado y echado al fuego. Así pues, por sus frutos los reconocerán. No todo el que me diga: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre del cielo.
Mateo 7.18-21, La Biblia de nuestro pueblo 

El Sermón del Monte ha sido visto siempre como el gran resumen de lo que se espera que vivan y practiquen los cristianos/as o, en otras palabras, como el punto de partida para una ética efectiva del seguimiento de Jesús de Nazaret. Muchos, siguiendo la imagen del nuevo legislador que sube a la montaña para que, igual que Moisés con las tablas de la ley antigua, ven a Jesús estableciendo los nuevos mandamientos para la vida que quiere ser fiel a Dios. De una u otra forma es posible advertir que los lineamientos que da esa gran enseñanza se refieren al nuevo estado de cosas introducido por Jesús y que brotan de él. Eduardo López Azpitarte lo ha expresado así:

El Reino de Dios se realiza en la medida en que cada persona hace una ofrenda libre y voluntaria al Señor y reconoce que su existencia depende por completo de él. Cuando se ha descubierto esta verdad, la vida adquiere una orientación diferente. Se ha encontrado el tesoro y la piedra preciosa (Mt 13.44-46), por lo que vale la pena dejarlo todo y vivir en adelante con esta opción. A todos los creyentes, como a los discípulos, “se les ha comunicado el secreto del reinado de Dios” (Mr 4.11), que el Padre ha escondido a los sabios y entendidos y ha revelado a la gente sencilla (Mt 11.26).[1]

Las acciones que se espera sean producidas por los seguidores/as de Jesús en el mundo en pueden sino estar en consonancia con lo que él hizo y dijo, pues si bien quedan al parecer fuera de estos preceptos muchas de las cosas que se enfrentan en la vida cotidiana, las bases simples que enuncian son aplicables a la totalidad de la existencia. Con todo, la base espiritual o teológica de esa práctica se afirma con particular énfasis para subrayar el grado de exigencia que Jesús mantuvo y mantiene hoy para ser capaces de superar el legalismo esquizofrénico que, en su momento, criticó en el discurso y en las acciones de los fariseos, quienes partían de una enseñanza adecuada, pero que en el terreno de los hechos fallaban rotundamente: “Porque les digo que si el modo de obrar de ustedes no supera al de los letrados y fariseos, no entrarán en el reino de los cielos” (Mt 5.20). Esta prueba tan grande demandaba, y lo sigue haciendo hoy, de una gran creatividad por parte de los discípulos/as del Reino, que son considerados capaces de articular la doctrina con la vida diaria, no sin conflictos claro está, pero con la intención de hacer presentes los valores del reino de Dios en el mundo, como algo efectivamente transformador.
Un rostro de esta praxis en la actualidad tendría que ver, por ejemplo, con lo que podríamos llamar el “eje” injusticia-superación de la impunidad-reparación del daño-restauración, algo que en nuestras relaciones no se da de manera efectiva y mucho menos legal o auténtica. Lejos debe quedar, en el espíritu de otras épocas, solapar a los delincuentes domésticos que aprovechan y abusan de la confianza de las demás personas para hacer de las suyas. Por allí puede seguirse la interpretación de la metáfora del árbol sano y enfermo que evidencia la radicalidad con que Jesús afrontó la convivencia del bien y del mal al ser filtrados o medidos por la vara del Reino, pues éste no tolera que se exhiba como propio lo que le es ajeno y extraño. Los frutos malos no le pertenecen y son la negación de sus valores que, encarnados en la actuación de Jesús, se vuelven a realizar en la vida de sus seguidores/as de todos los tiempos. Estamos ante un “estilo de vida” que no admite negociaciones que pongan en entredicho sus cimientos mismos, es decir, la realidad plena y expectante de un Reino de justicia, paz y armonía vital. Toda acción guiada por estos parámetros opondrá una feroz resistencia al mal que trata de dominar las estructuras sociales y las vidas concretas de los seres humanos.



[1] Eduardo López Azpitarte, Fundamentación de la ética cristiana. Madrid, Paulinas, 1991 (Perspectivas y retos), p. 61.

Mateo 7.8-9, 15-23



La Biblia de Nuestro Pueblo

Cuídense de los falsos profetas que se acercan disfrazados de ovejas y por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Se cosechan uvas de los espinos o higos de los cardos? Un árbol sano da frutos buenos, un árbol enfermo da frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos ni un árbol enfermo puede dar frutos buenos. El árbol que no dé frutos buenos será cortado y echado al fuego. Así pues, por sus frutos los reconocerán.
No todo el que me diga: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre del cielo.
Cuando llegue aquel día, muchos me dirán: ¡Señor, Señor! ¿No hemos profetizado en tu nombre? ¿No hemos expulsado demonios en tu nombre? ¿No hemos hecho milagros en tu nombre?
Y yo entonces les declararé: Nunca los conocí; apártense de mí, ustedes que hacen el mal.


http://issuu.com/igl-ammi-shadday/docs/bol30-120722

viernes, 13 de julio de 2012

Letra 278, 15 de julio de 2012


LA ESPERANZA DEL REINO DE DIOS FRENTE A LAS AMBIGÜEDADES DE LA EXISTENCIA HUMANA
José Peña Mendoza
www.cirab.cl

El reino de Dios es camino de salvación en la historia y por lo tanto se transforma en respuesta a las ambigüedades propias del mundo histórico. Pero esas mismas ambigüedades han llegado a constituir un problema para entender el efectivo nexo existente entre reino de Dios e historia humana. Pero qué se entiende aquí por tales ambigüedades, es lo que a continuación pasamos a describir. Entiendo por ambigüedades todas aquellas realidades humanas que hacen imposible una mirada más positiva del mundo y su historia, tiñéndola de pesimismo y desencanto, impidiendo ver o poner atención a la esperanza cristiana que afecta positivamente todo lo creado por Dios.

En atención a lo ya definido, advierto en primer lugar una falta de armonía entre las coordenadas temporales de pasado, presente y futuro. Ello, no porque pasado, presente y futuro sean dimensiones deficientes en sí mismas, sino porque nuestro acercamiento a éstas suele ser atomizadora e instrumental. En efecto, nos cuesta mucho tener una mirada integradora y armoniosa, en la que se articulen estas dimensiones en favor de una mejor comprensión de nuestra existencia. Generalmente se entiende el pasado como aquello que ya fue y ha sido superado por el presente. Así, tenemos la costumbre de olvidar con demasiada facilidad las experiencias del pasado, como si éstas no fueran, ya, parte de nuestra vida, importándonos sólo nuestro presente y futuro. Pero sucede que una vez dejado atrás el pasado, nuestro presente tampoco nos conforma porque estamos demasiado preocupados por lo que será de nosotros en el futuro. Y en ese sentido el presente no es más que un medio, un lugar de tránsito accidental para alcanzar la meta de un futuro mejor. Tales dimensiones del tiempo, como tradicionalmente se han entendido, no debieran excluirse sino más bien complementarse para dar coherencia a la existencia humana, es decir, para hacer que cada estadio explique y dé sentido al otro, otorgándole valor eminente a cada una. El pasado, presente y futuro se iluminan y en su conjunto dan sentido a la existencia humana. Dicho en otros términos, se trata de permitir que el pasado explique por qué tenemos este presente, sin el cual no podríamos extendernos hacia el futuro. Se trata de evitar el menosprecio al pasado como algo sin valor, y canonizar solamente el presente, sin tener en cuenta que éste afecta ya lo que será de nosotros en el futuro. Sería algo así como entender el presente como una dimensión en el que se encuentran incluidas el pasado y el futuro. Ruiz de la Peña lo resume en los siguientes términos cuando dice: “Para hacer, al fin, que el pasado no sea lo ya-sido y el futuro lo no aún-ya-sido”.

Luego, identifico una cierta ambigüedad en el proceso histórico entendido como el lugar en el que se despliegan todas las libertades del ser humano. Dicha libertad se constituyó en uno de los máximos emblemas de la fe en el progreso moderno. En la dinámica de la historia, el hombre avanza hacia la consagración de su plenificación y más absoluta autonomía, mediante su alianza con una sociedad tecno-científica a la que, al parecer, nada la detiene. Sin embargo hoy, para todos es obvio que tal pretensión ha traído más desilusiones que alegrías, ya que tales proyectos de libertad humana no se han concretado, independiente de que sintamos hoy una aparente atmósfera de libertades personales al momento de decidir qué hacer, para dónde ir, qué optar, como también, qué queremos ser. Charles Taylor afirma que los principales malestares a los que nos vemos enfrentados en la modernidad son el individualismo, la primacía de la razón instrumental y la pérdida de la libertad. Estas tras formas de malestar son los efectos radicales, producidos en la sensación de desamparo radical en medio de la multitud. Las tres nos hablan de pérdidas de sentido, de finalidad, y de libertad. El ensimismamiento del individualismo hace que el sujeto se encierre en sí y se construya para él mismo sus propios sentidos inmanentes. El problema de las finalidades radica en que hoy todo es medido en términos de costo-beneficio, donde todo es relación de medios a fin. Ya nada es medio como medio, ni fin como fin. Si se estudia, no se estudia porque ello sea algo noble; se estudia para obtener un título, caso en el cual la existencia humana se funcionaliza. Y en cuanto a la libertad, ésta se ha perdido y ya no se puede decidir qué ser en el mundo. La libertad actual no es libertad propiamente; no somos libres para escoger lo trascendente, pero sí somos esclavos de la moda, del consumismo, y otras tantas cosas. Sí tenemos libertad para elegir, sin embargo todos elegimos lo mismo y damos cuenta, así, de un ensimismamiento radical que acaba por esclavizar. La pérdida de libertad, entre otras, requiere de una respuesta cristiana que proporcione una esperanza razonable respecto de lo que puede advenir a nuestro mundo.

De lo anteriormente dicho se podría concluir que es demasiado evidente el hecho de que a muchas sociedades en la actualidad, en una actitud casi soberbia, poco les importa el valor pedagógico que la historia posee. Pero la historia no es mero devenir, ni una simple manera por la cual se constata la dinámica del tiempo y del progreso humano. Al mismo tiempo posee la virtud de iluminar el aquí y el mañana de cada individuo, teniendo a la vista las lecciones pasadas que, en la teoría por lo menos, debieran contribuir a mejorar la calidad de nuestra existencia y a no cometer los mismos desaciertos que antaño nos arruinaran. Del mismo modo quisiera destacar el hecho de que la comprensión que ayer se tenía de la historia ha ido transformándose, de tal manera que si en la modernidad se pensaba en una historia que corría infinitamente hacia el progreso, hoy, en un modo de instalación postmoderna, se tiene cada vez más la sensación de estar frente a una historia que está llegando a su fin, la mayoría de las veces bajo ese contexto, a un fin que deja ver, ya, las anticipaciones del nihilismo. Pero el nihilismo no puede ser la última palabra para el ser humano, precisamente porque no es capaz de responder por el sentido que todo individuo busca con ansia. Al contrario, no ofrece respuesta alguna. En cambio la fe cristiana sí ofrece una salida porque entiende el mundo como creación divina y no como mero accidente, y porque ha recuperado el valor de la historia misma al escoger a ésta como el escenario fundamental donde se ha realizado la salvación. […]

________________________________________

EVANGÉLICOS INDIGNADOS Y EL PROCESO ELECTORAL
Carlos Martínez García
La Jornada, 11 de julio de 2012

Tal vez la elección de Enrique Peña Nieto sea legal. Pero eso no la convierte en éticamente aceptable, porque fue un proceso saturado de inmoralidades que aprovechan los huecos que las leyes dejan a los expertos en las viejas políticas corporativistas.
Entre los grupos emergentes inconformes con los resultados electorales está un pequeño, pero muy activo, colectivo en formación: el de los evangélicos que señalan el vicio de origen, los dados cargados del establishment a favor de Peña Nieto. Reproducimos a continuación un comunicado que ellos y ellas nos hicieron llegar.
“Quienes suscribimos este documento, jóvenes, adultos, mujeres y hombres de diversas ideologías políticas, pero con una fe en común, la cristiana evangélica, nos manifestamos y confesamos: Manifestamos que es responsabilidad cristiana y civil tomar una postura en torno a los pasados procesos electorales caracterizados por la corrupción y la mentira. Manifestamos que nuestra participación pública como cristianos evangélicos en la movilización social es una congruencia ética. Confesamos que Jesucristo, nuestro modelo de fe, advirtió que ‘lo dicho en secreto y a puerta cerrada, será gritado en las azoteas de las casas’ (Lucas 12:3) pues siempre valoró la verdad por encima del engaño (Juan 3:21).
“Nuestra conciencia evangélica nos lleva a rechazar las interpretaciones de pasajes bíblicos que hablan de una ideología de sometimiento irrestricto al poder (por ejemplo, 1ª Pedro 2:17). Manifestamos que los representantes populares merecen respeto en tanto seres humanos, pero eso no excluye la oposición cívica. Por ende, rechazamos que Dios haya colocado autoridades intocables. De este modo, es nuestro deber denunciar actos de injusticia por parte de la autoridad civil, como el mismo apóstol Pablo lo mostró (Romanos 12.2 y Hechos 16:37).
“Confesamos que el reino de Dios no solapa el statu quo de corrupción, ni [la manipulación] del aparato de poder para beneficios políticos y/o eclesiásticos, por lo que defendemos la separación de la Iglesia y el Estado para evitar la simulación que [instauró] por primera vez el emperador Constantino. Rechazamos la creencia en valores eternos que deban ser defendidos por el Estado, y cualquier justificación de ‘guerra justa’”.
Confesamos que nuestra acción está dirigida por el ministerio de reconciliación mostrado por Jesús y que la participación democrática es una de las vías de su manifestación como fruto del Espíritu (Gálatas 5:22-23).
“Creemos que la apatía social sólo reproduce las injusticias, pues la enseñanza de Jesús fue participar activamente en beneficio de los oprimidos.
“Cierto es que Jesús enseñó a ‘dar al César lo que es del César’, por lo que reconocemos la legitimidad de las instituciones y de sus disposiciones fiscales con el objetivo de ser administradas en beneficio del bien común. Empero, creemos que en elAntiguo Testamento se enseña que Dios quita y pone reyes mediante los instrumentos humanos, y para nuestra época estos se traducen en gestión democrática.
“Creemos que la democracia no se reduce al voto como forma de participación, sino que incluye también la oposición como forma de acción social, negociación y posibles acuerdos entre los poderes y los ciudadanos en vías del bien común.
“Quienes suscribimos este documento practicamos la vida espiritual de ayuno y oración, pero creemos que la santidad va ligada a la justicia. Confesamos que es necesario denunciar la injustica, el engaño y el fraude.
“Confesamos que es justo y congruente con nuestra fe reclamar ante un proceso electoral que ha sido acaparado por unos cuantos, ensuciado por el lucro, el mal conteo del sufragio y el derroche económico por obtener el poder. Nuestra participación en las calles junto con diversas organizaciones ciudadanas es una muestra de cómo podemos ser sal y luz de la tierra (Mateo 5:13).
“Retomamos la voz profética de Amós quien, como en estos días, era testigo de los abusos de poder y la corrupción, y nos sumamos a sus denuncias de trueque de dádivas por poder ‘pues venden al inocente por dinero y al pobre por un par de sandalias’ (Amós 2:6-7).
“El testimonio de las Escrituras nos llama. El centro de nuestra fe, Jesús, nos alienta. Por ello, manifestamos lo siguiente: 1. Apoyamos los movimientos ciudadanos en pro de la justicia, la paz, la transparencia y la equidad en los procesos electorales. 2. Invitamos a los cristianos de distintas confesiones a salir de los templos hacia las calles y las plazas para alzar la voz y sumarse al movimiento, fuerte como el Espíritu. 3. Nos asumimos como parte de una Iglesia profética que anuncia, denuncia y participa en los esfuerzos humanos para construir la justicia y la paz por encima de ideologías. 4. Rechazamos toda forma de violencia fáctica y mediática, pues Jesús mostró el camino de la paz. (Mateo 5:9). 5. Confesamos que Dios merece toda honra y ésta se le brinda en acciones por la paz y la justicia. 6. Respetamos a la autoridad política y civil, pero asumimos el derecho de impugnarla cuando solapan la injusticia y el engaño. 7. No solaparemos las acciones de autoridades que utilicen la mentira, la corrupción y la violencia. 8. En esta movilización damos testimonio de nuestra fe como agentes de cambio, como lo fue el Jesús de la fe que confesamos. 9. Creemos que para sanar nuestra tierra es necesaria la reconciliación que nos ha trasmitido el testimonio de las Escrituras (2 Cor. 5:18-19). 10. Creemos que el reino de Dios es posible, actuando en consecuencia: para que el kairós de Dios se manifieste, debemos estar prestos a incidir en nuestro kronos.
“En esta coyuntura, confesamos que el mismo caminante que anduvo con los discípulos rumbo a Emaús nos acompaña hoy rumbo a un nuevo caminar. Juntos, le pedimos: ‘quédate con nosotros, porque ya es tarde. Se está haciendo de noche’ (Lucas 24.29)”.

Actividades


APOYEMOS TODOS/AS LAS ACTIVIDADES DE LA ESCUELA BÍBLICA DE VACACIONES

***

CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 17 de julio, 19 hrs.
Pioneros del presbiterianismo (VII): Grayson Mallet Prevost (II) (Salmo 78.51-61)
Modera: Lupita Medrano

GRAYSON MALLET PREVOST (II)
Elías Amador

Cuando después de la caída del Imperio de Maximiliano, la libertad religiosa se hizo en este país, fundándose en Villa de Cos, Estado de Zacatecas, la primera congregación evangélica, que dirigió y protegió D. Juan Amador, vecino liberal de dicha villa y amigo íntimo de D. Severo Cosío y del Dr. Prevost, este Sr. encontró entonces oportuno campo para ejercer su celo religioso y su adhesión a la doctrina de Cristo, pues tan luego como supo del establecimiento de la citada congregación, procuró protegerla con sus luces, con su influencia y con sus recursos.
Inmediatamente él y su Sra. Da Mariana escribieron a Filadelfia en demanda de protección para la naciente iglesia de Cristo, de donde resultó que se la enviara el regalo de un armónico y una imprenta: el primero lo dio la señorita Netti Bradbury (hoy Mrs. Davis) y la segunda fue obsequio de los miembros de la iglesia Presbiteriana de la calle Woodland de dicha ciudad, cuyo pastor era un Sr. Radcliffe.
Con esa imprenta se comenzó la publicación del primer periódico protestante que hubo en México, denominado La Antorcha Evangélica, y redactado por D. Juan Amador y D. Severo Cosío, periódico que hizo muchos prosélitos en varias partes del país, y que provocó una positiva evolución religiosa en él.
El Dr. Prevost se ocupó también de arbitrar una suscrición entre varias personas de Zacatecas, para ayudar a construir la capilla evangélica de Cos, que fue también la primera que se consagró públicamente al culto evangélico en este país, con asistencia de muchas personas que llevó el Dr. Desde Zacatecas.
Hizo o influyó para que viniera a dirigir aquella iglesia el pastor D. Pablo Pitkin, quien con su esposa vino de parte de la Misión Presbiteriana el año de 1872.
Después del Sr. Pitkin influyó también para que vinieran otros misioneros, que fueron los Pbros. Maxwell Phillips, D. Enrique Thomson, y a éstos siguieron D. Tomás F. Wallace, J.H. Plhemus y el Dr. Luis M. de Jesi, E.M. Haymaker, R. Irwin y J.A. Dodds, quienes ayudados por el Dr. Prevost, sistemaron y ensancharon los trabajos evangelísticos en Zacatecas, en Cos, en Fresnillo y en otros lugares.

El Faro, 15 de junio de 1896, p. 93.
____________________________________

PRÓXIMAS ACTIVIDADES
22 – Clausura de la Escuela Bíblica de Vacaciones/ Reunión extraordinaria de Consistorio
29 – Celebración de cumpleaños/ Despensas

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...