domingo, 31 de agosto de 2008

Un acercamiento con Alfredo Tepox Varela, Antonio Morán del Cid

Con la mirada tranquila y el pensar meditabundo, Alfredo Tepox, después de cuarenta años de haber sido parte de los traductores de la versión Dios Habla Hoy, nos comunica las verdades reveladas por Dios, al convulsionado mundo de hoy.

Este antropólogo, lingüista, sociólogo y teólogo, apasionado de los pueblos latinoamericanos, que por muchos años ha estado tras la búsqueda continua de las raíces de los idiomas indígenas, tiene como objetivo, lograr un verdadero cimiento edificador para todas estas comunidades, que también andan tras la búsqueda de muchas respuestas al proceso y desarrollo de su propia existencia.
El fin último es la comunicación entre los pueblos y el entendimiento real de todas las Promesas y propósitos de Dios, en sus propias lenguas e idiomas, siendo la principal herramienta, la Palabra de Dios, por medio de las Sagradas Escrituras.
Dios Habla Hoy surge ante las necesidades urgentes de las poblaciones discriminadas y debilitadas por el tiempo y los procesos políticos, que han estancado el desarrollo de las generaciones y las sociedades. Dios Habla Hoy, presenta las verdades reveladas al hombre, en una forma fácil y con lenguaje sencillo.
Alfredo Tepox, nos trasciende en una universalidad de experiencias vividas, a través de esta Entrevista Exclusiva para DeGuate.com, donde las ideas exploradas y extraídas del viejo Griego y Hebreo, resultan ser Palabra, poesía y verdades únicas como elementos indispensables, para cambiar el pensamiento y la naturaleza humana y poder así, llegar al entendimiento y comunión con Dios.
¿Cómo surge en usted la inquietud de involucrarse en todo lo que es el rol de la Palabra de Dios?
En primer lugar, nazco en un hogar de ciencias biblianas , pero una cosa es recibir la doctrina por parte de los padres y otra es asimilarla personalmente, cuando la asimilo, nace en mí el interés de meterme en los estudios de las lenguas bíblicas y los estudios del seminario, aprendí las lenguas, eso es el interés como cristiano.En los planes de Dios estaba, que yo conociera a un gran Antropólogo y Lingüista, el Doctor Wonderlich, quién fue prácticamente, el que me invito a las sociedades bíblicas, al Departamento de Traducciones. Cuando nos conocimos, estaba iniciando un Proyecto de Traducción al español, lo que se conoce como la Versión Dios Habla Hoy, teniendo la oportunidad de ser uno de los traductores de esa Biblia. Fue así, como aplique las lenguas al campo de la traducción bíblica.
¿Qué experiencia le trajo a usted, el participar en esta versión bíblica, sabiendo que Dios Habla Hoy, fue accesible a muchas comunidades de América Latina?
Ahhh... con eso me toca el lado emocional, pues la experiencia fue y es inefable, no podría decirlo tan intelectualmente.
Una cosa es que uno sepa algo, que lo aplique, luego que lo haga con gusto. En el caso de la traducción bíblica, jamás imaginé dirigir mis estudios hacia la traducción, eso fue circunstancial, pero en esa circunstancia feliz, me encontré haciendo lo que me gusta hacer y que nunca pasó por mi mente, que estaría haciendo.Me ha tocado a mí, hacer para Dios Habla Hoy, la traducción de los Libros Poéticos, que es una gran responsabilidad el poder comunicar la poesía hebrea a nuestra lengua, que no es tan equivalente, ha sido una experiencia maravillosa.
El Cantar de los Cantares, Libro Poético por excelencia, el Libro de Isaías que es profético, pero también poético, donde la lengua semítica de aquellos tiempos, la palabra era fundamental, donde los Profetas eran artífices de la Palabra, por lo tanto poetas.
¿Tiene la Lengua hebrea, esencialmente poesía para expresar las ideas?
De hecho cualquier lengua, lo que el poeta hace, es explotar las posibilidades en su lengua. El lenguaje Hebreo es en termino de vocabulario, muy raquítico en su lengua, sin embargo la grandeza de los profetas y escritores bíblicos, fue que explotaron su lengua al máximo, dejándonos una riqueza inmensa. Yo diría que, a menor vocabulario, mayor riqueza semántica, por que entonces, le cargan a un termino diferentes sentidos que depende del contexto, como le van a entender.
¿Es ahí, cuando peligra el verdadero sentido de la Palabra de Dios?
Es por eso que ahí se encuentra un corolario, de mi experiencia como traductor, donde me encontré con que las traducciones tradicionales, eran fieles, en el sentido superficial del término ¿Por qué? Por que traducir un termino como Mizpáh, por ejemplo, por justicia, pero no, mizpah, va más allá de justicia, luego vamos a otros términos similares de justicia en hebreo como: Cedeco, cedecáh, en amplio cabeza, significa vindicación en otras significa victoria, en fin hay que ir buscando en su lengua cual es el sentido real. En una traducción tradicional, donde traduce un termino por otro, todo el tiempo, pierde de vista el sentido real del mensaje.
¿Quién es el que pone el canon o las restricciones, en cuanto a trascender en la Palabra de Dios?
Por una parte, la Sinagoga o la Iglesia, son los que ponen el canon, pero uno puede conformarse con la Sinagoga o con la Iglesia y no avanzar mucho, por que Dios habló, aquí en términos teológicos, en términos de fe, Dios habló a un pueblo, pero no le habló para que lo pusiera en tablas de piedra; eso era el paso necesario, pero en el entendimiento de ese texto, no era para que quedara petrificado. El lenguaje es dinámico, entonces en esa dinámica, los tiempos cambian, las culturas cambian.
Dios le habló al pueblo hebreo, pero para que comunicase a todo el mundo, ser la luz de los gentiles, la luz de los pueblos. Entonces hemos llegado al texto bíblico a través de los hebreos, pero no para ser hebreos del tercer milenio, antes de Cristo, sino para ser cristianos del siglo XXI.
Entonces para que Dios me hable en el siglo XXI, yo tengo que hacer todo un transporte del Mensaje Bíblico de hace tres mil o cuatro mil años, a mis días.
¿Qué tiene que ver conmigo ese Texto? ¿Qué me dice? Sí no me dice nada, es un texto muy lindo, un texto de museo y nada más, pero si me va a decir algo, va tener que decírmelo en mis términos, de lo que yo puedo entender.
De ahí, que mi trabajo de traducción, de traducción en lenguaje popular, para la gente de mis días, para la gente de mi América, eso fue una experiencia increíble.
¿Fue necesaria la reestructuración para que la Palabra de Dios no se perdiera?
En efecto, esa es precisamente la palabra que nosotros utilizamos como término técnicamente, ya que nuestra reestructura, no solamente es física, sino mental, toda lengua es un mundo en sí mismo, entonces sí vamos a pasar del hebreo al español, la reestructuración es centrada indispensablemente, hay que cambiar conceptos.
Cuando en las Escrituras se habla de los cielos, no es el cielo que miramos, sino una especie de domo, que cubría las aguas y separaba las aguas de abajo, entonces cuando nosotros decimos cielo, no estamos citando lo que el texto hebreo dice. Ahí, es cuando entra cierto ingenio, porque nosotros para reproducir en parte lo que dice el texto hebreo y en parte, para comunicar a nuestro tiempo, tradujimos para esta versión, como Bóveda Celeste, entonces le damos el sentido hebreo y le brindamos al lector, el sabor de lo que espera en nuestros días.
¿Cómo recibieron todos los pueblos y comunidades, ésta nueva versión Dios Habla Hoy?
Queríamos romper el paradigma de poder llegar a todas estas comunidades, en especial al Indígena bilingüe, donde el español no es su lengua natal, que se encuentra en la montaña sin Pastor, sin Sacerdote y sin diccionario. Entonces, ¿Como puede leer esta persona, el texto bíblico y entenderlo en esas condiciones?
Entonces con ese lector ideal en mente, fue cuando empezamos a trabajar y reestructurar el texto, identificándonos con esa persona solitaria, que habla el español, pero no lo habla con plenitud, no tiene recursos académicos y que sin embargo quiere, más que leer el texto, quiere entenderlo.
Para mí, fue un ejercicio tremendo ya que en ese tiempo era aún joven y esa experiencia que fue hace cuarenta años y en esos cuarenta años, han pasado muchas cosas. Como traductor, he tenido que pensar en como llegar al lector, para que el lector me entienda perfectamente el verdadero sentido de la Palabra, esa es una gran responsabilidad. El sentimiento va desde el deleite personal, hasta la comunicación real. Hablar y escribir, es comunicar, para mí significó una revolución de pensamiento y hasta la fecha hablo o escribo, pensando en que la gente me entienda y por lo menos que no me mal entiendan.
¿Qué piensa de la frase: "Tradutore traditore"?
He pensado mucho sobre eso, que cada Traductor es un traidor, también he pensado que también soy un traidor, pero no a la causa que he servido, pues lo cierto es que no hay traductor fiel, ya que fiel sería, traducir cien palabras con cien acepciones, pero si le ponemos ciento dos o ciento tres, definitivamente habrá una traición.La Misión está encaminada a que toda criatura tenga acceso a la Palabra Inspirada y comprenda que Dios habla y quiere llegar a toda su creación, pues no concebiría a un Dios que no puede darse a entender con sus pueblos, en todo tiempo y en todo lugar.
¿Usted como conocedor de las lenguas bíblicas, que es lo más grande que ha encontrado en las Sagradas Escrituras?
Una cosa que he encontrado, es que pensamos en el Antiguo Testamento, como el Libro de la Ley y el Nuevo Testamento como el Libro de la Gracia, pero he encontrado que en el Antiguo Testamento hay Gracia y que el Nuevo Testamento hay Ley.
Algo sumamente esencial, es que en todo las escrituras encontramos el término de misericordia, pero estudiándolo hemos concluido que es corazón misericordioso y Hese (hebreo) siempre tiene que ver con la actitud de un Superior a un inferior, a favor del inferior y eso es lo que hace Dios, Dios no tendría que actuar de esa manera, pero lo hace y eso engrandece la acción de Dios y eso es lo que reconocemos nosotros como Amor, definiéndolo muy bien el Salmo 136: "Porque para siempre es su Misericordia" Nosotros lo concebimos así: porque su Amor, es Eterno. Esa frase recoge dentro de las limitaciones de nuestro idioma, la idea del hebreo.

Letra 88, 31 de agosto de 2008


MUCHAS VERSIONES DISTINTAS, UNA SOLA PALABRA VERDADERA
Alfredo Tepox V.
La Biblia en México, junio de 2006


Muchos años han transcurrido desde que esos titanes de la Palabra que fueron Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera enriquecieron nuestra lengua castellana, el primero, con su bella versión de la Biblia, y el segundo, con su prolija revisión de la obra de aquél. Muchos de nosotros recordamos todavía y citamos de memoria nuestros textos favoritos según la revisión de 1909 que, aunque distante ya de los giros típicos del Siglo de Oro de las letras españolas, cuenta todavía con la sonoridad que Reina y Valera supieron imprimirle.
Durante más de cuatro siglos la versión Reina y Valera ha sido, literalmente, la reina de las hasta hace poco escasas versiones españolas de la Biblia. Tal reinado, sin embargo, ha sido circunstancial. Recordemos que la lectura de la Biblia se ha efectuado desde las «catacumbas» del protestantismo, y que sólo después del Vaticano II se ha generalizado entre la grey católica, donde ha habido un verdadero «boom» de traducciones bíblicas: Nacar-Colunga (NC), Bover-Cantera (BC), Biblia de Jerusalén (BJ), Ediciones Paulinas (EP), Biblia Latinoamericana (BLA), Nueva Biblia Española (NBE), Biblia del Peregrino (BP), etc. Del lado protestante, hay que mencionar algunas versiones del Nuevo Testamento, como la Versión Hispanoamericana (VHA) y la Biblia de las Américas (BA), revisiones de Reina Valera Actualizada (RVA), y dos traducciones de toda la Biblia: la versión Dios Habla Hoy (DHH) y la Nueva Versión Internacional (NVI).
Ante esta miríada de versiones de la Biblia, no faltará quien se pregunte: «Si es verdad que la Biblia es la Palabra de Dios, ¿Cuál de todas estas versiones es esa Palabra?» La respuesta puede parecer desconcertante: todas ellas en conjunto, y ninguna de ellas en particular. “Pero ¿cómo puede ser eso posible?”, objetará alguien más. Y la respuesta es que debemos entender que cuando confesamos que la Biblia es la Palabra de Dios, no estamos limitando el sentido de «palabra» a la simple unidad fónica o léxica, hablada o escrita. De ninguna manera. La «palabra», en relación con Dios, es algo más, mucho más, que una etiqueta pegada a un objeto.
Tal vez dos metáforas bíblicas puedan ayudarnos a entender este aparente problema: la confusión lingüística que tuvo lugar en Babel, y la perfecta comunicación que tuvo lugar aquel glorioso día de Pentecostés. En el primer caso, la soberbia del hombre por «hacerse un nombre» fue la causa de que una sola lengua llegara a ser fuente de confusión; en el segundo, el deseo ferviente de los discípulos por “proclamar” “las maravillas de Dios” hizo el milagro de que muchas voces en muchos oídos comunicaran un solo mensaje: ¡He aquí una más de las muchas maravillas de Dios! Dice el autor de la Carta a los Hebreos en el principio mismo de su discurso (1.1): “Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo”. Como podemos ver, Dios, entre los múltiples modos en que se ha comunicado con los seres humanos, parece haber mostrado siempre una clara preferencia por el lenguaje. Pero el lenguaje es rico en significado, y aunque se vale de las palabras, éstas no agotan tal carga de significado en su sentido primario y referencial. Con esto quiero decir que aunque “árbol”, por ejemplo, ciertamente significa una “planta perenne, de tronco leñoso y elevado, que se ramifica a cierta altura del suelo”, (si hemos de atender a la definición que de tal vocablo nos da el diccionario de la Real Academia de la Lengua), cuando asociamos este vocablo a otros, tal asociación activa un mecanismo que produce nuevos significados. Si así no fuera, todas y cada una de las palabras en todas las lenguas de este mundo tendrían un solo significado, y todos los libros que se han pronunciado dirían una y la misma cosa. Sin embargo, las bibliotecas existentes, y los salones de clase, y los sermones dominicales, y las charlas de café, y hasta los chistes (¡sobre todo, los chistes!) nos muestran que una sola palabra tiene dos, tres y hasta más significados. Además, la historia del lenguaje nos demuestra que las lenguas cambian con el tiempo, de modo que si en los días de Cervantes “de espacio” significaba «a cierta distancia», ahora «despacio» puede significar “quedo” o “lentamente”, sin que podamos explicarnos, al menos no con facilidad, tal distancia de sentido.
Este cambio constante del lenguaje nos lleva a prestar atención a estas aparentes sutilezas, las cuales cobran gran importancia cuando se trata de entender hoy el mensaje de siempre. El texto de la Carta a los Hebreos citado antes nos dice que a través de la historia Dios ha estado procurando establecer comunicación con el hombre “muchas veces y de varias maneras”. ¿Por qué “muchas veces”? Porque ha estado hablándoles a generaciones distintas y distantes. ¿Por qué “de varias maneras”? Porque cada grupo humano, y cada hombre –y, en efecto, quiere hacerlo y lo hace- tiene que echar mano de todos sus recursos comunicativos. Lastimosamente, del hombre no se puede decir lo mismo, ni en su comunicación con Dios ni en su comunicación con sus semejantes. Con esta breve visión de los cambios lingüísticos a través del tiempo y del espacio tal vez podemos ver ya la necesidad de las varias traducciones de la Biblia. Por ejemplo, cuando el lector del siglo XVI leía: “¿Son estos todos los mozos?” (1 Samuel 16.11), seguramente entendía que la pregunta de Samuel a Isaí tenía que ver con los hijos de este último; hoy día, sin embargo, no pocos lectores se preguntarían por qué Samuel le preguntaba a Isaí acerca de sus “criados” o “meseros”. Malos entendidos como este hacen necesario contar con nuevas versiones de la Biblia, como la versión Dios Habla Hoy, que en este caso traduce: “¿No tienes más hijos?”.
Hay casos, como el de Génesis 1.14 en que los términos no son tanto equívocos cuanto arcaicos: Haya lumbreras en la expansión de los cielos (RVR 1960). Que haya luces en la bóveda celeste (DHH). Que haya luces en el firmamento (NVI).
En algunos otros, los términos en el texto original son ricos en sentido, y difícilmente una sola palabra bastaría para reflejar toda su riqueza de significado. Sin embargo, y a pesar de las limitaciones lingüísticas que alguna lengua particular pudiera tener, siempre podrán hallarse términos más aptos que otros para que la nueva traducción exprese con mayor fuerza el sentido del original. Veamos, por ejemplo, el Salmo 136.1 Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia (RVR 1960). Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; porque su amor es eterno (DHH). Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre (NVI).
Hay otros casos en que la fuerza del original demanda un cambio en la retórica de la palabra, frase o discurso que se traduce. Ejemplo de ellos es el capítulo 1 de Isaías, de donde tomamos sólo el versículo 12: ¿Quién os demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? (RVR 1960). Ustedes vienen a presentarse ante mí, Pero ¿quién les pidió que pisotearan mis atrios? (DDH). ¿Por qué vienen a presentarse ante mí? ¿Quién les mandó traer animales para que pisotearan mis atrios? (NVI).
Este ejemplo de Isaías nos muestra una más de las razones para contar con nuevas versiones de la Biblia: en algunos casos se hace necesario explicitar información latente o implícita en el texto original. Quien lea RVR 1960 o DHH entenderá que el reproche del Señor en cuanto a “hollar” o “pisotear” sus atrios va dirigido a personas, pero la NVI deja en claro que, aunque el reproche va dirigido a personas, quienes huellan o pisotean los atrios del Señor son los animales que esas personas llevan allí.
La Biblia es también poesía. Aproximadamente una tercera parte del Antiguo Testamento ha sido escrita en forma poética. Si deseamos acercarnos más al sentido poético del texto bíblico, resulta indispensable contar con una o varias versiones que intenten reflejar tal carácter. He aquí una pequeña muestra del Cantar de los Cantares (6.10), donde dos versiones han trascendido a la letra para intentar penetrar en el espíritu poético de esa letra: ¿Quién es esta que se muestra como el alba, hermosa como la luna, esclarecida como el sol, imponente como ejércitos en orden? (RVR 1960) ¿Quién es ésta que se asoma como el sol en la mañana? Es hermosa como la luna, Radiante como el sol, ¡Irresistible como un ejército en marcha! (DHH). ¿Quién es ésta, admirable como la aurora? ¡Es bella como la luna, radiante como el sol majestuosa como las estrellas del cielo! (NVI).
Podríamos abundar en ejemplos como estos, pero ojalá el lector haya notado ya, en las aparentes diferencias entre las tres versiones citadas, el sentido profundo del texto bíblico. Todas ellas, en su conjunto, nos dan una percepción más amplia del sentido del texto, pero ninguna de ellas, en particular, lo agota. Hoy día, cuando contamos con tantas versiones nuevas del Mensaje eterno, ¿por qué no profundizar nuestra lectura de éste, comparando nuestra versión, favorita con esas nuevas versiones? Si lo hacemos así, estaremos poniendo fin a la lectura literal, que tanto daño nos ha hecho, y estaremos penetrando en los tesoros de la sabiduría inefable de Dios.

La Biblia al servicio de la evangelización en la Iglesia, Dr. Alfredo Tepox V.

Jesús realiza la nueva evangelización, Carlos Mesters

Jesús realizó el ideal del discípulo fiel descrito en los cuatro cánticos del Siervo de Yavé. "La Ley y los profetas llegan hasta Juan; de ahí en adelante comenzó a ser anunciado el Reino de Dios" (Lc 16,16). Estaba comenzando una nueva y definitiva etapa de la historia del pueblo de Dios.

RESUMEN DE LA BUENA NUEVA DEL REINO ANUNCIADO POR JESUS
El evangelio de Marcos resume la Buena Nueva en cuatro puntos:
1) "El plazo se ha cumplido".
2) "El Reino de Dios ha llegado".
3) "Cambien de vida".
4) "Crean en la Buena Nueva" (Mc 1,15). A continuación abordaremos estos cuatro puntos

1.1. "El plazo se ha cumplido" (Leer los hechos con ojos nuevos)
Jesús estaba atento a los hechos y a los tiempos, y "después que apresaron a Juan" (Mc 1,14) llegó a la conclusión de que: "el plazo se ha cumplido". El encarcelamiento de Juan por Herodes hizo que el plazo se venciera y llegara el kairós, el momento de Dios
Jesús analizaba los hechos con ojos diferentes y en ellos percibía cosas que los otros no veían. "¿No dicen ustedes, faltan cuatro meses para la cosecha? Más bien, yo les digo: Levanten la vista y vean cómo los campos están amarillos para la siega" (Jn 4,35). El recorre el país y convoca al pueblo, pues la cosecha es grande, los operarios son pocos y el tiempo urge (Mt 9,35-38). Envía doce y luego 72 para decirle al pueblo: El Reino de Dios ha llegado" (Lc 10,9).
Jesús ayuda al pueblo a leer los hechos con ojos diferentes: les hace reflexionar a partir de lo que está sucediendo (Lc 13,1-5); critica las interpretaciones erradas de los hechos (Jn 9,2-3); utiliza parábolas para comunicar una visión crítica sobre la realidad y sobre la práctica religiosa (Lc 18,9-14; Mt 21,28-32; Lc 10,29-37; etc.). De esta forma Jesús ayuda al pueblo a darse cuenta del plan de Dios que se va realizando en los acontecimientos. Esto supone en Jesús una doble experiencia: una profunda experiencia de Dios, fruto de su filiación divina y de su oración, y una profunda experiencia de la vida del pueblo, fruto de su encarnación e inserción.
No todos aceptan la interpretación de los hechos que Jesús hace. Los fariseos y los saduceos no saben leer los signos de los tiempos (Mt 16,1-4). Jerusalén y las ciudades de Galilea se cierran (Lc 13,34-35; 10,13-15; 19,42). Sin embargo, los pobres aceptan su mensaje (Mt 11,15).

1.2. "El Reino de Dios ha llegado" (La novedad que causa admiración)
Todos esperaban la venida del Reino, cada uno a su modo. Para los fariseos, el Reino vendría cuando la ley se observara perfectamente. Para los esenios, cuando el país estuviera purificado. El pueblo esperaba la venida de un Mesías glorioso. Pero Jesús no esperaba la venida del Reino. Para él, el Reino ya está llegando. Esta es la novedad.
¿Qué análisis de los acontecimientos hace Jesús para llegar a esta conclusión? Pues la observancia de la ley no era perfecta todavía; el país no estaba todavía purificado; tampoco había señal de la llegada gloriosa del Mesías. ¿Entonces, dónde estaba el Reino? ¿Cuáles eran las señales? (Lc 17,20). Jesús responde: "El Reino no viene como fruto de la observancia, ...sino que está en medio de ustedes" (Lc 17,20-21). Esta es una manera radicalmente nueva de mirar el Reino y la realidad.
Jesús no dice lo que es el Reino. El apenas dice que el Reino llegó. Si el Reino ya llegó, entonces se le debe buscar y encontrar en las cosas que Jesús pasa haciendo y diciendo: "Vayan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los rengos andan, los enfermos quedan sanos, los sordos oyen, los muertos resucitan, y la Buena Nueva llega a los pobres" (Mt 11,5-6). "Si yo expulso los demonios con el dedo de Dios, entonces el Reino de Dios ha llegado a ustedes" (Lc 11,20).
Para ayudar al pueblo a percibir la llegada del Reino, Jesús hace una nueva lectura del pasado, del Antiguo Testamento, y con ella procura iluminar los hechos. En la Sinagoga de Nazaret, él usa un texto de Isaías para presentar su propio programa (Lc 4,18-19 e Is 61,1-2), y concluye: "Hoy se cumple entre ustedes lo que han escuchado en este pasaje de la Escritura" (Lc 4,2). El aviso que Jesús le envió a Juan Bautista era de otro texto de Isaías (Is 29,18-19; 35,5-6). La misma expresión de "Buena Nueva del Reino" viene de Isaías (Is 52,7).
Además de eso, Jesús usa comparaciones para ayudar al pueblo a entender esta misteriosa presencia del Reino dentro de los hechos: simiente, fermento, sal, tesoro, grano de mostaza, moneda perdida, etc. Los pobres entienden este lenguaje (Mt 11,25), pues el Reino de Dios, anunciado por Jesús, es para ellos (Mt 5,3-10). Los otros, o sea, los de afuera, oyen, pero no entienden (Mc 4,11-12).

1.3. "Cambien de vida" (Una difícil exigencia)
Jesús no pide en primer lugar: "Observen la ley y la Tradición". El pide metanoia, o sea, cambio en el modo de pensar y de vivir. El pueblo debe cambiar de ideología. De lo contrario, no logra entender nada del mensaje del Reino anunciado por Jesús.
¿Cambiar por qué? Porque hubo una inversión total de valores. La manera como la religión estaba organizada ya no revelaba el rostro de Dios al pueblo: el ser humano estaba en función de la ley (Mc 2,29); la voluntad de Dios fue anulada por la tradición (Mc 7,10-13); la misericordia fue reemplazada en favor de la estricta observancia (Mt 9,13); la justicia practicada por los fariseos ya no mostraba el Reino (Mt 5,20). Pues olvidaban las necesidades del pueblo (Lc 13,15-17), imponían cargas pesadas al pueblo (Mt 23,4), bloqueaban la entrada al Reino (Mt 23,13).
¿Cambiar a qué? Reconocer el propio error e iniciar una nueva práctica con un nuevo rumbo: El amor a Dios es igual al amor al prójimo (Mt 22,39); el objetivo de la ley es imitar a Dios que hace llover sobre todos (Mt 5,43-48); perder la conciencia de que ser el pueblo elegido de Dios es ser un pueblo privilegiado, y comenzar a darse cuenta de que, después de haber hecho todo lo que se debía hacer, no se pasa de ser un siervo inútil (Lc 17,10); entender que, delante de Dios, todos somos iguales y que, en la comunidad, el poder es servicio (Mt 9,35); entender que el sábado es para el hombre (Mc 2,27) y luchar contra las divisiones que desmienten el proyecto de Dios. En una palabra, aprender que nadie tiene derecho de marginar como "pecador", "impuro", "pagano", "maldito" o "ignorante" a los que Dios acoge como hijos (Mt 5,45).
Hacer este cambio era lo mismo que morir y nacer de nuevo. "Quién no nace de nuevo, no puede ver el Reino de Dios" (Jn 3,3). Muchos no quisieron hacer este cambio radical, reaccionaron en contra de Jesús y decidieron eliminarlo (Jn 12,37-41; 11,45-54).

1.4. "Crean en la Buena Nueva" (Se realiza la esperanza del pueblo)
A toda esta novedad que comenzó a existir alrededor de su persona, Jesús la llama Buena Nueva del Reino. Así se está realizando la esperanza que por tantos siglos el pueblo aguardaba. Jesús hace lo mismo que los discípulos de Isaías: señala los hechos concretos donde estaba apareciendo el Reino de Dios. De este modo, él sitúa los hechos dentro del conjunto del plan de Dios, y ayuda al pueblo a entender mejor el alcance de aquello que estaba sucediendo.
La noticia no era tan buena para los doctores y escribas. Pero era verdadera buena para los pobres (Lc 4,18; Is 61,1). Pues a través de la práctica y de la palabra de Jesús, el pueblo pobre, que vivía marginado como "ignorante", "maldito", "impuro" y "pecador" (Jn 7,49; 9,34), tenía nuevamente un acceso directo a Dios. Jesús liberó la entrada. La presencia amiga de Dios se volvió nuevamente universal, cercana para todos, libre de las ataduras que venían aprisionándola desde hacía varios siglos.
La entrada en la Buena Nueva se realiza por la fe: "¡Crean en la Buena Nueva!" Es decir, crean en el mensaje de Jesús. ¡Pero no solamente eso! Creer también, y sobre todo, en él, en su Persona, y aceptarlo tal como él mismo se presenta (Jn 14,1). No hay otra entrada. El es "el camino, la verdad y la vida" (Jn 14,6). Dios se hace presente en su actitud: "Quién me ve a mí, ve al Padre" (Jn 14,9).

Semana de evangelización: 25-29 de agosto de 2008

Tema general: El Evangelio de Cristo para la vida de hoy

La persona y la obra de Jesús de Nazaret siguen siendo motivo de atención y polémica en el mundo actual. La efectividad de su mensaje, centrado en la gran esperanza del Reino de Dios, sigue vigente a pesar de los excesos de algunas iglesias o comunidades religiosas.
Acercarse a su figura una vez más, con la intención de encontrar elementos que permitan actualizar su influencia, es un propósito que puede llevarse a cabo con la certeza de que es confiable el testimonio del Nuevo Testamento. El mundo de hoy está sediento de otorgar significado a la vida, con todo y que existen múltiples alternativas que distraen, muchas veces, de las cosas verdaderamente significativas.
Todas las áres de la existencia son susceptibles de ser impactadas por el Evangelio cristiano para dotarla de una nueva proyección. Por ello, hay que rremontarse sobre la tradición religiosa para recuperar el rostro fresco y apelante de Jesús, el Mesías, quien con su vida, muerte y resurrección es capaz de acercar a la humanidad a Dios sin imponerle cargas difíciles de sobrellevar. Ésa es la invitación básica para los seres humanos de hoy.

Lunes 25
...para la vida laboral
Expositora: Edith Martínez

Martes 26
...para la vida social
Expositora: Evangelina Corona Cadena

Miércoles 27
...para la vida espiritual
Expositora: Rebeca Tejeda

Jueves 28
...para la vida afectiva
Expositora: Sara Forcada

Viernes 29
...para la vida familiar
Expositora: Graciela Arellano

Letra 87, 24 de agosto de 2008

¿QUIÉN PUEDE LEER LA BIBLIA?
Roberto Blancarte
Milenio Diario, 19 de agosto de 2008
Los temas de religión y política suelen levantar pasiones. Pero pocas veces me han escrito tantos lectores para darme su opinión, quejarse de mis afirmaciones o respaldarme en lo que dije, como en las últimas semanas, a propósito de la utilización de partes de la Biblia para apoyar una campaña a favor del uso del condón entre los jóvenes.
Al final, me quedan más claras algunas cosas. En primer lugar, que nadie es poseedor absoluto de un libro sagrado o un conjunto de textos sagrados. Pensemos en los textos védicos, en las recopilaciones de las enseñanzas del Buda, en el Corán, en el Antiguo Testamento o en los Evangelios: afortunadamente, no hay una sola interpretación de los mismos. Osama Bin Laden podrá tener su propia lectura del Corán e incluso reinterpretará términos como el de yijad (jihad) o “guerra santa”, pero afortunadamente no es el único en poder hacerlo y eso ha permitido que muchos musulmanes tengan una lectura distinta e incluso lo contradigan. En la medida en que el mundo musulmán es muy complejo, pese a la existencia de escuelas coránicas, las corrientes de interpretación y tendencias religiosas son enormemente diversas, desde las “sufis” o místicas, hasta las más racionalistas, desde las shiitas hasta las sunnitas, desde las que están en Túnez o Marruecos, hasta las que se encuentran en Indonesia o Filipinas y que, por la influencia de sus propias culturas, leen los textos sagrados con ópticas particulares.
En los países de mayoría católica estamos demasiado acostumbrados a pensar en términos de “Iglesia”, más que en los de “religión”. Pero ésa no es la realidad mundial. No hay por ejemplo una Iglesia musulmana, como no hay una Iglesia budista o una Iglesia hinduista, para hablar de algunas de las religiones que más fieles o seguidores tienen. Por lo tanto, el pensamiento teológico no está centralizado y muy pocos pretenden tener la última palabra acerca de su religión. Si acaso, sugieren su interpretación de los textos, de la tradición, de los pensadores originales, etcétera. Pero, sabedores de la existencia de un enorme pluralismo, aunque algunos hacen proselitismo para imponer su versión de las cosas, no son capaces de imponer su verdad particular. El budismo tibetano no es igual al budismo zen y el Dalai Lama no pretende imponer sus verdades a los budistas de otras corrientes diversas en Vietnam, en China o en Japón.
Esto que sucede en otras religiones no siempre es claro en el cristianismo, en el que, independientemente de la creencia en Jesucristo como salvador de la humanidad, hay muchas “iglesias”, corrientes de pensamiento, tradiciones religiosas, escuelas teológicas e interpretaciones escatológicas. El catolicismo nos ha acostumbrado a pensar en la centralidad y en el dogma, en lo que supuestamente “debe ser” y en la “correcta interpretación”, pero visiones de lo que es y debe ser el cristianismo ha habido muchas desde el origen de esta religión. Nunca hubo una sola Iglesia, puesto que los apóstoles predicaron cada quien por su lado, dándole énfasis y características específicas al mensaje que empezó a llamarse cristiano. Pero por eso mismo, las divisiones entre las diversas iglesias apostólicas obligaron en época del imperio romano a la convocatoria de “concilios” para tratar precisamente de “conciliar” las diferencias. No siempre fue posible hacerlo de manera pacífica y eso llevó a las primeras persecuciones entre cristianos; los que tenían la mayoría perseguían con apoyo del emperador a los que quedaron en minoría. Pero aun así, la división del imperio en occidente y oriente habría de marcar diferencias entre las iglesias de rito griego y las de rito latino. Después de muchos siglos de enfrentamientos, las iglesias hoy llamadas “ortodoxas” terminaron excomulgando al obispo de Roma y éste hizo lo mismo con sus colegas de oriente. Por supuesto que detrás de muchos de estos conflictos había una lucha por el poder, pero también había diferencias teológicas importantes, que se fueron ahondando con el tiempo.
La reforma protestante no es más que la expresión de esta diversidad que siempre existió, aunque fue negada y donde se pudo suprimida por la Iglesia de Roma. Los que pensaron distinto fueron clasificados como “herejes” y perseguidos por muchos hombres, luego declarados “santos” (como Santo Domingo) por la Iglesia. Nada más que con Lutero las circunstancias políticas hicieron posible la sobrevivencia de su disidencia religiosa dentro del propio cristianismo. La traducción de la Biblia al alemán (así como a otras lenguas vernáculas), y la invención de la imprenta, hicieron posible que los textos sagrados llegaran a todo el mundo. Esa fue la gran aportación del protestantismo al cristianismo, porque a partir de ese momento se entendió que ya no se requería la Iglesia física de Roma para alcanzar la salvación. Lo que ahora vemos en nuestras comunidades indígenas o de otro tipo, rurales o urbanas, es el mismo fenómeno con sus consecuencias sociales, políticas y religiosas: cada quien puede leer la Biblia en su propio idioma, interpretarla y sacar sus propias conclusiones. ¿Por qué entonces, “Católicas por el derecho a decidir” no puede hacer lo mismo?
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PROTESTANTES RECONOCERÁN LA LABOR DE MONSIVÁIS
José Antonio Román
La Jornada, 212 de agosto de 2008
Por su continua defensa de los derechos de las minorías religiosas, particularmente de la comunidad protestante-evangélica, el escritor Carlos Monsiváis recibirá el próximo 29 de agosto el reconocimiento que lleva el nombre Miguel Caxlán como recordatorio y homenaje al líder histórico indígena chamula protestante, quien fue brutalmente asesinado el 24 de julio de 1981 por los caciques tradicionalistas de San Juan Chamula, en los Altos de Chiapas.
El reconocimiento será entregado por el Centro de Estudios del Protestantismo Mexicano, la Comunidad de Estudiantes Cristianos, la Fraternidad Teológica Latinoamericana-México y el Seminario Teológico Presbiteriano de México, en la capilla de este último, ubicado en la calle Arenal, a las 18:30 horas de ese día.
Carlos Martínez García, especialista en el tema religioso, recordó que el reconocimiento tiene especial significado, pues Miguel Caxlán, cuyo nombre verdadero era Miguel Gómez Hernández, fue el líder de los chamulas protestantes y uno de los fundadores de las colonias donde se asentaron los miles de expulsados indígenas.
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FALLECIÓ ORLANDO FALS BORDA, UNO DE LOS PRESBITERIANOS MÁS RECONOCIDOS DE LATINOAMÉRICA
ALC Noticias, 13 de agosto de 2008
El sociólogo e investigador presbiteriano Orlando Fals Borda murió ayer a la edad de 83 años en Bogotá. Fehaciente defensor de la Investigación Acción Participativa. Realizó estudios de maestría en la Universidad de Minnesota en 1953 y obtuvo el grado de Ph. D. en Sociología de la Universidad de la Florida en 1955.
A su regreso, encontró que en Colombia era ineludible el estudio y aplicación de las ciencias sociales, especialmente de la Sociología, por lo cual en 1959, junto con Camilo Torres Restrepo, fundó la primera Facultad de Sociología de América latina en la Universidad Nacional de Colombia, convirtiéndose en su primer decano, papel que asumió hasta 1966.
Se constituyó en uno de los fundadores y representante más destacado de la Investigación Acción Participativa (IAP), un método de investigación cualitativa que pretende no sólo conocer las necesidades sociales de una comunidad, sino también agrupar esfuerzos para transformar la realidad con base en las necesidades sociales.
El recorrido fundamental de la obra de Fals Borda está dado en la conjunción de la indagación sociológica con el compromiso político en beneficio de los "sectores populares" (campesinos y proletariado agrícola en lo fundamental), en cuya "praxis" postula la "investigación-acción participativa".
Su obra es consultada en todas partes, principalmente en las universidades del denominado "tercer mundo", como también en las norteamericanas y europeas, al considerarse que activa innovaciones metodológicas en la práctica sociológica.
Nacido en Barranquilla, en el año de 1925, hijo de Enrique Fals Alvarez, docente y periodista y de María Borda Angúlo, lideresa comunitaria del Magdalena, recibió la influencia intelectual de su padre, que será decisiva en su formación como escritor; heredando de su madre el carácter intransigente y el interés por los problemas sociales.
"De ancestros catalanes y momposinos, Fals Borda nació en Barranquilla, para honra de nuestra ciudad. En su formación hubo trascendencia, meditación, ética calvinista. La gloria de Dios mediante el deber cumplido, muy lejos del panorama que hoy ofrecen Barranquilla y la Costa Caribe en términos de valores y calidad de la educación", dice la reseña de El Heraldo en ocasión de su fallecimiento.
El balance de su vida lo hizo la Iglesia Presbiteriana de Barranquilla en homenaje rendido hace varios años: “Hermano Orlando Fals Borda, su testimonio y compromiso nos indican que las aguas del bautismo no fueron dispensadas en vano”.
El cuerpo del sociólogo será velado en la Universidad Nacional de Colombia (UN) y su sepelio se realizará el jueves próximo.
Algunos de los cargos que desempeñó:
- Director general del Ministerio de Agricultura entre 1959 y 1961. - Director de investigaciones en el Instituto de las Naciones Unidas para el desarrollo social. - Director de la Fundación de investigación y acción social en Bogotá entre 1972 y 1976. - Fundador y miembro directivo de la revista Alternativa. - Miembro de la Academia boyacense de historia. - Miembro de la Fundación para el análisis de la realidad colombiana (Fundarco).
Su estudio siempre estuvo ligado a la sociedad colombiana y latinoamericana, esto se demuestra en las mútiples obras que escribió, de las cuales las más significativas son:
- Campesinos de los Andes (1955). - El hombre y la tierra en Boyacá (1957). - Revoluciones inconclusas en América Latina (1970). - Ciencia propia y colonialismo intelectual (1972). - Historia de la cuestión agraria en Colombia (1975). - La violencia en Colombia (1977).

Fuentes: El Pais, El Heraldo y Rev. Obed Juan Vizcaíno Nájera

"¿Qué debo hacer para ser salvo?" (Biblia, evangelización y conversión), L. Cervantes-Ortiz

Predicando en el mundo posmoderno, Alex MacDonald

¿Cómo debemos evangelizar en nuestro mundo posmoderno? ¿Cómo podemos comunicar las buenas nuevas de Jesús a un mundo que se encuentra tan perdido como lo fue el mundo moderno? Creo que tenemos mucho que aprender de los métodos utilizados por el Señor Jesús y el Apóstol Pablo.
Ya hemos visto la manera en que Jesús predicó el Sermón del Monte y cómo evangelizó a la mujer en el pozo. También hemos visto la manera en que Pablo predicó en Atenas. Ahora quiero considerar cómo Pablo evangelizaba. Quiero tomar el ejemplo de cómo trató con tres personas muy diferentes en Filipos, ciudad de Macedonia, Grecia. Esto se describe en Hechos 16:11-40.
Probablemente no todos preguntarían directamente, “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (v.30). Pero todos necesitan ser salvos, y cada una de estas tres personas de Filipos necesitaba ser salvado. Una de nuestras metas principales debe ser la de inducir a las personas a hacernos esta pregunta, porque es la pregunta más importante que jamás podrán hacer. Muchas personas están formulando esta pregunta. Quizá no lo expresen usando las mismas palabras, pero tal vez sepan que algo está mal en su vida. Pueden sentir angst, la angustia de sentirse culpable, o pueden sentirse aburridos, o tal vez sean esclavizadas por alguna adicción mala y destructiva. El evangelio tiene que ver con la salvación.
Lucas nos describe a tres personas que experimentaron el poder salvador de Jesucristo: una mujer de negocios, una muchacha esclava y un carcelero. Estos tres individuos muy diferentes fueron los primeros tres convertidos de Europa bajo el ministerio de Pablo. ¡La iglesia de Filipos debía de haber sido muy interesante! El relato nos hace recordar que la iglesia de Cristo está compuesta por personas de todo tipo, y por lo tanto, en nuestra evangelización, nunca debemos pensar que es imposible que cierta persona, o tipo de persona, se convierta. Todos necesitan el poder de Dios, y su poder es capaz de cambiar el corazón más duro.
Una Mujer que Buscaba
Lidia era similar, de muchas maneras, a una mujer típica del mundo postmoderno. Parece que era “mujer liberada”. Ella era comerciante que manejaba su propia empresa. Negociaba con “púrpura”, término relacionado con el negocio de los tintes o las telas. Lidia era de Tiatira, ciudad de Asia, ubicada en el occidente de la Turquía actual, y lugar famoso por su tinte de púrpura, lo que sugiere que manejaba un negocio de exportación. La púrpura era muy cara y de gran demanda en todo el imperio romano, por la asociación del color púrpura con el emperador. Habrá existido demanda para el tinte en Filipos ya que la ciudad era colonia romana y que fue el hogar de muchos veteranos del ejército romano.
Todo esto nos sugiere que Lidia tenía independencia económica. Era rica y posiblemente soltera o quizá viuda. Tenía la responsabilidad por su propia casa y daba las órdenes allí (v. 15). ¿Cómo fue que Pablo y sus amigos llegaron a conocer a tal mujer?
La conocieron porque ella estaba buscando; buscando espiritualmente. ¿Por qué buscaba así? Tal vez se debió a que ella se sentía desarraigada por haber salido de su ciudad y trasladado a otro lugar, de cultura diferente de la suya. Estaba lejos de su casa, y aunque existía cierto nexo por el hecho de que Tiatira era colonia macedónica, el predominio marcado de la cultura romana en Filipos le habrá parecido extraño.
Parece también que Lidia se sentía insatisfecha. Era de trasfondo gentil, o en otras palabras, no era judía, pero sí se sentía atraída a la religión judía. Sabemos que no era judía, no sólo por su nombre, pero porque Lucas la describió como “adoradora de Dios” (v. 14). Puede ser que se había hecho adoradora de Dios en Tiatira, ya que había allí colonia judía. Sea como fuera, está claro que, en algún momento, se había sentido insatisfecha con el paganismo y atraída por la religión judía. El judaísmo era, y es, imperfecto, pero debemos recordar que las personas que están en una búsqueda espiritual pueden sentirse atraídas a iglesias muertas que tienen algo de la verdad, pero que no tienen el evangelio. Sería incorrecto para nosotros evitar todo contacto con ellos. En la actualidad, hay muchos que se sienten insatisfechos con el materialismo y están buscando alguna repuesta espiritual.
Esto nos lleva a observar que Pablo y sus amigos se encontraron con Lidia, no sólo porque ella estaba buscando, pero porque también lo hacían ellos. Estaban en búsqueda de pecadores perdidos. ¿Y dónde los buscaban? Uno de los lugares prioritarios de búsqueda era la sinagoga, y Pablo tenía la costumbre de iniciar su misión en cualquier ciudad visitándola. Su principio era llevar el evangelio primeramente al judío. Los judíos son el pueblo de Dios bajo el Antiguo Pacto. No debemos pasarlos por alto en nuestra evangelización, y esta tarea debe ser todavía prioritaria. Pero no se trataba simplemente de llevar el evangelio primero al judío. Pablo se dirigía a los lugares donde encontraría a personas que estaban realizando una búsqueda espiritual. ¡Es como que llegara al Perú y comenzara su misión en la iglesia católica romana! Su forma de proceder nos debe alertar al hecho de que todavía hoy hay muchos buscadores espirituales en las iglesias muertas y no debemos olvidarlos.
Pero en Filipos no había sinagoga. Sólo había un grupo de mujeres que se reunían para orar al lado del río. Nos da a entender que no había allí ni siquiera diez varones judíos, el número mínimo requerida para constituir una sinagoga. Sin embargo, la ausencia de una sinagoga no desanimó a Pablo y sus amigos. Se preocupaban tanto por las mujeres como por los hombres. Hay lección aquí para nosotros también, especialmente en esta época del auge del feminismo. Debemos tratar a las mujeres como iguales a los hombres, como personas hechas a imagen de Dios, y como personas que necesitan el evangelio.
¿Qué hizo Pablo? ¿Cuál gran herramienta evangelística fue utilizada por él y su equipo? “Se sentaron y comenzaron a hablar a las mujeres” (v. 13). Esta forma de proceder parece muy sencilla y ordinaria. La palabra traducida “hablar” no es el término apropiado para referirse a un discurso público formal. Es término apropiado para referirse a una conversación. Ellos comenzaron a charlar acerca del evangelio. Los apóstoles les contaron a las mujeres algo nuevo y maravilloso para ellas. Jesús, a quien crucificaron, es el Cristo.
Luego, ocurrió algo asombroso. Mientras estaban sentadas junto al río, escuchándole a Pablo: “el Señor abrió el corazón de ella para responder al mensaje de Pablo”. A pesar de estar de búsqueda espiritual, el corazón de Lidia permanecía cerrado. Ningún argumento ni prédica ni charla podría abrirle el corazón. Sólo el Señor podría abrir su corazón ¡y lo hizo! La salvación es obra de Dios. Los que están de búsqueda espiritual necesitan ser salvados. Nosotros también necesitamos depender de la gracia soberana de Dios. A él le toca salvar a las personas, y a nosotros nos toca compartir el evangelio.

Una muchacha esclavizada
La segunda persona con quien Pablo y su equipo se encontraron era muy diferente a Lidia. Ella era muchacha esclava. No sólo se encontraba privada de la libertad por ser esclava de sus dueños; también se encontraba esclavizada por un poder demoníaco. La expresión que usa Lucas para describir su condición de ser poseído por un espíritu implica una asociación con el dios griego Apollo y el oráculo de Delfos. Lucas indica que los amos de esta muchacha ganaban mucho dinero por las adivinanzas que ella hacía.
A la muchacha obviamente le fascinaba la espiritualidad. Ella sintió que había algo espiritual en Pablo y sus compañeros, se sentía atraída hacia ellos, y les seguía, atrayendo la atención de la gente hacia Pablo. Es interesante que sus palabras decían solamente la verdad: “estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación” (Hechos 16:17). Comentaremos esta proclamación más adelante, pero por ahora podemos observar que debe haber sido la manera en que ella hablaba que le molestó a Pablo. La muchacha seguía repitiendo su anuncio, tal vez como si estuviera en estado de éxtasis. Seguramente nos molestaríamos si un hombre ebrio entrara acá y me señalara diciendo: “¡Este hombre está predicando la verdad! ¡Pónganle atención!” Está claro que Pablo no quería que la gente pensara que el Dios que adoraba estuviera asociado con el ocultismo que practicaba la muchacha. A fin de cuentas, Pablo se sentía tan adolorido y entristecido por lo que ocurría que ordenó, en el nombre de Jesucristo, al espíritu malo a salir de ella. Pablo se preocupaba tanto por la muchacha como por el evangelio, y sabía que sólo Jesucristo podría liberarla.
En la época postmoderna nos encontraremos cada vez más con personas como esta muchacha. Cuando el antiguo racionalismo de la época moderna haya ido, y la gente aún no vuelve a la revelación de la Palabra de Dios para orientarse, su renovado interés en la espiritualidad les expone a las influencias muy reales del ocultismo. En vez de volver de la ciencia al Salvador, la gente vuelve a la superstición.
En nuestro trato con tales personas de la Nueva Era, debemos sentir una verdadera preocupación por ellas, porque se encuentran esclavizadas. Debemos demostrar el mismo amor y la misma compasión que tuvo Jesús para las personas que estaban bajo influencia del ocultismo. Por otro lado, no debemos ceder ante el ocultismo. ¡Sólo porque alguien muestra interés en la “espiritualidad”, no debemos pensar que está bien! Necesita ser liberada de las influencias del ocultismo, y sólo Jesús puede lograrlo. También debemos recordar que no es solamente la gente supersticiosa y de la Nueva Era que necesita ser liberada del mal. “El dios de este siglo ha cegado el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Co. 4:4). Sólo el soberano Dios puede hacer que su luz resplandezca “en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Co. 4:6). La evangelización es un trabajo espiritual. Debemos realizarlo dependiendo de Dios en oración.

Un hombre que quería suicidarse
En Filipos, Pablo y Silas se encontraron con una tercera persona muy diferente de las dos ya mencionadas. Era oficial de la prisión. ¿Cómo se encontraron con él? ¿Lo conocieron por algún encuentro social? ¡No! ¡Se encontraron con él en su lugar de trabajo! ¡Fueron encarcelados!
¿Cómo fueron encarcelados el Apóstol Pablo y Silas? ¿Qué crimen cometieron? ¡Ninguno! ¡Su delito fue el de liberar a una muchacha de la esclavitud del ocultismo! El problema fue que sus amos la habían utilizado para enriquecerse, y esa bonita fuente de ingresos se había secado. ¡Eso les había vuelto furiosos! ¡Querían venganza! No podían conseguir que arrestaran a Pablo y a Silas tan sólo por haber restaurado a una muchacha a la normalidad. Así que les acusaron de ser judíos que “alborotan nuestra ciudad y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos” (Hechos 16:20-21). Por lo general, los romanos toleraban una variedad de religiones y permitían la práctica del judaísmo. Sin embargo, la tolerancia oficial no podía garantizar la ausencia del prejuicio y la persecución. En este caso Pablo y Silas fueron golpeados con palos, castigo romano muy cruel, sin proceso judicial y a pesar de ser ellos ciudadanos romanos. Hoy, en algunos países como la India y Turquía que son, supuestamente, estados seculares que garantizan la libertad religiosa, hay una realidad distinta. Los que vivimos en países con libertad religiosa genuina debemos guardar celosamente el privilegio, porque la tolerancia postmoderna probablemente volverá intolerante frente a una postura de verdad absoluta, como la que debemos defender los cristianos de convicción bíblica al proclamar el evangelio. Es interesante observar que Pablo hizo uso pleno de sus privilegios de ciudadanía romana, no sólo en esta ocasión sino también en otras.
Cuando nos encontramos por primera vez con el carcelero, está simplemente trabajando. Probablemente sea soldado romano jubilado. Se le ordena a que guarde a sus prisioneros nuevos con cuidado, así que los pone en la celda interior y asegura sus pies en el cepo. Pablo y Silas, a estas alturas, estarían seriamente lastimados y sangrando debido a la golpiza que recibieron, pero eso no le importa a este romano endurecido.
Procedió, aparentemente, sin preocupación. Sin embargo, el carcelero habrá tenido mucho en qué pensar. Primero, tendría que considerar el impacto de Pablo y Silas en la ciudad, y la conmoción pública causada por la joven esclava y sus anuncios tampoco se podía ignorar. Adicionalmente, la conmoción pública causada por la liberación espiritual de la muchacha y el arresto de los visitantes sería también de conocimiento general. ¡Y por encima de todo tendría que intentar a comprender el espectáculo asombroso que los presos producían al orar y cantar alabanzas a su Dios a la media noche, a pesar de sus golpes y pérdida de sangre! En vista de lo que sucedió en seguida, no debemos desestimar el efecto en los demás del testimonio gozoso de los cristianos mientras pasan por circunstancias difíciles. Hay pocas pruebas más convincentes de la realidad de la fe cristiana.
El carcelero no tuvo tiempo para reflexionar sobre todos estos eventos extraños, ya que fue despertado bruscamente de sus sueños por un terremoto súbito y violento. Lo primero que vio eran las puertas abiertas de la cárcel. Debido al pánico que sintió en ese momento, sacó al instante la conclusión que todos los prisioneros habían escapado y que él tendría que ser ejecutado por fallar en el cumplimiento de su deber. Habrá pensado que la situación no le dejaba más alternativa que la de suicidarse.
A la luz de su conversión inmediatamente posterior, el relato nos enseña algo en cuanto al pecado de suicidio. El suicidio, como cualquier otro asesinato, es pecado. Sin embargo, a la luz de este pasaje no podemos concluir, como lo han hecho algunos, que el suicidio es pecado imperdonable. Jesús nos enseñó que el pensamiento es tan pecaminoso como el acto. Sin embargo, este hombre, que por cierto cometió el pecado de suicidio en su corazón, fue perdonado. A la luz de este caso no debemos concluir, en cuanto a los casos trágicos de suicidio de un cristiano, que su acto demuestra que no pudo haber sido cristiano.
Dejando estas consideraciones, vemos que el carcelero fue confrontado repentinamente con su propia muerte. Estaba a punto de lanzarse a la oscuridad sin esperanza alguna. En ese momento se habrá enfrentado con la realidad de la vida y la muerte de manera totalmente nueva. Dicen que, en tales momentos, las personas recuerdan su vida entera, que pasa como relámpago a través de su mente. Fue en ese preciso momento que Pablo le habló.
La muerte provee todavía una oportunidad apologética muy grande para el cristiano. Todavía hay miedo de morir en el corazón humano. Tememos lo desconocido, el dejar de ser, y aún el juicio final. Woody Allen, el comediante americano, lo expresó en su estilo inimitable: “No es que temo morir, sólo no deseo estar allí cuando acontece.” Difícilmente podría expresarse mejor la desesperación aguda del no cristiano frente a la muerte, que en las siguientes líneas del poeta galés, Dylan Thomas:

Aquí, entre las luces del cielo soberano
Está conmigo a dónde voy, un viejo ciego
Que anda en la pradera del ojo de su hijo.
Sobre él cayó un mundo de desgracias, como la nieve.
Gritaba mientras moría, al final temiendo oír el último sonido
De la esfera de este mundo que se extinguía sin respirar;
Demasiado orgulloso para llorar,
demasiado débil para frenar las lágrimas,
Y atrapado entre las dos noches, la de la ceguera y la de la muerte.
Herida más profunda de todas, que tenga que morir
En ese día más oscuro. Si solamente podría ocultar
Las lágrimas, excluyéndolas de sus ojos, demasiado orgullosos para llorar.
Hasta que muera yo, no se apartará de mi lado.

¿Qué mensaje tienes para tal hombre? ¿Le dirías: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo”? ¡Equivocado! Eso es para más adelante. La primera palabra del evangelio que escuchó el carcelero fue: “¡No te hagas daño!” ¿Cómo podría ser esa la primera palabra del evangelio? Es la primera palabra del evangelio porque es palabra de esperanza y a la vez, palabra de amor.
Es urgente que la gente escuche de nosotros palabras similares en nuestra época postmoderna. Las personas angustiadas necesitan oír de nosotros palabras que les demuestran que nos preocupamos por ellos en medio de sus problemas. La gente necesita escuchar que hay mucho para vivir. Las personas a quienes intentamos evangelizar necesitan oír que son hechos a imagen de Dios y que sí nos importa si viven o mueren. La vida humana sí tiene un valor alto, y un significado y dignidad únicos. Tú no eres solamente animal altamente desarrollado, ni máquina bioquímica compleja. Eres ser humano creado para disfrutar de una relación personal con el creador del universo. ¡Tú sí le importas al creador!
Las palabras de apoyo y ánimo que el carcelero escuchó de la boca de Pablo le habrán impactado más aún porque las pronunció un hombre a quien le estaba haciendo daño. Sin mostrar compasión para con Pablo, y sin prestarle atención alguna a sus contusiones y heridas sangrientas, el carcelero le había lanzado a Pablo a la cárcel más segura, encadenándole allí. ¡Ahora escucha a este mismo Pablo rogarle no tomar su propia vida! Demostrarles a las personas un amor desinteresado como lo hizo tan claramente Pablo, es prerrequisito de la evangelización efectiva. ¡La gente no te escuchará si no puede percibir que para ti tiene importancia!
El carcelero ahora se sintió abrumado por el miedo y el asombro; miedo por su confrontación reciente con la muerte, y asombro causado por las muestras del interés de parte de Pablo por salvarle la vida. “Pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?” (v.29-30) ¿Qué quería decir y por qué les hizo esta pregunta que llegó a ser tan famosa? Está claro que no se refería a salvarse de la muerte física ya que Pablo había logrado salvarle la vida con su grito. Todos los prisioneros permanecían allí. Ya no parecía necesario suicidarse. ¿A qué se refería? ¿Tenía claro todo lo que nosotros pensamos cuando usamos el término “salvo”? Es probable que no. En el pasaje se nos dan dos pistas a seguir para comprender por qué el carcelero hablaba de ser salvo. La primera tiene que ver con la realidad que, a pesar de haber escapado del horror de estar a un paso de morir, tenía todavía en su mente todos los pensamientos que brotaron en el momento de la crisis. Estos pensamientos de temor, culpa y desesperación no habían desaparecido y quiso ser liberado también de ellos. La segunda se sugiere por qué el carcelero, para referirse al concepto de “salvo”, usó una forma de la palabra usada por la muchacha endemoniada cuando gritaba: “estos hombres … os anuncian el camino de salvación” (v.17). Parece probable que el carcelero dedujo que estos presos tenían algún mensaje pertinente a su condición y les preguntó entonces: “¿qué debo hacer para ser salvo?” (v.30).
Cualquiera que haya sido el significado preciso de la pregunta del carcelero, Pablo y Silas le respondieron con precisión. ¡Su respuesta era tan precisa que tal vez habrán dicho ambos las mismas palabras, simultáneamente! La respuesta para Pablo y Silas era muy obvia, y la respuesta directa e inmediata implica que aceptaron la pregunta del carcelero como pregunta válida. No hubo necesidad de ponerse a discutir con él el significado exacto de sus palabras. No le hacen problemas porque su cambio de corazón ocurrió en medio de una crisis de pánico, donde podría haber sospechado el carcelero por un momento que sus presos misteriosos hubieran, tal vez, causado el terremoto. Tampoco iniciaron un debate en cuanto a los roles respectivos de la soberanía divina y la responsabilidad humana en la salvación. ¡No! Aceptaron su pregunta y le respondieron directamente.
Aprender a responder así a la gente es de vital importancia en nuestra época. Las personas pueden acercarse a nosotros con toda clase de ideas entremezcladas, envueltas en un lenguaje espiritual. Sin embargo, si son genuinos en su búsqueda de ayuda espiritual hay que darles una respuesta directa. Por ejemplo, podrían usar un término como “redención”, pero posiblemente le darían un significado distinto del uso bíblico, y sería para nosotros la oportunidad para poder explicarles el verdadero camino hacia la redención.
Pablo y Silas aceptaron su pregunta como enteramente válida. No le dijeron: “No te preocupes tanto. No eres tan malo. Cálmate porque no es muy sabio arreglar tales problemas delicados cuando estás tan emocionado”. ¡No! Le animaron a creer que necesitaba desesperadamente ser salvo, porque sabían que todos necesitamos ser salvados de la culpa del pecado, de la adicción al pecado y del juicio divino sobre el pecado. Sabían que estos asuntos tenían que ser arreglados urgentemente. “Ahora es el día de la salvación”.
También le dieron una respuesta claramente definida y precisa: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa”. Claramente creían que su afirmación era verdad absolutamente. No hubo calificativas como “tal vez” o “quizás”, o “bueno, esto es lo que pensamos nosotros, pero pueden existir otros caminos hacia Dios”. ¡No! Sólo hay un manera de ser salvo. Jesús dijo: “Yo soy el camino, la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino a través de mí.” Pedro lo dijo también: “No hay otro nombre, bajo el cielo, dado entre los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12). La verdad absoluta es que necesitamos absolutamente ser salvos. Nadie más, ni papa ni profeta, nos puede salvar. Ningún sistema de obras buenas nos puede salvar, solamente Jesús lo puede hacer, a través de la fe personal puesta en él.
Este mensaje no le gusta a la gente de nuestro mundo postmoderno y pluralista, que cree que hay muchas verdades, muchas meta narrativas y muchos caminos hacia Dios. Sin embargo, este hecho no nos debe conducir a modificar el mensaje evangélico. Tenemos que comprender nuestro mundo, y tenemos que aprender cómo comunicarnos con nuestro mundo actual, pero no debemos recortar el mensaje para que encuadre con las ideas del mundo actual. Puede ser que no le gusta el mensaje a la gente, pero es la única esperanza para este mundo empobrecido y perdido. En él siempre habrá gente como el carcelero de Filipos, para quién las palabras del evangelio serán como los sabores más exquisitos, como una carta de la familia, o como la lluvia sobre tierra seca.
Hay que observar también que Pablo y Silas dirigieron al carcelero directamente hacia Jesús. No le dijeron: “Bien, tenemos una teología denominacional con la cual tienes que familiarizarte. Tendrás que leer todas las cartas de Pablo, la Confesión de Westminster y también La Institución de la Religión Cristiana escrita por Juan Calvino, antes de poder comprender claramente todo lo necesario.” ¡No! Dijeron: “Cree en el Señor Jesucristo”. La teología es importante. Las escrituras son de suprema importancia. Sin embargo, no estamos invitando a la gente a la teología. Ni siquiera la invitamos a la Biblia, ni tampoco a una iglesia. Invitamos a la gente que se acerque a una persona. La invitamos a creer en el Señor Jesús. Este hombre de Filipos tenía mucho que aprender en cuanto a la identidad de Jesús y lo logrado por él, y Pablo y Silas procedieron a hablarle la palabra del Señor y enseñarle algo de teología, pero su énfasis fundamental está en la fe en una persona. Esto tiene importancia crucial para nosotros hoy también. La gente postmoderna tiene muchas suspicacias frente a las organizaciones y su dogma, pero sí tienen mucho interés en las relaciones y en la experiencia. ¡Tenemos un mensaje específicamente apropiado para ellos! Llamamos a nuestros contemporáneos a formar una relación con su creador y a la experiencia de la confianza personal puesta en Jesucristo.
Después de decir todo esto, no debemos de olvidar el hecho que Pablo y Silas procedieron después a enseñar al carcelero y a su familia las implicancias precisas de la fe cristiana: “le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa” (v.32). En ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos justificación para conseguir decisiones solamente emotivas a favor de Jesús, o para animar a creer ciegamente como alguien que salta al vacío en la oscuridad. Al contrario, constantemente encontramos que el énfasis está en conseguir que las personas conozcan lo que se les pide creer.
Debemos observar también que Pablo y Silas enfatizaron el rol del carcelero en cuanto a su familia. Le dijeron: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” En la Biblia no encontramos el individualismo estéril que tanto daño ha hecho a la vida moderna. La Biblia subraya la importancia de las comunidades humanas, las de la familia, la iglesia y la nación. La fe, según la Biblia, no es asunto netamente del individuo. Está claro, por supuesto, que cada persona debe escoger creer por sí misma como individuo, pero esta elección tiene repercusiones para otros, y nos introduce también a la confraternidad de los hermanos en Cristo.
Este aspecto de la enseñanza bíblica entra en resonancia más con personas postmodernas y con personas premodernas, de las cuales hay muchas en el mundo de los dos tercios, que con la gente que está de acuerdo con el énfasis moderno sobre el individualismo. Nuestro mensaje debe enfatizar la comunidad de la familia, la comunidad de la iglesia y la comunidad más amplia de la sociedad. El cristiano no es llamado a ser ermitaño. Es llamado a interactuar con otros y funcionar como la sal de la tierra y la luz del mundo.

Conclusión
Ya hemos visto al apóstol Pablo en su actividad como evangelista, a través de Hechos 16. Hemos visto cómo interactuó a nivel personal con tres personas muy diferentes: Lidia, mujer de negocios, la muchacha esclava endemoniada, y el carcelero de Filipos. Confío que nos haya orientado en algo en cuanto a cómo relacionarnos con distintos tipos de persona que se encuentran en el mundo postmoderno, y cómo relacionarles con el evangelio.
También espero que, a través de esta serie de presentaciones sobre la predicación y evangelización de Jesús y de Pablo, que hayan aprendido del Maestro y de su alumno ilustre cómo comunicar el evangelio. Específicamente espero que hayan visto que la Biblia es libro de texto de utilidad incomparable tanto para aprender metodología como para aprender el mensaje evangélico, y espero también que sigan utilizando sus recursos para orientar sus diversos ministerios en nuestro mundo cambiante.

viernes, 15 de agosto de 2008

Letra 86, 17 de agosto de 2008

¿Son más conservadores los evangélicos que los católicos?
Roberto Blancarte
Milenio Diario, 12 de agosto de 2008

Mi artículo de la semana pasada titulado “El sida, la Biblia y el condón”, en el que hablé sobre la campaña de “Católicas por el derecho a decidir” para que los jóvenes usen el condón, utilizando frases del Cantar de los cantares, suscitó algunas reacciones. Pero no las que yo esperaba, es decir, las del Arzobispado católico, al que critiqué por sus absurdos argumentos condenatorios, sino las de algunos evangélicos, igualmente preocupados por el asunto de la castidad y el sexo fuera del matrimonio. Me “acusan” de sacar al Cantar de los cantares fuera de contexto, de hacer una lectura parcial y de no leer suficientemente la Biblia. Defienden una versión conservadora de la exégesis o interpretación bíblica, lo cual no les impide criticar a los sacerdotes católicos. Omito los nombres y sus bendiciones, porque no estoy seguro de que ellos quieran aparecer públicamente, pero repito sus argumentos, los cuales, estoy seguro, ellos reconocerán:
“Usted hace mención a lo que dice el Cantar de los Cantares respecto a la relación entre una pareja, pero creo que le falta ver un poco más allá de lo que dice Salomón a su amada y viceversa. Para poder entender lo que Dios quiere acerca de una pareja debe usted leer otros libros, no solo el Cantar..., puede usted empezar por el Génesis... La Biblia es un libro de sabiduría o inclusive un ‘manual de vida’ en el que Dios nos dicta qué debemos hacer en cada momento... nos dice cómo planificar nuestras finanzas, o cómo educar a nuestros hijos, o... lo que usted quiera, nada más que necesita leerla, estudiarla y vivirla. Y por cierto, los sacerdotes católicos no son los más indicados para explicarla, de hecho me atrevería a firmar que no la conocen bien, como tampoco el pueblo católico, pero esa es otra historia.
“El sexo es un don que nos dio Dios para disfrutarlo con nuestra pareja, pero en matrimonio... el Cantar nunca habla de relaciones sexuales fuera del matrimonio, aunque no lo dice explícitamente, por eso le digo que tiene que leer otros libros de la Biblia para entender por qué le digo que es en el contexto del matrimonio, pero por favor, no se lo pregunte a los sacerdotes católicos, ¿cómo van a entender algo que no practican? ¿Cómo pueden hablar de matrimonio si no se casan? Ahora bien, usted puede estar o no de acuerdo con que el sexo sea para practicarlo nada más en el matrimonio, pero eso es lo que quiere Dios. Usted puede tomar la decisión que quiera, (o cuestionárselo a Dios), porque Él nos da un libre albedrío. En su palabra nos dice qué es lo que debemos hacer, como en los diez Mandamientos, que por cierto no es lo único que nos pide, pero también nos da oportunidad de decidir.”
Otro lector me dice: “Dr. Blancarte, lo único que me gustaría aclarar de su columna, es sin duda que Ud. esta cometiendo el mismo error que achaca a la Jerarquía Católica, Torcer las escrituras para dar a conocer un punto. Aclaro que no soy católico, mas bien mi confesión es de tipo protestante-evangélico, por lo cual creo que la Biblia es la Palabra de Dios y me da gusto que se proclamen sus verdades en Publico, en especial algo que se ha torcido durante tanto tiempo, la valía de la Relación de Pareja, y la bondad del Creador al Regalarnos esto a los Seres humanos, como una imagen del Amor que nos tiene. Le comento que usted esta usando la escritura de forma incompleta porque Menciona en su columna: ‘Porque proponer la abstinencia es precisamente querer apagar el amor y la pasión que la propia Biblia consigna en el Cantar de los cantares.’ Es un argumento falso, porque la Escritura en General y el Cantar de los cantares en específico hablan del contexto para el cual Dios creo el Sexo, el Matrimonio. Véalo por si mismo. Se trata de Dos esposos de quienes se desprende este hermoso texto acerca del amor de pareja. El Sexo es bueno, Dios lo creo, pero esta diseñado para que su disfrute en plenitud sea entre dos personas comprometidas en matrimonio. Sin las consecuencias tristes de las enfermedades y embarazos no deseados (el control Natal no es condenado por la Escritura, solo la conciencia de cada persona le redargüira)[sic].”
Las cartas y argumentos siguen y me parecen muy valiosos, sinceramente. Pero me voy a permitir insistir en mis argumentos: por supuesto que la Biblia, en general, habla del sexo como algo que sucede en el matrimonio. Lo que nosotros conocemos como “la Biblia” no es, sin embargo, un solo libro, sino un conjunto de textos escritos a lo largo de muchos siglos, casi todos en el primer milenio antes de Cristo. Luego los Evangelios al parecer fueron escritos hacia el final del Siglo I de nuestra era. Se trata de textos que en buena media regulan la actividad de sociedades constituidas esencialmente de agricultores y pastores, con una idea naturalmente conservadora acerca de la función de la sexualidad, del papel de las mujeres y del tipo de relaciones permisibles. Pero aún así, por la misma razón, la Biblia no menciona ni la radio ni la televisión, ni la Internet. Tampoco el condón ni la anticoncepción de emergencia. No se puede, a menos que hagamos una lectura muy conservadora en la actualidad, condenar lo que allí no se condena. ¿Tomarán ahora los evangélicos el papel conservador que tuvo durante siglos la Iglesia católica?
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El sida, la Biblia y el condón
Roberto Blancarte
Milenio Diario, 5 de agosto de 2008


Pues el Arzobispo de México está muy enojado, o por lo menos el vocero de la Arquidiócesis, Hugo Valdemar. El motivo es la campaña titulada: "Por la vida de las y los jóvenes, una prevención integral del VIH", que se basa en material tomado del Cantar de los cantares, de la Biblia. Tres tipos de carteles se han colocado esta semana en el Metro de la Ciudad de México. Los mensajes son sin embargo para la arquidiócesis verdaderamente irreverentes y una "manipulación grosera de la Biblia". Sin embargo, a decir verdad, lo que allí se dice es literal y sacado directamente de los textos sagrados. Uno de ellos, por ejemplo, dice: "Debajo de tu lengua se encuentra leche y miel".
Luego, las "Católicas por el derecho a decidir" agregan en los carteles: "Disfrutar no es pecado, arriesgar tu vida y la de tu pareja sí lo es. Protégete del VIH y el Sida. Usa condón". Desde mi punto de vista el mensaje es impecable. Me parece incluso que las "Católicas por el derecho a decidir" se quedaron cortas, pues el Cantar de los cantares da para mucho más.
Que luego hagan un llamado a las y los jóvenes a ser responsables y usar el condón, me parece no solo loable, sino sumamente aconsejable. En el contexto actual, con miles de infectados por esta terrible enfermedad, que una organización católica llame a las y los jóvenes a disfrutar del amor, pero a hacerlo con cuidado y responsabilidad, es un gran paso adelante en la educación sexual, pero sobre todo en la eliminación del sentimiento de vergüenza que la Iglesia ha querido infundir a las relaciones amorosas y sexuales.
Las católicas están probando, con estos mensajes altamente efectivos, que no es así. La Biblia nos enseña a amar y no sólo platónicamente. Las católicas lo único que están agregando es que además de amar, hay que hacerlo responsablemente. Dice mi Biblia, que me hizo el favor de regalarme el director de la Sociedad Bíblica de México, que el Cantar de los cantares "es un poema distribuido en estrofas, en las que, alternativamente, dos enamorados manifiestan sus recíprocos sentimientos en un lenguaje apasionado, de alto nivel literario y brillante colorido." Se agrega: "Todo en este poema cuajado de símiles y espléndidas metáforas se orienta a la exaltación del amor entre el hombre y la mujer, de esa irresistible y mutua atracción que inspira las palabras y determina las actitudes de los enamorados. "En Cantares, el esposo mira a la esposa como a un dechado de perfecciones, la contempla a través del cristal de cuanto él tiene por más apetecible, sea viña o fuente, jardín o 'nardo y azafrán'. "La belleza de los enamorados y las delicias del amor son como los frutos de la tierra, los lirios, el vino, la leche o el panal de miel". Así por ejemplo, ella dice de él: "Mi amado es para mí un saquito de mirra que reposa entre mis pechos". Luego dice: "Como un manzano entre árboles silvestres, es mi amado entre los jóvenes. A su sombra deseada me senté y su fruto fue dulce a mi paladar. Me llevó a la sala de banquetes y tendió sobre mí la bandera de su amor". Y él dice: "Tus dos pechos, como gemelos de gacela, que se apacientan entre lirios. Mientras despunta el día y huyen las sombras, me iré al monte de la mirra, a la colina del incienso". Impecable, diría yo.
Dijo el vocero, como para disculparse de su oposición al condón, que la Iglesia católica, a nivel mundial, es una de las instituciones que más contribuye para ayudar a los enfermos con VIH/Sida, con medicamentos. Muy cierto. Sin embargo, lo que muchos quisiéramos no es que la Iglesia ayude a curar a los enfermos de sida, sino que contribuya a prevenir que la gente se contagie con ese virus, desarrollando luego el síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Y está probado que el condón es una de las armas más efectivas para combatirlo y evitar la epidemia. Porque proponer la abstinencia es precisamente querer apagar el amor y la pasión que la propia Biblia consigna en el Cantar de los cantares.
Pero hay algo más detrás de la furia del arzobispado contra estos carteles: es la idea que nadie puede interpretar la Biblia, más que el clero católico. Como si los sacerdotes tuvieran el privilegio exclusivo de la interpretación y nadie, más que ellos, pudiera conocer, tratar de entender o interpretar los textos sagrados. Lo que las "Católicas por el derecho a decidir" han hecho es simplemente usar su derecho a sacar conclusiones propias: chavos, disfruten del amor, que no es pecado, pero tengan cuidado y usen condón, porque hasta de amor se muere. ¿Cómo se puede hablar de cultura de la vida si, impidiendo el uso del condón, se condena a morir a tantos jóvenes? Pero al arzobispado no le gusta que promuevan el uso del condón con la Biblia y argumenta, con una verdad de Perogrullo, que en ninguna parte de ésta se habla del condón.
Pues no, realmente no, como tampoco se habla de las pastillas anticonceptivas o de la anticoncepción de emergencia. Y sin embargo, eso no debe ser impedimento para que los creyentes la lean y saquen sus propias conclusiones. Porque si es cierto que la Biblia no habla del condón, tampoco se entiende la razón por la cual la Santa Sede ha querido prohibir su uso. Es decir, siguiendo la lógica del vocero, si la Biblia no habla del condón, luego entonces la Biblia tampoco prohíbe su uso.

"¿Qué impide que sea yo bautizado?" (Biblia, evangelización y cultura), Romanos 8.26-40, A.I. Raúl Palacios

17 de agosto de 2008

La Biblia y la cultura de Occidente, Gonzalo Báez-Camargo


17 de agosto de 2008





Letra 85, 10 de agosto de 2008

INICIAN LUCHA CONTRA ESTIGMATIZACIÓN EN IGLESIAS SOBRE EL SIDA

México, 2 de agosto (Notimex). La Red Internacional de Líderes Religiosos que Viven con o están Personalmente Afectados por el VIH/Sida (Inerela) anunció que trabajarán para crear conciencia entre los integrantes de diferentes Iglesias en México y América Latina.
James Matarazzo, uno de los directores de esa asociación, destacó que en el marco de la XVII Conferencia Internacional del Sida iniciarán su labor en Latinoamérica, como parte de la lucha contra la estigmatización del tema en las diferentes religiones.
Explicó que Inerela surgió en Africa y se extendió a nivel mundial cuando se tuvo el valor para aceptar que en las Iglesias también hay Sida, ya sea por integrantes contagiados o por casos de personas relacionados con ellos, como amigos, familiares, feligreses.
Al respecto la cofundadora de la Red Boliviana de Personas con VIH y Sida, Gracia Violeta Ross Quiroga, llamó a todas las Iglesias a abrir el tema en sus comunidades porque el Sida, dijo, existe entre católicos, musulmanes, budistas, evangelistas, mormones y en general en todas.
Subrayó que es un tema que aunque causa mucha polémica en Latinoamérica, ya no se debe ocultar; por el contrario, es necesario seguir el ejemplo de Africa, que a pesar de ser un continente considerado subdesarrollado, abrió esa brecha en el sector religioso.
Reconoció que en México y América Latina será difícil convencer a esos sectores de que también tienen el problema; sin embargo, resaltó la labor de Inerela y confió en que sea un buen inicio contra esta lucha por acabar con el estigma del sida.

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LLAMAN LÍDERES RELIGIOSOS A ROMPER EL SILENCIO SOBRE EL VIH-SIDA

México, 2 de agosto (Notimex). Líderes religiosos ecuménicos de la organización Fé en Acción llamaron a las iglesias, comunidades y gobiernos a romper el silencio entorno al VIH-Sida, para que en forma conjunta se implementen acciones de prevención y de educación sexual. Destacaron que el silencio sólo ha provocado estigmatizar y fomentar la discriminación en torno al VIH-Sida, que en 25 años de lucha no se ha podido controlar, sobre todo en la población joven, en la que se debe poner especial atención y buscar su participación y liderazgo en el trabajo preventivo.
También resaltaron la necesidad de hacer conciencia sobre la vulnerabilidad de esta enfermedad y su prevención, enfocando las acciones en jóvenes y mujeres, por ser quienes encabezan la lista de infectados. Al llamado se unió la directora ejecutiva adjunta del Fondo de Población de las Naciones Unidas, Purnima Mane, quien destacó que no se puede hablar de prevención de enfermedades de transmisión sexual si no hay una libertad para expresar ese tema.
"El cambio del comportamiento es importante, pero se debe llevar a cabo en el contexto de un cambio social más amplio, no en un cambio que se vea distante, sobre un tema donde todos somos responsables y tenemos que participar", dijo. Consideró que si se quiere acceso universal a la prevención, al cuidado y tratamiento contra el Sida, todos los actores políticos y sociales tienen que cerrar brechas sobre esta enfermedad.
En ese sentido, destacó que las estadísticas demuestran que cuando los jóvenes reciben información precisa, con programas bien estructurados sobre la vulnerabilidad y la prevención, su vida sexual la retardan, usan condón y tienen menos cambio de parejas. El líder de iglesias evangélicas de África Occidental, Musa Dnakyau, destacó que las barreras culturales generan la vulnerabilidad y lamentó que por cuestiones religiosas no se pueda hablar abiertamente de la prevención y educación sexual. De ahí la necesidad de impulsar acciones conjuntas, para buscar la forma de concientizar a los sectores que se oponen, coincidió con el director de la Coalición de Jóvenes de la iglesia ecuménica, Prateek Suman.
Destacaron que con el respeto entre todos los sectores, ideológico y cultural, es urgente romper el silencio para lograr un progreso en la lucha contra el Sida, además crear espacios para el diálogo de asuntos sensibles, sexualidad, uso de drogas, homosexualidad y ser compasivos con los enfermos.
Prateek Suman subrayó que los jóvenes que viven con Sida, pueden ser ejemplo para educar y hacer un trabajo importante de prevención y educación, como parte del trabajo que se realiza para lograr una generación libre del virus.
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ACTO PÚBLICO DE ARREPENTIMIENTO: EL PRESIDENTE DE LA FLM LAVÓ LOS PIES DE DOS MUJERES QUE VIVEN CON VIH

Ciudad de México, viernes 8 de agosto de 2008 (ALC). En un acto público de “arrepentimiento y de humildad”, el obispo Mark S. Hanson, Presidente de la Federación Luterana Mundial (FLM) y obispo presidente de la Evangelical Lutheran Church in America (ELCA por su sigla en inglés), lavó los pies de dos mujeres que viven con VIH.
“Estoy absolutamente convencido que nosotros y nosotras, como líderes religiosos y en nuestras comunidades religiosas, que tanto hemos evitado y avergonzado a las personas con vih o complicados con el SIDA, debemos comenzar en primer lugar por comprometernos a través de un acto público de arrepentimiento. Porque, ante la ausencia de un acto de arrepentimiento, temo que nuestra palabras no serán confiables” dijo en la Pre-Conferencia Ecuménica: “Fe en Acción Ya” que precedió a la XVII Conferencia Internacional de Sida realizada en la Ciudad de México, desde el 3 al 8 de agosto del 2008.
De acuerdo a los organizadores de la conferencia, más de 20.000 científicos, funcionarios gubernamentales y representantes de la industria farmacéutica, iglesias y organizaciones no gubernamentales (ONG’s) al igual que activistas comunitarios, son esperados para participar de esta conferencia internacional bianual.
Como un posible acto de arrepentimiento Hanson citó el ser testeado para el VIH, comprometerse en la incidencia en políticas públicas y en el acompañamiento y la acogida de personas con vih y SIDA en la plena participación y en el liderazgo en las comunidades religiosas. Las personas que viven con vih o con sida no debe ser consideradas como “objetos de nuestra compasión” afirmó, sino que más bien como “miembros y participantes plenos en las comunidades religiosas”.
Como un posible acto de arrepentimiento Hanson citó el ser testeado para el VIH, comprometerse en la incidencia en políticas públicas y en el acompañamiento y la acogida de personas con vih y SIDA en la plena participación y en el liderazgo en las comunidades religiosas. Las personas que viven con vih o con SIDA no debe ser consideradas como “objetos de nuestra compasión” afirmó, sino que más bien como “miembros y participantes plenos en las comunidades religiosas”.
Hanson subrayó que la plena participación de personas con vih y con SIDA no se puede alcanzar a menos que los líderes religiosos heterosexuales tengan la voluntad de hablar abiertamente sobre su propia sexualidad antes que concentrarse en las personas que son homosexuales, bisexuales o transgénero. “Si asumimos con seriedad el terminar tal discriminación, debemos rechazar la noción que la sexualidad humano es un tema que define a la iglesia y que por lo tanto la puede dividir. Es la buena noticia de Jesús, el Cristo, que define a la iglesia y no la sexualidad humana” dijo.
El liderazgo religioso, predominantemente masculino, se debe preguntar a si mismo las difíciles cuestiones que tienen que ver con su predicación y enseñanza, y en su comprensión de Dios, insistió Hanson. Los líderes eclesiásticos deben examinar la forma por la cuales ellos y ellas han contribuido y continuado la discriminación en contra de las mujeres y a la posición de segunda clase de las mujeres, no solo en la sociedad sino también en las comunidades religiosas. “¿Nos atreveremos? ¿Nos atreveremos a ser tan radicales en nuestro amor y compasión y acciones como lo fue Jesús?” desafió a los delegados ecuménicos.
Sophie Dilmitis de la Asociación Cristiana Femenina (World Young Women's Christian Association (World YWCA), una de las mujeres a las que Hanson lavó los pies, compartió con los delegados de la Pre-Conferencia Ecuménica su visión de la cooperación entre líderes de las iglesias y las personas con vih o con SIDA.
“Los líderes religiosos tienen las llaves para eliminar la vergüenza y la culpa que destruye el sistema inmunológico y lucha contra el virus de la misma manera que se hace contra el estigma y el silencio" declaró.
“Cuando vemos a los líderes religiosos ponerse de pie y encarar estos temas duros pero muy importantes, sabemos que las cosas han de comenzar a cambiar” comentó Dilmitis. “Tenemos que reconocer que esta oportunidad de trabajar junto con líderes religiosos tiene la responsabilidad de desafiar a otros líderes, de asumir el riesgo de conformar esta especie de relación y ubicarnos en solidaridad con las personas que viven con VIH”.

"¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?" (Palabra, revelación y fe), Romanos 10.1-17, L. Cervantes-Ortiz

10 de agosto, 2008

1. La “familiaridad” con la Palabra
Frecuentemente se escucha a las personas cuando, al entregar alguna propaganda o folleto, afirman que están entregando la “Palabra de Dios”. Esa observación superficial plantea el difícil problema de la distinción entre Biblia y Palabra de Dios, pues la primera es el libro, el objeto cultural con el que podemos estar en contacto directamente, pero la Palabra de Dios es una realidad que no necesariamente brota en cada contacto con aquella. Por ello resulta un poco irresponsable que en las propias iglesias no se lleve a cabo la adecuada distinción entre ambas, pues la Biblia puede ser tomada como un objeto mágico, de culto, cuyo contenido, al ser pasado por alto, puede alejarnos de la posibilidad de acceder a la Palabra misma de Dios. Y es que esta realidad extraordinaria, la Palabra pronunciada por el propio de Dios es testificada por la existencia de la Biblia, pero su presencia efectiva va más allá de la ligereza con que a veces se maneja el libro en la búsqueda de transmitir el mensaje de Jesucristo.
Eliot, el poeta inglés, en “Los coros de La roca”, expone muy bien la lejanía de la humanidad con respecto a la Palabra

El infinito ciclo de las ideas y de los actos,
infinita invención, experimento infinito,
Trae conocimiento de la movilidad, pero no de la quietud;
Conocimiento del habla, pero no del silencio;
Conocimiento de las palabras e ignorancia de la Palabra.
Todo nuestro conocimiento nos acerca a nuestra ignorancia,
toda nuestra ignorancia nos acerca a la muerte,
pero la cercanía de la muerte no nos acerca a Dios.
¿Dónde está la vida que hemos perdido en vivir?
¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde el conocimiento que hemos perdido en información?
Los ciclos celestiales en veinte siglos
nos apartan de Dios y nos aproximan al polvo.[1]

Paradójicamente, la aparente familiaridad con la Biblia puede servir para alejarnos de la posibilidad de acceder a la Palabra de Dios, pero al mismo tiempo, la Biblia es una puerta de entrada a dicha Palabra. Por todo eso, el apóstol de los gentiles se planteó el enorme dilema de cómo el judaísmo antiguo y de su época habían estado en tan estrecha relación (física, ritual y simbólica) con la ley de Dios y se hallaban en riesgo de quedar excluidos de la salvación, dada la manera en que enfocaron su relación con él a través de su Palabra. Para ellos, resultó casi trágica esa familiaridad con la Ley (Ro 10.3-5), pues su incapacidad para reconocer los caminos de Dios en Jesús de Nazaret los colocó en una enorme incredulidad debido a que se preciaban de saber cómo actuaba Dios y lo habían convertido, en su opinión, en alguien impredecible, olvidando que es en su Palabra adonde Dios, primordialmente, manifiesta su soberanía.

2. La predicación, acción teológica que acerca la Palabra de Dios a la humanidad
Las preguntas retóricas de Pablo, en el contexto de su preocupación por la salvación de los judíos, adquieren una dimensión misionera que va más allá del horizonte tan reducido con que se entiende, mayoritariamente, la evangelización y la misión cristianas. Cuando se observan, por ejemplo, los esfuerzos por “ganar” toda una ciudad o un país “para Cristo”, se deja de lado que la Palabra misionera de Dios siempre va precedida por una serie de acciones al interior del mismo Dios (missio Dei), que predisponen y preparan el ambiente para lo que él espera y desea que suceda. La interacción conflictiva con el libre albedrío humano, esto es, su capacidad para aceptar o rechazar el Evangelio, es la plataforma de lanzamiento de cualquier esfuerzo serio por entender el proceso mediante el cual Dios se acerca en Cristo a los seres humanos para redimirlos. La cercanía de la Palabra de la que habla Pablo (vv. 8-10) muestra una presencia histórica de la voluntad de Dios en medio de la necesidad humana y evidencia la forma en que él ha buscado responder a ésta. Asimismo, Dios ha borrado las diferencias étnicas y raciales (vv. 12-13), por lo que cualquiera que invoque el nombre de Dios por medio de Jesús entra a la esfera salvífica, pero precisamente esta nueva situación reclama a los y las portadores del mensaje (¡no sólo los evangelistas profesionales!) la capacidad de discernir entre para encontrar el vehículo más adecuado para su transmisión.
La serie de preguntas que inicia con: “¿Cómo invocarán a aquél en el cual no han creído?” (v. 14a) da testimonio de un proceso que desencadena el propio Espíritu de Dios en su afán por alcanzar a la humanidad para redimirla: invocar, creer, oír, predicar, enviar… Este proceso, al mismo tiempo, obliga a redimensionar la participación humana en la predicación y en el envío, como las partes más susceptibles de una cierta planificación para sumarse a la missio Dei, pues Dios es el principal sujeto de la evangelización y no las agencias misioneras transnacionales, financiadas a veces por corporaciones interesadas en que sus productos se puedan vender en nuevos mercados. De ahí la necesidad de romper con la ecuación creyente-consumidor si queremos ser fieles al Evangelio en estos tiempos globalizados para bien y para mal.
Actualmente, se interpreta el rechazo de las personas al Evangelio de Jesucristo como resultado de la acción de espíritu demoniacos territoriales que, dentro de un esquema fruto de una visión mágica y hasta chamánica del asunto, están impidiendo la aceptación de este mensaje. En consecuencia, se dice ahora que hay que “ungir” las ciudades y regiones para bloquear esta acción satánica. Con ello se dejan de lado varias cosas, entre ellas, la falta de un buen testimonio por parte de las iglesias, el desgaste natural de una práctica religiosa que ha acompañado la vida social y se ha convertido en un componente desprovisto de sus elementos renovadores y de transformación auténtica, e incluso hasta la falta de creatividad e imaginación eclesiástica para transmitir la frescura y novedad permanentes del Evangelio. Con esto, se dejan de ver los conflictos inherentes a la vehiculación religiosa de la obra de Dios en el mundo: ideológicos (porque cada portador del mensaje conlleva el uso de una ideología), políticos (porque siempre los poderes terrenales pretenden servirse de la religión para sus fines) y culturales (porque el Evangelio siempre está en posibilidad de adaptarse o no a cada nuevo ambiente humano).

3. Palabra y predicación evangelizadora en conflicto
Cuando una iglesia, cualquier iglesia, quiere predicar de verdad el Evangelio, según el espíritu de la carta a los Romanos, debe abandonar, en primer lugar, la pose de la evangelización como programa para asumirlo más bien como forma de vida, esto es, en el espíritu del propio Dios, quien no ceja en sus intentos por alcanzar cada vida humana todo el tiempo. Dios es, en esencia, un Dios evangelizador, pero que respeta, por sobre todas las cosas, la libertad de elección. Por ello Pablo no lograba entender la ruptura étnica para aceptar que entre su propio pueblo podía haber incrédulos profesionales, igual que hoy: “Mas no todos obedecieron al Evangelio…” (v. 16a), dice, con un aire de profunda amargura, pues muchos quisiéramos que todos acepten el mensaje cristiano, pero eso no es lo relevante sino que siempre se sepa, en cada momento de la historia, que hay un Evangelio real, predicado con seriedad y responsabilidad, para que no nos suceda lo que a Orlando Costas en sus viajes a la Ciudad de México cuando preguntaba en dónde podía escuchar un buen sermón, serio, expositivo y contextual, y su anfitrión lo pensaba para decirle que sabía de dos o tres lugares apenas. La predicación reveladora de la voluntad de Dios, con amplio respeto por la precariedad humana y las coyunturas sociales, debería ser la constante en todos los espacios cristianos, para no seguir dependiendo de los estrellas anglosajones (Rick Warren a la cabeza de ellos en estos días), quienes, con todo respeto, llegan como aves migratorias a otro ambiente, únicamente por conocer nuevos aires y engrosar su currículum, con todo y que se paguen ellos mismos sus boletos de avión gracias a las ofrendas deducibles de impuestos con que se mueven por todo el mundo. Se trata de las modas evangelizadoras que cíclicamente nos aquejan. ¡Pues eso es lo que menos puede ser la evangelización para la Iglesia: una moda pasajera y glamorosa!
“El Evangelio es mensaje de salvación —dice Barth en unas palabras iluminadoras— precisamente porque contrapone la soberanía absoluta de Dios a todos los empalmes, mediaciones y requisitos previos humanos”.
[2] Esa premisa, la predicación de un Dios libre a hombres y mujeres libres, que son llamados en su circunstancia específica por Jesús de Nazaret a unirse a su proyecto, es la base de cualquier intento por decir, todavía hoy, que la Iglesia de verdad está preocupada no sólo por añadirse nuevos integrantes sino por participar de manera real, no fingida, en la construcción de un nuevo mundo y un a nueva sociedad, en la espera expectante y comprometida de la venida plena del reino de Dios.

Notas
[1] T.S. Eliot, “Primer coro de La roca”, traducción de Jorge Luis Borges, en http://2por2-4.blog.com.es/2006/03/28/t_s_eliot_primer_coro_de_la_roca~681098.
[2] K. Barth, Carta a los Romanos. Trad. De A. Martínez de de la Pera. Madrid, BAC, 1999, p. 457.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...