sábado, 29 de enero de 2011

Letra 206, 30 de enero de 2011


LA CONVERSIÓN DE UN OBISPO: SAMUEL RUIZ EN CHIAPAS (I)
ALC Noticias, 26 de enero de 2011

Carlos Fazio, periodista uruguayo que vive en México desde 1976, conocido por su libro sobre don Sergio Méndez Arceo (La cruz y el martillo. Joaquín Mortiz, 1987, introducción de Vicente Leñero), se ocupa ahora del obispo de San Cristóbal de Las Casas. Siendo lo que es, un esbozo biográfico obligado, va más allá de la semblanza de alguien con quien se simpatiza. Ante la presente coyuntura, este libro aparece como obligatorio para todo aquel que busque entender con claridad la situación religiosa en Chiapas y su relación tan compleja con los sucesos que empezaron el 1 de enero de 1994. Los repetidos ataques de los “auténticos coletos” contra Samuel Ruiz durante 1995 y el bloqueo indefinido del diálogo por la paz debido a las órdenes de aprehensión contra la dirigencia del EZLN, hacen de este libro un verdadero recuento que explica los antecedentes de mucho de lo que estamos presenciando. Se trata de un itinerario plagado de incomprensiones, desencuentros y logros innegables en el camino hacia la emergencia de una pastoral auténticamente alternativa, preocupada por las realidades indígenas, que desde las orillas físicas y espirituales del país, siguen exigiendo su reconocimiento.
Partiendo de una infancia marcada por la militancia sinarquista de sus padres en Guanajuato, y luego de sus estudios en Roma, Ruiz García llega, después de dirigir el Seminario de León a ocupar el lugar de Fray Bartolomé de Las Casas en 1960, a los 36 años de edad. En su camino se acumularían los sucesos fundamentales que marcó la vida del catolicismo latinoamericano de la segunda mitad del siglo XX: el Concilio Vaticano II, cuya apertura lo ayudó a librarse, paulatinamente, del anticomunismo de moda, para evolucionar hacia las perspectivas que en Medellín, Colombia (1968) le ofreció la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano:

Debemos poner fin al mito repetido con frecuencia de que América Latina es un continente católico. Si la Iglesia es una comunidad de fe, de esperanza, de amor, este concepto no se ha realizado en América Latina. Es superfluo aducir los incontables contra-testimonios que constituyen en la Iglesia obstáculos insuperables para la evangelización. Los pobres no pueden ser evangelizados si nosotros somos propietarios de latifundios; los débiles y los oprimidos se alejan de Cristo si nosotros aparecemos como aliados de los poderosos; los analfabetas no podrán ser evangelizados si nuestras instituciones religiosas siguen buscando el paraíso de las grandes ciudades, y no los suburbios y las aldeas desheredadas. (pp. 92-93)


Estas palabras, pronunciadas allí, mostraban cómo la evolución de su pensamiento buscaba con mayor ansiedad anclarse en la tierra firme de los hechos, es decir, en la búsqueda de una pastoral coherente con la situación del estado menos desarrollado de México. Para lograrlo era necesario prestarle un poco de atención a la investigación de las ciencias sociales: los pastores no pueden investigar por sí mismos la realidad en todas sus dimensiones. Los avances de la sociología y la antropología sacudían cada vez más sus ideas con respecto a la evangelización y la misión. La pobreza circundante comenzaba a impedirle tratar con los poderosos de la manera acostumbrada.
El episcopado latinoamericano se había decidido ya por los pobres, a pesar de sus inclinaciones naturales y de los compromisos ancestrales con los poderes dominantes en el hemisferio. Si alguien cree que es muy sencillo arribar a posturas y labores pastorales liberadoras, tiene que apreciar en la trayectoria de Samuel Ruiz la dificultad para alcanzarlas. La verdadera dificultad cristiana de aceptar el desafío de convertirse todas las veces que sea necesario y dejar de ser, como él lo era, un “obispo pescado”, con los ojos abiertos permanentemente, pero sin poder captar las dimensiones más trágicas de la realidad.

Primero la violencia institucionalizada, de un sistema que genera muerte. Después la violencia de la represión al caminar organizado de las comunidades indígenas o marginadas, obreras y campesinas. Y, por último, cuando ya no hay puerta de salida para sobrevivir, viene la contra-violencia. La violencia tercera, después de la violencia del sistema y la violencia represiva. Hasta lo último viene la violencia de los que están abajo en el piso social y que toman las armas porque han llegado a una situación insufrible. (p. 95)

Esta visión le permitió abandonar las posturas indigenistas en boga para acercarse, poco a poco, y no sin enormes dudas, a la posibilidad de articular una pastoral genuinamente indígena, de respeto hacia las culturas, de reconocimiento a las aportaciones de la Revelación que en ellas se han dado antes de la cristianización de corte occidental. Para ello, era necesaria una verdadera inmersión en los ambientes indígenas de su diócesis. Escribe Fazio:

Simultáneamente había que llegar a un modelo de pastoral de acción en donde fuera el indígena el que surgiera dentro de su propia situación cultural. Que surgiera la Iglesia autóctona, que vive su fe y la expresa dentro de sus propios moldes culturales. Previendo que esa evangelización, con sus propias exigencias, llevara a una dinamización de esas culturas ―no a un paso retroactivo en la historia― en un proceso de liberación del hombre. (p. 111) (LC-O)

Carlos Fazio, Samuel Ruiz, el caminante. México, Espasa-Calpe, 1994. 328 pp.
El Faro, México, D.F., julio-agosto de 1995, pp. 118-120.
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INVESTIGAR O SOMETERSE, HE AHÍ EL DILEMA (III) Juan G. Bedoya El País, 5 de enero de 2011

Lo destacó bien alto el teólogo José María Díez-Alegría, expulsado de la Universidad Pontificia Gregoriana, de Roma, y refugiado en una de las chabolas del Pozo del Tío Raimundo, junto al mítico José María Llanos. "Jesús entró en Jerusalén a lomos de un borrico. Los Papas viajan coronados con la tiara pontificia". No ha habido un solo aspecto de la vida en que la Iglesia no se creyese con derecho a dar su dictamen e imponerlo. Monarcas autocráticos, los Papas practicaron durante siglos la doctrina de Gregorio VII en Dictatus Papae, de 1075: solo el romano
pontífice puede usar insignias imperiales, "únicamente del Papa besan los pies todos los príncipes", solo a él le compete deponer emperadores, sus sentencias no deben ser reformadas por nadie mientras él puede reformar las de todos.
El último de esos emperadores (o así se creía), fue Pío XII, soberano entre 1939 a 1958. Obsesionado con el protocolo tradicional, los funcionarios debían arrodillarse cuando el Papa empezaba a hablar, dirigirse hacia él arrodillados y salir de la habitación caminando hacia atrás.
Son recuerdos del brasileño Leonardo Boff, forzado a abandonar la orden franciscana. "Mi experiencia de 20 años de relación con el poder doctrinal es esta: es cruel y despiadado. No olvida nada, no perdona nada, exige todo. Y para alcanzar su fin, se toma el tiempo necesario y elige los medios oportunos". Boff nunca olvidará que incluso intentaron quemar sus libros. Después de muchas disputas, silencios y humillaciones, llegó el día en que tuvo "la sensación de haber llegado ante un muro". Entonces, abandonó también el sacerdocio. "Hay momentos en que una persona, para ser fiel a sí misma, tiene que cambiar. El mismo Jesús fue muerto por decir que no todo es lícito en este mundo. No todo es lícito en la Iglesia. Existen límites intraspasables: la dignidad y la libertad de la persona. Dejé el ministerio sacerdotal, no la Iglesia. Me alejé de la Orden Franciscana, no del sueño tierno y fraterno de san Francisco de Asís. La Iglesia jerárquica no posee el monopolio de los valores evangélicos ni la orden franciscana es la única heredera del Sol de Asís".
El hoy papa Benedicto XVI fue profesor de Boff en Munich (Alemania) e incluso le dio de su bolsillo dinero para que pudiera publicar la tesis doctoral porque la consideraba una gran aportación teológica. "Ratzinger es una persona muy compleja y, a la vez, muy negativa para la Iglesia. Es un hombre muy influido por la teología agustiniana, con una visión pesimista del ser humano. No es un hombre que ilumine el camino, sino que lo oscurece, impidiendo transitar por él. Dudo que crea en el ser humano y, por tanto, dudo también que se fiase de mí. Por eso me condenó".
"Gestapo eclesial", "máquina de estrangular", "camarilla indecente e ignorante"... He aquí algunos calificativos contra la inquisición romana en boca del dominico francés Yves Congar. Apartado de la enseñanza, mandado al exilio, humillado, Congar llegó a sentirse destruido, al borde del suicidio. "Se me ha desprovisto de todo aquello en lo que he creído y a lo que me he entregado", dijo. Resistió y venció. Como compensación a los años de silenciamiento y en reconocimiento a su profundidad teológica (uno de los grandes inspiradores del Vaticano II), Juan Pablo II lo hizo cardenal en 1994. De Congar es esta frase: "Se puede condenar una solución, pero no se puede condenar un problema".
El jesuíta Juan Masiá, expulsado de la cátedra de Bioética en la Universidad Pontifica de Comillas, sostiene que la Iglesia católica habla de derechos humanos hacia fuera, pero no los respeta dentro. "Renunciar al espíritu inquisitorial es una asignatura pendiente. Cuando impera un sistema de pensar -en realidad, de no pensar- estrictamente regulado por los cánones de la ortodoxia, quien quiera medrar en su escalafón no tendrá otro recurso que callarse. La perfecta ortodoxia llevada al extremo daría sobresaliente al silencio y notable a la repetición de papagayo; un aprobado por los pelos a quien insinúe tímidamente preguntas prohibidas. Y, desde luego, un suspenso a todo disentir, por muy fiel, responsable, inteligente, meditado y ponderado que sea".

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ELECCIÓN DE RECTOR MARCA UNA NUEVA ETAPA EN LA COMUNIDAD TEOLÓGICA DE MÉXICO Hugo Gallardo Duarte ALC Noticias, 18 de enero de 2011
Luego de un tiempo de búsqueda de la persona idónea para dirigir la Comunidad Teológica de México (CTM) el pasado 12 de enero se presentó formalmente, como rector de esa institución, al Rev. Dan González Ortega, con el beneplácito del consejo directivo, deL personal académico y administrativo de las diferentes instituciones que la integran y sostienen.
Con palabras de bienvenida del presidente del consejo directivo, Rev. José Alcántara Mejía, se dio el anuncio formal del inicio de labores del Rev. Dan González Ortega quien, a su vez, expresó el compromiso para cumplir con el plan trazado por el consejo directivo de la CTM, un plan que se espera marque un parte aguas en esta institución teológica de larga historia y tradición.
La elección del actual rector se logró con el acuerdo unánime de los integrantes del consejo directivo al considerar que en la persona de González Ortega residen cualidades como son juventud, experiencia ecuménica e interreligiosas y preparación académica, cualidades que apuntan a dar lugar para una nueva época que consolide a la Comunidad Teológica de México como una de las más importantes instituciones teológicas en México y América Latina.



Avisos: 30 de enero de 2011

Hoy, a las 17.30 hrs., tendremos la 2ª reunión de planeación por ministerios. Corresponde a: Acción social, Comunión fraternal, Evangelización y Misiones

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Culto de oración y estudio
Martes 1 de febrero, 19 hrs.
TERCERA RÉPLICA DE JOB A ELIFAZ (II) (Job 24)
Modera: Hna. Lidia Martínez M.

JOB 24.1-13, Nueva Biblia Internacional
Si los tiempos no se esconden del Todopoderoso,
¿por qué no los perciben quienes dicen conocerlo?
Hay quienes no respetan los linderos,
y pastorean ganado robado;
a los huérfanos los despojan de sus asnos;
a las viudas les quitan en prenda sus bueyes;
apartan del camino a los necesitados;
a los pobres del país los obligan a esconderse.
Como asnos salvajes del desierto,
se afanan los pobres por encontrar su presa,
y el páramo da de comer a sus hijos.
En campos ajenos recogen forraje,
y en las viñas de los malvados recogen uvas.
Por no tener ropa, se pasan la noche desnudos;
¡no tienen con qué protegerse del frío!
Las lluvias de las montañas los empapan;
no teniendo más abrigo, se arriman a las peñas.
Al huérfano se le aparta de los pechos de su madre;
al pobre se le retiene a cambio de una deuda.
Por no tener ropa, andan desnudos;
aunque cargados de trigo, van muriéndose de hambre.
Exprimen aceitunas en las terrazas;
pisan uvas en las cubas, pero desfallecen de sed.
De la ciudad se eleva el clamor de los moribundos;
la garganta de los heridos reclama ayuda,
¡pero Dios ni se da por enterado!
Hay quienes se oponen a la luz;
no viven conforme a ella ni reconocen sus caminos.

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
FEBRERO

5 – Curso para matrimonios, 1ª reunión
6 – Comunión
8 – Reunión de Consistorio
12 – Reunión de Presbiterio, Puebla

El pacto de Dios en la vida cotidiana de su pueblo, L. Cervantes-O.

30 de enero, 2011

1. Pacto y ley: los tres usos
El pacto de Yahvé con su pueblo debía tener consecuencias espirituales, éticas y comunitarias en la vida cotidiana porque de otra manera se corría el riesgo de hacer del mismo una ficción religiosa más, ajena a las realidades humanas. Los escritores y redactores del Pentateuco, muy conscientes de las limitaciones de la religiosidad, asumieron la tarea de interpretar históricamente los alcances del pacto de Yahvé con el pueblo de Israel para desglosar, mediante las leyes instauradas por la tradición de Moisés, un corpus jurídico que fuera capaz de dar cohesión a la vida comunitaria en todos los sentidos. De ahí que la vida humana, individual y colectiva, es expuesta en todos sus detalles para demostrar la forma en que Yahvé, como Dios de la alianza, deseaba ser significativo en medio de todas las relaciones sociales, morales, económicas y políticas de un pueblo que, más allá de su diferencia cultual con las culturas circundantes, fuera capaz de existir en el mundo con una visión clara de los designios divinos para cada situación de la vida, pero siempre a través del ejercicio de una libertad que diera fe de las condiciones básicas que Yahvé esperaba que se cumplieran como evidencia de que Israel efectivamente podía ser visto como una “comunidad alternativa” que superase las formas enajenantes de la religión.
Dentro de la tradición reformada, uno de los conceptos doctrinales más importantes, relacionados con la comprensión de una ética derivada del pacto de Dios con su pueblo es lo que se conoce como “los usos de la ley”. El primero es el uso original, el político, civil y social, aunque con una enorme cantidad de elementos rituales. Es el uso relacionado con los aspectos externos de la fe y la alianza con Dios. Esta ley original, mosaica, se estableció como una norma comunitaria, organizativa y litúrgica. Escribe Calvino, jurista y teólogo:

Por Ley no entiendo solamente los diez mandamientos, los cuales nos dan la regla para vivir piadosa y santamente, sino la forma de la religión tal y como Dios la promulgó por medio de Moisés. Porque Moisés no fue dado como legislador, para que abrogase la bendición prometida al linaje de Abraham, sino que más bien vemos cómo a cada paso trae a la memoria a los judíos el pacto gratuito hecho con sus padres, del cual ellos eran los herederos, como si él hubiera sido enviado para renovarlo (Institución de la Religión Cristiana, II, vii).

Siguiendo a la carta a los Hebreos (8.5), Calvino explica que, si bien ahora nos repugnan muchos de los lineamientos rituales de los aspectos externos de la Ley, debemos hacer el esfuerzo espiritual por descubrir en qué sentido Dios deseaba conducir a su pueblo por caminos de justicia mediante las instrucciones tan precisas, y a veces tan difíciles de cumplir que aparecen en los libros de Éxodo y Levítico. El segundo uso, el pedagógico, se basa en las palabras paulinas que se refieren a la Ley como un maestro cercano, un ayo, un pedagogo (Gál 3.24) que reconoce sus limitaciones pero que, aun así, cumple una función instructiva para llevarnos a Cristo (“El fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”, Ro 10.4). Este uso tiene el propósito de convencer a los seres humanos acerca de la banalidad de sus esfuerzos propios para alcanzar la perfección. Estamos ante lo máximo que puede lograr la religión en este mundo: proponer la bondad como modelo de vida, pero sin las atribuciones suficientes para lograrla.
Las palabras paulinas de Romanos 7, destacan dramáticamente esta incapacidad religiosa y legal para conseguir “empatar” la existencia con la justicia divina: “La ley a la verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno… Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros” (Ro 7.12, 22-23). Este conflicto, irresoluble sin la intervención de la gracia divina, dice Pablo, hace que la Ley nos entregue a Jesucristo como única posibilidad de resolución: allí nace la posibilidad de que la Ley divina tenga un efecto profundo en la vida y sea capaz de devolvernos la dignidad y la libertad de hijos e hijas de Dios, pues de otra manera seguiríamos siendo “hijos de la ira” (Ef 2.3):

Así que la Ley sirve para exhortar a los fieles, no para complicar sus conciencias con maldiciones. Incitándolos una y otra vez los despierta de su pereza y los estimula para que salgan de su imperfección. Hay muchos que por defender la libertad de la maldición de la Ley dicen que ésta ha sido abrogada y que no tiene valor para los fieles ? sigo hablando de la Ley moral ?, no porque no siga prescribiendo cosas justas, sino únicamente para que ya no siga significando para ellos lo que antes, y no los condene y destruya pervirtiendo y confundiendo sus conciencias. San Pablo bien claramente muestra esta derogación de la Ley. Y que el Señor también la haya enseñado se ve manifiestamente por el hecho de no haber refutado la opinión de que Él había de destruir y hacer vana la Ley, lo cual no hubiera hecho si no se le hubiera acusado de ello. Ahora bien, tal opinión no se hubiera podido difundir sin algún pretexto o razón, por lo cual es verosímil que nació de una falsa exposición de la doctrina de Cristo; pues casi todos los errores suelen tomar ocasión de la verdad. Por tanto, para no caer nosotros también en el mismo error, será necesario que distingamos cuidadosamente lo que está abrogado en la Ley, y lo que aún permanece en vigor (IRC, II, vii, 14).

La ley moral permanece, pero ahora tenemos que relacionarnos con la Ley en general como Cristo mismo se relacionó. Ésa es la razón de ser del llamado “tercer uso de la ley”, es decir, el uso ético y cristiano de la misma.

2. Levítico y la vida cotidiana
Escuchemos este magnífico resumen acerca de los propósitos del Levítico, como resumen legal para una existencia sana y coherente del pueblo, según los parámetros del pacto con Yahvé:

El objetivo primero del libro del Levítico sería el de articular diversos códigos referentes a la vida civil y cúltica, teniendo como marco el calendario de fiestas (capítulo 23), y centralizar de forma definitiva la reconstrucción de la vida nacional después del exilio en el culto y en la ley en el ámbito del proyecto persa para la región.
El Levítico explicitaría así las propuestas de la reforma de Esdras, tanto en lo que respecta a la reforma del clero y del culto como también a la debida organización de la vida económica del templo y el sistema de las ofrendas, estableciendo la relación necesaria entre la jurisdicción civil y la religiosa.
Los diversos códigos articulados dan a la comunidad judía organizada alrededor del templo indicaciones acerca de todos los aspectos de la observación religiosa en conexión con todas las dinámicas de la vida (económica, social, sexual, física, ética...), teniendo como eje estructurado de la vida de la sociedad la liturgia del culto y el liderazgo del clero.
[1]

De manera muy imaginativa, Cardoso Pereira nos lleva de la mano por la anatomía divina y humana para explicar el contenido del libro y lo sintetiza como sigue: las instrucciones relacionadas con “la nariz de Dios” aparecen en los caps. 1-7 (el sacrificio; la ofrenda vegetal; los sacrificios pacíficos; el sacrificio por el pecado; casos de indigencia; el sacrificio de reparación; procedimientos rituales complementarios; y los procedimientos de los sacerdotes en los diversos sacrificios). En los caps. 8-10, se relacionan “el cuerpo de Dios y el ojo del ser humano”, pues reúnen leyes acerca de los sacerdotes, sus funciones y obligaciones en todos los rituales. La presencia de Dios, requerida por el pueblo, se sitúa en 9.4, 6, 23. El cuerpo humano (hombre y mujer) como tal aparece en los caps. 11-15, en busca de la purificación ritual en términos de las comidas (11), el parto (12), la enfermedad (13-14) y el sexo (15). El 16 instala la celebración del Día de la Expiación como centro de las celebraciones. Los caps. 17-26 se ocuparán del “cuerpo social”, el entramado en donde la cotidianidad con todas sus manifestaciones exigirá verificar los resultados de la alianza.
El cap. 19 subraya la necesidad de vivir como consecuencia de la creencia en un Dios de santidad, ajeno por completo a la injusticia y el pecado prevalecientes en el mundo. La santidad exigida al pueblo pasa por una praxis que rebasa la doctrina y se instala en el corazón mismo de la vida diaria, esto es, en donde las personas son lo que son siempre: seres humanos en continuo conflicto entre el ser y el deber ser. Allí se debate verdaderamente si el pacto de ha interiorizado o no: en las relaciones comerciales, laborales y personales. Aquí es donde cualquier ley o creencia pasa por su verificación histórica. Se trata, en palabras de W. Brueggemann, de vivir en una “santidad disciplinada”, pero siempre en medio del mundo, en la vida de todos los días: desde obedecer a los padres hasta entregar el salario adecuado.

[1] Nancy Cardoso Pereira, “Comida, sexo y salud: leyendo el Levítico en América Latina”, en RIBLA, núm. 23, www.claiweb.org/ribla/ribla23/comida%20sexo%20salud.htmlhttp://www.claiweb.org/ribla/ribla23/comida%20sexo%20salud.html

Levítico 19.1-3, 9-17


Nueva Versión Internacional

El Señor le ordenó a Moisés que hablara con toda la asamblea de los israelitas y les dijera: “Sean santos, porque yo, el Señor su Dios, soy santo. Respeten todos ustedes a su madre y a su padre, y observen mis sábados. Yo soy el Señor su Dios. […]
Cuando llegue el tiempo de la cosecha, no sieguen hasta el último rincón de sus campos ni recojan todas las espigas que allí queden.
No rebusquen hasta el último racimo de sus viñas, ni recojan las uvas que se hayan caído. Déjenlas para los pobres y los extranjeros. Yo soy el Señor su Dios.
No roben.
No mientan.
No engañen a su prójimo.
No juren en mi nombre sólo por jurar, ni profanen el nombre de su Dios. Yo soy el Señor.
No explotes a tu prójimo, ni lo despojes de nada.
No retengas el salario de tu jornalero hasta el día siguiente.
No maldigas al sordo, ni le pongas tropiezos al ciego, sino teme a tu Dios. Yo soy el Señor.
No perviertas la justicia, ni te muestres parcial en favor del pobre o del rico, sino juzga a todos con justicia.
No andes difundiendo calumnias entre tu pueblo, ni expongas la vida de tu prójimo con falsos testimonios. Yo soy el Señor.
No alimentes odios secretos contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.

domingo, 23 de enero de 2011

Letra 205, 23 de enero de 2011


JESÚS Y LOS DERECHOS DE LAS MUJERES (II)
Cristina Conti
Lupa Protestante, 12 de diciembre de 2010

Jesús promovió a todas las personas débiles y despreciadas por la sociedad de su tiempo: los pobres, los enfermos, los marginados, los publicanos y las rameras, los huérfanos y las viudas, los niños y las mujeres. A todos ellos los impulsó a que alcanzaran su plena humanidad. Ésa es la voluntad de Dios, que todos los seres humanos puedan ser plenamente humanos... y también plenamente hermanos.
En ninguna parte de los Evangelios vamos a encontrar a Jesús tratando a las mujeres como si fueran inferiores en algún aspecto. Tampoco les pidió jamás que se sujetaran a los varones, ni siquiera a sus propios esposos. Jesús siempre trató
a las mujeres como a verdaderos seres humanos. Desafió todas las convenciones de su tiempo al tener mujeres discípulas, que además lo mantenían económicamente (Lc 8:1-3; 24:6-8); al hablar públicamente de teología con mujeres (Mt 15:21-28 par; Jn 4:7-42; 11:20-27); al tocar y sanar a una mujer considerada impura por su flujo de sangre (Mc 5:24-34 par); al dejarse tocar por una pecadora notoria, compararla favorablemente con un fariseo y luego perdonarla (Lc 7:36-50); al sanar a una mujer encorvada y llamarla "hija de Abraham" , un título reservado a los varones (Lc 13:10-17); al permitir que María de Betania aprendiera teología a sus pies como una discípula más, en lugar de estar en la cocina como les correspondía a las mujeres (Lc 10:38-42). Jesús era un hombre liberado y liberador.
La Pascua conmemora el acontecimiento más importante de la historia de la salvación, la resurrección de Jesús. Y, a pesar de que las mujeres no podían ser testigos según las costumbres judías, las primeras testigos de ese acontecimiento fueron mujeres. Jesús las eligió porque ellas siempre estuvieron a su lado, sirviéndolo durante su ministerio, solidarizándose con su sufrimiento cerca de la cruz, fijándose dónde lo sepultaban, volviendo al sepulcro para cumplir fielmente con el ritual de embalsamar el cuerpo. Las discípulas mujeres nunca abandonaron a su maestro, ni lo negaron, ni se escondieron cobardemente, como los discípulos varones. Ellas amaban a Jesús y estaban dispuestas a arriesgar la vida por él. Es que Jesús les había mostrado que Dios no hace diferencias de valor entre varones y mujeres, les había dado la dignidad que la sociedad les negaba, las había hecho plenamente humanas.
Pero eso no es todo. Es bien sabida la importancia de "lo primero" en la cultura judía: los primogénitos y las primicias como apartados para Dios, el hecho de que Cristo fuera el primero en todo (Col 1:15-20). Eso también aplica a los primeros testigos. Ser la primera persona en ver a Jesús resucitado implicaba ser la persona elegida para ser la cabeza de la iglesia naciente. Y Jesús eligió a las mujeres. Claro que eso iba tan en contra de las costumbres de la época, que la iglesia hizo todo lo que pudo para acabar con el liderazgo de las mujeres. Para fines del siglo III, ya habían logrado reducir a las mujeres nuevamente a la sujeción.
Las cristianas actuales no pretendemos ser las líderes de la iglesia. De todos modos, ya no se puede hablar de iglesia en singular, sino de iglesias en plural. Y en muchas iglesias protestantes hay mujeres ordenadas al pastorado, y algunas de ellas incluso son líderes, profesoras o teólogas escuchadas y respetadas. Sin embargo, en la mayoría de las iglesias, las mujeres ni siquiera pueden ejercer los dones que Dios les ha dado. Ese derecho a servir libremente a Dios es algo que sí demandamos.
En realidad, las mujeres cristianas no estamos reclamando lo que a nosotras se nos ocurre, ni el lugar que ocupan otros, ni que las iglesias conservadoras nos concedan por fin lo que la sociedad secular ya nos ha dado. Estamos reclamando nuestros derechos como seres humanos, tanto en la sociedad como en las iglesias. Estamos reclamando lo que Jesús mismo nos dio.
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INVESTIGAR O SOMETERSE, HE AHÍ EL DILEMA (II)
Juan G. Bedoya
El País, 5 de enero de 2011

El Vaticano II proclamó que se habían acabado los métodos del Santo Oficio -crueles, muchas veces criminales, con decenas de miles de personas quemadas vivas o asesinadas por otros medios-, ante el escándalo de que tres de los principales papas del pasado siglo hubiesen sido molestados por el inquisidor de turno como sospechosos de herejía o desviaciones pastorales. Fueron Benedicto XV, Juan XXIII y Pablo VI. Grandes teólogos del famoso concilio también sufrieron lo indecible en las garras del Santo Oficio. Décadas más tarde, observaron con estupor que uno de los mejores peritos del Vaticano II, el alemán Joseph Ratzinger, iba a resucitar algunas de las prácticas inquisitoriales repudiadas en 1965.
Fue el cardenal austriaco Franz König quien dio la voz de alarma, y expresó bien alto su perplejidad. Lo hizo cuando Ratzinger cayó sobre el teólogo jesuita belga Jacques Dupuis por "desviaciones doctrinales" en el libro Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso. En una disputa con Ratzinger muy jaleada en los medios católicos, el gran König salió al quite. "Mi función no consiste en aconsejar a la congregación doctrinal, pero no puedo permanecer en silencio, porque se me parte el
corazón cuando veo hacer un daño tan obvio al bien común de la Iglesia de Dios. La Congregación tiene perfecto derecho a salvaguardar la fe -aunque aún lo haría mejor si la promueve-. El presente caso, sin embargo, es un signo de que se están extendiendo la desconfianza y la sospecha respecto de un autor que tiene las mejores intenciones y que ha adquirido grandes méritos en su servicio a la
Iglesia católica", escribió en un alegato titulado En defensa del P. Dupuis.
König, uno de los grandes aperturistas del Vaticano II, tenía motivos para decirse escandalizado. No solo se estaba pisoteando la proclamación conciliar de la libertad religiosa y de conciencia, sino la idea de que se debía proteger el trabajo de los teólogos. König llegó a recordar a Ratzinger el discurso de Pablo VI a la Curia romana en pleno concilio: "Tenemos que aceptar con humildad la crítica, con reflexión y también con reconocimiento".
Ratzinger sostenía entonces la misma idea. Escribió en 1968: "Aún por encima del Papa se halla la propia conciencia, a la que hay que obedecer la primera, si fuera necesario incluso en contra de lo que diga la autoridad eclesiástica. Lo que hace falta en la Iglesia no son panegiristas del orden establecido, sino hombres cuya humildad y obediencia no sean menores que su pasión por la verdad, y que amen a la Iglesia más que a la comodidad de su propia carrera". Estas palabras se las llevó el viento nada más acceder Ratzinger, en 1981, a la presidencia de la Congregación doctrinal, convertida poco a poco en férrea policía de la fe. Desde entonces, la Teología es tratada como la criada del magisterio episcopal.
Obediencia y unidad son las palabras que lo justifican todo. Y, también, la voluntad de Dios. Pero los teólogos no hacen caso. Siguen en esto al Evangelio, más que a sus superiores. Lo sostiene Hans Küng, compañero y amigo de Ratzinger cuando coincidieron como docentes en la Universidad alemana de Tubinga. "Tampoco Jesús obedeció a ciegas. Ya con 12 años, en el templo, demostró que no obedecía ciegamente a sus padres".
La verdad os hará libres, proclama Jesús. Es en nombre de esa libertad que el teólogo Küng se rebeló. "No podía seguir otro camino, no solo por la libertad, que siempre me fue querida, sino por la verdad, que está por encima de mi libertad. Si lo hubiera hecho, habría vendido mi alma por el poder en la Iglesia".
Durante siglos, la Iglesia romana se opuso a la traducción de los textos sagrados a las lenguas de cada pueblo. Cuando Lutero publicó la Biblia en alemán, el Papa arreció en sus exigencias de que le llevasen a Roma la cabeza del monje agustino. Con las ideas de Jesús en manos del pueblo, Roma no podría justificar su poder terrenal, ni sus pompas y vanidades, ni el afán de dominación, o la marginación de la mujer. Por eso, como sostiene Küng, "parece que Jesús goza de mayor estima fuera de la Iglesia que dentro de ella". Añade: "Nunca se pregunta qué hubiera hecho o dicho Jesús; tal pregunta resulta en ese contexto tan extraña, que la mayoría la juzgaría poco menos que absurda".
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SE AGRUPAN OPOSITORES A LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II
Milenio, 17 de enero de 2011

Con el anuncio del Vaticano sobre la beatificación del papa Juan Pablo II, católicos y teólogos han iniciado una campaña contra esa decisión, porque aseguran que encubrió a pederastas como Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, además de ejercer presión contra la Teología de la Liberación, bloquear a las Comunidades de Base y negarse al diálogo con los fieles comprometidos con la justicia evangélica, por lo que recabarán firmas a escala mundial.
En México el Observatorio Eclesial, que agrupa a organizaciones católicas, dio a conocer la campaña contra el pontífice carismático, que tuvo un excelente manejo de los medios de comunicación.
Al conocerse la noticia de la beatificación, en Roma, 13 teólogos, así como profesores católicos de Europa y América Latina, dieron a conocer un manifiesto en el que piden a los fieles "testimonios contrarios" a la beatificación de Juan Pablo II, aun dando fe de "los aspectos positivos de su pontificado, como fue el compromiso por la paz o la tentativa de admitir las culpas históricas".
Entre los firmantes del manifiesto titulado "Llamada a la claridad" se encuentran el sacerdote Casimir Martí; el escolapio Ramón María Nogués, y el profesor de la Universitat de Barcelona Jaume Botey. También Juan José Tamayo, fundador de la Asociación de Teólogos Juan XXIII; Casiano Floristán, profesor emérito de la Universidad Pontificia de Salamanca, y Rosa Cursach, teóloga mallorquina. En el texto, destaca el Observatorio Eclesial, se detallan siete puntos que, a juicio de los firmantes, arrojan dudas sobre la posible beatificación de Karol Wojtyla: "La tenaz oposición a considerar, a la luz del Evangelio, la ciencia y la historia, algunas normativas de ética sexual"; la "dura confirmación del celibato eclesiástico"; el rechazo a "discutir en forma seria y profunda la condición de la mujer en la Iglesia"; la "no aplicación" de imaginarias "normas establecidas por el Concilio Vaticano II para una mayor democracia interna", y la "represión" de los teólogos de la liberación marxista en América Latina.
A su vez, la agencia AFP reportó que el sacerdote Ernesto Cardenal, uno de los pilares de la Teología de la Liberación en América Latina, criticó el anuncio sobre Juan Pablo II y se mostró sorprendido por la beatificación del Papa que "protegió" a acusados de pederastia.
Cardenal fue reprendido públicamente y de modo enérgico por Juan Pablo II en ocasión de la visita del entonces pontífice a Nicaragua en 1983.
El Observatorio Eclesial es integrado por Católicas por el Derecho a Decidir, el Centro de Comunicación Social (Cencos), Centro de Estudios Ecuménicos, Sicsal, Centro Antonio de Montesinos y Colectivo Alas que realiza un análisis crítico del acontecer de la Iglesia católica desde hace varios años y participa en la red Amerindia, que reúne a teólogos de América Latina como Leonardo Boff.

Avisos: 23 de enero de 2011

El próximo domingo 30, a las 17.30 hrs., tendremos la 2a. reunión de planeación por ministerios. Corresponde a: Acción Social, Comunión Fraternal y Evangelización y Misiones.
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Culto de oración y estudio
Martes 25 de enero, 19 hrs.
TERCERA RÉPLICA DE JOB A ELIFAZ (Job 23)
Modera: Hno. Pablo F. Sandoval

JOB 23, Dios habla hoy
Una vez más mis quejas son amargas
porque Dios ha descargado su mano sobre mí.
¡Ojalá supiera yo dónde encontrarlo,
y cómo llegar a donde vive!
Presentaría ante él mi caso,
pues me sobran argumentos.
Ya sabría cómo responder a lo que él me contestara!
Pero él no usaría la fuerza como argumento,
sino que me escucharía y reconocería que tengo la razón;
me declararía inocente,
¡me dejaría libre para siempre!
Pero busco a Dios en el oriente, y no está allí;
lo busco en el occidente, y no lo encuentro.
Me dirijo al norte, y no lo veo; me vuelvo al sur, y no lo percibo.
Él conoce cada uno de mis pasos;
puesto a prueba, saldré puro como el oro.
Yo siempre he seguido sin desviarme
el camino que él me ha señalado.
Siempre he cumplido sus leyes y mandatos, y no mi propia voluntad.
Cuando él decide realizar algo, lo realiza;
nada le hace cambiar de parecer.
Lo que él ha dispuesto hacer conmigo, eso hará,
junto con otras cosas semejantes.
Por eso le tengo miedo;
solo el pensarlo me llena de terror.
Dios, el Todopoderoso, me tiene acobardado.
¡Ojala la noche me hiciera desaparecer
y me envolviera la oscuridad!
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Próximas actividades
30 – Reinicio de clases de Escuela Dominical
Febrero
5 – Curso para matrimonios, 1a. reunión
6 – Comunión
8 – Reunión de Consistorio
12 – Reunión de Presbiterio/ Puebla

Dios sostiene su pacto en la comunidad de fe, L. Cervantes-O.

23 de enero de 2011
1. La fidelidad de Dios a su pacto
Una de las cosas que llama más la atención en la forma en que el libro del Éxodo expone la formalización del pacto de Yahvé con su pueblo es la intensidad con que se va desplegando históricamente a medida que avanza la experiencia de la comunidad en el camino nuevo de la libertad. La confianza con la que Moisés se dirige a Dios manifiesta cómo se fue forjando un liderazgo que reconoció plenamente las acciones liberadoras y participó en la conformación de la “comunidad alternativa”, la cual, como fruto de la salida de la situación de esclavitud en Egipto, comenzó a aprender la experiencia de la libertad en el desierto, a la vez que identificó el nuevo rostro de un Dios solidario y atento a sus necesidades. El proyecto original, expuesto por Moisés al Faraón: “Deja ir a mi pueblo, para que me sirva” (Éx 8.1). La fortaleza con que el pacto se consolidó en medio de las veleidades históricas dependió enteramente de la manera en que Dios se condujo con el pueblo, pues incluso ante los exabruptos del dirigente principal, como cuando quebró las tablas de la Ley ante la infidelidad manifiesta del pueblo, Yahvé no cejó en su afán de conducir, diríamos hoy, pastoralmente a su pueblo para que pudiera entender, progresivamente, las bondades y exigencias del pacto al que era llamado y que se encaminaban a establecer en el mundo una nueva forma de convivencia basada en la libertad como premisa fundamental.
En Éxodo 33 encontramos uno de los diálogos más intensos de Moisés con Yahvé, pues luego de la entrega de la Ley y de afirmar los lineamientos del pacto con el pueblo mediante una serie de ordenaciones litúrgicas y de organización de la vida social, el líder del pueblo debe escuchar el anuncio de que Dios no marcharía más al lado del pueblo debido a sus desobediencias constantes (33.3), puesto que eso mismo pondría en riesgo la sobrevivencia del pueblo. Éste reacciona en consecuencia con tristeza y decepción, pues ese aparente “abandono” de Yahvé no garantizaría en absoluto la consumación de las promesas del éxodo y la plenitud de vida en la tierra hacia la cual se dirigía el pueblo liberado. Dos situaciones nuevas se presentaban ahora: al quitarse las joyas y atavíos (33.4b, 5b-6), el pueblo renunciaba a las manifestaciones externas de grandeza o poder y subordinaba su existencia a la gracia y voluntad de Dios que está por manifestarse. Moisés, por su parte, toma el tabernáculo, la representación física de la presencia de Yahvé en medio del pueblo, y lo llevó fuera del campamento. Con ello, marcaba una distancia con la trascendencia divina y obligaba al pueblo a hacer un esfuerzo mayor para encontrarse con Dios: “…cualquiera que buscaba a Yahvé, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento” (33.7b).
Moisés captó muy bien los riesgos de no contar con la presencia divina ante los desafíos que debía enfrentar el pueblo, pues aunque la comunidad estaba expectante cada vez que él se presentaba delante de Dios (33.8-10), el anuncio de su alejamiento tenía preocupado al pueblo. Para atajar la situación, Moisés se dirige a Yahvé y le solicita la garantía de su acompañamiento para cumplir las expectativas de la comunidad y6 recibe palabras de aliento: “Mi presencia irá contigo y te daré descanso” (33.14). La carga espiritual, social y política que llevaba Moisés sobre sus hombros es redirigida por el propio Dios para asegurar que sus planes se cumplirán. No obstante, Moisés es enfático: “Si no vas a estar conmigo, es preferible que no nos saques de aquí. ¿Cómo sabré que estarás con nosotros y que verdaderamente nos has apartado de entre todos los pueblos de la tierra?” (33.15-16). A Dios le agradó esta forma de reaccionar y accedió, nada menos, que a “mostrar su gloria”, es decir, a dejarse ver, aunque no de manera plena (33.20). El pueblo ahora sabría que el Dios liberador seguiría estando con ellos luego de esta negociación en la que la propia libertad de Dios estaría salvaguardada. Vendría ahora una nueva versión de las tabla de la ley destrozadas por Moisés (34.1-10) y un reforzamiento de la alianza.
2. Dios se compromete a estar siempre presente
La calidad moral y espiritual requerida para el liderazgo del pueblo de Dios aparece nítidamente en la figura de Moisés, quien luego de esta ardua negociación con Yahvé lo reconoce como un Dios “fuerte, misericordioso y piadoso; lento para el enojo y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado… (34.6b-7a). La alianza se refuerza mediante un esfuerzo divino-humano de acercamiento gracias a la disposición encontrada por el propio Dios para acatar su voluntad. La mediación humana de Moisés proporcionó también un espacio de gracia para tratar con la magnificencia y la santidad de Yahvé y, así, atenuar los riesgos de la destrucción del pueblo.
El éxodo continuaría así, a través de una etapa de profundización de la alianza que funcionará mediante una cadena de advertencias acerca de las obligaciones teológicas, rituales y éticas del pueblo. Debería surgir entonces, una suerte de “ética colectiva” que le aseguraría al pueblo la posibilidad de seguir tratando con Dios en medio de las nuevas circunstancias históricas. La capacitación espiritual y política del pueblo se pondría a prueba, más tarde, de diversas maneras en coyunturas inesperadas y que mostrarían, paulatinamente, el esquema de relación que Dios esperaba mantener con el pueblo.
La figura de Moisés, rescatada y subrayada por la carta a los Hebreos, se ubica en la historia del pacto como determinante para canalizar, al mismo tiempo, las esperanzas humanas y los propósitos divinos, una relación que implica enormes dificultades de conciliación pero que en la historia posterior al éxodo fue mostrando su desarrollo e implicaciones.

Éxodo 33.12-16


Moisés le dijo al Señor: ―Mira, tú me pides que yo dirija a este pueblo, pero no me dices a quién vas a enviar conmigo. También dices que tienes mucha confianza en mí y que me he ganado tu favor. Pues si esto es cierto, hazme saber tus planes, para que yo pueda tener confianza en ti y pueda seguir contando con tu favor. Ten en cuenta que este pueblo es tu pueblo.
―Yo mismo te acompañaré y te haré descansar ―dijo el Señor.
Pero Moisés le respondió: ―Si tú mismo no vas a acompañarnos, no nos hagas salir de aquí. Porque si tú no nos acompañas, ¿de qué otra manera podrá saberse que tu pueblo y yo contamos con tu favor? Sólo así tu pueblo y yo podremos distinguirnos de todos los otros pueblos de la tierra.

domingo, 16 de enero de 2011

Letra 204, 16 de enero de 2011


EL PAPA COPTO SHENOUDA III RECIBE LAS CONDOLENCIAS DE UNA DELEGACIÓN DEL CMI
Consejo Mundial de Iglesias, 13 de enero de 2011

Visitantes procedentes de las oficinas de Ginebra del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) tuvieron el honor de ser recibidos en El Cairo, Egipto, el 8 de enero de 2011, por el papa Shenouda III de la Iglesia Ortodoxa Copta. El Rev. Dr. Olav Fykse Tveit, secretario general del CMI, presidió el grupo enviado a El Cairo para ofrecer personalmente las condolencias por el mortal ataque de bomba perpetrado el día de Año Nuevo en una iglesia de Alejandría.
Tveit expresó al papa Shenouda la condolencia y el apoyo de las iglesias miembros del CMI en este período difícil para Egipto. Le aseguró que la comunidad de iglesias está unida en la oración por la Iglesia Ortodoxa Copta y por todo el pueblo de Egipto. El secretario general del CMI habló de la cruz como símbolo de solidaridad compartido por los cristianos en todo el mundo. "La cruz sirve para recordar los sufrimientos que surgen en la vida humana y la muerte de Cristo en la cruz, pero, como emblema cristiano, indica también la resurrección, la reconciliación y la paz", dijo Tveit.
En su mensaje de Navidad, que los ortodoxos coptos celebran el 7 de enero, el papa Shenouda centró su atención en el amor y la paz de Dios para todas las personas. "Es alentador", dijo Tveit, "ver cómo su mensaje inspiró tanto a los cristianos como a los musulmanes a mantenerse unidos contra la violencia y los intentos de dividir al pueblo. El papa Shenouda demuestra que, cuando el liderazgo espiritual está bien orientado, se ejerce una enorme influencia para la construcción de la paz".
El papa Shenouda subrayó la importancia de orar a Dios y la necesidad de solidaridad entre todos los pueblos. Tveit viajó de Ginebra a El Cairo acompañado por el director de programas del CMI, Rev. Dr. Hielke Wolters, y la encargada del programa para el diálogo entre cristianos y musulmanes, Rima Barsoum.
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INVESTIGAR O SOMETERSE, HE AHÍ EL DILEMA (I)
Juan G. Bedoya
El País, 5 de enero de 2011
La Teología, con mayúscula, la disciplina académica que presumía antaño de ser la emperatriz de las ciencias, aparece hoy encerrada en una capilla de catequistas repitiendo lo que el Vaticano decide en cada momento. Es solo una apariencia. Grandes pensadores cristianos producen su obra cobijados en centros universitarios laicos, o publican en editoriales libres de control eclesiástico. Un ejemplo es el teólogo suizo Hans Küng, perito del Concilio Vaticano II junto a Joseph Ratzinger (hoy papa Benedicto XVI). Execrado sin contemplaciones por Roma, que le retiró incluso la
categoría de "teólogo católico", Küng sigue siendo una referencia mundial. El próximo mes de enero será investido doctor honoris causa por la Universidad a Distancia (UNED), a propuesta de su Facultad de Filosofía.
En España funcionan ya una docena de centros superiores donde la Teología o las ciencias de las religiones no tienen tufillo eclesiástico alguno. Son cátedras creadas sin interferencia religiosa y dirigidas por profesores de plantilla de las propias Universidades. Entre otras, cuentan con centros de ese tipo las Universidades Complutense y Carlos III (Comunidad de Madrid), la Pablo de Olavide (Sevilla), la Pompeu Fabra de Barcelona, la Universidad de Valencia y la cátedra de Filosofía de la Religión e Historia de las Religiones en la propia UNED.
La pérdida del tradicional monopolio teológico de la jerarquía católica ha sido pacífica. Nadie discute ya la competencia del Estado para crear facultades de Teología, y mucho menos la existencia de Universidades católicas con igual fin. No siempre fue así. La sabiduría popular, la más afectada por las feroces guerras de religión que asolaron Europa durante siglos, acuñó la expresión "¡Y se armó la de Dios es Cristo!", para escenificar las consecuencias de las disputas teológicas sobre si Jesús de Nazaret era hijo de Dios, y no un simple mesías.
Viejos recuerdos de la Inquisición, entre otros. Ahora, la Iglesia de Roma tiene un núcleo irrenunciable de doctrina y lo guarda con siete llaves, sin discusión, pero sin violencia. Hacia fuera, sin embargo, florecen teólogos que escapan de la caverna, liberados de amenazas de tortura u hoguera. Son pocos, pero suelen tener el favor del público. Es la atracción de la disidencia.
Entre los que en España han pagado por la osadía de ser libres destacan en los últimos años José María Díez-Alegría, José María Castillo, Benjamín Forcano, José Antonio Pagola, Juan Masiá y Juan Antonio Estrada, apartados de la docencia mediante sinuosos procesos. El último caso es el del teólogo franciscano José Arregi, obligado a abandonar la congregación de Francisco de Asís para evitar males mayores a sus superiores.
Humiliter se subiecti. Se ha sometido humildemente. Ésta era la fórmula de sometimiento de los censurados por Roma. Persiste. El Vaticano II suprimió en 1965 el Santo Oficio de la Inquisición, pero ha resurgido con fuerza, ahora con el nombre
de Congregación para la Doctrina de la Fe. También hay un latinajo para enunciar la nueva intransigencia. Roma locuta, causa finita. Una vez que Roma se ha pronunciado, el asunto queda zanjado. Es difícil encontrar otra institución que trate de modo tan desdeñoso a quienes defienden otros puntos de vista en sus filas.
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JESÚS Y LOS DERECHOS DE LAS MUJERES (I)
Cristina Conti
Lupa Protestante, 12 de diciembre de 2010
Cuando se enunciaron los Derechos Humanos poco antes de la revolución francesa, esos derechos se referían exclusivamente a los varones de la especie humana. La otra mitad de la humanidad no fue tenida en cuenta. Es más, recién se consideraron seriamente los derechos de las mujeres gracias a los reclamos del primer movimiento feminista, el de las sufragistas de fines del siglo XIX. Muchas de ellas habían militado en los movimientos contra la esclavitud. Mientras luchaban por la libertad de los esclavos, estas mujeres fueron tomando conciencia de que a ellas también la sociedad patriarcal las mantenía en una especie de esclavitud, y así comenzaron a luchar por sus propios derechos. Se las llamó sufragistas porque lo primero que reclamaron fue el derecho al voto, pensando ingenuamente que, una vez que las mujeres pudieran votar, sus derechos humanos empezarían a ser reconocidos.
Si bien, algunos años después, las mujeres obtuvieron unos pocos derechos, esto no ocurrió más que en ciertos países occidentales. El ejemplo más notable en Latinoamérica es el de Uruguay, donde se legisló ampliamente en favor de las mujeres en las reformas del presidente José Batlle y Ordóñez en 1917. Sin embargo, no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XX, con el surgimiento de lo que se conoce como el segundo feminismo, que los derechos de las mujeres llegaron a consolidarse en la mayoría de los países de occidente –al menos en la letra de la ley.
En las iglesias cristianas, lamentablemente, la situación de las mujeres ha progresado mucho menos que en la sociedad circundante. Las iglesias siempre resultan ser algo así como el vagón de cola del tren de la historia. Sólo se deciden a hacer cambios mucho después de que la sociedad secular los ha efectuado. Con honrosas excepciones, la mayoría de las iglesias ha perdido su don profético. Los seguidores de Cristo debían ser sal y luz para el resto del mundo, sin embargo terminan siendo una fuerza retrógrada, que resiste gran parte de los progresos que hace la sociedad.
El problema es que las iglesias suelen medir los cambios sociales con el parámetro de sus dogmas y tradiciones, como si éstas fueran revelaciones dadas por Dios. Pero los dogmas y tradiciones son elaboraciones humanas, no revelación divina. La revelación de Dios se da en los acontecimientos, y el acontecimiento cumbre de la revelación es Dios mismo encarnado en Jesús de Nazaret. Jesús nos muestra cómo es Dios y cuál es su voluntad. Ninguna tradición, ni dogma –y tampoco ninguna Escritura interpretada a través de las tradiciones– puede estar por encima de lo que Jesús hizo y dijo.
Jesús promovió a todas las personas débiles y despreciadas por la sociedad de su tiempo: los pobres, los enfermos, los marginados, los publicanos y las rameras,
los huérfanos y las viudas, los niños y las mujeres. A todos ellos los impulsó a que alcanzaran su plena humanidad. Ésa es la voluntad de Dios, que todos los seres humanos puedan ser plenamente humanos. . . y también plenamente hermanos.
En ninguna parte de los Evangelios vamos a encontrar a Jesús tratando a las mujeres como si fueran inferiores en algún aspecto. Tampoco les pidió jamás que se sujetaran a los varones, ni siquiera a sus propios esposos. Jesús siempre trató a las mujeres como a verdaderos seres humanos. Desafió todas las convenciones de su tiempo al tener mujeres discípulas, que además lo mantenían económicamente (Lc 8:1-3; 24:6-8); al hablar públicamente de teología con mujeres (Mt 15:21-28 par; Jn 4:7-42; 11:20-27); al tocar y sanar a una mujer considerada impura por su flujo de sangre (Mc 5:24-34 par); al dejarse tocar por una pecadora notoria, compararla favorablemente con un fariseo y luego perdonarla (Lc 7:36-50); al sanar a una mujer encorvada y llamarla "hija de Abraham" , un título reservado a los varones (Lc 13:10-17); al permitir que María de Betania aprendiera teología a sus pies como una discípula más, en lugar de estar en la cocina como les correspondía a las mujeres (Lc 10:38-42). Jesús era un hombre liberado y liberador.
La Pascua conmemora el acontecimiento más importante de la historia de la salvación, la resurrección de Jesús. Y, a pesar de que las mujeres no podían ser testigos según las costumbres judías, las primeras testigos de ese acontecimiento fueron mujeres. Jesús las eligió porque ellas siempre estuvieron a su lado, sirviéndolo durante su ministerio, solidarizándose con su sufrimiento cerca de la cruz, fijándose dónde lo sepultaban, volviendo al sepulcro para cumplir fielmente con el ritual de embalsamar el cuerpo. Las discípulas mujeres nunca abandonaron a su maestro, ni lo negaron, ni se escondieron cobardemente, como los discípulos varones. Ellas amaban a Jesús y estaban dispuestas a arriesgar la vida por él. Es que Jesús les había mostrado que Dios no hace diferencias de valor entre varones y mujeres, les había dado la dignidad que la sociedad les negaba, las había hecho plenamente humanas.
Pero eso no es todo. Es bien sabida la importancia de "lo primero" en la cultura judía: los primogénitos y las primicias como apartados para Dios, el hecho de que Cristo fuera el primero en todo (Col 1:15-20). Eso también aplica a los primeros testigos. Ser la primera persona en ver a Jesús resucitado implicaba ser la persona elegida para ser la cabeza de la iglesia naciente. Y Jesús eligió a las mujeres. Claro que eso iba tan en contra de las costumbres de la época, que la iglesia hizo todo lo que pudo para acabar con el liderazgo de las mujeres. Para fines del siglo III, ya habían logrado reducir a las mujeres nuevamente a la sujeción.

Avisos

CONVOCATORIA A REUNIÓN CONGREGACIONAL
México, D. F., a 7 de diciembre de 2010
En el nombre glorioso de Nuestro Señor Jesucristo, Jefe y Cabeza de la Iglesia, y con fundamento en los artículos 160 al 170 de la Constitución de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, se CONVOCA a los miembros en plena comunión de la Iglesia Ammi-Shadday a la Reunión Congregacional a celebrarse D.M. el 16 de enero de 2011 a las 13.30 hrs. para la elección y llamamiento pastorales.
Por acuerdo del Consistorio.
"Por la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo".
Pbro. Caleb Díaz, Pastor oficiante
A.I. Rubén Núñez, Secretario
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El próximo domingo, a las 17.30 horas, tendremos la segunda reunión de planeación por ministerios. Corresponde a Acción Social, Comunión Fraternal y Evangelización y Miisiones.
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Culto de oración y estudio
Martes 18 de enero, 19 hrs.
TERCER DISCURSO DE ELIFAZ (Job 22)
Modera: Hno. David Ábrego
JOB 22.1-10, Dios HablCursivaa Hoy
¿Crees tú que el hombre, por muy sabio que sea,
puede serle a Dios de alguna utilidad?
¿Qué interés o beneficio obtiene el Todopoderoso
de que tú seas recto e intachable?

Si él te corrige y te llama a juicio,
no es porque tú le sirvas con fidelidad,
sino porque tu maldad es mucha
y tus pecados no tienen límite.
Tú, sin necesitarlo, exigías prenda a tus hermanos;
les quitabas su ropa y los dejabas desnudos.
A quien tenía sed, no le dabas agua;
a quien tenía hambre, no le dabas de comer.
¡Como eras poderoso y respetable,
te creías el dueño de la tierra!
Dejabas ir a las viudas con las manos vacías,
y maltratabas a los huérfanos.
Por eso ahora el peligro te rodea y te sientes de pronto lleno de terror.

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
18 - Reunión extraordinaria de Consistorio, 20.30 hrs.
22 - Taller de liturgia, 11-13.30 hrs.
23 - Reinscripciones a la Escuela Dominical
29 - Curso para matrimonios, 1a. reunión
30 - Reinicio de cursos de Escuela Dominical

Dios camina al lado de su pueblo, Pbro. Caleb Díaz López

16 de enero de 2011

Éxodo 13.18b-22, Dios Habla Hoy


Los israelitas salieron de Egipto formados como un ejército. Moisés se llevó consigo los restos de José, pues José había hecho que los hijos de Israel le prometieran hacerlo así. Les había dicho: "En verdad, Dios vendrá a ayudarlos; y cuando eso suceda, ustedes deben llevarse mis restos de aquí".
Los israelitas salieron de Sucot y acamparon en Etam, donde comienza el desierto. De día, el Señor los acompañaba en una columna de nube, para señalarles el camino; y de noche, en una columna de fuego, para alumbrarlos. Así pudieron viajar día y noche. La columna de nube siempre iba delante de ellos durante el día, y la columna de fuego durante la noche.

Bautismo de Natasha Castañeda Domínguez, 9 de enero de 2011

sábado, 8 de enero de 2011

Letra 203, 9 de enero de 2010


JUNIA, LA APÓSTOL TRANSEXUADA (II)
Cristina Conti
Lupa Protestante, 15 de noviembre de 2010

Cuando estudiaba en el seminario, tuve el privilegio de tomar un curso con Bruce Metzger como profesor invitado. El Dr. Metzger es miembro del comité editor del Nuevo Testamento Griego. Recuerdo que un día le pregunté sobre el tema de Junia y él me dijo que efectivamente se trataba de una mujer y que su nombre era Junia, porque el nombre masculino Junias simplemente no existe. ¿Por qué, entonces, se ha traducido ese nombre como si fuera un nombre masculino? Y lo que es tal vez peor, ¿por qué el Nuevo Testamento Griego, incluso en su última edición (NTG27) sigue apegado a la forma masculina Iouniân, el acusativo del masculino Junias (un nombre que no existe)? Lo que motiva el problema es que en griego los nombres propios se declinan como si fueran sustantivos.
En el texto griego del Nuevo Testamento, Andrónico y Junia llevan las desinencias del acusativo, como objetos directos del verbo aspázomai (saludar). De modo que el nombre aparece como Iounian y la única diferencia estaría dada por el acento escrito que se le coloque. Digo “que se le coloque” intencionalmente, puesto que si bien algunos manuscritos tardíos tienen acentos escritos, la mayoría de los manuscritos más antiguos y más confiables no los tienen.
En los manuscritos unciales (que carecían de acentos escritos), el nombre IOYNIAN podría ser tanto la forma acusativa del femenino IOYNIA como del masculino IOYNIAS. Sin embargo, los primeros manuscritos con acentuación, B2 (s. VI o VII), D2 (s. IX), y el famoso minúsculo 33 (s. IX) traen Iounían, que es inconfundiblemente el acusativo del nombre femenino Iounía, es decir Junia.
En la mayor parte de la tradición latina, el nombre se cambió por Ioulía (Julia), que, por supuesto, es también un nombre femenino. Lo mismo ocurre en uno de los testigos más antiguos, el P46 (c. 200), que también trae Ioulía. Otro importante testimonio textual en favor de un nombre femenino es la versión copta sahídica (s. VI-VII), que trae sencillamente IOYNIA, ya que en dicho idioma los nombres propios no se declinan. Ante tantas pruebas, resulta inexplicable que los editores del NTG27 sigan usando el masculino Iouniân a pesar de todas las evidencias en contra. Y que además avalen su lectura apelando a manuscritos unciales que carecen de acentos escritos, mientras colocan obstinadamente un acento circunflejo en la última vocal, convirtiendo así al nombre en masculino.
Hay que tener en cuenta que la edición número 13 de Nestle (1927) fue la primera que cambió abruptamente, y sin explicaciones, la sílaba acentuada del nombre para convertirlo en el masculino Junias. Antes de esa fecha, para Nestle, el nombre era femenino. Las ediciones subsiguientes a la de 1927 –y las ediciones de Nestle-Aland desde 1956– se han limitado, también sin dar explicaciones, a seguir esa tendencia. Comprendo que muchos miembros del comité editor deben sentir que los dogmas de su iglesia se desmoronan sobre sus cabezas, pero creo que es hora de llamar a las cosas (y a la apóstol Junia) por su nombre. Aunque, según Peter Lampe, ya en algunos manuscritos minúsculos del siglo IX, el nombre aparecía en la forma masculina Iouniân, se cree que el primer comentarista que consideró que el nombre era masculino fue Egidio de Roma (1245-1316).
Como protestante, debo reconocer con vergüenza que Lutero, en su traducción de la Biblia al alemán, fue quien popularizó dentro del protestantismo el nombre masculino Junias. Ocurre que, para su traducción de Romanos, él se basó en gran parte en el comentario de Stapulensis sobre Romanos (1512), que traía Junias, en lugar de Junia. Leyendo esa obra fue que Lutero llegó a su conclusión de la justificación sólo por fe. Sin embargo, aparte de que Lutero estuviera comprensiblemente apegado a tal comentario, sospecho que su bien conocida misoginia tuvo mucho que ver en su elección de un nombre masculino para la persona que acompañaba a Andrónico. La sospecha se acrecienta al tener en cuenta que el texto griego que Lutero usó para su traducción, el de Erasmo –la mejor compilación del Nuevo Testamento griego de aquella época– acentuaba el nombre en su forma femenina. Y la sospecha se convierte en certeza al ver que Lutero no vaciló en hacer agregados a este versículo, describiendo a Andrónico como “el varonil”, a Junias como de la familia Junia, para terminar diciendo que ambos eran “hombres” notables entre los apóstoles. El texto griego, en cambio, no trae descripciones, ni dice que eran hombres.
A pesar de algunas opiniones contrarias, los testimonios textuales a favor de un nombre femenino son abrumadores. La opción de basarse exclusivamente en los manuscritos unciales, y acentuar la palabra donde se les ocurra, no se justifica en vista de que un texto oscuro siempre debe ser aclarado con otros manuscritos confiables, y en este caso tenemos nada menos que el B2 y el 33 (la familia de manuscritos D no es muy confiable). El hecho de no tomarse el trabajo de buscar la aclaración de un término ambivalente como IOYNIAN, ya está mostrando la inclinación de ciertos traductores (y también de ciertos editores del NTG), cuya postura ideológica no les permite creer que una mujer haya sido apóstol.
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LA SANTA MUERTE, VIRGEN DE NARCOS Y POLÍTICOS
Radio Nederland, 7 de enero de 2011
El culto a la Santa Muerte ha ido creciendo en México. No solo pasó de las clases marginales a las élites, sino que cruzó fronteras hacia Centroamérica, Estados Unidos y Canadá. El periodista José Gil, hizo un gran reportaje sobre esta nueva manifestación religiosa en México, que bajo el título La Santa Muerte, la virgen de los olvidados, acaba de ser publicado como libro.
¿Cómo fue que la muerte se convirtió en la virgen de los olvidados?
Durante siglos en México la imagen de la muerte fue marginada, perseguida y satanizada. Ya desde 1797 sus seguidores le piden lo mismo que hoy día: protección. Se le pide lo que el Estado y el gobierno deberían otorgar, como justicia y empleo. Muchas de las inconformidades sociales se han canalizado a través de esta fe. En 1995, el año de la mayor crisis de la historia moderna de México, llamada El efecto tequila, que no emborrachó a los mexicanos sino que los derribó- la gente perdió los ahorros de toda su vida, su casa, su coche, su negocio. Fue precisamente ese año cuando creció el número de adeptos a la Santa Muerte. Fue la desesperación, la búsqueda, lo que la catapultó y dejó de ser de ser un culto exclusivamente de pobres y abrazó a la clase media.
¿La virgen de Guadalupe ha perdido terreno frente a la “Niña Blanca”?
Se complementan. Todos los adeptos a la Santa Muerte son católicos y guadalupanos pero buscan en la “Niña Blanca” lo que ya no encuentran en la Iglesia Católica: la confianza en su institución. Hay una gran crisis económica, política, institucional, de familia y la crisis ha dejado un hueco que han llenado los cultos populares como el de la Santa Muerte.
¿Cómo es que la virgen de los olvidados se coló en las élites?
A las cúpulas les gusta mucho el esoterismo y esa es una gran debilidad. Por ejemplo, el Secretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, la lideresa del sindicato de maestros Elba Esther Gordillo, el ex gobernador de Oaxaca Ulises Ruiz, se han acercado a la Santa Muerte para pedirles mantenerse en el poder. Las súplicas de los políticos son muy distintas a las de los pobres”, concluye nuestro entrevistado.
La Santa Muerte: ¿un culto de maleantes?
Los policías, los narcotraficantes, los soldados tienen en común las súplicas a la Santa Muerte de protección. Se trata de “oficios” en los que no se sabe si uno regresará con vida. El 4 de enero los diarios de circulación nacional dieron la noticia de la captura de David Romo, líder del Santuario Nacional del Ángel de la Santa Muerte, junto con nueve personas acusadas de secuestro. David Romo se autoproclamó “arzobispo primado de la Iglesia Católica Apostólica Tradicional México-Estados Unidos”. Romo tuvo muchas confrontaciones con Jonathan Legaria Vargas, alias comandante Pantera, quien era líder de otro templo dedicado a la Santa Muerte y fue quien erigió una estatua de 22 metros de alto de la Niña Blanca, en el noreste de la Ciudad de México.
En el 2008, el comandante Pantera fue asesinado y hubo diversas versiones periodísticas que vinculaban a David Romo con la muerte de su rival. Ambos personajes se disputaban el derecho a monopolizar el culto a la Niña Blanca. David Romo es acusado de secuestro, fraude, robo de varios delitos más. Exorcismos contra la criminalidad y la Santa Muerte La Iglesia Católica no quiere saber nada del culto a la Santa Muerte. Es milenaria la intolerancia del catolicismo hacia otras religiones o hacia variantes del cristianismo, como sucedió con el protestantismo luterano que sumergió a Europa en una de sus peores guerras y también una de las más largas. Todo lo que no era católico era herético y hasta satánico.
En pleno siglo XXI, la Arquidiócesis de México pretende capacitar más sacerdotes exorcistas que luchen contra "prácticas satánicas" que provocan la violencia. El sacerdote Pedro Mendoza Pantoja, coordinador de los exorcistas en la Ciudad de México, apunta sus baterías en contra la ola de delitos en México provocados por “ la influencia del diablo”. Un devoto de la Niña Blanca entrevistado por quien escribe estas líneas opinó: “La Iglesia Católica está preocupada por perder tantos fieles y habla de la Santa Muerte como un rito satánico para desprestigiarnos. En realidad lo que les duele es la pérdida de limosnas. Si la gente se les aleja es por la cantidad de curas pederastas que hay y por todos los robos y estafas que han cometido obispos y arzobispos como Onésimo Zepeda, que ya tiene juicios en su contra por quitarle a una viejita 130 millones de pesos. Los exorcistas deben empezar por la misma Iglesia Católica”. (www.rnw.nl/espanol)
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QUIEREN EXPULSAR A EVANGÉLICOS EN POBLADO DE QR
Radio Quintana Roo, 5 de enero
Un lapso de tres días, fue el tiempo que le dieron a la familia evangélica para que abandone la comunidad de Trapich, o de lo contrario, los habitantes de esta localidad estarán tomando justicia por su propia mano, por haber destruido lo que consideran una “aparición divina” en un árbol de cedro. De acuerdo con información dada a conocer por el subdelegado de la comunidad de Trapich, donde la mayoría de los habitantes se encuentran indignados por la acción de una familia evangélica, Faustino Poot Huchim, hizo mención que ante la molestia de los habitantes de este poblado, por la acción tomada por esta familia, es necesario que abandonen la comunidad o de lo contrario la gente podría tomar otras acciones en su contra.
Siguió diciendo que “es necesario que las autoridades resuelvan este conflicto, o la gente va a tomar justicia por propia mano, ya que lo que hicieron, para la gente fue muy grave, y para que se puedan calmar o tranquilizar los vecinos de la comunidad, deben de recibir un castigo ejemplar”. Agrega que “antes de todo esto esta familia fue creyente en la religión católica, y hace unos años, de la noche a la mañana esta familia se convirtió en evangelista, y con sus acciones están afectando nuestra religión”, asimismo indicó que no sólo es un grupo de personas que están en su contra sino que es casi todo el pueblo, integrado por aproximadamente 400 personas. […]

Avisos

CONVOCATORIA A REUNIÓN CONGREGACIONAL
México, D. F., a 7 de diciembre de 2010
En el nombre glorioso de Nuestro Señor Jesucristo, Jefe y Cabeza de la Iglesia, y con fundamento en los artículos 160 al 170 de la Constitución de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, se CONVOCA a los miembros en plena comunión de la Iglesia Ammi-Shadday a la Reunión Congregacional a celebrarse D.M. el 16 de enero de 2011 a las 13.30 hrs. para la elección y llamamiento pastorales.
Por acuerdo del Consistorio.
“Por la Palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo”.
Pbro. Caleb Díaz, Pastor oficiante
A.I. Rubén Núñez, Secretario
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Hoy, a las 17.30 hrs., tendremos una reunión de planeación por ministerios. Corresponde a: Crecimiento espiritual, Educación cristiana, y Liturgia y adoración
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 11 de enero, 19 hrs.
JOB RESPONDE A ZOFAR (Job 21)
Modera: A.I. Angelita Martínez
JOB 21.1-12, Dios Habla Hoy
El mejor consuelo que ustedes pueden darme
es escuchar mis palabras.
Tengan paciencia mientras hablo,
y después, ríanse si quieren.
Mi pleito no es con ningún hombre;
por eso estoy tan impaciente.
Si me ponen atención,
se quedarán mudos de miedo.
Si yo mismo pienso en ello, me espanto;
mi cuerpo se estremece.
¿Por qué siguen con vida los malvados,
y llegan a viejos, llenos de poder?
Ven crecer a sus hijos y a sus nietos,
que a su lado gozan de seguridad.
Nada amenaza la paz de sus hogares;
Dios no los castiga.
Su ganado es siempre fecundo;
las crías nunca se malogran.
Sus hijos corretean y juegan como corderitos,
y alegres bailan y saltan al son del arpa,
los tambores y las flautas.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
15 – Debate sobre la ordenación de las mujeres: Iglesia "San Pablo", Zaragoza 55, Col. Pilares, Toluca, Méx., 10 hrs.
16 - Reunión congregacional
18 - Reunión extraordinaria de Consistorio, 20.30 hrs.
22- – Taller de Liturgia, 10.00-13.00 hrs.
23 – Reinscripciones a la Escuela Dominical

Dios hace un pacto con las familias, Pbra. Eva Domínguez Sosa

9 de enero de 2011

Colosenses 2.11-13


Los judíos se circuncidan en señal de que son parte del pueblo de Dios. Pero a ustedes Dios los hizo parte de su pueblo uniéndolos a Cristo, y así les quitó el deseo de seguir pecando. Esa fue la circuncisión que Dios mismo les hizo. Cuando ustedes fueron bautizados, fueron sepultados con Cristo. Y resucitaron con él, porque confiaron en el poder de Dios. Antes, ustedes estaban muertos, pues eran pecadores y no formaban parte del pueblo de Dios. Pero ahora Dios les ha dado vida junto con Cristo, y les ha perdonado todos sus pecados.

Invitación para el sábado 8


sábado, 1 de enero de 2011

Conducta cristiana en una sociedad patriarcal


Colosenses 3.18-4.1
Biblia Isha, pp. 1399-1400

A fin de entender qué significa este texto para las mujeres hoy, primero hay que comprender qué significó para las cristianas y los cristianos que recibieron estos consejos dentro del mundo del primer siglo. El pasaje sigue el formato de unos escritos muy comunes en la antigüedad, llamados “códigos domésticos”, que hablaban de tres pares de relaciones: esposo-esposa, padre-hijos/as, amo/esclavos/as.
En la sociedad esclavista grecorromana, los gobernantes insistían en que los amos de las grandes casas controlaran estrictamente a sus subordinados, con el fin de evitar cualquier subversión. Entre los subordinados estaban tanto los esclavos y esclavas como los hijos (aun cuando fueran mayores de edad) y la esposa del amo.
La producción económica de estas casas patriarcales era muy importante y sus dueños detentaban gran poder político. Debían demostrar su rango y autoridad como esposos, padres y amos. Para cada una de estas relaciones, los escritores paganos justificaban su superioridad con varios argumentos. En cuanto a la relación entre el jefe de la casa y su esposa, se decía que las mujeres eran por naturaleza inferiores a los hombres y por eso tenían que ser gobernadas por ellos. Por esta y otras razones los “códigos domésticos” no dirigían palabra alguna a las mujeres ni a los otros subordinados.
¿Qué pensaban los primeros cristianos y cristianas de esta situación? La mayoría de ellos formaban parte de las clases subordinadas y pobres. Las iglesias eran pequeñas y no tenían influencia en la gran sociedad, aun cuando había unos pocos varones cristianos que pertenecían a la clase superior y cierto número de mujeres de este estrato social.
Este pasaje de Colosenses (también Ef 5.1-6.9) sigue el formato de las tres relaciones: esposo-esposa, padre-hijos/as, amo-esclavos/as. Sin embargo, en varios aspectos importantes este documento cristiano alteró el contenido tradicional. Por ejemplo, aquí el autor no se dirigió solamente ni en primer lugar al esposo-padre-amo. Habló primero a las personas que la sociedad patriarcal definía como subordinadas, como personas de menos valor: esposa, hijos, esclavos y esclavas. Frente a aquella jerarquía social opresiva este texto cristiano los tomó en cuenta como personas dignas, capaces de decidir sus conductas.
En el v. 18 el autor aconsejó a las mujeres que acataran la norma vigente, sujetándose a sus esposos. Como cristianas, debían llevar una conducta ejemplar y cumplir con lo que la sociedad esperaba de ellas. De manera parecida, exhortó a los hijos e hijas a obedecer a los padres (v. 20). Con esta actitud agradaban al Señor y al mismo tiempo se adaptaban a las expectativas de una sociedad que exigía sujeción a la figura patriarcal. Los esclavos y esclavas (vv. 22-25) vivían totalmente dependientes de su dueño, pero los que habían abrazado la fe en Jesucristo ya pertenecían a otro Señor y esto relativizaba el trabajo forzado para el dueño terrenal. Encontraron en Cristo una liberación existencial que les permitía no simplemente obedecer órdenes sino, en un nivel más profundo, mantener intactas su propia integridad y autoestima.
En vez de recalcar y reforzar la autoridad del esposo-padre-amo, este código cristiano le exigió modificar radicalmente su actitud y conducta hacia las personas que, según los preceptos sociales, estaban sujetos a él.
En tanto, el esposo debía aprender a amar a su esposa (v. 19) en una cultura en la que los matrimonios estaban arreglados por los padres. En Ef 5.25-27 el apóstol explica que este amor tenía que impulsar al varón a entregarse para promover la vida de la esposa, como lo hizo Cristo al dar su vida por la iglesia. Col 3.19 incluyó además una amonestación contra una actitud opuesta al amor: un espíritu de amargura y enojo que impulsara al esposo a maltratar a su esposa con palabras humillantes o acciones violentas.
Al dirigirse a los padres (v. 21), la enseñanza cristiana desafió otro precepto cultural: debían preocuparse no tanto por dominar a los hijos e hijas como por animarlos.
En aquélla época era inconcebible la abolición de la esclavitud, sin embargo, este código cristiano socavaba la ideología esclavista al rechazar el poder absoluto del dueño sobre sus esclavos, diciéndole al amo cristiano que él mismo era esclavo del Señor (4.1), por lo que estaba obligado a dar a sus esclavos y esclavas un trato bueno y justo. Pero, qué sentido tiene hoy ser justo dentro de un sistema esclavista, que es totalmente injusto?
El caso de amos y esclavos da una pista para interpretar todo este texto. Durante mucho tiempo, ciertos sectores cristianos pensaron que este pasaje revelaba que, ante Dios, la esclavitud estaba aceptada si los amos trataban bien a sus esclavos. Hoy se ssabe que estaban equivocados. Si así es el asunto con esclavos y amos, ¿qué del caso de esposas y esposos? A pesar de los nuevos valores exigidos a los varones ―amor sacrificial y buen trato―, permaneció intacta la subordinación de la mujer y el dominio del marido.
El primer paso para interpretar el texto es reconocer que estas instrucciones están pensadas para el mundo del primer siglo. El evangelio de libertad y justicia tiene poder para transformar toda la sociedad, pero en aquella época esta capacidad se realizó sólo en parte. La comunidad cristiana era pequeña y sin poder; para sobrevivir, debía adaptar su conducta a las normas imperantes, al tiempo que enseñaba a los cristianos varones a asumir nuevas actitudes y conductas, potencialmente revolucionarias. Estos nuevos valores estaban destinados a socavar el modelo de dominio/subordinación en toda la sociedad.
El segundo paso en la interpretación es reconocer que ha cambiado mucho el mundo en que vive la iglesia. Por ejemplo, ya no se tolera la esclavitud y nadie puede tomar este texto para defenderla ni para imponer sobre las parejas de hoy el antiguo modelo de dominio/sujeción.
El tercer paso es reconocer que la población cristiana ya no es una minoría impotente sino una fuerza que influye en la sociedad. Esta realidad debe impulsar a recuperar la intención agitadora de este texto. Las instrucciones que aquí se impartieron a los varones dominantes también socavan la ideología jerárquica actual y mueven a cuestionar la cultura patriarcal de la sociedad contemporánea.Este texto impulsa a hombres y mujeres a avanzar hacia el amor mutuo y la justicia en el seno de todos los matrimonios y hogares.

Letra 202, 2 de enero de 2010


AL UMBRAL DEL 2011
Carmelo Álvarez
ALC Noticias, 29 de diciembre de 2011

Una vez más llegamos a ese momento crucial en que dejamos atrás un viejo año y nos aprestamos a recibir el nuevo. Es un rito de pasaje que cada año nos rodea de sensaciones muy diversas. La mayoría de las personas desean olvidar momentos dolorosos que llevaron a la separación física de seres queridos o rupturas de todo tipo desde divorcios hasta distanciamientos de amistades y familiares, por las razones que fueren.

Sin embargo, siempre tenemos este optimismo que nos llama a mirar hacia el futuro con esperanza. Somos seres humanos tercamente afirmados y afirmadas con posibilidades de reclamar lo mejor de nuestra humanidad y los más altos ideales que implica enmendarnos y proponernos ser mejores. Yo afirmo esa dimensión pues soy por naturaleza optimista. Pero debo advertir que más allá de nuestras buenas intenciones hay que discernir y decidir como humanidad los rumbos que tenemos que escoger. Nuestras aspiraciones, sueños y deseos son necesarios. Pero la fuerza ética que nos plantea retos ineludibles, incluso para la preservación de la creación y por ende de la especie humana, está en juego. A pesar de nuestras buenas intenciones seguimos atrapados en conductas que nos pueden llevar a nuestro propio precipicio y destrucción. ¡Los tiempos que enfrentamos son de una gran complejidad!

Casi todos los desafíos que tenemos por delante son producto de nuestro atropello contra la naturaleza y su equilibrio. Los últimos 500 años hemos experimentado los más grandes logros tecnológicos, científicos y de desarrollo industrial y económico, como nunca antes en la historia de la humanidad. De igual forma han sido los siglos en que la destrucción de nuestro hábitat natural ha ido erosionando nuestra propia existencia y subsistencia. Desde la contaminación del agua hasta la explotación indiscriminada de los recursos naturales, la mayoría de ellos no renovables, el cerco de nuestra autodestrucción se hace cada día más evidente.

Entonces, ¿qué hemos de hacer? Creo que podríamos comenzar con una actitud de humildad y conversión. Nuestra fe, tanto en su dimensión moral como espiritual, debería señalarnos rutas para enmendarnos, cambiar, corregir y llamarnos a cuentas como seres humanos racionales y sensibles. Aquella afirmación bíblica en Lucas 18.8, puede ser una admonición y una promesa: “Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”.

Pienso que tanto para las personas creyentes en una fe religiosa como para hombres y mujeres de buena voluntad que tienen fe y se piensan agentes morales que miran con perplejidad, pero también con una gran dosis de compromiso en la necesidad de que los seres humanos nos unamos en una gran gesta de reconciliación y paz, el llamado es ineludible. Hace falta un verdadero humanismo ecuménico hacia este siglo 21 que nos sigue desafiando y acompañando.

El cinismo no es el camino, la urgencia en actuar responsablemente es nuestra fuerza. Todos y todas somos agentes de transformación. Frente a las guerras, los conflictos de todo tipo que generan más y más violencia y las ideologías paralizantes y enajenantes, hay que seguir soñando y luchando por un mundo mejor. Nuestra utopía es ese lugar distinto y posible que nos aguarda, pero que hemos de construir con imaginación y tenacidad. Como decía el Mahatma Gandhi en la India: “Si la fuerza espiritual que existe en el mundo fuera más negativa que positiva, hace tiempo estaríamos destruidos”.

Afirmemos que hemos sido puestos aquí en este mundo de Dios con el propósito de propiciar una gran convivencia de toda la creación, en una gran parábola de ternura y amor que nos envuelva a todos y todas. Un poema de nuestro querido obispo Pedro Casaldáliga sugiere una ruta de paz:

Danos, Señor, aquella Paz extraña
que brota en plena lucha
como una flor de fuego;
que rompe en plena noche
como un canto escondido;
que llega en plena muerte
como el beso esperado.

Danos la Paz de los que andan siempre,
desnudos de ventajas,
vestidos por el viento
de una esperanza núbil.

Aquella Paz del pobre
que ya ha vencido el miedo.
Aquella paz del libre
que se aferra a la vida.

La Paz que se comparte
en igualdad fraterna
como el agua y la Hostia.

Pedro Casaldáliga, Al acecho del Reino, 233

Que esa paz inquieta nos encamine en este nuevo año 2011 hacia proyectos y luchas por la justicia y la paz, hacia un mundo nuevo. Estos son mis deseos y mi terco optimismo. ¡Feliz y desafiante 2011!
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JUNIA, LA APÓSTOL TRANSEXUADA (I)
Cristina Conti
Lupa Protestante, 15 de noviembre de 2010

El cambio de sexo parece ser algo que sólo se ha dado en las últimas décadas. Eso es cierto, por supuesto, en cuanto a la operación quirúrgica que posibilita un cambio del sexo físico, pero han ocurrido cambios de sexo operados por medio del leguaje, y que se han hecho siglos después de la muerte de la persona en cuestión. Tal es el caso de la apóstol Junia, cuyo nombre se encuentra entre los saludos finales de la epístola de Pablo a los cristianos de Roma.

La cuestión sobre el género sexual de Junia no es menor, puesto que, si se trataba de una mujer apóstol –el cargo más alto en la iglesia del primer siglo– eso constituiría un buen argumento a favor de la ordenación y el liderazgo de las mujeres en todas las iglesias de la actualidad.

Ya en la época de Pablo, los apóstoles no eran solamente aquellos doce apóstoles elegidos por Jesús al comienzo de su ministerio. Esos doce varones representaban al nuevo Israel, que tal como el antiguo Israel, debía asentarse sobre doce patriarcas. Por esa razón era necesario que fueran varones, porque se trataba de patriarcas, no de matriarcas. Y también, por el mismo motivo, era necesario que fueran judíos. Teniendo estas cosas en cuenta, podemos ver que no es válido el argumento de que las mujeres no pueden acceder al ministerio sacerdotal porque Jesús eligió a doce varones para que fueran sus apóstoles. En primer lugar, Jesús tenía necesariamente que elegir a doce varones judíos para que representaran a los patriarcas del nuevo Israel que él estaba creando. Si llevamos el argumento hasta sus últimas consecuencias, los únicos que podrían acceder al sacerdocio tendrían que ser no sólo varones, sino también judíos. Me pregunto cuántos judíos convertidos al cristianismo podrá haber entre los sacerdotes de la ICR o de las iglesias ortodoxas, o entre los pastores de las iglesias evangélicas conservadoras.

En segundo lugar, apóstoles y sacerdotes son cargos eclesiásticos totalmente diferentes. Los apóstoles de la iglesia primitiva, así como los patriarcas del antiguo Israel, no ejercían funciones sacerdotales, para eso estaban los presbíteros y los levitas, respectivamente. En tercer lugar, por definición un apóstol (del verbo griego apostéllō = enviar) es una persona enviada por Jesús o por la iglesia con una misión. En efecto, los 72 discípulos enviados por Jesús (Lc 10:1-20) eran técnicamente apóstoles, y nada indica que entre ellos no hubiera mujeres. En realidad es lo más probable que algunos de los 72 fueran mujeres, especialmente si tenemos en cuenta el texto de Lucas 8:1-3 sobre las mujeres discípulas que formaban parte del grupo de seguidores de Jesús. Y no olvidemos que, cuando Jesús envía a María Magdalena a testificar a sus hermanos sobre la resurrección, la está convirtiendo en un apóstol (Jn 20:17-18; Mt 28:10). Así lo reconoció Hipólito de Roma (s. III), cuando dijo que María Magdalena era una “apóstol a los apóstoles”. En cuarto lugar, en la iglesia de los primeros siglos, los apóstoles eran simplemente personas enviadas por sus iglesias con la misión de fundar nuevas iglesias. Es decir que los apóstoles de esa época serían lo que actualmente llamamos misioneros. Por tanto, que Jesús haya elegido doce apóstoles varones no sirve como argumento para negar la ordenación de las mujeres al sacerdocio. Además, veremos que había mujeres apóstoles reconocidas, al menos en la iglesia del primer siglo.

Al final de su carta a los romanos, el apóstol Pablo envía sus saludos a unos parientes suyos, Andrónico y Junia, agregando que son “ilustres entre los apóstoles” (Rom 16:7). Muchos traductores vierten el nombre de la persona que acompañaba a Andrónico como Junias, un nombre masculino. Sin embargo, el nombre Junias no existe en la onomástica griega, en cambio el nombre femenino Junia aparece frecuentemente en la literatura y en las inscripciones.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...