sábado, 25 de abril de 2015

Letra 415, 26 de abril de 2015

EXTRANJEROS
Karl Barth
Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, p. 100.


El Señor ama al forastero.
Deuteronomio 10.18

A

llí donde resuena y se escucha el mandamiento de Dios, los conceptos de patria y de pueblo evidencian ser susceptibles de ampliación. Quien vive en la obediencia puede, sin ser infiel, sentirse en su casa también en tierra extraña. Volverá a encontrar su patria, no sólo allá donde le va bien, sino en cualquier lugar en el que está llamado a hacer el bien. Y si su manera de ser le hiciera sentirse como extraño en medio de su propio pueblo y país, sólo le moverá el deseo de robustecer las fuerzas interiores del propio pueblo y país de manera que no sólo sea capaz de soportar mucha tierra extranjera —quizá también a muchos extranjeros que en él buscan una segunda patria—, sino también de apropiársela y hacerla fecunda tanto en su propia vida como exteriormente.

Por el contrario, lo que en un país no pueda resistir como lo objetivamente mejor en virtud de su fuerza interior, sino que se venga abajo ante la “extranjerización”, tampoco merecerá ser defendido contra ella con medios exteriores. Hay en cada país bastantes costumbres autóctonas para las que una radical influencia y revisión por parte de extranjeros, con su manera de ser, significaría una suprema ganancia. El propio pueblo no puede ni debe ser en su territorio un muro, sino tan sólo una puerta. Una puerta que en ningún caso se debe cerrar con cerrojo, y menos aún a cal y canto.
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EL FUNDAMENTALISMO EN MÉXICO: UN DEBATE IMPOSTERGABLE
Protestante Digital, 23 de abril de 2015


El doctor Pablo Pérez Morales y el pastor José Luis Velazco Medina.


Fragmento del prólogo a El fundamentalismo teológico e ideológico y sus implicaciones en la naturaleza y misión de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, de José Luis Velazco Medina, de inminente aparición

…el origen de la Escritura es a la vez divino y humano... la grafé es a un tiempo palabra de Dios y palabra de hombre... la exaltación desmedida de cualquiera de esos aspectos conduce a error.[1]
José M. Martínez

Sin proponérselo explícitamente, pero desde casi 20 años, el pastor y profesor José Luis Velazco Medina, de larga trayectoria, ha sido la “conciencia moral” de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México (inpm). En diversos foros, espacios y momentos, y con una paciencia inclaudicable, se ha dirigido a sus líderes durante todo ese tiempo para llamar su atención hacia lo que, con un tenaz espíritu profético, considera urgencias a las que dicha iglesia debe responder. Fieles a un estilo críptico y poco comedido, sus interlocutores han guardado silencio, una y otra vez. Pero él no descansa y, con la recopilación de textos que ahora presentamos, nuevamente se dirige a pastores, estudiantes de teología y miembros de la inpm para advertir sobre los riesgos de continuar, sin freno aparente, en los sinuosos rumbos de la mímesis ideológica y doctrinal que representa aceptar acríticamente los postulados del fundamentalismo de origen estadunidense vestidos de “sana doctrina” que se han impuesto como verdad absoluta en el seno de esta iglesia desde hace ya más de décadas Al presentar estas posturas como única alternativa teológica, esgrime Velazco en todo el volumen, se ha hecho a un lado la genuina comprensión de una teología reformada, calvinista, bien situada en el espacio y en el tiempo. […]

En el preámbulo, Velazco expone muy bien los propósitos que lo movieron a hacer esta recopilación de textos presentados en varios lugares, es decir, “una preocupación sincera por la inpm que ha sido mi iglesia desde que, siendo niño”, conoció el Evangelio de Jesucristo en Zitácuaro, Michoacán. Su conocimiento de primera mano de la vida de la iglesia en la que, luego de sus estudios teológicos y de una experiencia pastoral continua, llegó a ser secretario de la directiva de la Asamblea General y responsable de Educación Cristiana. La cita elegida para abrir este prólogo es un hallazgo suyo y resume muy bien su intención de advertir, con la historia y las pruebas documentales en la mano, los peligros del fundamentalismo bíblico apegado de una manera casi patológica a la letra de las Sagradas Escrituras y a la inerrancia, neologismo referido a que “la Biblia no puede equivocarse”, y que se repite como dogma incontestable en los espacios afines al fundamentalismo.

De poco han servido las advertencias bíblicas (algunas de las cuales se rescatan puntualmente aquí) para prevenirse del excesivo literalismo con que se interpreta la Biblia. Un tercio del libro (dividido en nueve partes) se ocupa de cuestiones tales como las nuevas metodologías de investigación bíblica, el poder de la Palabra de Dios más allá de un interpretación literal y la reacción en Estados Unidos a las nuevas técnicas de investigación bíblica a finales del siglo xix, todo ello dirigido a mostrar la utilidad de esas herramientas para contextualizar mejor el mensaje cristiano, con base en una sana comprensión de las orientaciones calvinianas y de la subsecuente tradición reformada, que no siempre se ha caracterizado por un perfil fundamentalista, con todo y que, como explica el autor, hubo autores que creyeron que lo promovieron desde el siglo xvii. A fin de cuentas, y cita a Juan Calvino para fundamentar su afirmación, “la autoridad de la Escritura no depende de la autoridad de la Iglesia” sino del “testimonio interno del Espíritu Santo” (Institución de la Religión Cristiana, I, vii, 2).[2] […]

El simple hecho de que no se distinga con claridad que esta corriente religiosa forma parte de un paquete ideológico ligado a la ultraderecha y que las orientaciones políticas derivadas de la cerrazón bíblica y doctrinal tienen consecuencias negativas en la vida de millones de personas debería ser, según el autor, razón suficiente para valorar seriamente la opción elegida e impuesta con ribetes autoritarios en ya un sinnúmero de momentos. […]

Hay que decir, en honor a la verdad, que el fundamentalismo cristiano no es un fenómeno social nuevo ni fuera de época, pues especialistas como el sociólogo protestante francés Jean-Paul Willaime o el politólogo portugués Boaventura de Sousa Santos, entre otros estudiosos, lo han analizado desde muchas perspectivas. Sus aportaciones son relevantes aquí, pues observan, en el caso del primero, que el protestantismo, desde sus inicios, ha contenido en germen las dos posturas: la proclive al fundamentalismo y la orientada hacia el “liberalismo”, debido sobre todo a la aplicación del principio del libre examen de las Sagradas Escrituras. Así lo explica: “Por su insistencia en la Biblia como única autoridad en materia de fe y de vida eclesial, el protestantismo es un fundamentalismo, mientras que por su insistencia en el libre examen y el rechazo de todo magisterio eclesiástico es un liberalismo”.[3] Esta tensión, agrega Willaime, “se traduce, en el plano psico-social, por la interferencia de dos tendencias: una que conduce sin cesar a estrechar el grupo alrededor de una verdad circunscrita y a reforzar el control social de los actores […] que se le puede calificar de ‘sectaria’, […] y la otra que tiende al contrario a relajar constantemente el paquete colectivo y reivindica la autonomía de la conciencia creyente”.[4] De modo que ambas tendencias o inclinaciones forman parte de la herencia protestante. […]

De Sousa Santos, por su parte, encuentra que el fundamentalismo protestante, sobre todo en Estados Unidos, pues pone como ejemplo a Jerry Falwell (también estudiado por Velazco) se caracteriza por una protesta activa contra la “traición” que la sociedad moderna ha practicado en relación con los “valores cristianos” y la búsqueda por restablecer “la hegemonía cultural del protestantismo evangélico [para] recristianizar la Constitución, la República y la sociedad civil norteamericana”.[5] La conexión de esta ideología con las “teologías de la prosperidad” también es muy clara, puesto que legitiman el capitalismo y las desigualdades que provoca, idea que se ha exportado a buena parte de las iglesias por todo el mundo. El movimiento de La Nueva Derecha estadunidense es otra expresión de varias formas de intolerancia y exclusión que ha hecho causa común con el fundamentalismo. Por lo tanto, no se trata meramente de escandalizarse y señalar con el dedo flamígero a los “anti-modernos” y “retrógradas” fun mentalistas sino más bien de deconstruir sus afirmaciones y prácticas para demostrar la manera en que se falsea el Evangelio cristiano y se desactivan sus aspectos liberadores e incluyentes. Mucho de eso realiza Velazco en este libro. […] Sus palabras son duras y pertinentes:

Nuestra guía es la Biblia, decimos. Pero, desgraciadamente, ¡se proclama más su pretendida inerrancia que su mensaje! ¿Cómo hacer una hermenéutica que dé sentido claro y definido al mensaje de Dios, que hable al corazón, tanto a la Iglesia como a una sociedad en crisis como en la que vivimos? ¿No deberíamos estar, conservadores y no conservadores, utilizando nuestro tiempo en reuniones de estudio bíblico-teológico, en lugar de inútiles controversias, junto con todas las iglesias, grandes y pequeñas, rurales, indígenas y urbanas en espíritu de oración, analizando y planteando cómo hacer para la construcción de una iglesia fiel, no sólo evangelizadora, sino profética y diaconal con un gran sentido práctico de servicio en lugar de inútiles controversias?

Notas
[1] J.M. Martínez, Hermenéutica bíblica. Terrassa, CLIE, 1984. p. 50.
[2] Véase: J. Calvino, Institución de la Religión Cristiana, www.iglesiareformada.com/Calvino_Institucion_1_7.html.
[3] J.-P. Willaime, La precarité protestante. Sociologie du protestantisme contemporain. Ginebra, Labor et Fides, 1992 (Histoire et sociéte, 25), p. 78.
[4] J.-P. Willaime, “Del protestantismo como objeto sociológico”, en Religiones y Sociedad, México, Subsecretaría de Asuntos Religiosos, Secretaría de Gobernación, núm. 3, mayo-agosto de 1998, p. 126. Traducción: Roberto Blancarte.
[5] B. de Sousa Santos, Si Dios fuese un activista de los derechos humanos. Trad. de C. Martín Ramírez. Madrid, Trotta, 2014, p. 53. El autor cita a J. Casanova, Public Religions in the Modern World. Chicago, Universidad de Chicago, 1994, p. 159. (LC-O)
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EL CMI CONMEMORA LOS 100 AÑOS DEL GENOCIDIO ARMENIO

WCC commemorates Armenian genocide and affirms our common humanity

El Consejo Mundial de Iglesias recuerda hoy, 24 de abril, al millón y medio de personas armenias, mujeres, hombres y niños, a cien años de su muerte. Representantes del CMI se unieron a líderes políticos y espirituales en las conmemoraciones llevadas a cabo en Ereván. En la 10ª Asamblea reunida en Busán, Corea del Sur, se exhortó a recordar este centenario de manera apropiada.
Se llevó a cabo un Servicio Especial de Canonización de canonización de las víctimas dirigido por H.H. Karekin II, Supremo Patriarca de Todos los Armenios y Presidente del CMI para el Medio Oriente, y H.H. Aram I, Catholicos de la Santa Sede de Cilicia. Varios miembros del comité ejecutivo del CMI participaron en la procesión y también estuvo presente el secretario general del CMI, el rev. Dr. Olav Fykse Tveit.
La campana sonó 100 veces la noche de la ceremonia de canonización de las víctimas en el primer rito conducido por la Iglesia Apostólica armenia en 400 años. Muchas otras iglesias del mundo se unieron con sus campanas: las catedrales de Notre Dame, Estrasburg0, Moscú, Buenos Aires, St. Patrick’s y otras más.
El secretario general del CMI fue uno de los oradores invitados en la Conmemoración del 23 de abril.

Actividades

HOY SE LEVANTARÁ UNA ENCUESTA SOBRE EL HORARIO DE CULTO DOMINICAL. ¡PARTICIPEMOS!

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 28 de abril, 19 hrs.
Modera: Hna. Eunice Palomino L.

Llamamiento: Habacuc 3.1-13
Himno: “A Dios adorad” (76)
Oración de ofrecimiento
Himno: “Todos juntos reunidos” (408)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Oseas 11
Tema: “De Egipto llamé a mi hijo…”
Himno: “Dios os guarde en su santo amor” (448)
Ofertorio
Bendición pastoral

OSEAS 11
Jesús M. Asurmendi

El v. 1 es muy célebre. Y con razón. Se trata de una retrospectiva histórica en el marco de la primera parte de la unidad, la requisitoria. En este versículo, el profeta sitúa el encuentro entre Dios e Israel en Egipto. En Os 9.10 y 13.5, este primer encuentro, la elección, tiene lugar en el desierto. La tradición de la elección en Egipto se encuentra igualmente en Os 2.17 y 12.10. El profeta conoce las tradiciones patriarcales, aunque no hable muy bien de ellas (Os 12.3-6, 13).

En este texto, la elección se expresa por el verbo 'ahab (amar). Las tradiciones sobre la elección son muy variadas, pero puede decirse que es Oseas el que emplea por primera vez este verbo para expresar las relaciones entre Yhwh y su pueblo. El término tiene su origen en el mundo de las relaciones humanas y más particularmente en el de las relaciones entre el hombre y la mujer. Tiene una connotación muy clara de amor sensual y hasta erótico. Esto explica probablemente su utilización tardía para expresar las relaciones Dios-pueblo. Al utilizar este término, con unas consonancias francamente afectivas, el profeta introduce así una nueva manera de representar y de comprender las relaciones entre Yhwh y su pueblo.

Otro elemento importante de este primer versículo es sin duda el término ben (“hiio”). Hasta Oseas, había sido utilizado para designar la relación existente entre Yhwh y el rey (2 Sm 7.14; Sal 2,7), siendo esta representación muy corriente en la ideología real del antiguo oriente. Su aplicación a Israel considerado en su conjunto constituye una novedad, ya que la imagen de la filiación divina pasa del monarca a la colectividad. La representación de un pueblo como hijo de la divinidad es desconocida en el antiguo oriente.

Otros textos contemporáneos de Oseas y que pertenecen a las mismas corrientes teológicas emplean igualmente esta imagen (Ex 4, 22.23). Todos estos textos pertenecen al reino del norte. En efecto, hay que subrayar que la ampliación de la noción de filiación divina al pueblo caracteriza solamente al reino del norte, mientras que el reino del sur conserva la acepción primera del término ben y por tanto la aplica solamente al personaje real. […]
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

Mayo: “Levántate, resplandece…”: Vengamos al encuentro con Dios


3 – Santa Cena / Consistorio
10 – Celebración del Día de las Madres

Una iglesia con sentido de misión en un mundo conflictivo, Rubén J. Arjona Mejía

26 de abril de 2015.
1 Corintios 1:10-19

Olvídese por un momento que usted vive en la Ciudad de México, en el año 2015. Imagine, por unos instantes, que usted vive en Corinto, a mediados del primer siglo. Imagine que tiene que ver a un posible cliente con quien piensa hacer negocios… ¿Qué lugar sería el apropiado para este importante encuentro? Hoy pensaríamos que un lugar adecuado sería un buen restaurante, quizá un café o algo por el estilo. Pero en el primer siglo, en la Ciudad de Corinto, el lugar por excelencia para los negocios, para la política y otras actividades sociales era el baño romano. Los baños romanos eran parte central de la formación y el mantenimiento de la identidad social romana. Ahora bien, no nos sorprenderá que los principales clientes de los baños eran los hombres adultos, particularmente aquellos que gozaban de riquezas. Mientras estos varones gozaban del agua caliente y de un ambiente agradable que invitaba a la conversación y la amistad, los esclavos y los criminales permanecían en el área los hornos y sólo se les veía cuando había que limpiar. Es posible que también hubiera baños para mujeres, o bien, que hubiera un horario especial para que las mujeres pudieran bañarse.

Ahora bien, según sugieren algunos biblistas e historiadores, los baños romanos eran parte importante del sistema de patronazgo que imperaba en la sociedad greco-romana. A través del este sistema de patronazgo, las personas con un status social y económico superior concedían favores a la gente de status inferior. La consecuencia, desde luego, era que la gente humilde quedaba en deuda con sus “benefactores” o “patrones.” ¿Cuál era la relación entre el sistema de patronzago y los baños? Un individuo poderoso y rico podía, por ejemplo, donar los fondos para construir un baño público. Para honrar al donante, se esculpía su estatua y se colocaba una placa con su nombre “patronus…” Desde luego, el donante adquiría prestigio y poder político. Una placa de la ciudad de Galacia decía lo siguiente “el consejo y la gente de Ankyra en honor a Menelao, magistrado y secretario, que fue líder del gimnasio y dio aceite en abundancia para la gente y ofreció baños gratuitos.” En otros casos, un individuo poderoso podía ofrecer acceso a su baño a cambio de favores y lealtad.

En un sentido, pues, la vida social en Corinto estaba organizada en relación a los baños. Algunos podían tal vez ir a los baños públicos; otros tendían que ir a los baños de sus patrones, les gustara o no. El poeta Marco Marcial, por ejemplo, cuenta en uno de sus poemas que él prefería ir a las aguas termales de Tito, pero frecuentemente tenía que ir a las aguas termales de Agripa, el baño preferido de uno de sus benefactores.[1]

En un ensayo reciente, el biblista Brian Tucker ha sugerido que el sistema de baños en Corinto puede ayudarnos a entender el trasfondo del primer capítulo de la primera carta a los corintios.[2] En el esquema de pensamiento de un ciudadano de Corinto, el que ponía el agua, por así decirlo, mandaba. No era difícil, pues, aceptar un esquema de clientelismo siempre y cuando uno disfrutara de un baño calientito, de aceite gratis, y posiblemente, una buena compañía. Acostumbrados a asociar el agua con el poder, es posible que los hermanos(as) de Corinto hicieran una conexión, hasta cierto punto inconsciente, entre agua y poder en el contexto del bautismo cristiano. Así como uno debía lealtad al benefactor que regalaba el agua y el aceite, uno debía también comprometerse con la persona que efectuaba el bautismo. En este sentido, el que bautizaba, en la mente de un ciudadano(a) de Corinto, era una especie de “patrón o benefactor espiritual.”

Ante una comunidad cristiana que empezaba a organizarse al interior de acuerdo al esquema del patronazgo que regía la vida pública, el apóstol Pablo responde con una exhortación profunda,

v. 10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todo una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

Que no haya entre vosotros divisiones…La palabra divisiones (schismata) quiere decir literalmente “romper, desgarrar.” En este sentido, puede decirse que las divisiones al interior de la iglesia constituyen el desgarramiento del cuerpo de Cristo. Esta misma palabra se utiliza varias veces en el Evangelio de Juan para indicar diferencias de opinión respecto a Jesús (7:40-43; 10:19-21). Hubo entonces disensión entre la gente a causa de él; volvió a haber disensión entre los judíos…

Si la palabra divisiones significa literalmente “desgarramiento,” la frase “sino que estéis perfectamente unidos” sugiere la idea de “restaurar.” En Marcos 1:19, la misma palabra se traduce “remendar,” Pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, también ellos en la barca, que remendaban las redes…

Dividir, desgarrar; unir, remendar. Pablo no pide uniformidad, después de todo, esta epístola enseña que la unidad en medio de la diversidad no sólo es posible sino que es evidencia de la singularidad y poderío del evangelio. La base de la unidad, según explica Pablo, ha de ser el precisamente este evangelio. El problema en la iglesia de Corinto es que el sistema de patrones espirituales estaba tomando el lugar que le correspondía al evangelio de Cristo.

En este contexto hay que entender el reporte traído a Pablo por los de Cloé:

11-12 Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo, y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo.

Así como los ciudadanos(as) de Corinto estaban acostumbrados a identificarse con un benefactor, los hermanos(as), siguiendo el mismo esquema, ahora se estaban identificando un “patrón espiritual,” posiblemente aquél que los había bautizado. Todo parece indicar que las divisiones en la iglesia de Corinto no eran por argumentos teológicos sofisticados, sino más bien por la identificación espontánea de los hermanos y hermanas con uno u otro líder.

Aunque Pablo se refiere a Cefas y a Cristo, poco se dice en la carta respecto a estos grupos. Pero al hablar de un grupo de Cristo, Pablo quiere acentuar cuán absurdas son las divisiones al interior de la iglesia, ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo? Colocar a Cristo al nivel de Pablo, Apolos o Pedro es verdaderamente escandaloso. No es raro escuchar este tipo de argumento: “yo no soy presbiteriano, o metodista, o bautista; lo importante es que soy cristiano…” Uno de los problemas con este tipo de respuesta, con frecuencia bien intencionada, es que Cristo queda reducido al nivel de un líder humano en busca de adeptos, o para ponerlo en términos del ambiente electoral, como si Cristo fuera un candidato más en busca de votos.

Un análisis más minucioso de la epístola y el contexto general del Nuevo Testamento revela que la preocupación principal de Pablo era el grupo que había radicalizado su lealtad hacia Apolos. ¿Quién era Apolos? Hechos 18:24-25 ofrece una breve descripción de este varón. Se dice que era un hombre elocuente, poderoso en las Escrituras, instruido en el camino del Señor, y que siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente. Dadas estas características no fue difícil que se convirtiera en un líder influyente en Corinto; aunque Pablo había fundado la iglesia en Corinto, posiblemente mucha gente se había impresionado con la elocuencia de Apolos y poco a poco habrían acentuado su liderazgo para llevar a la iglesia en otra dirección.  La epístola no ofrece evidencia de que el mismo Apolos buscara dividir la iglesia; Pablo no critica directamente a Apolos, sino a la sobreestimación de lo que Pablo llama la “sabiduría de palabras,” o como traduce la versión hispanoamericana, “sin alardes de humana elocuencia” (v. 17), posiblemente una alusión a la elocuencia de Apolos. Según Pablo, una predicación elocuente, adornada con sabiduría de palabras, pero lejana al evangelio de Cristo, ¡termina por hacer vana—por anular—la cruz de Cristo!

En el fondo, como hemos dicho, lo que parece estar en juego es la identificación del bautismo cristiano con el sistema de patronazgo y el lugar de los baños romanos en este sistema. Por eso Pablo hace ciertas referencias al bautismo que a nuestros oídos pueden sonar extrañas: “Doy gracias a Dios que a ninguno de vosotros he bautizado…” no parece ser algo por lo que un pastor debiera dar gracias a Dios. Al contrario, la administración del sacramento del bautismo es un privilegio por el cual un vive humildemente agradecido delante de Dios. Pero Pablo, para sorpresa nuestra, da gracias a Dios porque no ha bautizado a los corintios. Y es que, como he explicado, los corintios habían adoptado la tendencia de identificar a la persona que los había bautizado como su “patrón o benefactor espiritual.” Es posible que Apolos, quien según Hechos se había instruido en el bautismo de Juan, hubiera bautizado a muchos creyentes de Corinto, convirtiéndose así en el “benefactor espiritual” de buena parte de la iglesia.

Como bien sabemos los mexicanos(as), los sistemas clientelares tienen un enorme poder sobre las masas y sobre la mente y emociones de los individuos. El ama de casa a la que se le regala un horno de microondas, un padre al que se le ofrece material de construcción, un joven que recibe una computadora, de repente se ve entusiasmado en el discurso del candidato, envuelto en la retórica, en la respuesta emocionada de las masas. En el fondo, pues, en este primer capítulo de Corinto, Pablo escribe en contra del uso clientelar del evangelio de Cristo, e incluso llega a relativizar la importancia del bautismo debido a su uso clientelar. ¡El bautismo cristiano se había convertido en una especie de baño romano! Aquél que tenía el agua, aquél que daba el agua también tenía el poder.

Ahora bien, es importante no “dejar ir” a Pablo tan fácilmente. Después de todo, aunque Pablo no ha bautizado a los hermanos(as) de Corinto, reconoce que ha bautizado a Crispo, a Gayo… y como no queriendo, también se acuerda que bautizó a la familia de Estéfanas, en otras palabras, Pablo también ha participado, en cierta manera, de aquel sistema de patronazgo espiritual. En defensa de Pablo, uno podría argumentar, ¿qué tanto es tantito? Después de todo, Pablo sólo bautizó a unos “cuantitos.” El asunto es que Crispo, Gayo y Estéfanas no eran precisamente los hermanos más humildes de la congregación. En Romanos 16:23, Pablo se refiere a Gayo como su hospedador y hospedador de toda la iglesia. La implicación es que Gayo tenía una buena casita para hospedar tanta gente y que seguramente tenía una posición social y económica prominente. Crispo había sido principal de la sinagoga en Corinto, convertido como resultado de la predicación misionera de Pablo (Hechos 18:8). Estéfanas se había convertido en líder de los creyentes de Acaya y Pablo se refiere a él como alguien digno de apoyo y servicio (1 Co. 16:15-17). En otras palabras, es posible que Crispo, Gayo y Estéfanas hubieran quedado como encargados de Pablo para bautizar a los nuevos creyentes.

¿Qué nos enseña la primera epístola a los Corintios, particularmente esta sección que hoy estudiamos respecto a la misión de la iglesia en un mundo conflictivo? ¿Habrá algo que la iglesia, nuestra iglesia pueda aprender respecto a cómo hacer misión en una sociedad inmersa en controversias de todo tipo? ¿Cómo entender el llamado a la unidad en Cristo en un mundo en el que se dice hay más de 30,000 denominaciones cristianas?

La lección más significativa de nuestra consideración de este capítulo introductorio es la afirmación de Cristo Jesús como la base única e indiscutible de la unidad cristiana. Cuando el culto a la personalidad de un líder, los carismas y la ambición de un individuo o de un grupo se imponen sobre “la palabra de la cruz,” algo anda mal. En esos momentos esta carta ofrece un modelo de iglesia, un modelo de misión capaz de diferenciar lo prioritario de lo secundario; lo que esencial para la unidad y lo que no lo es. Por una parte, el evangelio de Cristo Jesús; el amor como el más grande de los dones. Por otra parte, asuntos importantes pero no imprescindibles para la unidad, por ejemplo, las opiniones particulares de Pablo con respecto al matrimonio, a la soltería o a la viudez.

En este contexto, la iglesia de hoy hará bien en retomar aquella frase, atribuida por unos a San Agustín, por otros a Juan Wesley, recientemente atribuida a Marco Antonio de Dominis (1617), arzobispo de Split, Croacia: “unitatem in necessariis, in non necessariis libertatem, in omnibus caritatem.” “En lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; en todo, caridad.”
  
Pero hay, me parece, una segunda e importante lección que podemos tomar del texto que hoy hemos considerado. Entre líneas podemos leer cierta autocrítica del apóstol Pablo hacia su participación en el sistema de patronazgo espiritual prevaleciente en Corinto. Uno puede percibir el conflicto interno en Pablo; el dar gracias a Dios porque no ha bautizado a ninguno, seguido del paradójico reconocimiento de que, efectivamente, sí bautizó a por lo menos tres prominentes líderes de la iglesia. Este espíritu de auto-reflexión y auto-crítica, podemos afirmar, fue producto del impacto del Evangelio de Cristo en la vida de Pablo.

En otras palabras, lo que quiero sugerir aquí es que para hacer misión en un mundo conflictivo, una fuente inagotable de sabiduría es nuestra propia experiencia de conflicto interno acompañada de la obra restauradora y reconciliadora del Evangelio de Cristo. Todos aquí hemos experimentado conflicto interno, a veces profundo y doloroso; conocemos lo que es el duelo, la ruptura, el fracaso; lo mismo en el campo laboral que en el ámbito de la salud o de la vida familiar y afectiva, somos mujeres y hombres en conflicto. Pero por la gracia de Dios, no hemos sido abandonados ni somos presas de nuestro conflicto interno; la palabra de la cruz, locura para los que se pierden, pero para nosotros ha sido salvación, poder de Dios. Por eso entendemos bien el conflicto, pero entendemos mejor que la resolución del conflicto—con frecuencia un proceso largo y doloroso—es producto de la gracia de Cristo y de la obra santificadora del Espíritu de Dios.

El apóstol Pablo, misionero a los gentiles, como nosotros y nosotras, era un hombre en conflicto. Precisamente en su segunda carta a los corintios (12:7-9), Pablo habla de aquél “aguijón en la carne,” mensajero de Satanás que lo abofetea. Pablo hubiera deseado que el Señor quitara ese aguijón, pero la respuesta del Señor fue una y clara: Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad.



[1] Martial, Epigrams, 3.36.5.
[2] J. Brian Tucker, “Baths, Baptism, and Patronage: The Continuing Role of Roman Social Identity in Corinth, en Reading Paul in Context: Explorations in Identity Formation. Londres, T & T Clark, 2010, pp. 173-188.

I Corintios 1.10-21


10 Pero tengo algo que pedirles, hermanos, y lo hago en nombre de nuestro Señor Jesucristo: que haya concordia entre ustedes. Destierren cuanto signifique división y recuperen la armonía pensando y sintiendo lo mismo. 11 Digo esto, hermanos míos, porque los de Cloe me han informado de que hay divisiones entre ustedes. 12 Me refiero a eso que anda diciendo cada uno de ustedes: “Yo pertenezco a Pablo”, “yo a Apolo”, “yo a Pedro”, “yo a Cristo”. 13 Pero bueno, ¿es que Cristo está dividido? ¿Ha sido crucificado Pablo por ustedes o han sido bautizados en su nombre? 14 ¡Es como para dar gracias a Dios el no haber bautizado entre ustedes más que a Crispo y a Gayo! 15 Así nadie puede presumir de haber quedado vinculado a mí por el bautismo. 16 Bueno, también bauticé a la familia de Estéfanas; fuera de estos, no recuerdo haber bautizado a ningún otro. 17 Es que Cristo no me envió a bautizar, sino a proclamar el mensaje evangélico. Y a proclamarlo sin alardes de humana elocuencia, para que no quede anulada la eficacia de la cruz de Cristo.
18 El lenguaje de la cruz es, ciertamente, un absurdo para los que van por sendas de perdición; mas para nosotros, los que estamos en camino de salvación, es poder de Dios. 19 Lo dice la Escritura: Destruiré la sabiduría de los sabios y haré fracasar la inteligencia de los inteligentes.

20 ¿Quién se atreverá a presumir de sabio, de maestro o de investigador de este mundo? ¿No ha demostrado Dios que la sabiduría de este mundo es pura necedad? 21 En efecto, el mundo con su sabiduría sobre Dios no ha llegado a conocer a Dios a través de esa sabiduría. Por eso, Dios ha decidido salvar a los creyentes a través de un mensaje que parece absurdo.

Una iglesia fiel que dé testimonio de su Dios y Señor, Dr. Salatiel Palomino López

19 de abril de 2015

sábado, 18 de abril de 2015

Acto litúrgico




Orden del culto de acción de gracias por el XX Aniversario, 19 de julio, 11.30 horas


Programa del Simposio Bíblico, Histórico y Doctrinal


HACIA UN MODELO PROPIO DE IGLESIA
SÁBADO 18 DE ABRIL DE 2015, 17.00 HRS.

Introducción
“La Iglesia”, como concepto abstracto, no existe, lo que existe son modelos o maneras de ser Iglesia. Un modelo de iglesia es una manera de ser iglesia, con aspectos o características bien definidos por el ambiente, la costumbre o ciertas tradiciones asumidas en el transcurso del tiempo. De este modo, cada época ha construido e impuesto modelos de iglesia convenientes para determinados intereses y propósitos.
En nuestro medio muchas veces ha predominado un modelo eclesiástico que apuesta por la pasividad de sus integrantes y por la ausencia de un compromiso firme con la comunidad.
Cada modelo de la Iglesia tiene sus debilidades, ninguno puede ser tomado como medida de todos los demás. En lugar de buscar la imagen absoluta, mejor que todas las demás, sería mucho mejor que reconociéramos que las imágenes que nos dan la Escritura y la doctrina son mutuamente complementarias. Pueden intercompenetrarse y enriquecerse entre sí.
Ninguna, pues, debe interpretarse con un sentido exclusivo de modo que una niegue lo que los otros modelos aprobados han enseñado. El Nuevo Testamento, por ejemplo, combina la imagen del Templo y del Cuerpo de Cristo en formas lógicamente incoherentes, pero por caminos teológicamente complementarios. En I Pedro 2.5 se nos dice que los cristianos son un Templo construido en piedras vivas, mientras que en Pablo (Efesios 4.16) se nos dice que el Cuerpo de Cristo está aún en construcción.
La iglesia-institución ayuda a sus propios miembros a luchar por su salvación, dándoles orientación, consejo, comodidad y todo tipo de asistencia pastoral y sacramental. Para el modelo institucional es crucialmente importante que los signos de la pertenencia sean visibles, lo que quiere decir jurídicamente aplicables. […] Los beneficiarios de la Iglesia en el modelo institucional son sus propios miembros.
“Tendremos que vivir nuestro modelo de Iglesia dentro de una Iglesia donde, por el momento, otro modelo es el dominante. Es común en la historia de la Iglesia que coexistan dentro de ella modelos o maneras diferentes de ser Iglesia. No se trata de un sano pluralismo, que es un valor altamente positivo desde los tiempos apostólicos, sino de la coexistencia de modelos eclesiales contrapuestos y antagónicos”. (Pablo Richard

Justificación
·       Durante los 20 años transcurridos desde 1995 la Iglesia Ammi-Shadday ha afrontado, como toda comunidad cristiana local, confesional o denominacional, la necesidad y el desafío de optar por y desarrollar uno o varios modelos de iglesia entre aquellos que circulan como tendencias en el ambiente y en la época.
·       Tal opción implica poner en juego diversos factores como: afinidades de grupo, tradiciones no escritas, intereses de grupo, etcétera.
·       La discusión sobre los modelos de iglesia imperantes obliga a obtener conclusiones, así sean parciales, sobre la viabilidad de cada uno de ellos y sobre su aplicabilidad para esta iglesia de acuerdo con su origen, características y visión.

Temas

1.    ¿Iglesia tradicional o tradicionalista?
¿La iglesia sigue promoviendo estereotipos dentro y fuera de su ámbito vital?
2.    ¿Iglesia adulta o madura?
El peso específico de los años y la reflexión en la madurez eclesial.
Dr. Salatiel Palomino López
3.    ¿Iglesia evangelizadora o misionera?
El falso dilema para las comunidades comprometidas con el Evangelio.
Pbro. Eliseo Vílchez Blancas
4.    ¿Una Iglesia para todas las edades y géneros?
Desafíos actuales para la inclusividad de la iglesia.
Pbra. Laura Taylor
5.    ¿Iglesia reformada o en proceso de reforma continua?
Más allá de los lemas y los ideales, realidades tangibles.
Pbro. Rubén Arjona Mejía (vía Skype)

Modera: L. Cervantes-Ortiz

Dinámica
a)   Exposición de 15-20 minutos.
b)   Ronda de intercambio entre los expositores.
c)    Foro para preguntas y comentarios por parte de los asistentes.
d)   El moderador resumirá lo expuesto y propondrá dar seguimiento a las conclusiones.
e)   Reunir ponencias y conclusiones para un manejo posterior.

Referencias bibliográficas
Avery Dulles, Modelos de la iglesia. Estudio crítico sobre la iglesia en todos sus aspectos. Santander, Sal Terrae, 1975 (Teología y mundo actual, 40), www.servicioskoinonia.org/biblioteca/teologica/DullesModelosDeIglesia.pdf.
Daniel Prince Alarcón y Olivia Quezada, “Las reducciones hechas al domingo”, en Versión popular, actualizada y amplificada de la Confesión de fe de Westminster, pp. 74-77.
Pablo Richard, “40 años de teología de la liberación en América Latina y el Caribe (1962–2002)”, en www.moceop.net/spip.php?article134
José Luis Velazco Medina, “La iglesia en la tradición reformada”, en Calvino vivo. México, El Faro, 1987, http://www.iglesiareformada.com/Velazco_Iglesia_Calvinista.html.
______, “La Iglesia: símbolo de la nueva humanidad”, en Versión popular, actualizada y amplificada de la Confesión de fe de Westminster. Ser y quehacer de la iglesia desde la perspectiva reformada. México, Casa Unida de Publicaciones-Primer Sínodo de la INPM, 1990, pp. 32-60.

Invitación a las actividades por el XX Aniversario: 18 y 19 de abril de 2015


sábado, 11 de abril de 2015

Letra 413, 12 de abril de 2015

LIBERTAD
Karl Barth
Instantes. Santander, Sal Terrae, 2005, pp. 97-98.

Habéis sido llamados a la libertad.
Gálatas 5.13

E

 s verdad que un ser humano libre, en la medida en que esta expresión tenga sentido, se esforzará por ser independiente. Pero el ser humano libre no está obligado a querer ser independiente de la presión exterior. También puede soportar cualquier disciplina no deseada.
Uno se acerca al meollo de la cuestión cuando describe la libertad como superioridad del ser humano respecto de cuanto pretende forzarlo interiormente. Las palabras y hechos del ser humano libre permiten reconocerlo como alguien que, en todo caso, tiene bajo control su respeto por la importancia de su propia persona, su temor a sus inferioridades, su tenacidad para seguir estimando las metas escogidas en otro tiempo, su preocupación por su buena fama.
Pero la negación de la falta de libertad nunca puede ser otra cosa, ni siquiera en sus formas más nobles, que una preparación para la libertad. Los seres humanos libres son personas que piensan y actúan de manera positiva: ¡cada uno de ellos constituye un signo de esperanza, de consuelo, de aliento para muchos que siguen sin ser libres! Son necesarios, pues, precisamente para bien de quienes siguen sin ser libres.
Demos un último paso: de suyo, no se entiende que haya seres humanos libres. La libertad es un don libre. El Dios libre, ante el cual todos deben declararse no libres, pero que quiere cuidar y ha cuidado largo tiempo precisamente de quienes no son libres, es el origen de la libertad. Continuamente crea nuevos seres humanos libres. Y la actividad verdaderamente decisiva de la libertad de éstos, renovada cada mañana, consistirá en invocar: “¡Haznos libres, Señor!”.
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IGLESIA AMMI-SHADDAY, 1999-2006
Rubén D. Núñez Castro

E
stando por concluir el periodo de llamamiento pastoral del Pbro. Salatiel Palomino López con la iglesia Ammi-Shadday nuestros hermanos tienen un ofrecimiento de trabajo en Estados Unidos. En ese tiempo nos acompañaron en el ministerio pastoral de la iglesia los hermanos Eliseo Vílchez y su esposa Deniz…. a lo largo de un año aproximadamente. El A.I. Jonathan Forcada comentó que un hermano acababa de terminar sus estudios en el seminario pero que tenía alguna relación con la Iglesia Príncipe de Paz. Se trataba del seminarista graduado Rubén Arjona Mejía, pero que todavía no estaba ordenado; vimos que era una buena oportunidad y lo contactamos para invitarlo a colaborar con la iglesia. A pesar de que nuestro hermano Rubén Arjona tenia algunos planes y de su relación con el consistorio de la iglesia Príncipe de Paz con gusto aceptó colaborar con nosotros. Después de un año de trabajar en nuestra iglesia su esposa tuvo la oportunidad de hacer un posgrado en el extranjero, y solicitó permiso para retirarse por un año de la relación con la Iglesia  para acompañar a su esposa y de alguna forma también hacer algunos estudios para fortalecer su ministerio, dejado a la iglesia en plena libertad de buscar algún otro pastor, pues consideraba que era mucho tiempo para que la iglesia estuviera sin atención pastoral.
Cuando se supo que nuestro hermano Rubén Arjona y su esposa iban a regresar al país nuevamente se le contactó para invitarlos a continuar su trabajo con nosotros, lo cual aceptó y de esa forma se incorporó nuevamente al trabajo pastoral. En este periodo recibió el llamamiento como pastor y comenzaron los trámites ante el Presbiterio Berea para su ordenación e instalación. Después de un tiempo, el 23 de junio de 2002 fue ordenado e instalado como pastor de la Iglesia Ammi-Shadday por un periodo de 5 años y así comenzó  una relación de pastor e Iglesia, su trabajo se destacó por llevar a la práctica viva el ministerio de la mujer, pues en este tiempo se prepararon algunas hermanas para ser oficiales de la iglesia, tanto ancianas como diaconisas, y en un culto muy solemne y memorable la iglesia Ammi-Shadday y el Pbro. Arjona Mejía ordenaron las primeras hermanas para oficiales de la iglesia. También cabe reconocer su participación cercana con los jóvenes de nuestra iglesia, la preparación y enseñanza sobre la administración del sacramento de la Santa Cena para los niños, la preocupación y atención solidaria en todos los aspectos por los más necesitados. A fines de 2006 tuvo que  separarse del trabajo pastoral de nuestra iglesia. Agradecemos a nuestro Dios la vida y ministerio del Pbro. Rubén Arjona Mejía por su valiosa colaboración y aportación en la vida de la Iglesia Ammi-Shadday. 
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70 AÑOS DE LA MUERTE DE DIETRICH BONHOEFFER
Jacqueline Alencar, Protestante Digital, 9 de abril de 2015

E
l pastor, teólogo y profesor alemán Dietrich Bonhoeffer fue encarcelado en 1943 y ejecutado el 9 de abril de 1945 por el régimen nazi. Su ejemplo de vida ha inspirado a los cristianos de distintas tendencias y sensibilidades desde entonces. Pero también ha tenido una influencia importante en el pensamiento y desarrollo teológico, el cual sigue resultando relevante ahora que se cumplen 70 años después de su muerte. Entrevistamos a Eduardo Delás, teólogo y pastor de la Primera Iglesia Evangélica Bautista de la Calle Quart, quien ha realizado su tesis doctoral sobre el pensamiento eclesiológico y cristológico de Bonhoeffer. Además, ha escrito, entre otros libros, Dietrich Bonhoeffer: Un teólogo a contratiempo (2006).
¿Por qué eligió Delás profundizar en la persona y teología de Bonhoeffer? El de Bonhoeffer —comenta Delás— es un pensamiento eclesiológico y cristológico que necesitamos revalorizar en un momento como el actual, poniéndolo al servicio del pueblo de Dios en el siglo xxi”. Además “si tuviese que definirse su aportación al pensamiento teológico contemporáneo, Bonhoeffer tendría que pasar a la historia como un teólogo de la realidad. La realidad de la iglesia, dentro de la realidad del mundo, desde la realidad de un Dios que se ha revelado en la persona de Jesús de Nazaret”. En la Introducción General de su tesis, Eduardo Delás define a Bonhoeffer como “un pensador cristiano capaz de rescatar de las ruinas de la teología liberal y de la iglesia estatal nominal, una nueva comprensión del acontecimiento Cristo nacida, a la par, de la erudición académica y de la experiencia eclesial, así como de una nueva visión de la Iglesia que no brota de teorizaciones metafísicas, ni de discursos domesticados por el poder, sino de un compromiso radical e insobornable con la vida en comunidad desde el seguimiento de Jesús”. Bonhoeffer también escribió: Sanctorum Communio, ¿Quién es y quién fue Jesucristo?, El precio de la gracia, Ética, Resistencia y sumisión.

Comenzaremos hablando del libro Vida en comunidad, escrito por Dietrich Bonhoeffer, pero antes me gustaría preguntarle qué le ha motivado a elegirlo como tema de su tesis doctoral. ¿Podría comentarnos que aspectos abordó en la misma? En realidad, la tesis se encuentra construida sobre un diálogo con las obras más importantes del autor. Vida en comunidad no es una obra muy conocida para el gran público, pero se trata de uno de los libros más emblemáticos de Dietrich Bonhoeffer. Sobre todo, por el tema que trabaja: la eclesiología.

Usted comenta en una separata de su tesis que la época en que se escribe Vida en comunidad está dominada por la convicción central de que lucha y piedad confesante son los dos pilares sobre los que ha de sostenerse la vida comunitaria... ¿Podría especificar un poco más? Hace años escribí un libro sobre el autor titulado: Dietrich Bonhoeffer: Un teólogo a contratiempo. La suya fue, exactamente, una vida así: Corta, intensa y comprometida hasta sus últimas consecuencias. La Iglesia Confesante, de la que Bonhoeffer había sido miembro fundador, formada por un puñado de cristianos contrarios al régimen nazi y decididos a jugarse la vida por defender la esencia del evangelio, imponía un modo de vivir que sólo podía ser descrito en términos de lucha y piedad. Importa recordar que este libro fue escrito en 1938.

¿Qué motivos llevaron a Bonhoeffer a escribir esta obra? ¿Cuál era el trasfondo socio-político y teológico en el que se escribió? He citado antes algo del trasfondo socio-político general. Pero, sobre todo, en este marco dramático en el que la iglesia estatal (protestante y católica) se había entregado en los brazos de Hitler y su modelo de cristianismo, era necesario disponer de un lugar donde pudieran formarse teológicamente nuevos pastores para cuidar, orientar y enseñar a las iglesias en la fe del evangelio. El problema era que muchos de los candidatos provenían de universidades liberales en las que la fe, la piedad y el cristianismo auténtico brillaban por su ausencia. La idea de escribir un libro como Vida en comunidad era disponer de una “regla de vida” para discipular a los candidatos al pastorado en las disciplinas de lo que llamamos la Lectio divina: Lectura, Oración y meditación. Pero, más allá de eso, la pretensión última era aprender a vivir en comunidad desde los valores del reino de Dios: El amor, la misericordia, la justicia, el perdón y la reconciliación. Ahí radica su carga de explosividad social. Se trataba de un libro orientativo que todos los aspirantes a pastores deberían leer y meditar.

Es decir que el pastor de la iglesia confesante alemana no se quedó de brazos cruzados cuando la Gestapo cerró el seminario en el año 1937...
Nada de eso. La formación de pastores continuó a pesar de la prohibición que incluía amenaza de cárcel. Que sepamos, se pudo seguir hasta que se inició la guerra. La mayoría de los estudiantes fueron llamados a filas y casi todos murieron en combate.

El libro fue censurado. Me gustaría saber qué paso posteriormente...
En realidad, hacía años que Bonhoeffer tenía prohibido enseñar teología en la universidad y, por descontado, también escribir. Cuando Finkenwalde (El Seminario) cerró, se continuaron haciendo copias del libro en pequeñas imprentas clandestinas. No había otro camino.

Volvamos al Seminario. ¿Por qué piensa que además de sus clases de teología Bonhoeffer lo compartía todo con los aspirantes a pastores?
Realmente, era una “escuela de vida”. Bonhoeffer enseñaba, pero también convivía, comía y fregaba con los estudiantes. Tenía muy pocos años más que la mayoría y era un hombre con evidentes habilidades sociales. La razón última por la que se sumergió con ese nivel de implicación en el día a día de la comunidad de estudiantes sólo podía ser ésta: “La palabra moviliza, el ejemplo arrasa”. No hace falta añadir nada más.

¿La meta era vivir una vida monacal, para no contaminarse con el exterior?
Claro que no. El objetivo último era aprender a creer y vivir. Para la mayoría de los estudiantes lo que se enseñaba y compartía en el Seminario era nuevo y distinto a todo lo que habían conocido. Pero jamás se interpretó como un fin en sí mismo.


¿Por qué la insistencia en trabajar una vida en comunidad antes de salir al exterior para difundir el mensaje de Jesús?
La vida en comunidad junto con la enseñanza teológica formaba parte de la preparación para servir en las iglesias. La idea era aprender la imitación y el seguimiento de Jesús, es decir, ser como él fue y vivir como él vivió. […]

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...