sábado, 24 de mayo de 2014

Letra 359, 25 de mayo de 2014

DIÓCESIS DE INGLATERRA APRUEBAN OBISPAS
El Universal, 23 de mayo de 2014

La legislación regresará al Concilio en julio para su votación final; el asunto ha dividido desde hace mucho a la Comunión Anglicana
Todas las diócesis de la Iglesia de Inglaterra votaron a favor de permitir que las mujeres presten servicio como obispas, informó la institución, dejando pendiente sólo un obstáculo importante para cambiar siglos de práctica.
El asunto ha dividido desde hace mucho tiempo a la Comunión Anglicana, una organización cristiana con más de 80 millones de adherentes en todo el mundo.
Iglesias anglicanas en Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos ya tienen mujeres prestando servicio como obispas.
La Iglesia de Inglaterra ha batallado durante años para decidir si admite a las mujeres en jerarquía. El Concilio General de la Iglesia votó en febrero a favor de enviar a sus 44 diócesis una iniciativa que permita la existencia de obispas.
La Iglesia dijo el viernes que todas votaron a favor, con Manchester, la última en hacerlo, el jueves.
La legislación ahora regresará al Concilio en julio para su votación final.

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EL DIOS VIVO: SU ELECCIÓN
Karl Barth, Instantes

Dice Jesús: “Yo os he elegido” (Juan 15.16).

Lo que le sobreviene a la criatura cuando el misterio de Dios se yergue de manera tan conmovedora en medio de su vida con su elección, es en realidad la gracia, la benevolencia y el favor de Dios. Cuando esto sucede, Dios le dice realmente “sí”. Y de este modo es, en su certeza, un sí incondicional que precede a toda autodeterminación de la criatura: la predestinación bajo la cual puede vivir en cualquier circunstancia. Nos pone en movimiento, pero no nos precipita en la inquietud. El ámbito de la inquietud es el ámbito que cae fuera de la elección divina por gracia: el ámbito de la criatura que se resiste al amor de Dios. Inquieta ha de estar, ya que con su oposición ha causado su propia caída, y ahora, tras  haber soltado el único apoyo posible, busca otro inútilmente. Pero en virtud de la elección divina por gracia, queda a salvo de este ámbito de la inquietud.
Con el sí que Dios le dice, queda permanentemente bajo ese sí: sin objeciones, sin segundas intenciones ni reservas, no con una fidelidad temporal, sino eterna. Al producirse la elección de Dios, la criatura deja automáticamente atrás cosas como la cuestión de si ese “sí” tendrá o no validez, la preocupación de cómo, en el mejor de los casos, podrá uno conseguir o conservar ese sí, preocupación que surge a la vista de la imposibilidad, continuamente manifiesta, de vivir por propio impulso desde ese sí. Le han dado un «sí», no tiene ya otra vida, sino la procedente de ese “sí”, pues indudablemente Dios ha dicho ese sí, e indudablemente Dios es Dios. Sólo le queda vivir tranquilamente esa vida tan concreta. Sólo le queda la admiración, el asombro deferente ante el hecho misterioso de que puede vivir esa vida a la que le han dado un sí.
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CÁNONES DE DORT (1619)
CAPITULO QUINTO: DE LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS (I)


I. A los que Dios llama, conforme a Su propósito, a la comunión de Su Hijo, nuestro Señor Jesucristo, y regenera por el Espíritu Santo, a éstos les salva ciertamente del dominio y de la esclavitud del pecado, pero no les libra en esta vida totalmente de la carne y del cuerpo del pecado.
II. De esto hablan los cotidianos pecados de la flaqueza, y el que las mejores obras de los santos también adolezcan de defectos. Lo cual les da motivo constante de humillarse ante Dios, de buscar su refugio en el Cristo crucificado, de matar progresivamente la carne por Espíritu de oración y los santos ejercicios de piedad, y de desear la meta de la perfección, hasta que, librados de este cuerpo de muerte, reinen con el Cordero de Dios en los cielos.
III. A causa de estos restos de pecado que moran en el hombre, y también con motivo de las tentaciones del mundo y de Satanás, los convertidos no podrían perseverar firmemente en esa gracia, si fuesen abandonados a sus propias fuerzas. Pero fiel es Dios que misericordiosamente los confirma en la gracia que, una vez, les fue dada, y los guarda poderosamente hasta el fin.
IV. Y si bien ese poder de Dios por el que corma y guarda en la gracia a los creyentes verdaderos, es mayor que el que les podría hacer reos de la carne, sin embargo, los convertidos no siempre son de tal manera conducidos y movidos por Dios que ellos, en ciertos actos especiales, no puedan apartarse por su propia culpa de la dirección de la gracia, y ser reducidos por las concupiscencias de la carne y seguirlas. Por esta razón, deben velar y orar constantemente que no sean metidos en tentación. Y si no lo hacen así, no sólo pueden ser llevados por la carne, el mundo y Satanás a cometer pecados graves y horribles, sino que ciertamente, por permisión justa de Dios, son también llevados a veces hasta esos mismos pecados; como lo prueban las lamentables caídas de David, Pedro y otros santos, que nos son descritas en las Sagradas Escrituras.
V. Con tan groseros pecados irritan grandemente a Dios, se hacen reos de muerte, entristecen al Espíritu Santo, destruyen temporalmente el ejercicio de la fe, hieren de manera grave su conciencia, y pierden a veces por un tiempo el sentimiento de la gracia; hasta que el rostro paternal de Dios se les muestra de nuevo, cuando retornan de sus caminos a través del sincero arrepentimiento.
VI. Pues Dios, que es rico en misericordia, obrando de conformidad con el propósito de la elección, no aparta totalmente el Espíritu Santo de los suyos, incluso en las caídas más lamentables, ni los deja recaer hasta el punto de que pierdan la gracia de la aceptación y el estado de justificación, o que pequen para muerte o contra el Espíritu Santo y se precipiten a sí mismos en la condenación eterna al ser totalmente abandonados por Él.
VII. Pues, en primer lugar, en una caída tal, aún conserva Dios en ellos esta Su simiente incorruptible, de la que son renacidos, a fin de que no perezca ni sea echada fuera. En segundo lugar, los renueva cierta y poderosamente por medio de Su Palabra y Espíritu convirtiéndolos, a fin de que se contristen, de corazón y según Dios quiere, por los pecados cometidos; deseen y obtengan, con un corazón quebrantado, por medio de la fe, perdón en la sangre del Mediador; sientan de nuevo la gracia de Dios de reconciliarse entonces con ellos; adoren Su misericordia y fidelidad; y en adelante se ocupen más diligentemente en su salvación con temor y temblor.
VIII. Por consiguiente, consiguen todo esto no por sus méritos o fuerzas, sino por la misericordia gratuita de Dios, de tal manera que ni caen del todo de la fe y de la gracia, ni permanecen hasta el fin en la caída o se pierden. Lo cual, por lo que de ellos depende, no sólo podría ocurrir fácilmente, sino que realmente ocurriría. Pero por lo que respecta a Dios, no puede suceder de ninguna manera, por cuanto ni Su consejo puede ser alterado, ni rota Su promesa, ni revocada la vocación conforme a Su propósito, ni invalidado el mérito de Cristo, así como la intercesión y la protección del mismo, ni eliminada o destruida la confirmación del Espíritu Santo.

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EL LENGUAJE ESPIRITUAL EN VIDA EN EL AMOR (II)

Luego de asimilar la influencia de Teilhard de Chardin (palpable también en Cántico cósmico y Versos del pluriverso), Cardenal emprendió su propio camino reflexivo en Cuernavaca al redactar Vida en el amor entre 1959 y 1961. Luce López Baralt lo compara con El medio divino del jesuita francés y con Semillas de contemplación, del monje y también poeta Thomas Merton, quien fue su maestro en el monasterio trapense de Gethsemani, Kentucky. Ni en Salmos ni en Gethsemani, Ky Cardenal se atrevió a traducir su experiencia mística al verso.
Sobre la influencia teilhardiana, el poeta nicaragüense ha escrito: “Creo que Chardin puede ser un puente entre cristianismo y marxismo, al igual que loes la teología de la liberación. […] Según él, la evolución es un proceso desde el gas original hasta las sociedades actuales y la humanidad futura […] Un cristianismo anterior al de Chardin era incompatible con el materialismo dialéctico y con el materialismo histórico y científico”.
Por ello, las primeras palabras de Vida en el amor son paradigmáticas en esa visión “franciscana”, ambientalista y evolucionista de la naturaleza: “Todas las cosas se aman. La naturaleza toda tiende hacia un tú. Todos los seres vivos están en comunión unos con otros. El fenómeno del mimetismo hermana a todas las plantas y animales y cosas: hay insectos que imitan a las flores y flores que imitan insectos, animales que imitan el agua o las rocas o la arena del desierto o la nieve o los bosques o a los otros animales. Y todos los seres vivos se aman y se comen unos a otros en ese vasto proceso del nacimiento y del crecimiento y de la reproducción y de la muerte”. E incluso en esa cadena biológico-religiosa aflora la vertiente erótica: “En la naturaleza todo es mutación y transformación y cambio de unas cosas en otras, y todo es abrazo, caricia y beso”.
Como señala López Baralt: “Cardenal se inicia en la literatura mística con Vida en el amor: Se trata del libro más gozoso, más compasivo y más armónico del poeta, en el que salta a la vista el júbilo del místico reciente que ha descubierto que ese amor avasallante es el centro ontológico del universo. ‘Hemos sido creados para unas nupcias’, nos alecciona con certeza espiritual extrema. Siguiendo las enseñanzas evolucionistas de Chardin, Cardenal intuye que todo evoluciona hacia el amor, que constituye el “cemento que une el universo”. (LCO)

Actividades

LOS ESPERAMOS A TODOS/AS EN EL TALLER BÍBLICO DE HOY A LAS 17.30 HRS: "EL ÉXODO, RESERVA INTERMINABLE DE SENTIDO"

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 27 de mayo, 19 hrs.
Modera: D.I. Odilón Arellano A.

Llamamiento: Amós 3.1-8
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Al estar aquí” (37)
             “Oh yo quiero andar con Cristo” (544)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Amós 5
Tema: Los profetas y el culto
Himno: “Yo quiero trabajar por el Señor” (612)
Ofertorio
Bendición pastoral

CRÍTICA DEL CULTO
Louis Monloubou

Es frecuente subrayar la oposición que se observa en los profetas frente al culto. Se trata de una oposición real. Señalemos, por orden de gravedad creciente de motivos, algunos de los textos que expresan esta oposición:

1. No son buenas las disposiciones de los fieles que participan del culto (Am 3.13-14; 4.4-5; 5.14-15; 8.4-8...)
2. Se juzga la acción cultual como inferior a los actos de elevada moralidad (Am 5.24; Is 1.16-1 2; Jr 7.5-11; Is 58.6-7...)
3. Algunos santuarios encierran una perversidad que corrompe los actos que allí se realizan; por ejemplo, los santuarios del norte a juicio de los profetas del sur; su origen es culpable, así como su dependencia respecto al poder político (Am 3.14; 4.4; 5.5-6; 7.9-15; 8.13-14; 9.1). Recordemos sin embargo la observación de R. de Vaux, para quien el templo de Jerusalén era exactamente un “santuario real” lo mismo que el de Betel (Am 7.13).
4. Los santuarios son lugares de prácticas perversas, de sacrificios que “repugnan” a Yavé (Am 5.21-23; Is 1.11-15; cf. Sal 50); de idolatría (Am 5.26; Is 2.8; Jr 7.16-20; Ez 8; 14.1-11; 20; Is 65.1-7; 66.3-4); de banquetes sagrados que resultan verdaderas orgías (Am 5.22; Is 28.1.7-8 [5.12; 22.13; Miq 2.11; Is 56.12; JI 1.5]); de prostitución “sagrada” (Am 2.7-8; Os 4.12-14; Ez 16; 23).
Es sobre todo en los santuarios donde la fe yavista se contaminó al contacto con la religión de Canaán: Is 1.29; Jr 7.30-33; Ez 20.28-29. La evolución del juicio que se da sobre los “altos lugares” es significativa: eran al principio santuarios legítimos, luego resultan ambiguos y finalmente se les reprueba a todos ellos en provecho del único santuario de Jerusalén.
5. Así, pues, los profetas intentan subrayar que la noción de santuario fue importada a Israel desde Canaán y Sirio-Fenicia; esto es verdad incluso para el templo de Jerusalén, lo cual explica las vacilaciones de Natán (2 Sm 7.1-5); esta noción es extraña a la verdadera tradición yavista (Am 5.25; 2 Sm 7.6-7 -Dtr-; Jr 7.22 -dtr-), inadaptada para la glorificación de Dios (ls 66.1; 1 Re 8.27 -dtr-; Hch 7.49-50), de manera que la mediación del culto tiene que dejar sitio para una relación directa con Dios (Jr 31.33-34).
Los profetas del Antiguo Testamento, pp. 30, 35.

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

JUNIO


LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS

1 – Santa cena/ Reunión de Consistorio

8 – Culto unido de Pentecostés

Con una disposición a toda prueba, L. Cervantes-Ortiz

25 de mayo, 2014

—¿Qué les parece? Una vez, un hombre  tenía dos hijos le dijo a uno de ellos: “Hijo, hoy tienes que ir a trabajar a la viña”. El hijo contestó: “No quiero ir”. Pero más tarde cambió de idea y fue. Lo mismo le dijo el padre al otro hijo, que le contestó: “Sí, padre, iré”. Pero no fue. Díganme, ¿cuál de los dos cumplió el mandato de su padre? Ellos respondieron: —El primero.
Mateo 21.28-31, La Palabra (Hispanoamérica)

Una de las cosas que con mayor claridad aparece en los cuatro evangelios es la necesidad de que los seguidores/as de Jesús sean fieles y constantes. Ciertamente, el propio Señor no se hacía muchas esperanzas al respecto porque sabía que la prueba de fuego para cada uno de los discípulos sería la transición de su muerte y resurrección a la responsabilidad de ejercer su apostolado particular. De ahí que en diversas ocasiones se dirigió a ellos para subrayar el hecho de que el seguimiento demandaba una disposición a toda prueba con todo y la comprensión de la posibilidad de que la respuesta inicial al llamado suyo fuera negativa, incompleta o insuficiente.

Cuando el Señor llama a seguirlo podría decirse que se entra en un espacio de indefinición o de duda sobre el porvenir de esa nueva relación con Dios. A cada paso, el discípulo potencial enfrenta vicisitudes que tienen que ver en primer lugar con sus prioridades personales, luego con las prioridades u obligaciones impuestas y, finalmente, con los alcances de ambos tipos de prioridades en el desarrollo de su vida. El contexto de Mt 21.28-32 ciertamente es complejo, puesto que se trata de apenas unos pocos versículos en los que Jesús polemiza con sus adversarios acerca de la obediencia a la voluntad divina. El discipulado nuevo que él anunciaba se veía confrontado con la sumisión irrestricta a la ley y el énfasis profético, renovador, con que presentó la venida inminente del Reino de Dios a la vida de los integrantes del pueblo de Dios.

Como parte de la historia de la pasión, camino de Jerusalén, resulta interesante que Jesús plantea este dilema sobre la obediencia ante los dirigentes que están cuestionando su papel o función dentro del espectro religioso de su tiempo. Los dirigentes religiosos que supieron de Jesús y escucharon acerca de su mensaje también eran destinatarios del mismo, pero los separaba de él la enorme responsabilidad, mal asumida, de ejercer una autoridad moral, política y espiritual que tenía resultados y efectos dudosos. Esa es la razón por la que en el nivel más alto de la escala religiosa Jesús logró únicamente un par de seguidores, que con reservas explicables no se manifestaron a su favor aunque simpatizaron con su causa. La autoridad de Jesús, moral y profética, enfrentó directamente la estructura de poder que movilizaba a algunos y paralizaba a otros para responder a su llamado. Las tres parábolas de Mt 21.28-22.14 muestran ese conflicto.

Por ello, la simplicidad de la historia expuesta por Jesús (que sólo aparece en Mt) resume con claridad qué tipo de respuesta se puede dar al mensaje y qué consecuencias prácticas puede tener dicha respuesta para la vida cotidiana. Al situar en el espacio de la cotidianidad la voz de Dios como padre para encomendar una tarea específica a sus hijos, el Señor coloca el llamado al discipulado en una nueva situación que ya no se realizará en el ámbito ritual o “religioso” sino en el terreno de todos los días, en el horizonte del mundo donde cada quien se mueve. El primer hijo abiertamente no quiso ir (lo cual recuerda la actitud de un profeta como Jonás) al trabajo encargado. El segundo es incluso más cortés con su padre, pero finalmente decide no obedecer. La disposición permanente para obedecer y seguir los caminos del Señor sólo puede proceder de un auténtico compromiso que deslinde a la persona de las demás prioridades que flotan en el ambiente.

El primer hijo, que experimenta remordimiento (metamelētheis), no arrepentimiento (metanóia). El remordimiento machaca en el pensamiento y hace sentir mal a la persona, le altera su normalidad psicológica y espiritual. Pero el pasaje no insiste tan claramente en esa distinción, porque de cualquier manera a la persona aludida le resultó positiva esa experiencia para reconsiderar su respuesta y así recapacitar y obedecer. Sin ánimo de colocarlo en un lugar de superioridad sobre su hermano, el pasaje expone dos tipos de respuestas muy claras: se puede tener la certeza de no desear actuar y nadie podrá modificar esa actitud, pero abrir la posibilidad de responder afirmativamente existe como algo real que puede modificar el curso de las cosas.

El comentario de la parábola coloca a las personas menos pensadas como aquellas que, habiendo recapacitado sobre las características negativas de su vida, pueden dar una respuesta positiva al llamado y llegar a ser, eventualmente, buenos discípulos/as de Jesús, persistentes y confiables. La disposición que él espera, entonces, es una actitud de respuesta que se va gestando en el interior de las personas por la obra del mismo Dios a través de su Espíritu. Al final, Jesús reprocha que la actitud de sus adversarios no llegó al nivel del primer hijo, de experimentar remordimiento para actuar positivamente ante su llamado.

Mateo 21.28-32


28 —¿Qué les parece? Una vez, un hombre  tenía dos hijos le dijo a uno de ellos: “Hijo, hoy tienes que ir a trabajar a la viña”. 29 El hijo contestó: “No quiero ir”. Pero más tarde cambió de idea y fue. 30 Lo mismo le dijo el padre al otro hijo, que le contestó: “Sí, padre, iré”. Pero no fue. 31 Díganme, ¿cuál de los dos cumplió el mandato de su padre?
Ellos respondieron: —El primero.

Y Jesús añadió: —Pues les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van a entrar en el reino de Dios antes que ustedes. 32 Porque vino Juan mostrando con su vida cómo se debe cumplir la voluntad de Dios, y ustedes no le creyeron; en cambio, sí le creyeron los recaudadores de impuestos y las prostitutas. Y ustedes lo vieron, pero ni aun así cambiaron de actitud dándole crédito.

domingo, 18 de mayo de 2014

Letra 368, 18 de mayo de 2014

EL DIOS VIVO: SU PODER
Karl Barth, Instantes

“Tuyo es el poder”. (Mateo 6.13)

El poder de Dios se distingue de toda impotencia. Existe también un poder de la impotencia. Pero Dios no es impotencia total ni parcial. Se distingue de todos los demás poderes precisamente porque puede hacer lo que quiere. Dios está por encima de todos los demás poderes. Esos otros poderes se nos imponen de manera completamente distinta, de cómo lo hace Dios.
Dios no es uno más de esos poderes mundanos, ni siquiera el supremo poder de todos ellos; no está limitado ni condicionado por ellos, sino que es el Señor de señores. Y Dios no es el “poder en sí”. No se puede comprender quién es Dios desde una elevadísima quintaesencia del poder. Y quien llama a Dios el “Todopoderoso” habla de Dios yéndose lamentablemente por las ramas. Pues el “Todopoderoso” es el diablo. Donde el poder en sí quiere ser autoridad y pretende establecer el derecho, allí nos las habernos con la “revolución del nihilismo”.
El poder en sí es malo. El poder de Dios se contrapone a ese poder en sí. El poder de Dios es desde el principio el poder del derecho. Es poder cimentado en el derecho. La omnipotencia de Dios como poder del derecho es el poder del Dios que en sí mismo es el amor. Lo que se opone a este amor es, como tal, injusticia, por lo que tampoco es auténtico poder. El poder de Dios sí es auténtico poder. Este poder de Dios es el poder de su libre amor en Jesucristo, en quien se ha revelado y puesto en movimiento.

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ERNESTO CARDENAL, VIDA EN EL AMOR (Fragmentos)

El placer es un falso dios que nos dice: entrégate a mí y yo te saciaré. Pero no nos sacia nunca porque nuestra alma es mayor que el placer. No se contenta con un placer que no sea infinito. Somos ánforas rotas. Ni con una belleza que tenga límites. Y toda belleza que no es Dios tiene un límite. “En toda perfección vi un límite”, exclama el salmista. De ahí ese íntimo sentimiento de tristeza, esa dulzura dolorosa de las cosas bellas.

Los animales sí se sacian con la creación y no desean más. Pero el hombre sólo se sacia con infinito.

Todo instinto en la naturaleza exige racionalmente ser satisfecho, y toda necesidad natural tiene que ser satisfecha. El hombre nace con un instinto de infinito, con un instinto de Dios, y este instinto tiene que ser satisfecho. Es la "sed de ilusiones infinita", de la que habla Darío.

Todo apego a las criaturas es frustración. Una frustración tan honda como la de un dictador privado del poder. Porque es un apego a algo que no nos pertenece, que injustamente queremos dominar y que nos es arrebatado.

Pero cuando uno ha gustado de Dios ya no desea los placeres de las criaturas. Igual que en un banquete tendrías repugnancia del pan agusanado que comías con avidez y con deleite en el campo de concentración.

Ese fulgor de la verdad, de lo real y de lo auténtico que resplandece en todos los seres, y por lo cual nos atraen todas las cosas, es el fulgor de Dios (Él es infinitamente eso, pues Él es la Verdad), y ese dulce fulgor de bondad que resplandece en todos los seres y el deslumbrante fulgor de la belleza con que nos atraen todas las cosas, son también el fulgor de Dios.

De Él toman su luz todas las estrellas y todas las hermosas cabelleras que hay en el mundo. Él está presente en todas las cosas, inflamándolas sin consumirlas, como el fuego de la zarza que vio Moisés.

En presencia de todo lo bello, de una mujer bella, por ejemplo, debes pensar en la belleza infinita de tu Amado que es el creador de toda la hermosura de la tierra, y alegrarte desinteresadamente por la gloria que esa hermosura le tributa a tu Amado, sin querer poseerla tú y quitársela a tu Amado, puesto que tu Amado es para ti y tú eres para tu. Amado. Alégrate por toda esa belleza porque ella es un canto de gloria para tu Amado, y por lo tanto es un canto de gloria para ti. Porque tú eres para tu Amado y tu Amado es para ti.

La tierra es bella en todas partes: Nicaragua como Venecia, Kentucky como el Sahara. Todos los panoramas del mundo son bellos: el mar, el desierto y los bosques, la estepa, los lagos, las montañas, el trópico y el ártico. Porque en todas partes está Dios rodeándonos de belleza y de poesía, metiéndonos por los ojos y por todos los sentidos de nuestro cuerpo la belleza visible que Él ha creado y que es un reflejo y un resplandor de su belleza invisible.

Toda tu tierra es bella y todos sus rincones están llenos de encanto y todos sus seres son seductores, pero ¿cómo no vamos a renunciar a esa seducción por poseerte a Ti que eres mucho más que todo eso? Y si la tierra nos seduce tanto ¿cómo no vamos a arder por verte cara a cara?

Iría a pie hasta el fin del mundo si supiera que voy a encontrarte allí. Pero Tú estás dentro de mí y no en el fin del mundo.

Estás dentro de mí y en tus ojos están concentrados todos los ojos de las muchachas que yo he amado y los ojos de las que me han amado y mucho más, y todas las miradas de amor que ha habido en el mundo y mucho más, y tus ojos están fijos en mí desde toda la eternidad, y desde toda la eternidad me están mirando.

EL LENGUAJE ESPIRITUAL EN VIDA EN EL AMOR (I)

Para quienes no están familiarizados con el lenguaje de la mística cristiana, Vida en el amor puede parecerles algo exótico, extraño, para su paladar espiritual. Pero lo cierto es que la conjunción entre la genuina poesía y la profunda reflexión cristiana es lo que le permitió a este poeta-sacerdote nicaragüense encontrar el tono justo para empatar ambas experiencias en una: el goce estético del lenguaje trabajado con fidelidad a sus raíces y la afirmación de una fe bien situada, contextual, y sólidamente liberadora. Los que suponen que Cardenal tuvo que esperar el surgimiento de la teología de la liberación para hablar poéticamente como lo hace, ignoran que desde hacía décadas se encontraba sumergido en una búsqueda que daría como frutos sus versiones de los salmos, publicadas por primera vez en 1964 y este maravilloso libro en prosa de 1970, justamente en los años de la protesta y las luchas revolucionarias. Así, podría decirse que Cardenal hizo la revolución espiritual con el arma por excelencia: el lenguaje que brota de un corazón poseído por la certeza de la fe y que eso no le impidió participar en la lucha concreta para librar a su país de la dictadura.
Mientras muchos de sus compañeros estaban en las trincheras para expulsar al tirano, Cardenal luchaba casi literalmente, cuerpo a cuerpo con Dios. Acaso la razón de este lenguaje que mezcla lo cotidiano con lo altamente político y espiritual sin demeritarse mutuamente, sea la experiencia de un autor que antes de ser sacerdote experimentó todos los placeres de la vida, incluido el amoroso. Eso le permite ahondar en el trato con Dios de una manera singular que no elude los más inéditos resquicios para valorar la pérdida de todos los demás bienes para quedarse “únicamente” con Dios.
Vida en el amor es el testimonio de esa entrega, esto es, de la decisión por hacer de Dios el compañero íntimo y de afrontar las consecuencias de ese amor absoluto. En la experiencia mística, entregarse a Dios es un auténtico matrimonio espiritual, en la línea del Cantar de los Cantares, del Apocalipsis, de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús. Las “bodas místicas” del alma con Dios representan las alturas más grandes a que puede aspirar la fe. Por ello, en la lectura del libro es posible acceder al constante efluvio de un corazón libre, feliz y sinceramente enamorado de Dios, pues Él se había enamorado primero, según dicen las cartas de Juan.
Formado por apuntes, pensamientos y meditaciones de los días que el autor pasó en un monasterio de Kentucky mientras guardaba un voto de silencio, Vida en el amor es un itinerario de fuego en el que se alcanzan diversas etapas de encuentro con el Dios de Jesús, quien llegó a la vida del poeta para no salirse jamás. La mística, entonces, se convierte en una experiencia de lo sagrado que rebasa cualquier forma de aprendizaje eclesiástico de fórmulas espirituales o técnicas de acercamiento a la superación religiosa, porque después de todo, “Dios es la patria de todos los hombres”, sólo que la experiencia de fe está reservada para unos cuantos. (LCO)

Actividades

OREMOS POR LOS PLANES Y LAS PRÓXIMAS ACTIVIDADES
DE LA IGLESIA

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 20 de mayo, 19 hrs.
Modera: Oswaldo Aguilar A.

Llamamiento: Miqueas 2.12-13
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Grande es tu fidelidad” (50)
“Doquiera tu nombre grandioso resuene” (70)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Ezequiel 3.16-27
Tema: Actos simbólicos proféticos
Himno: “Yo quiero ser cual mi Jesús” (534)
Ofertorio
Bendición pastoral

LOS ACTOS SIMBÓLICOS (II)
Louis Monloubou

Estos gestos son más abundantes aún en Jeremías: el cinturón llevado al Éufrates (13.1-11); su celibato y su negativa a participar del luto y de las fiestas de su ambiente (16); el cántaro roto (19); el nombre maléfico que le da a un adversario condenado (20.3); el yugo que se pone en la cerviz como signo de una esclavitud muy próxima (27); el mismo yugo roto por Ananías que intenta anunciar el fracaso de Nabucodonosor (28, las.); la compra de un terreno para señalar los tiempos en que el país volverá a la vida normal (32); finalmente, la construcción de un estrado para el trono de Nabucodonosor, futuro conquistador de Egipto (43.8-10), así como el libro tirado al Éufrates como signo de la próxima aniquilación de Babilonia (51.59-64).
También son abundantes los actos simbólicos realizados por Ezequiel, aunque su desarrollo resulta quizás confuso; una confusión que se debe unas veces al temperamento del profeta, cuya oscuridad manifiesta irritaba a los que le rodeaban (24.19), Y otras veces a las diversas modificaciones introducidas en el texto por los sucesivos editores.
Ezequiel se encierra en su casa, se vuelve mudo y es atado con sogas (3.24-27). Imita así el asedio de la ciudad (4.1-3a); indefinidamente reclinado sobre un lado y luego sobre otro, representa el estado de postración en que caerán los dos reinos (4.4-17). Con la barba y los cabellos cortados, sugiere el destino trágico del pueblo (5.1-3). Cargándose con un saco de emigrante, anuncia la marcha al destierro de los habitantes de Jerusalén que todavía seguían allí (12.1-16). Ezequiel se alimenta con una comida despreciable, señal de la suerte que conocerán los desterrados (12.17-20). Representa o imagina al rey de Babilonia decidiéndose a marchar contra Jerusalén (21.23-25). Cuando muere de repente su esposa, se niega a llevarle luto para señalar la desgracia todavía mayor que va a ocurrir (24.15-27). En fin, uniendo en su mano dos varas que representan respectivamente a Judá y a José (los dos reinos del sur y del norte), mima la unificación futura de los dos grupos rivales (37. 15-28). Como último ejemplo de los gestos simbólicos realizados por los profetas del Antiguo Testamento, Zacarías entrega una corona a Josué, el sumo sacerdote (Zac 6.9-11).
La tradición de los gestos, espectaculares a veces y siempre significativos, continúa con el Nuevo Testamento.
Los profetas del Antiguo Testamento, p. 28

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PRÓXIMAS ACTIVIDADES


25 – 3er Taller Bíblico: El Éxodo, reserva permanente de sentido

Con una entrega fiel, L. Cervantes-O.

18 de mayo, 2014

Por su causa soporto todas estás penalidades. Pero no me avergüenzo; sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que tiene poder para proteger hasta el día del juicio la enseñanza que me ha confiado.
II Timoteo 1.12, La Palabra (Hispanoamérica)

Al volver a recurrir a las cartas pastorales, salta a la vista la manera en que la II Timoteo insiste en el tema de la entrega fiel a Jesucristo. El lenguaje sobre la entrega al Señor remite inevitablemente a la mística, puesto que la decisión espiritual y existencial de responder a la previa entrega de su parte con un acto similar conduce a una experiencia de comunión que rebasa las fórmulas establecidas. Casi podría decirse que la lectura mística es la lectura “obligada” de II Tim 1.6-13, dado que allí se advierte hasta dónde puede llegar el compromiso con la fe entendido como “entrega fiel” a la causa de Jesucristo.

El texto comienza con un imperativo: “haz memoria”. Una expresión similar (reforzada) se repetirá en 2.14. Estos imperativos de “hacer memoria, recordar” no tienen por objeto que “Timoteo” recuerde él estas cosas, sino que constituyen el núcleo fuerte de contenidos de la enseñanza y proclamación en la que se debe esforzar. Este evangelio (la alusión a 1.10-11 es clara) tiene un contenido: es la referencia a Jesús, el Cristo. La tradición a la que ha de ser fiel “Timoteo” no es una tradición por si, ni siquiera la tradición paulina, sino el mensaje que lo vincula con la resurrección de Cristo.[1]

Las primeras palabras insisten en la gratuidad del don recibido inesperadamente por parte de Dios y en la necesidad de tenerlo siempre presente: “Por eso, te recuerdo el deber de reavivar el don que Dios te otorgó cuando impuse mis manos sobre ti” (v. 6). La presencia del apóstol como mediador humano de esa gracia divina otorgada tampoco puede quedar de lado y expresa la calidad del discipulado practicado por ambos, como “padre” o guía espiritual y como seguidor constante que pudo llegar hasta lo que hoy conocemos como “ordenación”. ¿Cuándo Pablo consideró que Timoteo podía ser ordenado? No lo sabemos, sólo se aprecia que éste debía valorar permanentemente lo recibido.
La capacidad entregada por Dios a este creyente lo capacita para superar con “fortaleza, amor y dominio de nosotros mismos” (v. 7) los riesgos que seguramente debía enfrentar al cumplir las obligaciones de su “ministerio”. Por ello, Timoteo no debía avergonzarse “de dar la cara por nuestro Señor y por mí, su prisionero”, dado que, “al contrario, sostenido por la fuerza de Dios” debía sufrir juntamente con él “por la propagación del mensaje evangélico” (v. 8). El grado del compromiso adquirido debía alcanzar alturas no estoicas o de disposición al sufrimiento, sino más bien, de genuina comprensión de los alcances de la tarea que debía emprenderse en medio de los avatares y la oposición del mundo.
La referencia a Dios mismo, “quien nos ha salvado” y quien demanda “una vida consagrada a él” denuncia la inutilidad de las obras humanas y sitúa el llamado de Dios en las esferas eternas e inconmensurables: “antes de que el tiempo existiera” (v. 9). Esa es la raíz de la mística: la posibilidad de asociarse, comprometerse o incluso “casarse” con el Dios eterno e inaccesible que se hace presente y profundamente cercano. Este Dios ha venido en cristo en busca de una fidelidad a toda prueba que supere las resistencias del mundo y demuestre que el amor divino en efecto supera cualquier cálculo o egoísmo barato anclado en la superficie de las relaciones. Ante Él, en este sentido, no puede haber banalidad sino una persistente seriedad en el trato, como en el matrimonio bien asumido.
Esa vía de acercamiento y compromiso con Dios ha sido bien señalada por autores tan diversos como Rabindranath Tagore y Ernesto Cardenal. El primero, en unas palabras ejemplares:

Tú estás aquí
Abandonaría estos cantos y salmodias y recitaciones de rosario. ¿A quién rindo culto en este oscuro rincón del templo con todas las puertas cerradas? Abro los ojos y veo que Tú, Dios mío, no estás delante de mí.
Tú estás allí donde el labrador labra la dura tierra y donde el peón caminero rompe las piedras. Tú estás con ellos bajo el sol y bajo la lluvia, y tu vestido está cubierto de polvo. Me quito el manto sagrado y, como Tú, bajo hasta la tierra polvorienta.
¿Liberación? ¿Dónde se encuentra la liberación? Tú mismo has cargado gozosamente con los lazos de la creación; estás atado a todos nosotros para siempre.
Salgo de la meditación y dejo a un lado flores e incienso. ¡Qué importa si mi vestido se rompe y ensucia! Es en el duro trabajo y en el sudor de mi frente donde te encuentro y puedo estar a tu lado. (Gitánjali, 11)[2]

Y Cardenal, por su parte:

La juventud es la edad de entregarse a Dios, porque es la edad de las ilusiones y del amor —del amor del hombre a la mujer, y de la primavera y del Cantar de los Cantares—, y la entrega a Dios es una entrega de amor. Y mientras más sueños tengas tú y más ilusiones (“una sed de ilusiones infinita”) y más amor a lo que dejas, es mayor el don que das y es mayor lo que recibes y el amor mutuo es mayor. Si uno estuviera desengañado de la vida, ¿qué vida va a dar? Dios pide la juventud y el ardor y la pasión y los sueños. Pide lo que te pide el matrimonio, porque su amor es matrimonio.[3]

Porque ese regalo de Dios ha de compartirse en una entrega intensa y duradera también a los demás, como lo hacen las madres y los buenos maestros. Ese don forma parte de un mensaje capaz de destruir la muerte y hacer brillar “la luz de la vida y de la inmortalidad” (v. 10). Al ser “pregonero, apóstol y maestro” de ese mensaje (v. 11) el maestro de fe subraya que es la razón por la que soporta “todas estas penalidades” sin avergonzarse tampoco debido a la confianza absoluta que tiene en el Señor (a quien no menciona por su nombre en el v. 12: “sé en quién…”), y Él, con toda certeza culminará finalmente la obra fiel de enseñanza emprendida gracias a su poder. Su trabajo, así, superaría las barreras espaciales y temporales y adquiriría una resonancia que llega hasta nuestros días.
La entrega fiel no depende de una absoluta creencia doctrinal, aunque sea sumamente relevante porque es eminente cristocéntrica (v. 13: “Toma como norma la auténtica enseñanza que me oíste acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús”). La fidelidad es resultado, finalmente, de la obra “del Espíritu Santo que habita en nosotros” (v. 14), la única garantía de que esa “hermosa enseñanza” confiada produzca sus frutos de fidelidad y entrega irrestrictas.



[1] Néstor Míguez, “Se trata de fidelidad. Estudio de 2 Timoteo 2.9-15”, en RIBLA, núm. 50, www.claiweb.org/ribla/ribla50/se%20trata%20de%20fidelidad.html.
[2] http://almabetania.org/poesia/tagore/docs/Tagore_Gitanjali.pdf.
[3] E. Cardenal, Vida en el amor. 3ª ed. Buenos Aires-México, Carlos Lohlé, 1977, p. 103.

II Timoteo 1.6-14


6 Por eso, te recuerdo el deber de reavivar el don que Dios te otorgó cuando impuse mis manos sobre ti. 7 Porque no es un espíritu de cobardía el que Dios nos otorgó, sino de fortaleza, amor y dominio de nosotros mismos. 8 Así que no te avergüences de dar la cara por nuestro Señor y por mí, su prisionero; al contrario, sostenido por la fuerza de Dios, sufre juntamente conmigo por la propagación del mensaje evangélico.
9 Dios es quien nos ha salvado y nos ha llamado a una vida consagrada a él, no porque lo merecieran nuestras obras, sino porque tal ha sido su designio conforme al don que se nos ha concedido por medio de Cristo Jesús antes que el tiempo existiera. 10 Un don que ahora se ha hecho manifiesto por la aparición de Cristo Jesús, nuestro Salvador, cuyo mensaje ha destruido la muerte y ha hecho brillar la luz de la vida y de la inmortalidad. 11 De ese mensaje Dios me ha constituido pregonero, apóstol y maestro. 12 Por su causa soporto todas estás penalidades. Pero no me avergüenzo; sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que tiene poder para proteger hasta el día del juicio la enseñanza que me ha confiado.

13 Toma como norma la auténtica enseñanza que me oíste acerca de la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. 14 Y, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros, guarda la hermosa enseñanza que te ha sido confiada.

domingo, 11 de mayo de 2014

Letra 367, 11 de mayo de 2014

EL DIOS VIVO: SU GRANDEZA
Karl Barth, Instantes

Gloria a Dios en las alturas. (Lucas 2.14)

El Dios de la confesión cristiana de fe, a diferencia de todos los demás dioses, no es encontrado e inventado, ni es un Dios descubierto en última instancia por el hombre; no es el cumplimiento de lo que el hombre de todos modos estaba buscando y a punto de encontrar. Nosotros, los cristianos, hablamos del que ocupa absolutamente el lugar de todo cuanto en otras ocasiones se suele llamar “Dios” y, por lo tanto, desbanca y excluye todo eso y afirma ser sólo El la verdad. Allí donde se llega a ver al verdadero Dios, los dioses caen por tierra, y El queda como el Único. Él es el que está por encima de nosotros, y también por encima de nuestros más elevados y más profundos sentimientos, esfuerzos e intuiciones, por encima de los productos del espíritu humano por muy sublimes que éstos sean. Y esto guarda relación con lo siguiente: Dios no es sólo indemostrable e inescrutable, sino también inconcebible. “Dios en las alturas” significa aquel que está cimentado absolutamente en sí mismo y, de ese modo, es real. Aquel que está patente y se hace patente a nosotros, los hombres, única y exclusivamente por sí mismo. Precisamente este “Dios en las alturas” se ha vuelto como tal al hombre, se ha dado al hombre, se le ha hecho cognoscible. “Dios en las alturas” no denota un totalmente Otro que nada tiene que ver con nosotros ni nos atañe en nada, que sería eternamente aje- no a nosotros; “Dios en las alturas”, en el sentido de la confesión cristiana de fe, significa: aquel que desde las alturas se inclina profundamente hasta nosotros, ha venido a nosotros, se ha hecho de los nuestros. Dios en las alturas es el Dios que se muestra como el verdadero Dios y, por tanto, como aquel que en modo alguno está en nuestras manos, a pesar de lo cual nos ha tomado precisamente así de la mano.
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CANONIZACIONES 2014: UN ABORDAJE NO CATÓLICO  (II)

Es verdad que el tamaño del país relativiza bastante ese crecimiento numérico, pero también es cierto que, si bien de manera lenta, el rostro religioso de la sociedad mexicana está mutando progresivamente. No ser católico en una sociedad así tampoco es impedimento para acercarse a la fenomenología que de cualquier modo afecta a las mayorías y a las minorías que siguen, muchas veces con escaso interés, lo que sucede en el espectro católico-romano.
Al redactar estas líneas, no se puede olvidar el impacto que ha tenido en México (el país “siempre fiel” al catolicismo más tradicional, aunque con sus islotes progresistas y carismáticos) el conocimiento del apoyo irrestricto de Wojtyla a ese personaje satanizado muy a posteriori por su propia iglesia, pero que en sus mejores tiempos encarnó la práctica más triunfalista del catolicismo de orientación abiertamente pre-conciliar: Marcial Maciel. Todo lo que ahora se sabe sobre él pasó hace muchas décadas por los despachos pontificios sin que se le marcara un alto porque acaso su capacidad para convencer a las clases sociales más encumbradas de las que obtuvo ingentes recursos económicos, influyó más que su pésima fama acumulada y hoy difundida hasta el cansancio. Podría decirse, sin temor a la equivocación, que Maciel fue el paradigma de lo más opuesto a una opción por los pobres, pues su labor entre los feligreses católicos más ricos se colocó a años luz de lo que se vivió en otras zonas geográficas, ideológicas y culturales de su misma iglesia. Lejos se ve ya el impacto del Concilio Vaticano II impulsado por Roncalli y que abrió las puertas para el diálogo y el surgimiento de nuevas formas de espiritualidad, liturgia y acción.
Porque hay que decirlo sin medias tintas: el esfuerzo de Wojtyla por echar atrás esas reformas y ajustes tuvo un resultado muy eficaz y le vino como anillo al dedo a quienes anhelaban volver a las viejas maneras de ser católico en nuestro subcontinente. Para muestra, vayan los casos de los obispos ya fallecidos Sergio Méndez Arceo y Samuel Ruiz. El primero, para quienes en el ámbito no católico no estén muy familiarizados, encabezó desde Cuernavaca una auténtica “revolución” religiosa que intentó centrar en la persona de Cristo la vida de fe de la grey católica. Ruiz, a su vez, promovió formas de inculturación que, en su momento, le ganaron una enorme oposición en Roma. A la muerte de Méndez Arceo, se buscó acabar con su legado colocando a Juan Jesús Posadas Ocampo en su lugar, y en Chiapas, se impuso a Raúl Vera como obispo coadjutor de Ruiz para echar por tierra su huella pastoral, sin imaginar que asumiría las posturas de éste en una espectacular conversión que dura hasta la fecha.
Además de apresuradas, ambas canonizaciones (sobre todo la de Wojtyla, rechazada por diversos sectores católicos con base en su manifiesta inoperancia o complicidad para tratar el bochornoso caso de Marcial Maciel y los Legionarios de Cristo) resulta, a todas luces, una medida desesperada para tratar de frenar el éxodo de católicos que se calcula en unos 10 mil por día en América Latina, especialmente después de la “experiencia Ratzinger”, en la que la falta de carisma del notable teólogo encumbrado al trono papal hizo (entre otras cosas conocidas y otras que tardarán tiempo en revelarse), que él mismo abdicase al puesto. Muchos de esos fieles perdidos por el catolicismo, ciertamente no van a dar a las demás iglesias, sino que recalan en el agnosticismo o en el abierto ateísmo, además de que otras religiones, como el islamismo, también consiguen adeptos fruto de esa “sangría religiosa”.
Por último, las palabras de Barranco son lapidarias ante la falta de sensibilidad del Vaticano en aras de acelerar la subida a los altares de alguien como Wojtyla: “En otras palabras, el papa polaco tiene algunos expedientes candentes, humeantes, propios de un estadista de larga duración. Sin embargo, los escándalos mundiales de pederastia surgen en su pontificado y los hereda al sufrido Benedicto XVI, estigmatizando una herida en el capital moral de la Iglesia”. En México todavía está muy fresca la herida causada por Ratzinger al negarse a hablar personalmente con las personas que fueron objeto de pederastia por Maciel. Quizá ése sea el mayor estigma que ahora resplandece en su ignominia a los ojos de muchos, creyentes o no, católicos o no, porque se trata, a todas luces de un asunto relacionado con los derechos humanos de las personas, un tema que ninguna iglesia puede darse el lujo de poner en segundo plano:

Existen personas y organismos sociales en México que han externado indignación por la negativa del Vaticano a considerar las pruebas documentales que muestran que en los mismos archivos de la Santa Sede existen por lo menos 212 expedientes que ponen de manifiesto el comportamiento doloso y patológico no sólo de Maciel, sino de sus legionarios. Estos textos son invisibles para la Congregación para las Causas de los Santos y, afortunadamente, están contenidos en el libro La voluntad de no saber. El encubrimiento eclesiástico no sólo ampara, entonces, a los pederastas, sino a los propios encubridores.

Y curiosamente, el apelativo de “papa bueno” para Roncalli, contrasta rotundamente con la parafernalia que sigue acompañando la huella de Wojtyla. Y Blancarte no deja de subrayar estos claroscuros: “Se pueden decir muchas cosas del papa polaco, pero ciertamente el adjetivo de ‘bueno’ no sería el que más le acomodaría”. Tal vez por eso, la convocatoria de diversos grupos católicos, dentro y fuera de México, para manifestar su inconformidad hacia esta canonización (“Pide el Observatorio Eclesial al Papa detener la canonización de Wojtyla”, www.jornada.unam.mx/2014/04/09/sociedad/046n2soc; “Grupo de fieles cuestiona la canonización del papa Juan Pablo II”, www.nacion.com/mundo/europa/Grupo-fieles-cuestiona-canonizacion-papa_0_1410258995.html) sea un signo de que los tiempos están cambiando, aunque otros sectores se resistan. (LCO)

Notas

[1] B. Barranco, “La canonización de Estado de Juan Pablo II”, en La Jornada, 23 de abril de 2014,www.jornada.unam.mx/2014/04/23/opinion/018a1pol.
[2] R. Blancarte, “La política de la canonización”, en Milenio Diario, 22 de abril de 2014,www.milenio.com/firmas/roberto_blancarte/politica-canonizacion_18_285751424.html.

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PEÑA NIETO SE COMPROMETE CON OBISPOS CATÓLICOS A ACCIONES CONJUNTAS CONTRA LA VIOLENCIA
ALC Noticias, 8 de mayo de 2014

En la sede de la Conferencia del Episcopado (CEM), en Cuautitlán, Estado de México, al norte de la capital, tuvo lugar el pasado viernes 2 de mayo una reunión del titular del Ejecutivo con más de 100 prelados, ante quienes expuso cómo han descendido los índices delictivos en el país, según consigna la nota de El Universal. Además, “se comprometió con los religiosos a realizar acciones conjuntas para contrarrestar la violencia en el país y a dar respuesta a sus inquietudes en un plazo no mayor de cinco días”. Todo ello porque Enrique Peña Nieto abrió la posibilidad de “que los obispos le compartan información en materia de inseguridad y violencia, la cual obtiene ellos a través de los fieles, aunque los religiosos resaltaron que no todas las personas están denunciando los delitos”.
Eugenio Lira, secretario general de la CEM, dio a conocer lo abordado en el encuentro privado que duró más de una hora y en el cual se habló de la situación de los migrantes, los alcances de la reformas estructurales y las leyes reglamentarias en discusión. Estuvo presente también secretario de Gobernación (Interior), Miguel Ángel Osorio Chong y Eruviel Avila, gobernador del Estado de México. Los obispos, encabezados por el presidente de la CEM, Francisco Robles Ortega, le expresaron su preocupación “porque las reformas estructurales respondan al bien de la población”, agrega la nota.
“Fue el comienzo de un diálogo sobre este tema de las reformas estructurales, el tiempo fue breve y quedan muchas cuestiones que aclarar, por eso quedó abierto el diálogo para seguirlo por la vía institucional. Hay más cosas que aclarar y profundizar más sobre las reformas”, dijo Eugenio Lira. “Se trató de un diálogo importante, necesario y oportuno por lo delicado de reformas estructurales que impactan al presente y futuro del país. Son reformas necesarias, pero en los que hay temas que nos preocupan a los obispos, y el Presidente dio respuesta en algunos temas al respecto, pero habrá que profundizar más por las vías institucionales”, añadió.

Sobre el primer punto mencionado, en su artículo quincenal, Bernardo Barranco refirió más detalles al afirmar que Robles Ortega expresó: “La gente se pregunta en qué le beneficiarán las recientes reformas estructurales y el tiempo que tardará en que esto se vea reflejado de manera concreta en la paz, en la vida democrática, en su economía y en su progreso integral. Esta incertidumbre se ve acrecentada por las situaciones de violencia, inseguridad, desempleo y pobreza que viven muchas personas”. Asimismo, le entregaron a Peña Nieto un comunicado titulado Por México ¡actuemos!(www.cem.org.mx/contenido/337-mensaje-de-los-obispos-de-mexico-por-la-paz-desarrollo-educacion.html). Allí se plantean con cierta energía varias preguntas sobre la coyuntura actual del país:


¿Qué garantizará que la Reforma Educativa impulse un verdadero desarrollo integral para todos; una reforma en la cual se reconozca el derecho fundamental de padres y madres de familia, y la sociedad en su conjunto asuma la responsabilidad que le corresponde; y no venga a alimentar una nueva estructura burocrática que sólo defienda sus propios intereses? ¡Sin educación de calidad no hay personas, ni pueblos libres!

¿Qué garantizará que la Reforma Fiscal fomente una contribución verdaderamente justa, equitativa, corresponsable, clara, sin complejidades y que sea utilizada con honestidad y transparencia para construir un país con menos desigualdades, que favorezca el empleo digno y bien remunerado y las inversiones productivas; o será una maraña en la que puedan evadirse o esconderse quienes se benefician de los recursos del pueblo de México? ¡Sin honestidad, veracidad y transparencia los recursos seguirán siendo botín de pocos!

¿Que garantizará que la Reforma Política consolide una auténtica democracia y una real participación ciudadana que supere las artimañas de los más habilidosos para lucrar con el poder? ¡Sin verdadero amor al prójimo, sólo habrá una búsqueda ambiciosa de pedazos de poder!

¿Qué garantizará que la Reforma Energética haga que los recursos del País se inviertan para superar los graves atrasos de gran parte de la sociedad mexicana, y que las inversiones públicas o privadas, nacionales o extranjeras sean promotoras de progreso social, humano y comunitario, y cuidadosas del medio ambiente, por encima de intereses particulares? ¡Si la persona humana no está por encima del dinero, el dinero le pondrá precio a cada persona!

¿Qué garantizará que la Reforma en Telecomunicaciones ponga al alcance de todos las ventajas de la tecnología, la calidad de los contenidos y el respeto a la dignidad y privacidad de los ciudadanos? ¡Sin verdad y sin justicia los monopolios sólo cambiarán de manos, la manipulación de la opinión pública y de los contenidos la definirán los intereses dominantes!

Según Barranco: “Por primera vez en mucho tiempo, los obispos abandonan el lenguaje de terciopelo para confrontar ante los protagonistas de las reformas el destino del país”. Algo que, en efecto, no sucedió en los dos sexenios anteriores gobernados por Acción Nacional, tradicionalmente de orientación católica. Esta actitud un tanto beligerante y de exigencia estaría en consonancia con la línea dictada por el papa Bergoglio en el sentido de que “los obispos deben comprometerse más con los pobres y deben tener un rol social más decidido”. Este articulista va más allá:

Es particularmente refrescante este giro porque la jerarquía venía abusando de su apoyo incondicional y acrítico hacia los gobiernos en turno. Parecía no sólo refugiarse en los poderes del Estado para colocar su agenda, sino también para enfrentar la creciente competencia religiosa de las iglesias pentecostales. Después de mucho tiempo, la jerarquía asume a la sociedad como referente, como su real interlocutor. Después de mucho, los obispos, con cuidado y delicadeza, toman distancia de las opciones y apuestas que está haciendo el gobierno de Peña Nieto. 

Esta nueva postura afectaría la credibilidad de Peña ante los duros reproches de algunos sectores y los más recientes sucesos: desde el abierto desafío de los grupos de autodefensa en Michoacán hasta los desplegados del director de cine Alfonso Cuarón. El, al parecer, inesperado viraje de los obispos obedecería a las próximas visitas al Vaticano y así no llegar “con las manos vacías” frente a las exigencias sociales y pastorales de Bergoglio.
Casualmente, unos días antes de esta reunión, y a la luz de las recientes canonizaciones de los papas Roncalli y Wojtyla, han circulado algunos artículos que dan a conocer estadísticas relacionadas con la constante disminución de la población católica en el país. [2] Particularmente, El Universal publicó un reportaje amplio sobre ese tema.[3] Finalmente, el lunes 5, el programa de Barranco en la televisión estatal (http://oncetv-ipn.net/sacroyprofano/) estuvo dedicado a discutir el Estado laico y las reformas a los artículos 24 y 40 constitucionales, modificados para establecer la “libertad religiosa” y la laicidad del Estado de manera específica.


[1] B. Barranco, “El factor Francisco en la relación Iglesia-Estado”, en La Jornada, 7 de mayo de 2014,www.jornada.unam.mx/2014/05/07/opinion/023a2pol.
[2] Cf. la Encuesta Nacional de Cultura y Práctica Religiosa, del Instituto Mexicano de Doctrina Social,www.encuestacreerenmexico.mx/, y el Panorama de las religiones en México 2010, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi),www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/2010/panora_religion/religiones_2010.pdf.Según la primera, 89 millones de ciudadanos se consideran católicos, mientras que 23 pertenecen a otra o ninguna religión.
[3] Majo Siscar, “Bajan católicos, suben evangélicos”, en El Universal, 23 de abril de 2014, www.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2014/periodismo-de-investigacion-bajan-catolicos-suben-evangelicos-1005360.html.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

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