sábado, 3 de enero de 2009

Introducción a los Proverbios (I), Arturo Pérez

Libros Sapienciales: Job, Proverbios y Eclesiastés
  • Tratan con la ciencia del saber y procuran llegar a ciertas conclusiones sobre la vida humana y el mundo en general.
  • No es literatura exclusiva de Israel; era cultivada en Oriente. Ej. Egipto y Mesopotamia, o la de China. Los hebreos recibieron influencia literaria aunque no copiaron de ella, sino que por la influencia del Espíritu de Dios, alcanzaron una profundidad de pensamiento y una expresión emocional mayores, basadas en la verdad absoluta de Dios.
  • Moral y Religiosa. (Pr.1:7). Énfasis en un Dios viviente y verdadero que distingue y separa esta sabiduría de todas las demás naciones. La verdadera sabiduría es la divina. Pr.22:17-19.
    Más práctica que teórica. No es un simple ejercicio filosófico o intelectual. Para el hebreo la sabiduría es el arte de llevarse bien con Dios y con los hombres. El sabio es el que responde correctamente a las situaciones críticas. José (Gn.41:39); Salomón (1Re.3:16-28); Daniel (Dan.2:20)

Proverbios

  • “Se descubre el genio, el ingenio y el espíritu de una nación en sus proverbios” (Francis Bacon)
  • Mucha gente de la época antigua no conocía la escritura y los manuscritos eran escasos. Así que los proverbios tenían la virtud de encerrar grandes enseñanzas expresadas concisamente para fortalecer la educación oral de aquel tiempo.
  • La mejor forma de enseñar era con enunciados simples y precisos pero de gran profundidad, que fueran fáciles de recordar. Se probaba la habilidad religiosa por la memorización de los proverbios. Caso de Cristo (Luc.4:23; Mat.13:57) y de Pablo.

Nombre: “Proverbios de Salomón”

  • En 3 ocasiones el libro menciona que esos eran los “Proverbios de Salomón”, y de ahí el nombre del libro (1:1; 10:1; 25:1).
  • El título hebreo de este libro es Mišelēy Šelōmōh, o “los Proverbios de Salomón. La primera palabra del libro es mãšãl.
  • Mãšãl, proviene de una raíz que significa “paralelo” o “similar” o “ilustración”; de ahí que el proverbio es una “descripción a manera de comparación”.

Autores de los Proverbios

  • Salomón (1Re.4:31-32) “pronunció” 3,000 proverbios. Tres referencias dentro (Pr.1:1; 10:1; 25:1); No significa que Salomón haya sido el autor o compositor de todos los proverbios, sino que de la antología de proverbios que hoy conocemos, Salomón compiló algunos propios y otros ajenos.
  • “Hombres sabios” (22:17)
  • “Varones de Ezequías” (25:1)
  • Agur (Pr.30:1)
  • Lemuel (Pr.31:1)

Fechas y periodos de escritura

La mayoría de estos Proverbios fueron “coleccionados” por Salomón (1:1)y terminados de compilar en el tiempo del rey Ezequías (Pro.25:1)
Rango de fechas desde el tiempo de Salomón hasta el tiempo de Ezequías, esto es, desde el 950 al 700 a.C. aproximadamente 250 años.

¿Tema central?

  • Al igual que el libro de Salmos, no consiste en una secuencia temática rigurosa. Más bien se trata de una colección de refranes aunque se pueden agrupar de ciertas maneras.
    “Dichos sabios para instruir acerca de los asuntos prácticos de la vida cotidiana enfatizando el tema del Señor”.
    Palabras claves:
  • “Sabio”, “sabiduría” – 119 veces
    “Instruir”; “instrucción” – 26 veces
    “Hijo mío” – 22 veces (ejemplo, 1:8,10; 21; 3:1; 4:1; 5:1). Estas frecuentes referencias al “hijo mío” enfatizan el deber de instruir a los jóvenes y guiarlos a una vida sabia, basada en el temor de Dios.
  • Textos claves: Pr.1:7; 9:10.

Propósito del libro

  • La función primordial del libro de Proverbios es docente; enseñar sabiduría práctica a la gente y especialmente a los jóvenes que están entrando al mundo adulto. El libro de Proverbios establece este propósito para su escritura: “para entender sabiduría y doctrina” (Pr.1:2-7).
  • Comunicar sabiduría e instrucción;
  • Ayudar a comprender palabras llenas de sentido;
  • Hacer sagaces a los jóvenes inexpertos;
  • Darles conocimiento y reflexión;
  • Enseñar que “la sabiduría no consiste en la contemplación de los principios abstractos que gobiernan el universo, sino en una relación de conocimiento reverente de Dios que se traduce en una conducta acorde con tal relación en situaciones concretas.”
    El temer al Señor nos hace conducirnos de la manera más adecuada en cada ocasión.

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