sábado, 3 de enero de 2009

La fe ante nuevas épocas


4 de enero de 2009


La fe siempre enfrenta desafíos en medio del tiempo: cada nueva época se presenta como un enigma que debe ir descifrándose a medida que avanza. El cristianismo de hoy no puede vivirse como hace 15, 20 o 30 años, eso sería casi un suicidio, pues la relevancia de la espiritualidad para nuestro tiempo sólo de mide en función del sentido que otorga a las personas para sobrevivir en medio de las crisis. Ahora mismo, cuando la economía mundial vive un estremecimiento que no se veía desde hace casi un siglo, se necesitan recursos espirituales frescos que ayuden a los individuos y comunidades no solamente a “medio vivir”, sino a vivir von esperanza suficiente para atisbar nuevos y mejores horizontes.


Las Escrituras son un testimonio fehaciente de que la actitud del pueblo de Dios ante nuevas circunstancias siempre fue creativa y expectante, pues cada vez que vivía contextos distintos, se preguntaba la forma en que debía ubicarse ante ellos. Es posible observar cómo su actitud estaba dominada por una observación crítica de las actitudes conformistas, pesimistas o acomodaticias, pues la perspectiva profética siempre llamó la atención a que la vida del pueblo oscilaba entre el amor y el juicio de Dios. De esa forma, cuando las cosas no parecían andar bien, se experimentaban las pruebas y conflictos como enromes desafíos para renovar la fe, el culto y la práctica. Por ejemplo, en el exilio babilónico se consideró casi obsoleta la necesidad de grandes santuarios y surgió la sinagoga como un espacio de refugio, reflexión y cambio, todo ello centrado en la atención primordial a la Palabra. La mirada sacrificial cedió su lugar a la disposición por buscar comunitariamente la voluntad divina en los textos sagrados mediante un ejercicio interpretativo constante. Algo similar debemos hacer ahora ante los nuevos tiempos que corren y demandan respuestas concretas de fe y acción. (LC-O)

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