Israel Flores Olmos
Iglesia Evangélica Española, 4 de febrero de 2010
El próximo 27 de febrero, en nuestra comunidad en Granada (Iglesia de san Pablo), la Iglesia Evangélica Española ordenará como pastora a Eva Domínguez Sosa.
Eva es originaria de Tabasco, en el sureste de México. Creció en el seno de una familia evangélica de tradición Presbiteriana, con todo lo que esto significa para un contexto social tan marcadamente católico, de modo que desde niña enfrentó las dificultades de una convivencia social poco plural (de hecho por motivos de la fe y testimonio de sus padres le obligaron a repetir un curso en la primaria). Sin embargo esto fue un motivo para sobresalir en la escuela y abrirse a un horizonte más amplio, que llegado el momento le conducirán a la Ciudad de México a la edad de 15 años, para formarse en la Escuela Bíblica Central para Misioneras de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, institución que está bajo de administración de la Unión Nacional de Sociedades Femeniles de la INPM. Al terminar sus estudios en dicha institución regresó a Tabasco y mientras enseñaba en la Escuela Bíblica de Comalcalco, Tabasco, cursó el bachillerato, al tiempo que dirigía grupos juveniles de las iglesias locales.
Optando por la formación musical, nuevamente se dirigió a la Ciudad de México para estudiar música sacra en el Seminario Teológico Presbiteriano de México, pero al cabo de dos años, atraída por los estudios bíblicos y teológicos y una pasión por la práctica pastoral y la predicación, cambió su matrícula a la licenciatura en teología en la misma institución, la cual concluyó en 1994. En ese tiempo, la facultad del Seminario vivió sus mejores momentos, pues contaban entre sus profesores doctores egresados de seminarios y universidades de mucho prestigio internacional como Dr. Salatiel Palomino López (Princeton), Dr. Mariano Ávila Arteaga (Westminster, Temple y John Calvin, Michigan), Dr. Eliseo Pérez Álvarez (Escuela Luterana de Teología de Chicago), Mtro. José Luis Velazco (Bossey), Dr. Abel Clemente Vázquez (Escocia y Princeton), Dr. Jean-Pierre Bastian, Dr. Frank M. Alton, Dr. Lindy Scott, Mtro. Leopoldo Cervantes-Ortiz (Costa Rica), Mtra. Laura Taylor además de que en esa época en la ciudad de México se realizaban grandes encuentros de teólogos y teólogas latinoamericanas que a menudo visitaban el Seminario Presbiteriano, entre ellos la Dra. Elsa Tamez, Dr. Richard Shaull, etc. Una época irrecuperable, pero que marcó a toda una generación de estudiantes para abrirse a una profunda visión teológica y pastoral.
Al concluir sus estudios teológicos, se encontró con la falta del reconocimiento institucional, ya que aunque pastoreaba una iglesia en la Ciudad de México, la iglesia Presbiteriana de México no reconoce el ministerio pastoral de las mujeres, situación que compartían y aun comparten todas las mujeres egresadas de los seminarios de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México.
Pronto surgió, como no podía ser de otra manera, un movimiento en el seno de la iglesia y teniendo su epicentro el Seminario Presbiteriano para promover el reconocimiento pastoral de las mujeres y su ordenación al ministerio, sin embargo, hubo tal reacción que llevó al “exilio” a la mayoría de los miembros de la facultad y a un cambio de rector. Aunque algunos Presbiterios reaccionaron positivamente, como el Presbiterio de la Ciudad de México, el cual fue el primero en conceder la licencia para la predicación (paso previo para la ordenación en el contexto de la INPM) a dos mujeres, bajo los mismos exámenes que se realizaban a los varones. Estas dos mujeres egresadas del Seminario Teológico Presbiteriano de México fueron Amparo Lerín Cruz y Eva Domínguez Sosa. Lamentablemente, esto duró poco en dicho Presbiterio y se cerraron las opciones ministeriales para ambas hermanas.
Nuestra hermana Eva, continuó su preparación académica estudiando Hebreo en la UNAM y la licenciatura en Pedagogía en la Universidad Pedagógica Nacional. Carrera que se truncó casi al final, ya que junto con su esposo se cambiaron de ciudad de residencia. Ha sido profesora de teología pastoral, de estudios de género y Biblia (A.T.) en el Seminario Teológico Presbiteriano de México, la Comunidad Teológica de México, Escuelas Biblicas e Institutos de Ciudad de Mexico y Tabasco. Ha colaborado con el CLAI-Mexico en el area de: Teología y Género. Ha sido junto con su esposo pastora de dos iglesias en México. La última en la ciudad de Toluca, con una asistencia regular media de 200 personas, en donde estaba al frente del ministerio educativo, los grupos de matrimonios y grupos de mujeres.
En el año 2006, vino a España junto con su familia y colabora en la pastoración con su esposo en la IEE en Granada y con el presbiterio de Andalucía. Actualmente está por concluir sus estudios de Pedagogía en la Universidad de Granada. Está casada con Israel Flores Olmos, sus hijos son Milca Xitlalli e Isaí Tonahtiú, es secretaria de Presbiterio de Andalucía (IEE) y el 27 de febrero, como ya hemos dicho, será ordenada como pastora de la Iglesia Evangélica Española.
Ad Maiorem Dei gloriam.
Eva es originaria de Tabasco, en el sureste de México. Creció en el seno de una familia evangélica de tradición Presbiteriana, con todo lo que esto significa para un contexto social tan marcadamente católico, de modo que desde niña enfrentó las dificultades de una convivencia social poco plural (de hecho por motivos de la fe y testimonio de sus padres le obligaron a repetir un curso en la primaria). Sin embargo esto fue un motivo para sobresalir en la escuela y abrirse a un horizonte más amplio, que llegado el momento le conducirán a la Ciudad de México a la edad de 15 años, para formarse en la Escuela Bíblica Central para Misioneras de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México, institución que está bajo de administración de la Unión Nacional de Sociedades Femeniles de la INPM. Al terminar sus estudios en dicha institución regresó a Tabasco y mientras enseñaba en la Escuela Bíblica de Comalcalco, Tabasco, cursó el bachillerato, al tiempo que dirigía grupos juveniles de las iglesias locales.
Optando por la formación musical, nuevamente se dirigió a la Ciudad de México para estudiar música sacra en el Seminario Teológico Presbiteriano de México, pero al cabo de dos años, atraída por los estudios bíblicos y teológicos y una pasión por la práctica pastoral y la predicación, cambió su matrícula a la licenciatura en teología en la misma institución, la cual concluyó en 1994. En ese tiempo, la facultad del Seminario vivió sus mejores momentos, pues contaban entre sus profesores doctores egresados de seminarios y universidades de mucho prestigio internacional como Dr. Salatiel Palomino López (Princeton), Dr. Mariano Ávila Arteaga (Westminster, Temple y John Calvin, Michigan), Dr. Eliseo Pérez Álvarez (Escuela Luterana de Teología de Chicago), Mtro. José Luis Velazco (Bossey), Dr. Abel Clemente Vázquez (Escocia y Princeton), Dr. Jean-Pierre Bastian, Dr. Frank M. Alton, Dr. Lindy Scott, Mtro. Leopoldo Cervantes-Ortiz (Costa Rica), Mtra. Laura Taylor además de que en esa época en la ciudad de México se realizaban grandes encuentros de teólogos y teólogas latinoamericanas que a menudo visitaban el Seminario Presbiteriano, entre ellos la Dra. Elsa Tamez, Dr. Richard Shaull, etc. Una época irrecuperable, pero que marcó a toda una generación de estudiantes para abrirse a una profunda visión teológica y pastoral.
Al concluir sus estudios teológicos, se encontró con la falta del reconocimiento institucional, ya que aunque pastoreaba una iglesia en la Ciudad de México, la iglesia Presbiteriana de México no reconoce el ministerio pastoral de las mujeres, situación que compartían y aun comparten todas las mujeres egresadas de los seminarios de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México.
Pronto surgió, como no podía ser de otra manera, un movimiento en el seno de la iglesia y teniendo su epicentro el Seminario Presbiteriano para promover el reconocimiento pastoral de las mujeres y su ordenación al ministerio, sin embargo, hubo tal reacción que llevó al “exilio” a la mayoría de los miembros de la facultad y a un cambio de rector. Aunque algunos Presbiterios reaccionaron positivamente, como el Presbiterio de la Ciudad de México, el cual fue el primero en conceder la licencia para la predicación (paso previo para la ordenación en el contexto de la INPM) a dos mujeres, bajo los mismos exámenes que se realizaban a los varones. Estas dos mujeres egresadas del Seminario Teológico Presbiteriano de México fueron Amparo Lerín Cruz y Eva Domínguez Sosa. Lamentablemente, esto duró poco en dicho Presbiterio y se cerraron las opciones ministeriales para ambas hermanas.
Nuestra hermana Eva, continuó su preparación académica estudiando Hebreo en la UNAM y la licenciatura en Pedagogía en la Universidad Pedagógica Nacional. Carrera que se truncó casi al final, ya que junto con su esposo se cambiaron de ciudad de residencia. Ha sido profesora de teología pastoral, de estudios de género y Biblia (A.T.) en el Seminario Teológico Presbiteriano de México, la Comunidad Teológica de México, Escuelas Biblicas e Institutos de Ciudad de Mexico y Tabasco. Ha colaborado con el CLAI-Mexico en el area de: Teología y Género. Ha sido junto con su esposo pastora de dos iglesias en México. La última en la ciudad de Toluca, con una asistencia regular media de 200 personas, en donde estaba al frente del ministerio educativo, los grupos de matrimonios y grupos de mujeres.
En el año 2006, vino a España junto con su familia y colabora en la pastoración con su esposo en la IEE en Granada y con el presbiterio de Andalucía. Actualmente está por concluir sus estudios de Pedagogía en la Universidad de Granada. Está casada con Israel Flores Olmos, sus hijos son Milca Xitlalli e Isaí Tonahtiú, es secretaria de Presbiterio de Andalucía (IEE) y el 27 de febrero, como ya hemos dicho, será ordenada como pastora de la Iglesia Evangélica Española.
Ad Maiorem Dei gloriam.
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LECTURAS BÍBLICAS 2010 (5)
JUAN 3.22-35 (Biblia en Lenguaje Sencillo)
22 Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a la región de Judea, y estuvo allí algún tiempo con ellos bautizando a la gente.23-24 En ese tiempo Juan el Bautista todavía no había sido encarcelado, y también estaba bautizando en el pueblo de Enón, cerca de un lugar llamado Salim. En Enón había mucha agua, y la gente buscaba a Juan para que él los bautizara.
25 Entonces algunos discípulos de Juan comenzaron a discutir con un judío acerca de una ceremonia de purificación.26 Fueron a ver a Juan y le dijeron:
--Maestro, ¿recuerdas a aquel de quien nos hablaste, el que estaba contigo al otro lado del río Jordán? Pues bien, ahora él está bautizando y todos lo siguen.
27 Juan les contestó:
--Nadie puede hacer algo si Dios no se lo permite.28 Ustedes mismos me escucharon decir claramente que yo no soy el Mesías, sino que fui enviado antes que él para prepararlo todo.
29 "En una boda, el que se casa es el novio, y el mejor amigo del novio se llena de alegría con sólo escuchar su voz. Así de alegre estoy ahora, porque el Mesías está aquí.30 Él debe tener cada vez más importancia, y yo tenerla menos.
31 "El Hijo de Dios viene del cielo, y es más importante que todos nosotros, los que vivimos aquí en la tierra y hablamos de las cosas que aquí suceden. Pero el que viene del cielo es más importante,32 y habla de lo que ha visto y oído en el cielo. Sin embargo, muchos no quieren creer en lo que él dice.33 Pero si alguien le cree, reconoce que Dios dice la verdad,34 ya que cuando el Hijo habla, el que habla es Dios mismo, porque Dios le ha dado todo el poder de su Espíritu.
35 "Dios, el Padre, ama al Hijo, y le ha dado poder sobre todo el universo.36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que no obedece al Hijo no la tiene, sino que ya sido condenado por Dios.
25 Entonces algunos discípulos de Juan comenzaron a discutir con un judío acerca de una ceremonia de purificación.26 Fueron a ver a Juan y le dijeron:
--Maestro, ¿recuerdas a aquel de quien nos hablaste, el que estaba contigo al otro lado del río Jordán? Pues bien, ahora él está bautizando y todos lo siguen.
27 Juan les contestó:
--Nadie puede hacer algo si Dios no se lo permite.28 Ustedes mismos me escucharon decir claramente que yo no soy el Mesías, sino que fui enviado antes que él para prepararlo todo.
29 "En una boda, el que se casa es el novio, y el mejor amigo del novio se llena de alegría con sólo escuchar su voz. Así de alegre estoy ahora, porque el Mesías está aquí.30 Él debe tener cada vez más importancia, y yo tenerla menos.
31 "El Hijo de Dios viene del cielo, y es más importante que todos nosotros, los que vivimos aquí en la tierra y hablamos de las cosas que aquí suceden. Pero el que viene del cielo es más importante,32 y habla de lo que ha visto y oído en el cielo. Sin embargo, muchos no quieren creer en lo que él dice.33 Pero si alguien le cree, reconoce que Dios dice la verdad,34 ya que cuando el Hijo habla, el que habla es Dios mismo, porque Dios le ha dado todo el poder de su Espíritu.
35 "Dios, el Padre, ama al Hijo, y le ha dado poder sobre todo el universo.36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna, pero el que no obedece al Hijo no la tiene, sino que ya sido condenado por Dios.
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EL AMOR DE DIOS
Dietrich Bonhoeffer
Entre mi prójimo y yo está Cristo. Por esono me está permitido desear unacomunión directa con mi prójimo. Únicamente Cristo puede ayudarle, como únicamente Cristo ha podido ayudarme a mí. Esto significa que debo renunciar a mis intentos apasionados de manipular, forzar o dominar a mi prójimo. Mi prójimo quiere ser amado tal y como es, independientemente de mí, es decir, como a que por quien Cristo se hizo hombre, murió y resucitó; a quien Cristo perdonó y destinó a la vida eterna. En vista de que, antes de toda intervención por mi parte, Cristo ha actuado decisivamente en él, debo dejar libre a mi prójimo para Cristo, a quien pertenece, y cuya voluntad es que yo lo reconozca así.
Esto es lo que queremos decir cuando afirmamos que no podemos encontrar al prójimo sino a través de Cristo. El amor psíquico crea su propia imagen del prójimo, de lo que es y de lo que debe ser; quiere manipular su vida. El amor espiritual, en cambio, parte de Cristo para conocer la verdadera imagen de hombre; la imagen que Cristo ha acuñado y quiere acuñar. Por eso el amor espiritual se caracteriza, en todo lo que dice y hace, por su preocupación de situar al prójimo delante de Cristo. No busca actuar sobre la emotividad del otro a través de acciones demasiado personales y directas; renunciará a introducirse indiscretamente en la vida del otro, y no se complacerá en manifestaciones sentimentales y exalta-ciones piadosas. Se contentará con dirigirse al prójimo con la palabra transparente de Dios, dispuesto a dejarle a solas con ella para que Cristo pueda actuar sobre él con entera libertad. Respetará la frontera interpuesta por Cristo entre nosotros, y encontrará la plena comunión con él en Cristo, el único que nos relaciona y une. Así hablará más con Cristo del hermano, que con el hermano de Cristo. […]
El amor psíquico esclaviza, encadena y paraliza al hombre; el amor espiritual le hace libre bajo la autoridad de la palabra. El uno cultiva flores de invernadero; el otro produce frutos saludables que crecen, por voluntad de Dios, en libertad bajo el cielo, expuestos a la lluvia, al sol y al viento.
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EL PROGRESO DEL PEREGRINO, DE JOHN BUNYAN (1628-1688)
Grande fue la sorpresa que estas palabras produjeron en todos sus parientes, no porque las creyesen verdaderas, sino porque las miraban como resultado de algún delirio. Y como la noche estaba ya muy próxima, se apresuraron a llevarle a su cama, en la esperanza de que el sueño y el reposo calmarían su cerebro. Pero la noche le era tan molesta como el día; sus párpados no se cerraron para el descanso, y la pasó en lágrimas y suspiros.
Interrogado por la mañana de cómo se encontraba, —Me siento peor—contestó— y mi mal crece a cada instante. — Y como principiase de nuevo a repetir las lamentaciones de la tarde anterior, se endurecieron contra él, en lugar de compadecerle. Intentaron entonces recabar con aspereza lo que los medios de la dulzura no habían conseguido; se burlaban unas veces, le reñían otras, y otras le dejaban completamente abandonado. No le quedaba, pues, otro recurso que encerrarse en su cuarto para orar y llorar, tanto, por ellos como por su propia desventura, o salirse al campo y desahogar en su espaciosa soledad la pena de su corazón.
En una de estas salidas le vi muy decaído de ánimo y sobremanera desconsolado, leyendo en su libro, según su costumbre; y según leía le oí de nuevo exclamar: — ¿Qué he de hacer para ser salvo? — Sus miradas inquietas se dirigían a una y otra parte, como buscando un camino por donde huir; mas permanecía inmóvil, porque no le hallaba, a tiempo que vi venir hacia él un hombre llamado Evangelista, y oí el siguiente diálogo:
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