CULTO DE COMUNIÓN Y APERTURA
Salmo 71.1-9 / I Tesalonicenses 1, Traducción
en Lenguaje Actual
1 Señor, en ti he buscado refugio;
no me decepciones.
2 Rescátame y libérame porque eres justo.
Escúchame y sálvame.
3 Sé tú mi roca
donde acudo a refugiarme,
pues tú diste la orden de salvarme.
Tú eres mi roca, mi fortaleza.
4 Dios
mío, rescátame de las garras del perverso,
del delincuente y del violento.
5 Señor Dios, tú eres mi esperanza;
he confiado en ti desde mi juventud.
6 He dependido de ti desde antes de nacer.
Tú me has ayudado desde que estaba en el
vientre de mi madre.
Siempre te estoy alabando.
7 Tú
eres mi poderoso refugio,
y me he convertido en un ejemplo para los
demás.
8 Te honro y alabo
con mi boca todo el día.
9 No me apartes de ti en mi vejez;
no me abandones mientras voy perdiendo
fuerzas.
6 Ustedes siguieron nuestro ejemplo y el de nuestro Señor, y aunque sufrieron mucho, recibieron ese mensaje con la profunda alegría que da el Espíritu Santo. 7 Por eso llegaron a ser un ejemplo para todos los seguidores de Jesucristo que viven en las regiones de Macedonia y Acaya. 8 Ustedes han anunciado el mensaje de Jesucristo, no sólo en esas regiones sino en muchas otras partes. La gente de esos lugares ya sabe que ustedes confían mucho en Dios, y no hace falta que nosotros les digamos nada más. 9 Porque todos hablan de lo bien que ustedes nos recibieron, y cuentan cómo ustedes dejaron de adorar ídolos para adorar y servir al Dios vivo y verdadero. 10 Ellos saben que ustedes esperan que Jesucristo regrese del cielo. Dios hizo que él resucitara para salvarnos del castigo que él dará a los pecadores en el día del juicio.
Año XXVII, Núm. 22, Domingo 6 de junio de 2021
Preside: D.I. Pablo F. Sandoval Jiménez
Introito
Tú eres mi Dios.
Yo alabo y bendigo tu nombre,
porque has realizado planes admirables
que prometiste desde tiempos antiguos.
Isaías 25.1
Preludio: Hno. Jacobo Núñez Cabrera
El culto que el
Espíritu nos revela
¡Alabemos a nuestro Dios!
¡Alabemos a Dios en su santuario!
¡Alabemos su poder en el cielo!
¡Alabemos sus grandes acciones!
¡Alabemos su incomparable grandeza!
¡Alabémoslo con sonido de trompeta!
¡Alabémoslo con arpas y liras!
¡Alabémoslo con panderos y danzas!
¡Alabémoslo con cuerdas y flautas!
¡Alabémoslo con sonoros platillos!
¡Alabémoslo con platillos vibrantes!
¡Que alaben a Dios
todos los seres vivos!
¡Alabemos a nuestro Dios!
Salmo 150
Oración de ofrecimiento
Himno: “Te exaltaré, mi Dios, mi Rey” (704)
Reconciliación,
perdón y paz
Ministro: Compungidos/as por la
forma en que hemos violentado tus mandamientos y nos hemos alejado de la
práctica del amor y la justicia, nos presentamos ante tu trono de gracia para
reconocer esas fallas y desobediencias. Y apelamos a tu misericordia para
obtener el perdón.
Momento
de oración personal. / Oración audible.
Unidos/as: ¡Dejen ya de pecar!
¡No quiero ver su maldad!
¡Dejen ya de hacer lo malo
y aprendan a hacer lo bueno!
Ayuden al maltratado,
traten con justicia al huérfano
y defiendan a la viuda.
Isaías
1.16-17
Himno “Porque tú eres bueno” (51)
Unidos/as en la esperanza y la fe
Salutaciones
Himno: “Cada día con Cristo”
La oración
comunitaria
Omnipotente y eterno Dios, ¡qué terrible es este mundo! ¡Cómo quiere abrir sus quijadas para devorarme! ¡Y qué débil es la confianza que pongo en ti! Dios mío, protégeme en contra de la sabiduría mundanal. Lleva a cabo la obra, puesto que no es mía; sino tuya. No tengo nada que me traiga aquí, ni tengo controversia alguna con estos grandes de la tierra. Desearía pasar los días que me quedan de vida, tranquilo, feliz y lleno de calma. Empero, la causa es tuya; es justa; es eterna. ¡Dios mío, ampárame, tú eres fiel y no cambias nunca! No pongo mi confianza en ningún hombre. Martín Lutero
Oración de intercesión
El mensaje divino
nos renueva
Lectura del Antiguo Testamento: Salmo
71.1-9
Lectura del Nuevo Testamento: I Tesalonicenses 1
Reflexión bíblica
LA ESPERANZA QUE SOSTIENE A LA IGLESIA EN EL MUNDO
Una esperanza firme
y duradera
Himno: “El Señor es mi fuerza” (551)
Celebración de la Santa Cena
Del fruto de sus
bendiciones
¡Oh Señor, Dios nuestro, tuyas son y de ti han venido todas estas riquezas que hemos preparado para construir un templo a tu santo nombre! Yo sé, Dios mío, que tú examinas las conciencias y que te agrada la rectitud. Por eso, con recta intención te he ofrecido todo esto. Y ahora puedo ver con alegría que tu pueblo, aquí reunido, te ha presentado generosamente sus ofrendas.
I Crónicas 29.16b-17, DHH
Himno “Padre, Dueño y Señor” (436)
Oración por las ofrendas
El Señor nos
fortalece y anima
Dios bendice
a quienes no siguen malos consejos
ni andan en malas compañías
ni se juntan con los que se burlan de Dios.
Dios bendice
a quienes aman su palabra
y alegres la estudian día y noche.
Son como árboles sembrados
junto a los arroyos:
llegado el momento,
dan mucho fruto
y no se marchitan sus hojas.
¡Todo lo que hacen les sale bien!
Salmo 1.1-3
Himno: “Nuestra fortaleza” (661)
Postludio
Intereses de la comunidad
ACOMPAÑAMIENTO
BÍBLICO-TEOLÓGICO
I TESALONICENSES: PRIMER ESCRITO CRISTIANO
Michel
Trimaille
E |
l apóstol recoge los ejes centrales de la
predicación primitiva y exhorta a una jovencísima comunidad cristiana a vivir
en la esperanza de la venida próxima de Jesús. La primera carta presenta un interés
muy especial: constituye el primer documento cristiano que ha llegado a
nosotros en su edición final. Sólo veinte años después de los acontecimientos
pascuales, nos permite encontrar las huellas de las formulaciones iniciales de
la fe en Cristo y medir la vitalidad de los comienzos del evangelio.
Ilumina
también el pensamiento de Pablo en sus primeros destellos y contribuye, por comparación
con las cartas sucesivas, a percibir la evolución del apóstol. De este modo nos
recuerda oportunamente que el pensamiento de Pablo, lejos de estar fijado para
siempre, se fue profundizando a medida de las circunstancias y de los problemas
que se le iban planteando. […]
Como
en el caso de la fe y del amor, no encontramos ninguna definición de esperanza,
pero según el contexto de los diversos empleos en san Pablo, puede decirse que
para él la esperanza cristiana es una espera paciente y confiada en el porvenir,
basada en el misterio pascual de Cristo. […]
El
fundamento de la esperanza es el amor de Dios manifestado en la cruz y la
resurrección de Jesús, ya que allí ese amor se convierte en promesa y es
acogido en una fe que, a su vez, se hace operante por el amor es el misterio de
Cristo que puede mantener a los creyentes en la perseverancia de una espera activa
y rica en obras de fe.
La
primera carta a los Tesalonicenses. Estella, Verbo Divino, 1982 (Cuadernos
bíblicos, 39).
Culto de Reflexión y Profundización
13 de junio de 2021
VIVIR COMO LOS QUE SON DE DIOS
Expositor invitado
Preside: Hna. Amalia Villar Escudero
Base bíblica: I Tesalonicenses 2.1-12
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