lunes, 19 de mayo de 2008

Hacia un nuevo modelo de familia (I), Juan Manuel Burgos

4 de mayo de 2008
www.notivida.com.ar/articulos/matrimonio

Si nos indicaran que sintetizáramos en una palabra nuestra visión actual de la familia quizá la que nos vendría rápidamente a la cabeza sería la de crisis, y podríamos acudir rápidamente a una serie de datos estadísticos para confirmar nuestra asociación: crecimiento del número de divorcios, disminución de la nupcialidad, caída de la natalidad, reducción del tamaño de la familia, etcétera.
A estos datos estadísticos se podrían añadir, además, otros culturales: actual valoración negativa de la familia por parte de los medios de comunicación, problemas para compaginar trabajo y vida familiar, malos tratos, disociación entre sexualidad y matrimonio, etc. En resumidas cuentas, podríamos reunir con muy poco esfuerzo un conjunto de elementos suficientemente contundente y descorazonador como para justificar sin muchas dificultades la afirmación de que la palabra que sintetiza la situación es la de crisis.
Pero, en nuestra opinión, este análisis, sin ser falso, no es lo suficientemente preciso. La familia es ciertamente una realidad en crisis, es decir, es una estructura social y cultural que se está deteriorando pero, además, la familia es una realidad que está cambiando. Estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo modelo de familia y es muy importante ser consciente de ello tanto para no considerar que cualquier cambio en la actual situación familiar es un mal que se añade a los ya existentes como para poder influir positivamente en todo este complejo proceso al que estamos asistiendo.
Quizá alguien pueda sentirse sorprendido ante la afirmación de que la familia está cambiando o de que vamos hacia un nuevo tipo de familia puesto que puede considerar que la familia es una realidad fija, estable e inmutable. Sin embargo, esto no es así. La familia cambia, está sujeta al influjo de la cultura y de la sociedad y, por ello, modifica sus estructuras adaptándose a estos cambios. Esto es precisamente lo
que está ocurriendo ahora; estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo tipo de familia que debemos comprender y estudiar.
La historia, como siempre, es buena consejera. Y un método adecuado para comprender lo que hoy ocurre es describir un proceso similar que comenzó en Europa hace aproximadamente un siglo: el paso de la familia tradicional a la denominada familia moderna o nuclear.
Este proceso ya ha sido ampliamente analizado por los sociólogos pero puede resultar útil reproducirlo aquí para comprender cómo puede cambiar el modelo de familia sin que la “familia” en cuanto tal resulte afectada en lo que se pueden considerar sus elementos más esenciales, o, dicho de otro modo, cómo es posible que el conjunto de relaciones -sobre todo personales, pero también sociales que constituyen la familia se concrete y configure de manera diferente según las épocas pero siendo siempre esa realidad tan profunda y esencial que denominamos “familia”.
Además, conocer este proceso nos puede dar muchas luces para entender lo que está ocurriendo ahora, es decir, para darnos cuenta de que estamos inmersos en una situación similar, todavía no concluida, que nos lleva hacia una nueva configuración de las estructuras familiares, es decir, hacia un nuevo tipo o modelo de familia.

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