lunes, 19 de mayo de 2008

Hacia un nuevo modelo de familia (II), Juan Manuel Burgos

11 de mayo de 2008

La transformación de la familia nuclear
Estos nuevos tipos de vida familiar todavía no pueden ser descritos de modo preciso porque se encuentran en fuerte evolución. De modo similar a la sociedad, la familia evoluciona rápidamente sin que hoy sea posible, por la gran rapidez con la que tienen lugar los cambios, establecer parámetros claros y precisos para caracterizarla. Quizá precisamente por eso, se podría hablar de familia posmoderna, pues el término posmoderno indica, en efecto, un periodo de transición que se da cuenta principalmente de lo que le diferencia del pasado (la familia o la sociedad moderna) pero no tiene todavía una conciencia definida de la propia personalidad.
Esta situación fluctuante no impide, sin embargo, que se puedan identificar algunas de las líneas de fuerza a lo largo de las cuáles evoluciona la familia y que, en nuestra opinión, son esencialmente dos. La primera es la existencia de una crisis social y de un sentimiento de crisis; la segunda, la presencia de un profundo proceso de transformaciones culturales. Expondremos ahora brevemente estos factores.

La transformación como crisis social
La existencia de una crisis social, es decir, de un debilitamiento y ruptura de las principales estructuras familiares en nuestra sociedad es fundamentalmente un dato de hecho que se puede obtener directamente de las estadísticas. La debilitación y fragmentación del núcleo familiar con el consiguiente aumento de las formas familiares atípicas y de las formas pseudo familiares. Hoy, en efecto, la antigua y sólida familia nuclear parece que se reduce poco a poco (padre y madre con uno o dos hijos, o ninguno) y después se fragmenta en una multitud de pequeños pedazos, como si fueran los resultados de una potente explosión: familias monoparentales, familias unipersonales, las familias complejas y variadas de los divorciados, las familias de hecho, las convivencias, hasta llegar a formas […] patógenas como las uniones de homosexuales que algunos se esfuerzan en presentar como algo normal.
Este proceso de degradación no está ocurriendo ciertamente de modo indoloro ni para la sociedad ni para la misma familia.
El precio que estamos pagando es elevado: un gran aumento, constatable a través de las estadísticas y de los medios de comunicación, de las diversas patologías psicosociales. En las relaciones de pareja aumentan notablemente las separaciones y los divorcios.

La transformación como cambio social y cultural
La familia nuclear, sin embargo, no está sufriendo únicamente una crisis; está inmersa en un profundo proceso de transformación debido a los cambios sociales y culturales que modifican a un ritmo cada vez más vertiginoso nuestra sociedad. Nos parece que es importante darse cuenta de la existencia de este proceso y, dando un paso más, identificar las líneas principales a través de las cuales se está llevando a cabo. De ese modo, en efecto, se pueden dar señales y pistas a las familias de hoy:
La inserción de la mujer en el mundo del trabajo es uno de los factores esenciales que ha modificado la estructura familiar.

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