
La argumentación de Lutero para este fin tiene dos vertientes distintas. Por una parte, Lutero argumenta desde una perspectiva muy práctica, nutrida en parte de dolorosas experiencias vividas en el seno del proceso de la Reforma. Efectivamente, quedó de manifiesto tempranamente para Lutero que el "todos están a cargo" fácilmente derivaría en "nadie lo hace". Por otro lado, Lutero debió reconocer también que sin un orden comúnmente acordado y aceptado, el sacerdocio universal podía degradarse en experiencias de abuso de poder y de atropello, ahora de otra índole: se imponía el más fuerte, el más locuaz, el socialmente más reconocido, el más sagaz… El ministerio ordenado adquiere de esta forma una función que posibilita participación, interacción y responsabilidad mutua en el ministerio que pertenece a todas las personas bautizadas.
Pero para Lutero, el ministerio ordenado u especial, es más que un arreglo práctico para el ejercicio ordenado de aquellas funciones que en el fondo pertenecen a toda la comunidad. […]
En términos prácticos, el sacerdocio universal de todos los y las creyentes, por un lado, y el ministerio ordenado, por el otro, no son opciones excluyentes sino expresiones interrelacionadas e interdependientes, que además constituyen, en teoría, un fino equilibrio de poder en el estamento espiritual del cual, reiteramos, toda persona bautizada es parte: el sacerdocio universal y su potestad, incluso la del discernimiento de la Escritura y de la doctrina, es un contrapeso a una posible dominación y abuso de poder desde el ministerio (ordenado). Nada más como ejemplo: la impresionante creatividad de aquellos "ministros, apóstoles, profetas, etcétera" de ciertos grupos religiosos contempo-ráneos para crear y deshacer doctrina y prácticas cristianas, dan cuenta de la utilidad y necesidad de tal contrapeso ubicado con plena autoridad en el pueblo de Dios. El sacerdocio universal corrige el potencial peligro de un tutelaje espiritual por parte de una élite clerical, ya sea autoproclamada o efectivamente ordenada. De la misma forma, el ministerio ordenado se constituye en contrapeso a una posible manipulación del Evangelio de Jesucristo por parte de una comunidad, dotándolo de una autoridad que se origina más allá de sus propios confines y la conecta con todo el cuerpo de Cristo. […]
Federación Luterana Mundial
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