sábado, 12 de febrero de 2011

Letra 208, 13 de febrero de 2011

PERO... EL AMOR, ¿QUÉ ES?: LUCES DESDE EL HIMNO A LA CARIDAD DE SAN PABLO
www.somascos.org, 4 de febrero de 2011

Muchas veces en Doble click hemos intentado omprender primero las dinamicas internas del amor cristiano y sus manifestaciones, como un camino propedéutico que abarque en concreto nuestra humanidad y nuestra psicología. En efecto, hemos resaltado el primer paso del amor, el momento de acercarse al otro, “bajarse” a su nivel o, como dice Jesús en la parábola del Buen Samaritano, “hacernos prójimo”. Luego la acogida y capacidad de escucha empática. Son pasos fundamentales, porque si estamos lejos del hermano, del otro, ¿cómo podemos amarlo?
Pero ahora llega lo interesante: una vez que soy "prójimo" del hermano ¿qué debo hacer? Muchas veces hemos hablado del amor, muchas veces hemos intentado comprender la diferencia entre el amor humano y el amor evangélico. Creo que muchas veces también hemos intentado practicarlo en nuestras relaciones. Pero a menudo hemos fallado. Nunca terminamos de aprender el amor cristiano porque es tan grande como Dios, y siempre estamos en camino.
Ahora pedimos ayuda a San Pablo que lo describe espléndidamente, dejándonos boquiabiertos. Explica a los Corintios que en la vida se pueden poseer los mejores talentos, pero si falta el amor de Dios nada vale de lo que hagamos. Luego indica unos elementos que explican el amor: "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. (I Cor 13, 4-7).
San Pablo enumera 15 características del amor: 2 positivas, iniciales, que describen como vivió Jesús (paciente y benigno), ocho negativas que señalan las desviaciones de la conducta humana (en especial se refiere a a la conducta de los cristianos de Corinto), otra característica positiva (congratularse de la verdad) que cierra el ciclo de las negaciones, y luego cuatro afirmaciones que muestran la capacidad del amor en aceptar todo (sufre, cree, espera, soporta). En las dos primeras afirmaciones iniciales, que describen a Jesús, está la síntesis de todo.

El amor es paciente
Porque, para poder amar de verdad, hace falta ser paciente también con nosotros mismos. Amar compromete, no basta con una buena acción: es preciso perseverancia, empeña, pide sacrificio, capacidad de levantarse después de los errores y derrotas. Es preciso saber implicarse continuamente, no conformarse con el primer resultado, como si se tratara sólo de unos deberes para casa. Amar abarca toda la vida de una persona, todas sus relaciones, su tiempo. No es algo de poco calado, porque es necesario toda nuestra paciencia y mucho más. Algunos traducen la palabra griega usado por S. Pablo con "paciente", y a veces también con "tolerante". Una persona tolerante no es sólo paciente, sino que tiene un comportamiento tolerante, no entendido como dejar hacer, sino como capacidad de perdonar, de saber atender, de saber esperar que el otro pueda expresarse también en el bien.
Significa que la persona que ama es una persona acogedora con todos, incluso con quien no se muestra amable al comienzo, sino que es capaz de entrever como pudiera ser si se sintiera amada, más allá de los errores que comete y de los defectos que tiene. Un cristiano sabe que en todo prójimo está Jesús. Él mismo lo ha dicho: "cualquier cosa hagáis al más pequeño de mis hermanos, a mi me lo habéis hecho". El cristiano sabe que la presencia de Jesús en el prójimo no alcanza enseguida su plenitud y sabe que sólo por medio del amor, que recibirá, esta presencia de Jesús se manifestará cada vez más . Por eso no tiene prisa: es tolerante. Sabe dar al otro todo el tiempo necesario, y es constante en amar todo el tiempo necesario. Las prisas son enemigas del amor; para amar es preciso estar dispuesto a "perder" tiempo.

El amor es benigno
Con la palabra benignidad nos involucramos en un aspecto esencial del amor: buscar el bien del otro. Queda claro que quien ama no tiene como fin buscar su bienestar, sino el del otro. Esto indica que la medida para medir el amor no soy yo, mi forma de pensar, mis convicciones, mis costumbres, mi cultura, mis comodidades, mi bien, sino el bien del otro. Esto significa estar dispuesto incluso a sufrir por el otro, porque no siempre lo que yo considero como bien mío coincide con el bien del otro. ¿No ha muerto Jesús en la cruz para lograr el bien nuestro? El misericordioso padre del hijo pródigo ¿no está apenado por el hijo que lo abandona? Sin embargo ¿no se olvida de esa pena cuando el hijo regresa? ¿No se alegra por él?
Por eso cuando me acerco al prójimo, cuando hago algo por él, tengo que ponerme continuamente esta pregunta: ¿para quién lo estoy haciendo? ¿Estoy buscando el bien mío o del otro ? Hasta que no sepa ponerme esta pregunta no lograré liberar el amor que hay en mi, y hasta que no sea sincero conmigo mismo en contestar a esta pregunta no amaré realmente. Descubriremos que renunciar a nuestro "bien" por el del otro realizará la paradoja de procurar nuestro bien verdadero, porque permite que crezca en nosotros aquella presencia de Jesús que veíamos en la perspectiva del otro.
Transformarnos en Jesús significa alcanzar la plenitud de nosotros mismos, con los logros de paz, gozo, belleza a que aspira todo ser humano, hombre y mujer.

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EN QUÉ Y POR QUÉ CREEN LOS QUE CREEN (I)
Héctor Pavón
Ñ, supl. de Clarín, Buenos Aires, 11 de febrero de 2011

Coexisten con religiones tradicionales, pero en tiempos de crisis, los cultos populares tienen mayor “eficacia simbólica” para ofrecer un proyecto de vida. Aquí, un experto analiza el fenómeno.

Pablo Wright es un antropólogo especializado en religiosidad popular y en esta entrevista ilustrativa sobre ese fenómeno sostiene que “estamos frente a una verdadera globalización religiosa”. Estudió en la Universidad de Buenos Aires, la Temple University y en Harvard, y ha escrito Ser-en-el-sueño, un libro de larga y profunda investigación donde se sumergió en el mundo toba. A través de la Antropología simbólica, materia que dicta en la UBA, ha investigado sobre religión y chamanismo. Aquí explica detalladamente en qué consiste el mundo religioso que
podría ser entendido como paralelo al de las religiones oficiales pero que hoy excede esa categoría y compite con los credos antiguos.

¿Cómo caracteriza el mundo de la religiosidad popular?
Se la asocia usualmente con formas del catolicismo que se apartan de dogmas y prácticas de la ortodoxia eclesiástica, que no es la única especialista de lo sagrado. Tienen como horizonte histórico los procesos de conquista espiritual y material que desde la época colonial transformaron las culturas indígenas y criollas. Se trata de un concepto relacional exterior a los propios actores sociales y que se caracteriza por una percepción de “ilegitimidad”, en donde la variable de clase social es definitoria. Desde una visión dogmática y de clase media naturalizada, las formas de sectores menos favorecidos que demuestran creatividad cultural serían eso llamado religiosidad popular. Desde un punto de vista de la teoría de la modernidad, la religiosidad popular correspondería a la recreación de sectores subalternos que elaboran una crítica cultural a través de lenguajes rituales y modos de organización particulares. Una gran diferencia entre el mundo católico y el evangélico en sus versiones pentecostal y neo-pentecostal,
es que para los primeros existen mediadores entre los seres humanos y lo divino, que son los santos y demás figuras poderosas veneradas. En cambio, para los segundos, la diferencia teológica, que proviene de la Reforma, es que cualquier mediación de este tipo es idolátrica. Se trata de una construcción más abstracta de una gran austeridad simbólica.

¿Cuándo se empezó a hablar de este fenómeno dentro y fuera de la Argentina?
Si bien la religiosidad popular en esta parte del mundo hunde sus raíces en más de cinco siglos de historia, fue después del Concilio Vaticano II que muchos sacerdotes críticos e intelectuales orgánicos comenzaron a dar visibilidad, a reconocer como auténtica y legítima la religiosidad de sectores populares que manifestaban una forma propia de sentir frente a lo sagrado. En América
Latina fue muy influyente la crítica a la Iglesia desde los propios sacerdotes y obispos del movimiento de la Teología de la Liberación. En el campo protestante es posible afirmar que las diversas formas de evangelismo pentecostal que comenzaron a surgir a fines del siglo XIX y durante el siglo XX, especialmente en los EE.UU., son formas de religiosidad popular que condensan las contradicciones sociales y religiosas de ese país. Su expansión se debe al poder geopolítico estadounidense.

Para contextualizar, ¿cuáles son las religiones tradicionales que han congregado más personas en la primera década del siglo XXI?
En Argentina aún sigue siendo dominante el catolicismo, aunque hay un importante auge del protestantismo en su variante evangélica y en nuevos cultos neopentecostales como la Iglesia Universal del Reino de Dios, de origen brasileño. El judaísmo es también importante, aunque no posee estrategia proselitista como sus contrapartes cristianas.

¿A qué sectores sociales involucra las expresiones religiosas populares? ¿Cómo se diferencia de las grandes religiones?
El universo social de las prácticas que reelaboran y contestan las formas hegemónicas se halla en sectores sociales de bajos recursos y también en zonas en donde la Iglesia tiene una presencia débil y/o esporádica. Sin embargo, las clases medias parecen hacer un uso pragmático de la religiosidad popular. La religiosidad popular es un fenómeno complejo de creatividad cultural que tiene componentes teológicos, rituales y políticos que reelaboran elementos centrales del catolicismo. Generalmente carece de textos escritos dogmáticos. En el caso del evangelismo hay textos propios, además de las Escrituras. Aquí la principal diferencia es más de índole organizativa, ya que son organizaciones horizontales con bastante autonomía, y gran parte del funcionamiento y alcance de las iglesias evangélicas se debe al carisma de los líderes, es decir, los pastores.
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LANZAN EL PRIMER CELULAR CON BIBLIA INCLUIDA
Daniel Gajardo T.
El Tipógrafo, Chile, 9 de febrero de 2011

El primer celular que trae consigo la Biblia fue presentado a la prensa. Los equipos de la empresa de telefonía celular evangélica 3Genesis contienen mensajería de texto ilimitada entre pastores y los integrantes de su comunidad, además de ringtones con himnos evangélicos y aplicaciones como el libro más antiguo, La Biblia, hacen que junto a las tradicionales aplicaciones de las redes sociales y el acceso a Internet, el celular se convierta en una herramienta más útil en el trabajo de este importante sector religioso.
3Genesis se conformó por los obispos y pastores de las diferentes iglesias de Chile, como la primera tecno comunidad evangélica que aspira a integrar en su red a más de tres millones de usuarios en el país.

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