MATRIMONIO FORZADO: DEL RITUAL AL ABUSO (I)
Liliana Alcántara
El Universal, 14 de febrero de 2011
Amar es un derecho humano, dice un lema de la organización Amnistía Internacional. Pero obligar a una persona a contraer matrimonio, "comprar" a una esposa o raptar a una pareja debe ser considerado un delito. Así lo considera la diputada federal Olivia Guillén, quien, como parte de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios, presentó una iniciativa en noviembre de 2010 para reformar la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas e incluir como un delito el matrimonio forzado.
Los defensores de derechos humanos respaldan esta propuesta, pues señalan que en un matrimonio forzado la mujer se convierte en un objeto y el hombre, en su verdugo. "Ellos se sienten con el derecho de tratarlas como esclavas y ellas, sin ver otra salida, se sienten obligadas a estar con ellos", dice Neil Arias, abogada del Centro de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero Tlachinollan. Peor ocurre, dicen los especialistas, si quien es obligada a casarse tiene menos de 18 años de edad.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta 2009 había 130 mil matrimonios en los que estaban involucrados adolescentes de entre 12 y 16 años de edad. Eso sucede, señala la Red por los Derechos de la Infancia, porque en casi todo el país, con excepción de Guerrero e Hidalgo, los códigos civiles permiten las uniones entre adolescentes. Pero también existe esa práctica en las comunidades indígenas por sus usos y costumbres.
El matrimonio prematuro, dice el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), viola la Convención sobre los Derechos del Niño porque "acarrea trabajos forzados, esclavitud, prostitución y violencia contra las víctimas". Datos de esta organización establecen que del total de los matrimonios que se realizan cada año en México, alrededor de 600 mil, 20% corresponden a parejas de jóvenes de entre 15 y 19 años, cifra similar a la que hay en Guatemala y Paraguay y superior al promedio de América Latina que se ubica en 11.5%. En Indonesia, por ejemplo, el promedio también es de 20%; en Egipto es de 14% y en países africanos la tasa aumenta a 75% en Mali, 59% en Nigeria y 44% en Camerún.
Incluso, en Europa los matrimonios forzados se han convertido en tema de reciente discusión, lo que llevó, en abril de 2009, a que la Asamblea Parlamentaria del Congreso europeo pidiera al comité de ministros que elaborara un Convenio para Combatir las formas más severas y extendidas de violencia contra las mujeres, lo que incluye los matrimonios forzados. Según el informe de los legisladores europeos Actuar para combatir las violaciones de la persona humana basadas en el sexo, incluyendo los secuestros de mujeres y niñas, se estima que en Reino Unido y Suiza se realizan cada año 400 mil y 17 mil matrimonios forzados, respectivamente, y, peor aún, en Alemania, se calcula que anualmente ocurren 190 mil uniones civiles por la fuerza. Por ello es que el congreso de este país también inició una discusión a finales del año pasado para tipificar al matrimonio forzado como delito e imponer una pena de prisión de 5 años.
Esposas compradas
Erminia y Esperanza fueron compradas para tener una vida matrimonial. Ambas son originarias de Ixtlahuaroja, en la montaña de Guerrero, donde el matrimonio forzado es una tradición ancestral que se ha transformado para pasar a ser de una unión aparentemente inofensiva a un negocio vinculado con la trata de personas. El ahora esposo de Erminia pagó 40 mil pesos por ella y Esperanza fue comprada "por la misma cantidad" por un señor que la quería como "regalo" para su hijo sordomudo de 15 años. Erminia tenía 15 años de edad cuando en 2008 Facundo Sánchez decidió que ella sería su esposa en caso de que su entonces pareja faltara. Esperanza tenía 14 años cuando la obligaron a vivir en pareja.
La familia de Erminia, en cuanto se enteró de la transacción "dado que ambas fueron vendidas por un señor de la comunidad donde ellas habitaban que no era su familiar", trató de rescatar a su hija, pues además se enteraron que era víctima de abuso sexual. Por esa razón y luego de pedir la intervención del Centro de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero Tlachinollan, el esposo de Erminia está siendo procesado por el delito de trata y actualmente está preso en el reclusorio de Tlapa de Comonfort. Sin embargo, Erminia escapó de su casa para vivir con su esposo en prisión. "Ella sabe que la situación económica de su esposo es estable porque él estuvo trabajando en Estados Unidos y prefirió quedarse con él, aun sin el consentimiento de sus padres, yo creo que con la esperanza pues de tener una vida económica mejor porque en su familia son 10 hermanos y siempre han vivido en la pobreza", comenta la abogada Arias, que lleva el caso.
Esperanza, asegura la defensora, regresó a su comunidad luego de ser rescatada de sus captores. Pero resultó embarazada y ahora tiene que mantener a su hijo. "Su caso es complicado porque, además de haber sido víctima de un delito, ahora se tiene que hacer cargo de un hijo y hasta ahora no cuenta con ninguna ayuda".
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EN QUÉ Y POR QUÉ CREEN LOS QUE CREEN (II)
Héctor Pavón
Ñ, supl. de Clarín, Buenos Aires, 1 de febrero de 2011
¿Cómo se llega a la religiosidad popular? ¿Previo paso por las religiones tradicionales?
A veces hay coexistencia de dimensiones de lo sagrado en formas más hegemónicas con modos más lábiles en donde entra lo popular. Es decir, una misma persona puede desarrollar una religiosidad “oficial” y, simultáneamente, para ciertas instancias de la vida, ser devota de santos y devociones populares. En el caso de las formas populares de protestantismo, puede haber una trayectoria previa católica o en iglesias protestantes históricas, o a veces de posturas agnósticas.
¿Cuál es el contexto que provoca esta opción por la religiosidad popular?
Generalmente hay un malestar con la religión oficial en términos de identificación de las formas dogmáticas y rituales con las necesidades vitales de la gente. Esta aparente desconexión es remediada por modos de expresividad ritual, de creencias y de organización más adaptadas a estos contextos. Ante las grandes crisis sociales, económicas, políticas, la religiosidad popular exhibe mayor capacidad de simbolizar un sentido de proyecto de vida y de trascendencia. No se trata de opciones excluyentes sino más bien complementarias.
¿Cuáles son los santos populares que reciben más adhesiones? ¿Por qué cree que han sido elegidos por la gente?
Se pueden incluir tanto santos y héroes populares así como diferentes manifestaciones marianas. Actualmente hay figuras veneradas con gran prestigio como el Gauchito Gil, que fue un personaje histórico, o San Expedito y también el movimiento de la Virgen Desatanudos. A todos ellos se añaden los ya clásicos, como San Cayetano, la Difunta Correa, la Virgen de Itatí y la Virgen de Luján, entre otros. Hay cultos populares a personas de renombre que tuvieron muerte trágica, como el mencionado Gil, y los cantantes Rodrigo y Gilda. En este caso, las características de la vida desde un punto de vista moral y los hechos de su muerte determinan las condiciones de posibilidad de su poder numinoso. Todos estos seres poderosos actúan como mediadores entre la gente y la divinidad, y los más populares se asocian con acciones benéficas a favor de los grupos más desposeídos económica y políticamente. Un nuevo fenómeno de gran interés son las vírgenes de comunidades migrantes de países limítrofes, que captan el fervor religioso en los nuevos lugares de instalación. La religiosidad popular posee asimismo una fuerte dimensión identitaria.
¿Y de qué modo los creyentes mezclan ritos de la religiosidad popular y las religiones tradicionales?
Los horizontes de rituales y creencias son conjuntos multifacéticos de representaciones y prácticas en donde lo “tradicional” y lo “popular” no están tajantemente separados. Una visión más dinámica de estos fenómenos sugiere que la gente apela a unas formas u otras de acuerdo con circunstancias concretas de la vida. Así, alguien puede ir a la misa católica como cualquier fiel, y, al mismo tiempo, cuando llega el día, hacer una peregrinación a algún santuario del Gauchito Gil, y, si tiene alguna enfermedad, también consultar a especialistas médicos populares, es decir, a curanderos, que remiten su poder a la deidad cristiana.
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EN SANTA MARÍA YOHUECHE SE ENCARCELA A EVANGÉLICOS
Óscar Rodríguez
Milenio, 7 de febrero de 2011
En la comunidad indígena de Santa María Yohueche la autoridad municipal aplica multas de hasta 6 mil pesos y cárcel al ciudadano que profese una religión distinta a la católica. Tan sólo en los últimos dos años 12 familias evangélicas han sido desterradas de la comunidad ubicada en la sierra norte, a 90 kilómetros de la capital oaxaqueña. Donaciano Díaz Ruiz, pastor evangélico radicado en Los Ángeles, California, aseguró que él junto con Jaime Lorenzo y sus esposas fueron encarcelados tras promover la construcción de un templo evangélico en la comarca. Él y su esposa Angélica Díaz tienen la nacionalidad estadunidense y han demandado la intervención de la embajada de ese país.
Dijo que de “manera arbitraria” fueron detenidos en dos ocasiones. Señaló que ya presentaron una queja ante la Secretaría de Gobernación por la violación a la ley de culto público y ante las autoridades estatales por la privación ilegal de su libertad. De acuerdo con la Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca, los conflictos por intolerancia religiosa son una constante en aquellos municipios regidos con normas comunitarias y no se acepta en los poblados la diversidad de creencia religiosa.
En tanto, la Procuraduría General de Justicia dictó medidas cautelares a favor del pastor evangélico y los expulsados por las autoridades y pobladores de Santa María Yohueche. La comisionada de Derechos Humanos, Eréndira Cruz Villegas, dijo que las medidas emitidas son para la preservación de la integridad física de los miembros de la iglesia evangélica. Dijo que de configurarse un delito, se procederá contra la autoridad municipal por ser parte de la violencia hacia los profesantes evangélicos.
Las medidas cautelares aplicadas incluyen el patrullaje en la zona para proteger a las familias de los evangélicos desplazados, al tiempo de que los expulsados ya presentaron una denuncia penal contra las autoridades y responsables de la expulsión por los delitos de intolerancia religiosa, reportó la funcionaria estatal. En tanto, el arzobispo de la diócesis de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, aseguró que en la entidad los conflictos de intolerancia religiosa ya representan un peligro para la gobernabilidad y paz social de las comunidades indígenas. El prelado demando una revisión legal y seria en el temas de usos y costumbres, porque la intolerancia puede deberse, dijo, a que se ignora que este tema debe ser abordado por los legisladores y a los afectados directos.
La Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos tiene documentados siete casos de intolerancia religiosa en Oaxaca donde se han registrado amenazas, abuso de autoridad, detenciones arbitrarias, imposición de multas y arrestos de 24 horas.
Liliana Alcántara
El Universal, 14 de febrero de 2011
Amar es un derecho humano, dice un lema de la organización Amnistía Internacional. Pero obligar a una persona a contraer matrimonio, "comprar" a una esposa o raptar a una pareja debe ser considerado un delito. Así lo considera la diputada federal Olivia Guillén, quien, como parte de la Comisión de Población, Fronteras y Asuntos Migratorios, presentó una iniciativa en noviembre de 2010 para reformar la Ley para Prevenir y Sancionar la Trata de Personas e incluir como un delito el matrimonio forzado.
Los defensores de derechos humanos respaldan esta propuesta, pues señalan que en un matrimonio forzado la mujer se convierte en un objeto y el hombre, en su verdugo. "Ellos se sienten con el derecho de tratarlas como esclavas y ellas, sin ver otra salida, se sienten obligadas a estar con ellos", dice Neil Arias, abogada del Centro de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero Tlachinollan. Peor ocurre, dicen los especialistas, si quien es obligada a casarse tiene menos de 18 años de edad.
En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hasta 2009 había 130 mil matrimonios en los que estaban involucrados adolescentes de entre 12 y 16 años de edad. Eso sucede, señala la Red por los Derechos de la Infancia, porque en casi todo el país, con excepción de Guerrero e Hidalgo, los códigos civiles permiten las uniones entre adolescentes. Pero también existe esa práctica en las comunidades indígenas por sus usos y costumbres.
El matrimonio prematuro, dice el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), viola la Convención sobre los Derechos del Niño porque "acarrea trabajos forzados, esclavitud, prostitución y violencia contra las víctimas". Datos de esta organización establecen que del total de los matrimonios que se realizan cada año en México, alrededor de 600 mil, 20% corresponden a parejas de jóvenes de entre 15 y 19 años, cifra similar a la que hay en Guatemala y Paraguay y superior al promedio de América Latina que se ubica en 11.5%. En Indonesia, por ejemplo, el promedio también es de 20%; en Egipto es de 14% y en países africanos la tasa aumenta a 75% en Mali, 59% en Nigeria y 44% en Camerún.
Incluso, en Europa los matrimonios forzados se han convertido en tema de reciente discusión, lo que llevó, en abril de 2009, a que la Asamblea Parlamentaria del Congreso europeo pidiera al comité de ministros que elaborara un Convenio para Combatir las formas más severas y extendidas de violencia contra las mujeres, lo que incluye los matrimonios forzados. Según el informe de los legisladores europeos Actuar para combatir las violaciones de la persona humana basadas en el sexo, incluyendo los secuestros de mujeres y niñas, se estima que en Reino Unido y Suiza se realizan cada año 400 mil y 17 mil matrimonios forzados, respectivamente, y, peor aún, en Alemania, se calcula que anualmente ocurren 190 mil uniones civiles por la fuerza. Por ello es que el congreso de este país también inició una discusión a finales del año pasado para tipificar al matrimonio forzado como delito e imponer una pena de prisión de 5 años.
Esposas compradas
Erminia y Esperanza fueron compradas para tener una vida matrimonial. Ambas son originarias de Ixtlahuaroja, en la montaña de Guerrero, donde el matrimonio forzado es una tradición ancestral que se ha transformado para pasar a ser de una unión aparentemente inofensiva a un negocio vinculado con la trata de personas. El ahora esposo de Erminia pagó 40 mil pesos por ella y Esperanza fue comprada "por la misma cantidad" por un señor que la quería como "regalo" para su hijo sordomudo de 15 años. Erminia tenía 15 años de edad cuando en 2008 Facundo Sánchez decidió que ella sería su esposa en caso de que su entonces pareja faltara. Esperanza tenía 14 años cuando la obligaron a vivir en pareja.
La familia de Erminia, en cuanto se enteró de la transacción "dado que ambas fueron vendidas por un señor de la comunidad donde ellas habitaban que no era su familiar", trató de rescatar a su hija, pues además se enteraron que era víctima de abuso sexual. Por esa razón y luego de pedir la intervención del Centro de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero Tlachinollan, el esposo de Erminia está siendo procesado por el delito de trata y actualmente está preso en el reclusorio de Tlapa de Comonfort. Sin embargo, Erminia escapó de su casa para vivir con su esposo en prisión. "Ella sabe que la situación económica de su esposo es estable porque él estuvo trabajando en Estados Unidos y prefirió quedarse con él, aun sin el consentimiento de sus padres, yo creo que con la esperanza pues de tener una vida económica mejor porque en su familia son 10 hermanos y siempre han vivido en la pobreza", comenta la abogada Arias, que lleva el caso.
Esperanza, asegura la defensora, regresó a su comunidad luego de ser rescatada de sus captores. Pero resultó embarazada y ahora tiene que mantener a su hijo. "Su caso es complicado porque, además de haber sido víctima de un delito, ahora se tiene que hacer cargo de un hijo y hasta ahora no cuenta con ninguna ayuda".
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EN QUÉ Y POR QUÉ CREEN LOS QUE CREEN (II)
Héctor Pavón
Ñ, supl. de Clarín, Buenos Aires, 1 de febrero de 2011
¿Cómo se llega a la religiosidad popular? ¿Previo paso por las religiones tradicionales?
A veces hay coexistencia de dimensiones de lo sagrado en formas más hegemónicas con modos más lábiles en donde entra lo popular. Es decir, una misma persona puede desarrollar una religiosidad “oficial” y, simultáneamente, para ciertas instancias de la vida, ser devota de santos y devociones populares. En el caso de las formas populares de protestantismo, puede haber una trayectoria previa católica o en iglesias protestantes históricas, o a veces de posturas agnósticas.
¿Cuál es el contexto que provoca esta opción por la religiosidad popular?
Generalmente hay un malestar con la religión oficial en términos de identificación de las formas dogmáticas y rituales con las necesidades vitales de la gente. Esta aparente desconexión es remediada por modos de expresividad ritual, de creencias y de organización más adaptadas a estos contextos. Ante las grandes crisis sociales, económicas, políticas, la religiosidad popular exhibe mayor capacidad de simbolizar un sentido de proyecto de vida y de trascendencia. No se trata de opciones excluyentes sino más bien complementarias.
¿Cuáles son los santos populares que reciben más adhesiones? ¿Por qué cree que han sido elegidos por la gente?
Se pueden incluir tanto santos y héroes populares así como diferentes manifestaciones marianas. Actualmente hay figuras veneradas con gran prestigio como el Gauchito Gil, que fue un personaje histórico, o San Expedito y también el movimiento de la Virgen Desatanudos. A todos ellos se añaden los ya clásicos, como San Cayetano, la Difunta Correa, la Virgen de Itatí y la Virgen de Luján, entre otros. Hay cultos populares a personas de renombre que tuvieron muerte trágica, como el mencionado Gil, y los cantantes Rodrigo y Gilda. En este caso, las características de la vida desde un punto de vista moral y los hechos de su muerte determinan las condiciones de posibilidad de su poder numinoso. Todos estos seres poderosos actúan como mediadores entre la gente y la divinidad, y los más populares se asocian con acciones benéficas a favor de los grupos más desposeídos económica y políticamente. Un nuevo fenómeno de gran interés son las vírgenes de comunidades migrantes de países limítrofes, que captan el fervor religioso en los nuevos lugares de instalación. La religiosidad popular posee asimismo una fuerte dimensión identitaria.
¿Y de qué modo los creyentes mezclan ritos de la religiosidad popular y las religiones tradicionales?
Los horizontes de rituales y creencias son conjuntos multifacéticos de representaciones y prácticas en donde lo “tradicional” y lo “popular” no están tajantemente separados. Una visión más dinámica de estos fenómenos sugiere que la gente apela a unas formas u otras de acuerdo con circunstancias concretas de la vida. Así, alguien puede ir a la misa católica como cualquier fiel, y, al mismo tiempo, cuando llega el día, hacer una peregrinación a algún santuario del Gauchito Gil, y, si tiene alguna enfermedad, también consultar a especialistas médicos populares, es decir, a curanderos, que remiten su poder a la deidad cristiana.
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EN SANTA MARÍA YOHUECHE SE ENCARCELA A EVANGÉLICOS
Óscar Rodríguez
Milenio, 7 de febrero de 2011
En la comunidad indígena de Santa María Yohueche la autoridad municipal aplica multas de hasta 6 mil pesos y cárcel al ciudadano que profese una religión distinta a la católica. Tan sólo en los últimos dos años 12 familias evangélicas han sido desterradas de la comunidad ubicada en la sierra norte, a 90 kilómetros de la capital oaxaqueña. Donaciano Díaz Ruiz, pastor evangélico radicado en Los Ángeles, California, aseguró que él junto con Jaime Lorenzo y sus esposas fueron encarcelados tras promover la construcción de un templo evangélico en la comarca. Él y su esposa Angélica Díaz tienen la nacionalidad estadunidense y han demandado la intervención de la embajada de ese país.
Dijo que de “manera arbitraria” fueron detenidos en dos ocasiones. Señaló que ya presentaron una queja ante la Secretaría de Gobernación por la violación a la ley de culto público y ante las autoridades estatales por la privación ilegal de su libertad. De acuerdo con la Comisión por la Defensa de los Derechos Humanos de Oaxaca, los conflictos por intolerancia religiosa son una constante en aquellos municipios regidos con normas comunitarias y no se acepta en los poblados la diversidad de creencia religiosa.
En tanto, la Procuraduría General de Justicia dictó medidas cautelares a favor del pastor evangélico y los expulsados por las autoridades y pobladores de Santa María Yohueche. La comisionada de Derechos Humanos, Eréndira Cruz Villegas, dijo que las medidas emitidas son para la preservación de la integridad física de los miembros de la iglesia evangélica. Dijo que de configurarse un delito, se procederá contra la autoridad municipal por ser parte de la violencia hacia los profesantes evangélicos.
Las medidas cautelares aplicadas incluyen el patrullaje en la zona para proteger a las familias de los evangélicos desplazados, al tiempo de que los expulsados ya presentaron una denuncia penal contra las autoridades y responsables de la expulsión por los delitos de intolerancia religiosa, reportó la funcionaria estatal. En tanto, el arzobispo de la diócesis de Oaxaca, José Luis Chávez Botello, aseguró que en la entidad los conflictos de intolerancia religiosa ya representan un peligro para la gobernabilidad y paz social de las comunidades indígenas. El prelado demando una revisión legal y seria en el temas de usos y costumbres, porque la intolerancia puede deberse, dijo, a que se ignora que este tema debe ser abordado por los legisladores y a los afectados directos.
La Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos tiene documentados siete casos de intolerancia religiosa en Oaxaca donde se han registrado amenazas, abuso de autoridad, detenciones arbitrarias, imposición de multas y arrestos de 24 horas.
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