domingo, 31 de enero de 2021

Una esperanza probada en tiempos difíciles, Pbro. Héctor Mendoza Núñez


31 de enero de 2021

TEXTO: Romanos 5:1-11

OBJETIVO: Que mis oyentes se acojan a la esperanza de la fe cristiana.

INTRODUCCION: En los primeros 4 capítulos de esta carta, el propósito del apóstol Pablo fue exponer cómo nosotros, que a causa del pecado estábamos bajo “la indignación de Dios”, ahora por Cristo hemos sido incluidos en la justicia de Dios. Lo que ha acontecido por medio de Cristo es que ahora estamos bajo el dominio de la justicia de Dios. Esto es lo que quiere decir Pablo cuando dice que por Cristo fuimos hecho justos.

Ahora en el capítulo cinco, él nos dirá cuáles son los beneficios prácticos de la justificación, comenzando por describir la vida a la cual tenemos acceso por Cristo.

Entre los beneficios prácticos que la justificación nos trae, encontramos, en este capítulo 5 es

UNA ESPERANZA PROBADA EN TIEMPOS DIFÍCILES

Desarrollaremos este pensamiento en cuatro pasos.

 

I.             Una esperanza anclada en la paz con Dios, vv. 1.9-10

Porque Dios se ha compadecido, hemos sido justificados. Tenemos ahora paz con Dios, ya que antes éramos enemigos suyos (v. 10). Esta paz, de la que todo pende, ha sido hecha realidad por la obra salvífica de Cristo, sin nuestra participación.

“Justificados” por la fe habla de un decreto legal. Ya Pablo en 1:18 al 3:20 encuentra no aprobados  tanto a gentiles como a judíos delante de Dios. Entonces, Pablo nos explica cómo debido a lo que Cristo Jesús hizo por nosotros, la justicia de Dios es dada a todo aquel que cree.

Así, la sentencia de no aprobación de Dios, es transformada en aprobación de Dios. Todo lo que interfería entre nosotros y Dios ha sido quitado por la obra de la cruz. Paz para con Dios es el lema de la nueva vida en Cristo.

 

A.   La paz es lo opuesto a la discordia, a la intranquilidad. No negamos que esto esté incluido en las palabras del apóstol. Para Pablo la paz no es sólo una condición interior –subjetiva-.

Es un concepto que implica relación. De una relación adecuada con Dios.

B.   Antes de venir Cristo trayéndonos “paz para con Dios”, reinaba la discordia. La relación entre nosotros y Dios se caracterizaba por la desunión y la enemistad.

C.   Pablo no habla de una enemistad de parte de Dios hacia nosotros –Dios nunca ha sido nuestro enemigo- pero habla de la “indignación de Dios” contra una humanidad que le es hostil. De parte de esta humanidad que le es hostil, sí que hay una verdadera enemistad contra Dios.

D.   Pero gracias a la acción reconciliadora de Cristo, la relación entre nosotros y Dios ha sido regularizada.  Ahora el justo por la fe ya no está bajo la “indignación de Dios”, ni tampoco es ya enemigo de Dios.

E.   Una y otra vez Pablo repetirá la expresión “Por medio de nuestro Señor Jesucristo”, v. 1b o “mediante Jesucristo, nuestro Señor”. Cuando Pablo habla aquí de la nueva vida del cristiano(a) se empeña en destacar que todo lo que afirma, sólo tiene valor “en Cristo”.

F.    Sin Cristo, estaríamos aún presos bajo los poderes de este mundo.

Y sin esperanza.

La vida sigue siendo una batalla para el cristiano, pero ya no es una batalla contra Dios.

 

Tener paz con Dios significa también que por medio de Cristo tenemos acceso a la gracia divina. Es por eso que la Esperanza probada en tiempos difíciles es…

 

II.            Una esperanza anclada en la gracia de Dios, v. 2a

“Gracia y paz” forman una unidad indisoluble en todas las cartas de Pablo. Así es como el apóstol saluda a la iglesia de Roma.

 

A.   “Estar en la gracia” de Dios es contrario de estar bajo “la indignación de Dios”. Gracia, es una descripción de nuestra nueva posición delante de Dios. La actitud de Dios hacia el creyente en Jesucristo es la del favor en términos de alegría y placer. Él no solamente nos ama, sino que le agradamos en grado sumo porque estamos en su Hijo.

B.   Ahora ya no tenemos qué probarle que somos dignos de su amor.

C.   Con la reconciliación por medio de Cristo, ahora somos sus amigos(as).

D.   La puerta de acceso está abierta permanentemente hacia Él.

“Estar en la gracia de Dios” es completamente contrario a estar bajo “la indignación de Dios”. Y Pablo lleva este contraste hasta sus últimas consecuencias cuando habla de “la gloria de Dios”.

Esto es lo más grande que puede decirse de la vida cristiana, que es una participación en “la gloria de Dios”. Hemos tenido acceso a ella por medio de Jesucristo. Antes estábamos destituidos de ella (3:23). Por eso es que esta Esperanza probada en tiempos difíciles, es…

 

III.          Es una esperanza anclada en la gloria de Dios, v. 2b

Ahora Pablo nos dice que podemos “gloriarnos en la gloria de Dios”.

 

A.   Cristo nos ha hecho partícipes de la vida eterna de Dios. Sin embargo, añade Pablo, la tenemos todavía sólo “en esperanza”.

B.   La nueva vida (eterna) en Cristo es algo presente y a la vez algo futuro. “El ya y el todavía no”. Algo ya existente en el presente y a la vez algo que espera su perfección en el futuro. Hacia ese fin tiende la esperanza cristiana, no como a algo incierto, sino como a algo seguro y cierto de lo cual ya se puede gloriar.

C.   La vida en Cristo tiende hacia la perfección y la ”gloria”. Lo cual no significa que huyamos del mundo. También la vida presente es transformada por la esperanza cristiana.

D.   Pablo anticipa la acusación de que pudiera ser objeto: de estar construyendo “castillos en el aire,” que la gloria del cristiano únicamente aplica para dulces sueños.

E.   Pablo responde, “Yo sé que tenemos muchas tribulaciones ahora, pero también nos gloriamos en ellas”, v. 3

Pablo no se está refiriendo a inconvenientes menores. Él mismo vivió una vida llena de inconvenientes.

¿Y quién más autorizado que él puede hablarnos de una Esperanza probada en tiempos difíciles?

F.    Resulta relativamente fácil gloriarse en “la esperanza de la gloria de Dios”. Pero ¿cuál es nuestra actitud ante las aflicciones?

Lo extraordinario es que la esperanza surja de las tribulaciones, de las aflicciones. Lo normal en la vida humana es que las aflicciones produzcan enojo (rabia), tristeza, y finalmente, depresión (proceso).

G.   Si no hubiera ocasión para la aflicción (tribulación), la esperanza jamás tendría la oportunidad de desarrollar su poder.

H.   La función de la aflicción en la vida cristiana consiste en producir paciencia: “la paciencia produce prueba; y la prueba, esperanza”, v. 4.

 

IV.          Es una esperanza anclada en el sublime amor de Dios, vv. 5, 8

A.   Amor que comienza desde la eternidad y continúa hasta la eternidad.

B.   La razón de este sublime amor  mostrado en la cruz, se halla en Dios mismo, v. 8. Un hecho objetivo.

Esta esperanza tiene su apoyo en el hecho, incomprensible, pero irrefutable, de que Jesucristo, el Hijo del Dios ofendido, ha muerto por nosotros, en nuestro lugar. Por nosotros que éramos quienes  realmente habíamos merecido la muerte, y lo hizo  en un tiempo en que nosotros éramos:

1.    Débiles”: impotentes, desvalidos, v. 6a.

2.    “Impíos” v. 6b.

3.    “Pecadores” v. 8, y hasta

4.    “Enemigos” de Dios, v. 10.

C.   Queriendo el apóstol dar un ejemplo para comprender lo que viene diciendo, nos dice en el v. 7: Habrá quien quiera entregar su vida por un justo, o al menos por una persona buena, pero jamás y bajo ninguna circunstancia, alguien que quiera hacerlo por sus enemigos. Y ésa ha sido, precisamente, la acción de Dios.

D.   Ese amor sublime ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, v. 5.  Así que, esta esperanza, que en todas las cuestiones decisivas de la vida (existencia), lo aguardan todo de Dios, es una esperanza que se funda en el Espíritu Santo que nos ha sido dado, y en el cual Dios mismo manifiesta el amor que nos tiene de manera rebosante y desmedido.

E.   La demostración del amor de Dios no es simplemente que el Hijo de Dios murió, sino por quienes murió – pecadores inmerecedores y rebeldes en contra de Él-.

F.    Si eso hizo cuando éramos enemigos de Él ¿qué no hará por nosotros ahora que hemos sido reconciliados en su Hijo?

G.   Es de esta redención, inesperada e incomprensible, que el cristiano(a) saca una nueva esperanza para el futuro, vv. 9 y 10:

 

1.    En dos conclusiones, el apóstol Pablo afirma diciendo:

a.    Si siendo pecadores se hizo esto en nosotros, por medio de su sangre, ¿cuánto más no hará ahora que nos ha declarado justos y buenos? v. 9

b.    Y si siendo “enemigos” se nos reconcilió con Dios por la muerte de su Hijo ¡gloriosas serán sus bendiciones ahora que somos sus amigos y él vive en nosotros!

Ahora tenemos la alegría del Señor en nuestras vidas, gracias a que Cristo murió por nuestros pecados y nos hizo sus amigos.

 

Conclusión

Pablo les está diciendo que la obra del Hijo de Dios en la cruz es la prueba definitiva de amor de Dios por ellos. Dios podría darles pruebas adicionales, pero Él no lo hará porque esta es la prueba más grande de su amor. Y si la cruz es la prueba definitiva del amor de Dios y la demostración más sublime de su amor, las circunstancias adversas bajo las que pudiéramos encontrarnos, no podrán derrotar la altura del amor de Dios. (Ver Ro 8:28a, 35, 37,38 y 39).

Bibliografía


Otto Kuss y Alfredo Wikenhauser, Romanos Barcelona, Herder, 1976 (Comentario de Ratisbona al Nuevo Testamento).

Anders Nygren, La epístola a los Romanos. Buenos Aires, La Aurora, 1969.

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