TEXTO: Romanos 5:1-11
OBJETIVO: Que mis oyentes se acojan a la esperanza de la fe cristiana.
INTRODUCCION: En los primeros 4 capítulos de esta carta, el propósito del apóstol Pablo fue exponer cómo nosotros, que a causa del pecado estábamos bajo “la indignación de Dios”, ahora por Cristo hemos sido incluidos en la justicia de Dios. Lo que ha acontecido por medio de Cristo es que ahora estamos bajo el dominio de la justicia de Dios. Esto es lo que quiere decir Pablo cuando dice que por Cristo fuimos hecho justos.
Ahora en el capítulo cinco, él nos dirá cuáles son los beneficios prácticos de la justificación, comenzando por describir la vida a la cual tenemos acceso por Cristo.
Entre los beneficios prácticos que la justificación nos trae, encontramos, en este capítulo 5 es
UNA ESPERANZA PROBADA EN TIEMPOS DIFÍCILES
Desarrollaremos
este pensamiento en cuatro pasos.
I.
Una
esperanza anclada en la paz con Dios, vv. 1.9-10
Porque
Dios se ha compadecido, hemos sido justificados. Tenemos ahora paz con Dios, ya
que antes éramos enemigos suyos (v. 10). Esta paz, de la que todo pende, ha sido
hecha realidad por la obra salvífica de Cristo, sin nuestra participación.
“Justificados”
por la fe habla de un decreto legal. Ya Pablo en 1:18 al 3:20 encuentra no
aprobados tanto a gentiles como a judíos
delante de Dios. Entonces, Pablo nos explica cómo debido a lo que Cristo Jesús
hizo por nosotros, la justicia de Dios es dada a todo aquel que cree.
Así,
la sentencia de no aprobación de Dios, es transformada en aprobación de Dios.
Todo lo que interfería entre nosotros y Dios ha sido quitado por la obra de la
cruz. Paz para con Dios es el lema de la nueva vida en Cristo.
A. La paz
es lo opuesto a la discordia, a la intranquilidad. No negamos que esto esté
incluido en las palabras del apóstol. Para Pablo la paz no es sólo una
condición interior –subjetiva-.
Es un
concepto que implica relación. De una relación adecuada con Dios.
B. Antes
de venir Cristo trayéndonos “paz para con Dios”, reinaba la discordia. La relación entre
nosotros y Dios se caracterizaba por la desunión y la enemistad.
C. Pablo
no habla de una enemistad de parte de Dios hacia nosotros –Dios nunca ha sido
nuestro enemigo- pero habla de la “indignación de Dios” contra una humanidad
que le es hostil. De parte de esta humanidad que le es hostil, sí que hay una
verdadera enemistad contra Dios.
D. Pero
gracias a la acción reconciliadora de Cristo, la relación entre nosotros y Dios
ha sido regularizada. Ahora el justo por
la fe ya no está bajo la “indignación de Dios”, ni tampoco es ya enemigo de
Dios.
E. Una y
otra vez Pablo repetirá la expresión “Por medio de nuestro Señor Jesucristo”,
v. 1b o “mediante Jesucristo, nuestro Señor”. Cuando Pablo habla aquí de la
nueva vida del cristiano(a) se empeña en destacar que todo lo que afirma, sólo
tiene valor “en Cristo”.
F. Sin
Cristo, estaríamos aún presos bajo los poderes de este mundo.
Y sin
esperanza.
La
vida sigue siendo una batalla para el cristiano, pero ya no es una batalla
contra Dios.
Tener
paz con Dios significa también que por medio de Cristo tenemos acceso a la
gracia divina. Es por eso que la Esperanza
probada en tiempos difíciles es…
II.
Una
esperanza anclada en la gracia de Dios, v. 2a
“Gracia
y paz” forman una unidad indisoluble en todas las cartas de Pablo. Así es como
el apóstol saluda a la iglesia de Roma.
A. “Estar
en la gracia” de Dios es contrario de estar bajo “la indignación de Dios”.
Gracia, es una descripción de nuestra nueva posición delante de Dios. La
actitud de Dios hacia el creyente en Jesucristo es la del favor en términos de
alegría y placer. Él no solamente nos ama, sino que le agradamos en grado sumo
porque estamos en su Hijo.
B. Ahora
ya no tenemos qué probarle que somos dignos de su amor.
C. Con la
reconciliación por medio de Cristo, ahora somos sus amigos(as).
D. La
puerta de acceso está abierta permanentemente hacia Él.
“Estar
en la gracia de Dios” es completamente contrario a estar bajo “la indignación
de Dios”. Y Pablo lleva este contraste hasta sus últimas consecuencias cuando
habla de “la gloria de Dios”.
Esto
es lo más grande que puede decirse de la vida cristiana, que es una
participación en “la gloria de Dios”. Hemos tenido acceso a ella por medio de
Jesucristo. Antes estábamos destituidos de ella (3:23). Por eso es que esta Esperanza probada en tiempos difíciles,
es…
III.
Es una
esperanza anclada en la gloria de Dios, v. 2b
Ahora
Pablo nos dice que podemos “gloriarnos en la gloria de Dios”.
A.
Cristo nos ha hecho partícipes de la vida
eterna de Dios. Sin embargo, añade Pablo, la tenemos todavía sólo “en esperanza”.
B. La
nueva vida (eterna) en Cristo es algo presente y a la vez algo futuro. “El ya y
el todavía no”. Algo ya existente en el presente y a la vez algo que espera su
perfección en el futuro. Hacia ese fin tiende la esperanza cristiana, no como a
algo incierto, sino como a algo seguro y cierto de lo cual ya se puede gloriar.
C. La
vida en Cristo tiende hacia la perfección y la ”gloria”. Lo cual no significa que
huyamos del mundo. También la vida presente es transformada por la esperanza
cristiana.
D. Pablo
anticipa la acusación de que pudiera ser objeto: de estar construyendo
“castillos en el aire,” que la gloria del cristiano únicamente aplica para
dulces sueños.
E. Pablo
responde, “Yo sé que tenemos muchas tribulaciones ahora, pero también nos
gloriamos en ellas”, v. 3
Pablo
no se está refiriendo a inconvenientes menores. Él mismo vivió una vida llena
de inconvenientes.
¿Y
quién más autorizado que él puede hablarnos de una Esperanza probada en tiempos difíciles?
F. Resulta
relativamente fácil gloriarse en “la esperanza de la gloria de Dios”. Pero
¿cuál es nuestra actitud ante las aflicciones?
Lo
extraordinario es que la esperanza surja de las tribulaciones, de las
aflicciones. Lo normal en la vida humana es que las aflicciones produzcan enojo
(rabia), tristeza, y finalmente, depresión (proceso).
G. Si no
hubiera ocasión para la aflicción (tribulación), la esperanza jamás tendría la
oportunidad de desarrollar su poder.
H. La
función de la aflicción en la vida cristiana consiste en producir paciencia: “la
paciencia produce prueba; y la prueba, esperanza”, v. 4.
IV.
Es una
esperanza anclada en el sublime amor de Dios, vv. 5, 8
A. Amor
que comienza desde la eternidad y continúa hasta la eternidad.
B. La
razón de este sublime amor mostrado en
la cruz, se halla en Dios mismo, v. 8. Un hecho objetivo.
Esta
esperanza tiene su apoyo en el hecho, incomprensible, pero irrefutable, de que
Jesucristo, el Hijo del Dios ofendido, ha muerto por nosotros, en nuestro
lugar. Por nosotros que éramos quienes
realmente habíamos merecido la muerte, y lo hizo en un tiempo en que nosotros éramos:
1.
“Débiles”: impotentes, desvalidos, v. 6a.
2.
“Impíos” v. 6b.
3.
“Pecadores” v. 8, y hasta
4.
“Enemigos” de Dios, v. 10.
C. Queriendo
el apóstol dar un ejemplo para comprender lo que viene diciendo, nos dice en el
v. 7: Habrá quien quiera entregar su vida por un justo, o al menos por una
persona buena, pero jamás y bajo ninguna circunstancia, alguien que quiera
hacerlo por sus enemigos. Y ésa ha sido, precisamente, la acción de Dios.
D. Ese
amor sublime ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, v.
5. Así que, esta esperanza, que en todas
las cuestiones decisivas de la vida (existencia), lo aguardan todo de Dios, es
una esperanza que se funda en el Espíritu Santo que nos ha sido dado, y en el
cual Dios mismo manifiesta el amor que nos tiene de manera rebosante y
desmedido.
E. La
demostración del amor de Dios no es simplemente que el Hijo de Dios murió, sino
por quienes murió – pecadores inmerecedores y rebeldes en contra de Él-.
F. Si eso
hizo cuando éramos enemigos de Él ¿qué no hará por nosotros ahora que hemos
sido reconciliados en su Hijo?
G. Es de
esta redención, inesperada e incomprensible, que el cristiano(a) saca una nueva
esperanza para el futuro, vv. 9 y 10:
1. En dos
conclusiones, el apóstol Pablo afirma diciendo:
a. Si
siendo pecadores se hizo esto en nosotros, por medio de su sangre, ¿cuánto más
no hará ahora que nos ha declarado justos y buenos? v. 9
b. Y si
siendo “enemigos” se nos reconcilió con Dios por la muerte de su Hijo
¡gloriosas serán sus bendiciones ahora que somos sus amigos y él vive en
nosotros!
Ahora
tenemos la alegría del Señor en nuestras vidas, gracias a que Cristo murió por
nuestros pecados y nos hizo sus amigos.
Conclusión
Pablo
les está diciendo que la obra del Hijo de Dios en la cruz es la prueba
definitiva de amor de Dios por ellos. Dios podría darles pruebas adicionales,
pero Él no lo hará porque esta es la prueba más grande de su amor. Y si la cruz
es la prueba definitiva del amor de Dios y la demostración más sublime de su amor,
las circunstancias adversas bajo las que pudiéramos encontrarnos, no podrán
derrotar la altura del amor de Dios. (Ver Ro 8:28a, 35, 37,38 y 39).
Bibliografía
Otto
Kuss y Alfredo Wikenhauser, Romanos Barcelona, Herder, 1976 (Comentario de Ratisbona al Nuevo Testamento).
Anders
Nygren, La epístola a los Romanos.
Buenos Aires, La Aurora, 1969.
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