LA CONFERENCIA ECUMÉNICA INTERNACIONAL POR LA PAZ DESNUDA LA VIOLENCIA GLOBAL
ALC Noticias, 20 de mayo de 2011
A tono con las palabras del reverendo y doctor Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), durante la apertura de la Convocatoria de que “Dios nos ha llamado a reunirnos aquí desde distintos lugares del mundo para que aportemos experiencias de nuestros países” cuando “mucho de ustedes llevan consigo la realidad de la injusticia de la violencia”, los debates en grupos y talleres, además de los plenarios, comienzan a enrumbar estrategias de futuro.
La CEIP (Conferencia Ecuménica Internacional por la Paz), que tiene lugar cuando concluye el llamado Decenio para Superar la Violencia, comienza ya, desde esta plataforma caribeña, a consolidar los esfuerzos y las redes existentes que, durante 10 años, han venido desplegando un gran esfuerzo a nivel mundial y desde la perspectiva de las iglesias.
Esfuerzo que deberá extenderse cuando, según palabras de la teóloga luterana y pastora de la Iglesia Evangélica de Alemania, Margot Kaessmann, la reunión forma parte de un camino largo y complicado, a partir de que “nuestras economías sacan provecho de la violencia y la guerra que nosotros lamentamos. La religión desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la paz y la superación de la violencia. Es hora de que se niegue a ser utilizada para avivar la guerra y el odio.”
El cónclave, calificado como una “fiesta de la cosecha” por muchos participantes, tendrá que trazar nuevas estrategias desde la perspectiva de la fe, como elemento mediador y catalizador, en la nueva caminada que implicará este decenio que se inicia en medio de pocos cambios alentadores en cuanto a la violencia en el mundo y a favor de un compromiso más profundo con los principios de paz y justicia que proclaman los Evangelios.
Los importantes teólogos que debaten en esta cita, que concluirá el próximo 25, deberán establecer marcos teóricos a partir de los cuales se tracen las acciones prácticas que, como iglesias y movimientos ecuménicos, se deban de emprender para continuar en la lucha por la eliminación de la violencia a todos los niveles de la sociedad, en tanto ella seguirá existiendo mientras exista la pobreza, sobre todo en los países del llamado Tercer Mundo.
Ya el primer ministro jamaicano Bruce Golding, en su intervención, había reconocido la historia de violencia que ha signado la vida de su país, así como el ingenio y la capacidad de recuperación con que ha trabajado durante años, al expresar que “todos fuimos creados por el mismo Dios” y “el problema reside en cómo podemos transformar nuestro debate en un conjunto de valores compartidos que cuenten con la aceptación y el respaldo de todos.”
En la Encíclica que, con motivo de la CEIP ha escrito el Patriarca Ecuménico Bartolomeo, arzobispo de Constantinopla y Nueva Roma, ha expresado que “aunque esa paz es lo más destacado en nuestras oraciones, no siempre forma parte central de nuestros actos”, de manera que convoca, desde su reflexión, a su búsqueda constante a través de vías alternativas que rechacen la violencia y la guerra.
“La búsqueda de la paz siempre ha supuesto un desafío. No obstante, nuestra situación actual no tiene precedentes en dos aspectos por lo menos. En primer lugar, nunca antes ha sido posible que un grupo de seres humanos erradique a tanta gente a la vez; en segundo lugar, nunca antes la humanidad ha estado en condiciones de destruir una parte tan grande del planeta desde el punto de vista medioambiental.
Nos enfrentamos a circunstancias radicalmente nuevas que nos exigen un compromiso con la paz igualmente radical”, ha dicho Bartolomeo.
También ha definido a la CEIP como “conclusión adecuada y continuación del Decenio del CMI para Superar la Violencia, “una iniciativa inter religiosa mundial con el objetivo de fortalecer esfuerzos y redes existentes para prevenir la violencia y estimular la aparición de nuevos empeños.
El Patriarca Ecuménico ha concluido, también, que “ahora, la búsqueda de la paz exige un cambio completo y radical de lo que se ha convertido en el modo de supervivencia normativo en nuestro mundo.
La paz requiere un sentido de conversión o metanoia; requiere compromiso y coraje. Además, el establecimiento de la paz es una cuestión de elección individual e institucional. Está en nuestras manos aumentar el daño causado a nuestro mundo o contribuir a su sanación. Una vez más, es una cuestión de elección.”
Las actividades del CEIP continuarán desarrollándose durante todo este fin de semana, el domingo con el Día Mundial de Oración por la Paz según el llamamiento que se ha hecho, para concluir el 25 con un acto litúrgico y ecuménico, cuando es casi posible que de la Conferencia surja un documento rector para las nuevas estrategias en el decenio que acaba de iniciarse, en aras de continuar trabajando en la lucha por superar la violencia y alcanzar la justicia y la paz soñada durante tantos años y aún no conseguida por los pueblos del mundo.
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COMO MANTENER UNA FAMILIA EN TIEMPOS DIFICILES (I)
La familia está en crisis y esto es de conocimiento público: Por ejemplo, en algunos países latinoamericanos existen un 40% de hogares donde los hijos viven solo con un padre porque el otro abandono el hogar. Los jóvenes ahora incurren en experiencias sexuales a temprana edad en busca de un amor que no encuentran en casa y terminan frustrando su futuro y con sentimientos de culpa. En Ecuador los hijos pasan viendo más tiempo viendo televisión que dialogando o jugando con sus padres.
¿Pero es esta forma de vida apropiada para la familia? No, definitivamente no. Es cierto que la familia está viviendo en tiempos difíciles pero cada familia puede escoger entre defender el mejor regalo que tiene o el destruirlo. Cuando la familia vive en forma apropiada se convierte en un lugar de descanso, de satisfacción, de alegría.
Sin embargo las condiciones actuales son difíciles y la familia tiene que sobrevivir en momentos donde hay desempleo, cuando el dinero no alcanza, cuando se tiene que sacrificar a los hijos para que trabajen en lugar de estudiar, cuando los hijos se casan y tienen que seguir viviendo en la casa de los padres, etcétera.
La buena noticia es que la familia es el instrumento humano más poderoso de sanidad de consolación y de apoyo que tengamos. Si la familia es la única que ayuda a proteger al papá, mamá e hijos contra las presiones que enfrentan día a día en el trabajo, barrio y sociedad. Una buena familia levanta el espíritu cuando alguien esta triste, le da la razón de ser a la mujer abandonada, al padre desempleado, a la adolescente embarazada, al joven que va ingresar a la universidad y tiene dudas al respecto.
Mi experiencia clínica me ha enseñado que quienes se pelean con su familia o abandonan su familia son quienes luego de algún tiempo terminan sintiendo ansiedad, depresión, sentimientos de culpabilidad, terminando finalmente incurriendo en conductas autodestructivas como alcoholismo y hasta adicciones sexuales.
Uno de las más grandes equivocaciones de la modernidad es decir que la familia o la fidelidad al matrimonio es algo anticuado y que la familia ha pasado de moda. Esta gran mentira ha provocado que no se considere a la familia como algo importante olvidando que es esta el mejor agente de felicidad y sanidad. Cada vez que alguien falta el respeto a su familia o la abandona comienza un camino de soledad, pero cada vez que se acerca a su familia encontrara compañía en tiempos difíciles.
¿Cómo se puede lograr que la familia sea unida en tiempos difíciles?
La familia es el mejor regalo que tenemos para sobrevivir los tiempos difíciles, pero para que esto suceda se tiene que aprender a vivir en familia. Lamentablemente nos casamos sin haber estados preparados e inundados por la emoción, pasión y romanticismo y muy poco de planificación. La idea de “Y Vivieron Felices Comiendo Perdices Sigue Creyéndose”.
1. La familia que es unida en tiempos difíciles es aquella que como pareja y luego familia cree, enseña y vive el que la familia es primero que todo y para siempre
Esta forma de pensar y de vivir no se logra rápido como el “café instantáneo”, por el contrario toma tiempo, dedicación y esfuerzo para lograrlo. Se tiene que empezar dando el ejemplo en forma mutua por la pareja y como padres para con los hijos. La familia es primero es mostrada cuando el esposo deja de lado otras invitaciones para llegar a casa temprano. La familia es primero cuando la esposa se prepara para recibir al esposo o a los hijos. La familia es primero cuando como padres ayudamos a nuestros hijos a sentirse bien de sí mismos y consideramos esto la tarea prioritaria. La familia es primero cuando se deja de exigir que le sirvan y se dedica a servir a quienes son parte de su familia. En resumen es poner nuestras necesidades a un lado y ser sensibles a las necesidades de nuestra familia primero.
Si tú no colocas a tu familia primero entonces tu familia no durara, tu familia se desintegrara y terminaras sin familia, solo triste y abandonado o abandonada, en una crisis familiar.
Uno de los grandes enemigos de que la familia sea primero es la deficiente o eficiente economía. Las familias pobres tienen que trabajar todo el día y no tienen tiempo para ser familia. Las familias ricas están tan ocupadas por cuidar sus negocios que la pareja o los hijos son abandonados.
2. Una familia que es unida en tiempos difíciles es aquella que es tolerante y sabe perdonar
La familia es la que está llamada a ofrecer amor incondicional. Cada familia está conformada por personas muy especiales. Existe el gritón, el tranquilo, la bonita, la industriosa y la desordenada, el que se equivoca y el que se cree perfecto cuando no lo es.
La familia es el lugar donde estas personas deben ser recibidas, aceptadas, animadas, instruidas, y perdonadas. Las familias son las únicas que son capaces de perdonar y aceptar al tío borracho, al primo vago, a la hermana adolescente embarazada, al hermano alocado, al esposo/a infiel, etcétera.
Perdón no significa tolerar todo sino ofrecer la oportunidad de reiniciar, cada vez que perdonamos otorgamos a la persona y a nosotros mismos una oportunidad de vida y cada vez que no perdonamos nos convertimos en agentes de muerte. La falta de perdón provoca que aun en momentos difíciles la familia no se una para luchar juntos.
3. Una familia unida en tiempos difíciles es aquella que enseña a resolver problemas en familia
Cuando se dan problemas en la familia (el hijo derramó la leche, la hija adolescente anda con un chico que no es el mejor, la pareja llega tarde a casa) se tiene la oportunidad de culpar o de resolver. Cuando se culpa a las otras personas se alejan pero cuando se dialoga y se busca en familia resolver el problema se crece y no se estanca.
La familia es el lugar donde se debe enseñar a resolver los problemas y no con gritos o empujones sino con dialogo. Si esto es mostrado por los padres como pareja y en su trato con los hijos entonces al tener que enfrentar una crisis la familia unida responderá en lugar de culpar o actuar en forma egoísta.
ALC Noticias, 20 de mayo de 2011
A tono con las palabras del reverendo y doctor Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), durante la apertura de la Convocatoria de que “Dios nos ha llamado a reunirnos aquí desde distintos lugares del mundo para que aportemos experiencias de nuestros países” cuando “mucho de ustedes llevan consigo la realidad de la injusticia de la violencia”, los debates en grupos y talleres, además de los plenarios, comienzan a enrumbar estrategias de futuro.
La CEIP (Conferencia Ecuménica Internacional por la Paz), que tiene lugar cuando concluye el llamado Decenio para Superar la Violencia, comienza ya, desde esta plataforma caribeña, a consolidar los esfuerzos y las redes existentes que, durante 10 años, han venido desplegando un gran esfuerzo a nivel mundial y desde la perspectiva de las iglesias.
Esfuerzo que deberá extenderse cuando, según palabras de la teóloga luterana y pastora de la Iglesia Evangélica de Alemania, Margot Kaessmann, la reunión forma parte de un camino largo y complicado, a partir de que “nuestras economías sacan provecho de la violencia y la guerra que nosotros lamentamos. La religión desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la paz y la superación de la violencia. Es hora de que se niegue a ser utilizada para avivar la guerra y el odio.”
El cónclave, calificado como una “fiesta de la cosecha” por muchos participantes, tendrá que trazar nuevas estrategias desde la perspectiva de la fe, como elemento mediador y catalizador, en la nueva caminada que implicará este decenio que se inicia en medio de pocos cambios alentadores en cuanto a la violencia en el mundo y a favor de un compromiso más profundo con los principios de paz y justicia que proclaman los Evangelios.
Los importantes teólogos que debaten en esta cita, que concluirá el próximo 25, deberán establecer marcos teóricos a partir de los cuales se tracen las acciones prácticas que, como iglesias y movimientos ecuménicos, se deban de emprender para continuar en la lucha por la eliminación de la violencia a todos los niveles de la sociedad, en tanto ella seguirá existiendo mientras exista la pobreza, sobre todo en los países del llamado Tercer Mundo.
Ya el primer ministro jamaicano Bruce Golding, en su intervención, había reconocido la historia de violencia que ha signado la vida de su país, así como el ingenio y la capacidad de recuperación con que ha trabajado durante años, al expresar que “todos fuimos creados por el mismo Dios” y “el problema reside en cómo podemos transformar nuestro debate en un conjunto de valores compartidos que cuenten con la aceptación y el respaldo de todos.”
En la Encíclica que, con motivo de la CEIP ha escrito el Patriarca Ecuménico Bartolomeo, arzobispo de Constantinopla y Nueva Roma, ha expresado que “aunque esa paz es lo más destacado en nuestras oraciones, no siempre forma parte central de nuestros actos”, de manera que convoca, desde su reflexión, a su búsqueda constante a través de vías alternativas que rechacen la violencia y la guerra.
“La búsqueda de la paz siempre ha supuesto un desafío. No obstante, nuestra situación actual no tiene precedentes en dos aspectos por lo menos. En primer lugar, nunca antes ha sido posible que un grupo de seres humanos erradique a tanta gente a la vez; en segundo lugar, nunca antes la humanidad ha estado en condiciones de destruir una parte tan grande del planeta desde el punto de vista medioambiental.
Nos enfrentamos a circunstancias radicalmente nuevas que nos exigen un compromiso con la paz igualmente radical”, ha dicho Bartolomeo.
También ha definido a la CEIP como “conclusión adecuada y continuación del Decenio del CMI para Superar la Violencia, “una iniciativa inter religiosa mundial con el objetivo de fortalecer esfuerzos y redes existentes para prevenir la violencia y estimular la aparición de nuevos empeños.
El Patriarca Ecuménico ha concluido, también, que “ahora, la búsqueda de la paz exige un cambio completo y radical de lo que se ha convertido en el modo de supervivencia normativo en nuestro mundo.
La paz requiere un sentido de conversión o metanoia; requiere compromiso y coraje. Además, el establecimiento de la paz es una cuestión de elección individual e institucional. Está en nuestras manos aumentar el daño causado a nuestro mundo o contribuir a su sanación. Una vez más, es una cuestión de elección.”
Las actividades del CEIP continuarán desarrollándose durante todo este fin de semana, el domingo con el Día Mundial de Oración por la Paz según el llamamiento que se ha hecho, para concluir el 25 con un acto litúrgico y ecuménico, cuando es casi posible que de la Conferencia surja un documento rector para las nuevas estrategias en el decenio que acaba de iniciarse, en aras de continuar trabajando en la lucha por superar la violencia y alcanzar la justicia y la paz soñada durante tantos años y aún no conseguida por los pueblos del mundo.
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COMO MANTENER UNA FAMILIA EN TIEMPOS DIFICILES (I)
La familia está en crisis y esto es de conocimiento público: Por ejemplo, en algunos países latinoamericanos existen un 40% de hogares donde los hijos viven solo con un padre porque el otro abandono el hogar. Los jóvenes ahora incurren en experiencias sexuales a temprana edad en busca de un amor que no encuentran en casa y terminan frustrando su futuro y con sentimientos de culpa. En Ecuador los hijos pasan viendo más tiempo viendo televisión que dialogando o jugando con sus padres.
¿Pero es esta forma de vida apropiada para la familia? No, definitivamente no. Es cierto que la familia está viviendo en tiempos difíciles pero cada familia puede escoger entre defender el mejor regalo que tiene o el destruirlo. Cuando la familia vive en forma apropiada se convierte en un lugar de descanso, de satisfacción, de alegría.
Sin embargo las condiciones actuales son difíciles y la familia tiene que sobrevivir en momentos donde hay desempleo, cuando el dinero no alcanza, cuando se tiene que sacrificar a los hijos para que trabajen en lugar de estudiar, cuando los hijos se casan y tienen que seguir viviendo en la casa de los padres, etcétera.
La buena noticia es que la familia es el instrumento humano más poderoso de sanidad de consolación y de apoyo que tengamos. Si la familia es la única que ayuda a proteger al papá, mamá e hijos contra las presiones que enfrentan día a día en el trabajo, barrio y sociedad. Una buena familia levanta el espíritu cuando alguien esta triste, le da la razón de ser a la mujer abandonada, al padre desempleado, a la adolescente embarazada, al joven que va ingresar a la universidad y tiene dudas al respecto.
Mi experiencia clínica me ha enseñado que quienes se pelean con su familia o abandonan su familia son quienes luego de algún tiempo terminan sintiendo ansiedad, depresión, sentimientos de culpabilidad, terminando finalmente incurriendo en conductas autodestructivas como alcoholismo y hasta adicciones sexuales.
Uno de las más grandes equivocaciones de la modernidad es decir que la familia o la fidelidad al matrimonio es algo anticuado y que la familia ha pasado de moda. Esta gran mentira ha provocado que no se considere a la familia como algo importante olvidando que es esta el mejor agente de felicidad y sanidad. Cada vez que alguien falta el respeto a su familia o la abandona comienza un camino de soledad, pero cada vez que se acerca a su familia encontrara compañía en tiempos difíciles.
¿Cómo se puede lograr que la familia sea unida en tiempos difíciles?
La familia es el mejor regalo que tenemos para sobrevivir los tiempos difíciles, pero para que esto suceda se tiene que aprender a vivir en familia. Lamentablemente nos casamos sin haber estados preparados e inundados por la emoción, pasión y romanticismo y muy poco de planificación. La idea de “Y Vivieron Felices Comiendo Perdices Sigue Creyéndose”.
1. La familia que es unida en tiempos difíciles es aquella que como pareja y luego familia cree, enseña y vive el que la familia es primero que todo y para siempre
Esta forma de pensar y de vivir no se logra rápido como el “café instantáneo”, por el contrario toma tiempo, dedicación y esfuerzo para lograrlo. Se tiene que empezar dando el ejemplo en forma mutua por la pareja y como padres para con los hijos. La familia es primero es mostrada cuando el esposo deja de lado otras invitaciones para llegar a casa temprano. La familia es primero cuando la esposa se prepara para recibir al esposo o a los hijos. La familia es primero cuando como padres ayudamos a nuestros hijos a sentirse bien de sí mismos y consideramos esto la tarea prioritaria. La familia es primero cuando se deja de exigir que le sirvan y se dedica a servir a quienes son parte de su familia. En resumen es poner nuestras necesidades a un lado y ser sensibles a las necesidades de nuestra familia primero.
Si tú no colocas a tu familia primero entonces tu familia no durara, tu familia se desintegrara y terminaras sin familia, solo triste y abandonado o abandonada, en una crisis familiar.
Uno de los grandes enemigos de que la familia sea primero es la deficiente o eficiente economía. Las familias pobres tienen que trabajar todo el día y no tienen tiempo para ser familia. Las familias ricas están tan ocupadas por cuidar sus negocios que la pareja o los hijos son abandonados.
2. Una familia que es unida en tiempos difíciles es aquella que es tolerante y sabe perdonar
La familia es la que está llamada a ofrecer amor incondicional. Cada familia está conformada por personas muy especiales. Existe el gritón, el tranquilo, la bonita, la industriosa y la desordenada, el que se equivoca y el que se cree perfecto cuando no lo es.
La familia es el lugar donde estas personas deben ser recibidas, aceptadas, animadas, instruidas, y perdonadas. Las familias son las únicas que son capaces de perdonar y aceptar al tío borracho, al primo vago, a la hermana adolescente embarazada, al hermano alocado, al esposo/a infiel, etcétera.
Perdón no significa tolerar todo sino ofrecer la oportunidad de reiniciar, cada vez que perdonamos otorgamos a la persona y a nosotros mismos una oportunidad de vida y cada vez que no perdonamos nos convertimos en agentes de muerte. La falta de perdón provoca que aun en momentos difíciles la familia no se una para luchar juntos.
3. Una familia unida en tiempos difíciles es aquella que enseña a resolver problemas en familia
Cuando se dan problemas en la familia (el hijo derramó la leche, la hija adolescente anda con un chico que no es el mejor, la pareja llega tarde a casa) se tiene la oportunidad de culpar o de resolver. Cuando se culpa a las otras personas se alejan pero cuando se dialoga y se busca en familia resolver el problema se crece y no se estanca.
La familia es el lugar donde se debe enseñar a resolver los problemas y no con gritos o empujones sino con dialogo. Si esto es mostrado por los padres como pareja y en su trato con los hijos entonces al tener que enfrentar una crisis la familia unida responderá en lugar de culpar o actuar en forma egoísta.
Eirene Internacional
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