Iglesia del Espíritu Santo, Heidelberg
La Palabra (Hispanoamérica)
1 No
pierdas esto de vista: cuando se acerque el fin llegarán En presencia de Dios y
de Cristo Jesús que ha de juzgar a vivos y muertos cuando se manifieste como
rey, te suplico encarecidamente 2 que proclames el mensaje e
insistas tanto si parece oportuno como si no lo parece. Argumenta, reprende y
exhorta echando mano de toda tu paciencia y competencia en enseñar. 3 Porque vendrán tiempos en que
no se soportará la auténtica enseñanza, sino que, para halagar el oído, quienes
escuchan se rodearán de maestros a la medida de sus propios antojos, 4 se
apartarán de la verdad y darán crédito a los mitos. 5 Pero tú
permanece siempre alerta, proclama el mensaje de salvación, desempeña con
esmero el ministerio.
6 Mi vida está a punto
de ser ofrecida en sacrificio; la hora de mi muerte está al caer. 7 He
luchado con valor, he corrido hasta llegar a la meta, he conservado la fe. 8
Sólo me queda recibir la corona correspondiente a mi rectitud, que el
Señor, justo juez, me entregará el día del juicio. Y no sólo a mí, sino a todos
los que esperan con amor su manifestación. […]
16 En la primera vista
de mi causa ante el tribunal, ninguno me asistió; todos me desampararon. ¡Que
Dios no se lo tenga en cuenta! 17 Pero el Señor estuvo conmigo y me
dio fuerzas para llevar a buen término el anuncio del mensaje, de modo que
todos los paganos pudieron escucharlo. El Señor, que me libró de la boca del
león, 18 seguirá librándome de todo lo malo y me otorgará la
salvación en su reino celestial. A él la gloria por siempre y para siempre.
Amén.
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