LA RECONSTRUCCIÓN INTEGRAL DEL PUEBLO DE DIOS
LA HISTORIA BÍBLICA Y NOSOTROS
Roberto Estévez, Protestante Digital, 20 de abril de 2015
¿Qué clase de personas
somos nosotros? ¿De qué clase
de “material” estamos hechos? Con la nieve se pueden hacer estatuas muy lindas,
pero cuando sale el sol desaparecen. Con la arena de la playa es posible
levantar castillos muy llamativos, pero cuando sube la marea se los lleva. En
ambos casos la fragilidad del proyecto tiene que ver con el material y/o la
ubicación.
Nehemías era un hombre que en su
interior poseía la dureza del acero. Cuando experimentaba la presión de
aquellos que trataban de intimidarlo, de inmediato iba a Dios en oración (6.9).
Sus cimientos no estaban en la arena movediza sino en una confianza firme en la
fidelidad del Omnipotente. Huir del peligro no era parte del plan de Nehemías.
Si hubiese optado por una vida sin riesgos se podría haber quedado disfrutando
de las comodidades y tranquilidad de la ciudad de Susa.
Nehemías suponía que Semaías era
uno de sus amigos, pero luego de la sacrílega propuesta se dio cuenta de que no
era así. Sus enemigos habían subestimado el carácter del gobernador. Ingenuamente
creyeron que el “Tirshata” se iba a asustar cuando uno de los de su “confianza”
le informara del peligro. Cualquier individuo se hubiera asustad, pero Nehemías
no era un hombre común. Nehemías no se apoca. […] Él es un hombre de oración.
No debe tomársele como alguien que se pone a orar por horas interminables y se
olvida de sus responsabilidades. Una y otra vez en este libro leemos de sus
plegarias. Son cortas y precisas. Algunas se pueden decir en 15 segundos, pues
son súplicas de un alma que depende de Dios y sabe que Él puede obrar.
La estratagema de Semaías y sus
cómplices era lograr que Nehemías se escondiera en el templo para protegerse
del “peligro”. Si lo hubiera hecho, hubiera quedado manifiesto que no tenía
confianza en Dios como decía, sino que su seguridad dependía de sus habilidades
y recursos. Por supuesto que de inmediato la obra de la reconstrucción de la
muralla se hubiera interrumpido, por temor a que la persecución se extendiera a
los colaboradores del gobernador. En el ardid de Semaías y sus secuaces se
pueden ver varios aspectos:
1. Los adversarios crean una
falsa emergencia o crisis. “No hay tiempo que perder. El ataque se va a
producir esta misma noche”. “Tenemos que apresurarnos a hacer algo de
inmediato”. El creyente debe guardarse de esas decisiones precipitadas en las
cuales “no se puede esperar”. El Señor nos da no el espíritu de esclavitud para
estar otra vez bajo el temor. Las Escrituras rebosan de frases que nos hablan
de la importancia de “Esperar en el Señor” (Sal 27.14).
2. Se sugiere utilizar el templo
como refugio. El único sector que sería realmente seguro sería el “lugar
santísimo”. En éste puede entrar únicamente el sumo sacerdote una vez al año.
Nehemías no cometería esa profanación conociendo bien la ley y el castigo al
infractor rey Uzías (2 Cr 26.19).
3. Se plantea como solución una
conducta contraria a las enseñanzas de las Escrituras. Cuando esto sucede, debe
sonar una alarma a la espiritualidad y principios bíblicos que posee la
persona. Un creyente que tiene conocimiento de la Palabra y reverencia a Dios
nunca claudicará. Nehemías se da cuenta inmediatamente que no puede ser la
voluntad divina hacer algo que Dios mismo ha prohibido.
4. El propósito de Semaías y los
enemigos era desprestigiar su “buen nombre”. Nuestra reputación y
comportamiento son importantes, por eso las Escrituras dicen: “Así alumbre
vuestra luz... de modo que vean vuestras buenas obras…” (Mt 5.16). Si hubiera seguido el plan insinuado hubiera
sido obvio que él temía a los hombres; que no confiaba que realmente Dios le
podía ayudar y que con tal de salvar su vida estaba dispuesto a hacer cualquier
cosa, inclusive cometer el sacrilegio de esconderse en el templo.
5. Al comienzo del capítulo 6
vemos la invitación a reunirse para conversar en el valle de Ono. Este está
situado al sureste de Jope (11 km) y a unos 50 km al occidente de Jerusalén.
Al igual que en el caso de
Nehemías, el enemigo siempre quiere sacarnos del lugar donde el Señor nos ha
puesto para servirle. La respuesta de Nehemías tiene varias enseñanzas. Revela
que el gobernador no ignora las intenciones de esos que pretenden ser sus
amigos. “Ellos habían pensado hacerme daño” (v. 2). Se ha enterado de la
conspiración por medio de sus colaboradores.
Él está consciente que lo que
está haciendo es una “gran obra”. Se podría argumentar que Nehemías está
sobrestimando lo que está haciendo. Reparar las murallas, aunque era un gran
proyecto, era relativamente pequeño comparándolo con los gigantescos planes
arquitectónicos promovidos en esos tiempos por los egipcios, los medos y los
persas. Pero para “El Thirsata” su trabajo de reparación era una gran obra. […]
Nehemías tiene un objetivo y es
terminar su proyecto. En 52 días logran restaurar la muralla en forma tal que
la ciudad está nuevamente defendida. Él se niega a interrumpir el trabajo aún
por un breve tiempo. El desea concluir la empresa que Dios le puesto en el
corazón que debe ejecutar. Después de la negativa de ir al valle de Ono, los
adversarios le hacen un ataque frontal donde se le acusa de traición con el
deseo de coronarse a sí mismo e independizarse del monarca Artajerjes (v.6).
Nehemías responde con una
negación concluyente al decir: “No han sucedido estas cosas que tú dices, sino
que tú las inventas en tu corazón” (v. 8). No proporciona una serie de razones
complicadas que podrían confundir, sino que sencillamente le está diciendo: “No
es verdad, sino que mientes”. […] Una vez más él hace la pequeña pero profunda
oración: “¡Oh Dios, fortalece mis manos!”. […] En el caso del gobernador de
Jerusalén fue una intimidación que no se llevó a cabo. […] Para Nehemías el
acabar la obra era muy importante. […] Cuando Dios nos da una responsabilidad
tenemos que ser fieles y cumplirla. A veces tenemos oposición o dificultades y
ya estamos pronto a desistir. Permaneciendo firmes un poco más en el lugar que
el Señor nos ha puesto, vamos a experimentar su bendición, que es la que
enriquece. […]
_______________________________________
EL GALIMATÍAS ACTUAL DE LA LAICIDAD EN MÉXICO
(III)
La perspectiva de los derechos humanos es la que adopta
explícitamente la Constitución; se tiene la expectativa de que juegue un papel
importante en las políticas de civismo en todos los niveles del gobierno. Sin
embargo, desde hace varios años existe en México un movimiento católico y
evangélico de oposición a los derechos humanos, que se expresa a favor de los
valores tradicionales de la heterosexualidad, y desde luego tiene un deseo
abierto de influir en el contenido del civismo. En este contexto, la Cartilla
moral y la insistencia del presidente López Obrador de que México requiere “una
constitución moral” provoca críticas: es difícil no interpretar esta acción
como un intento de frenar la educación en derechos humanos y de fomentar una
educación de moral cívica más cristiana (“De la cartilla
moral a la reforma educativa”, en Letras
Libres, 2 de julio de 2019).
En ese sentido, el gobierno de
AMLO ha tenido que cargar con la incomprensión del sector más duro de las
iglesias evangélicas que lo acusan de promover la “ideología de género”, de
modo parecido a como se están comportando grupos afines en otros países
latinoamericanos. La reciente asamblea de la Organización de Estados Americanos
en Medellín, Colombia, en la que varias organizaciones de esta tendencia se
hicieron presentes (Jacobo García, “Derrotada la iniciativa encabezada por
Colombia para reformar la defensa de Derechos Humanos en la OEA”, en El País, Madrid, 28 de junio de 2019: “Para
muchas organizaciones civiles, detrás de la oleada conservadora encabezada por
el gobierno de Iván Duque de Colombia, Sebastián Piñera de Chile, Jair
Bolsonaro de Brasil, Mauricio Macri de Argentina o Mario Abdo de Paraguay, está
también un poderoso lobby religioso con alcance internacional. Una fusión de
grupos evangélicos y católicos, donde juega un enorme peso la estadounidense
Alliance Defending Freedom (ADF), y que firmó en junio de 2017 en México su
acta fundacional, suscrita por 670 parlamentarios de 18 países de América
Latina. En ella expresan su rechazo a que las resoluciones de la OEA y de la
Comisión, así como los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
obliguen a los estados miembros a modificar sus leyes locales ‘en asuntos
relacionados a la vida, la familia y la libertad religiosa’”.) […]
López Obrador ha estado
presentando un flanco notoriamente débil al insistir, una y otra vez, en una
interpretación sumamente cuestionable, laxa y superficial, de la laicidad, y en
la reiterada intención de influir en la “espiritualidad” de la población, lo
que se ha señalado también como un gran despropósito. Incluso, se tomó una
determinación formal que contraviene abiertamente varios artículos
constitucionales, sobre todo el 40 y el 130: la modificación del reglamento interior
de la Secretaría de Gobernación a fin de asignar tareas a las iglesias o
asociaciones religiosas a favor de las políticas del régimen actual.
La modificación del artículo 86,
inciso XIX, acerca de las atribuciones de la Dirección General de Asuntos
Religiosos, reza como sigue: “Proponer y coordinar estrategias colaborativas
con las asociaciones religiosas, iglesias, agrupaciones y demás instituciones y
organizaciones religiosas, para que participen en proyectos de reconstrucción
del tejido social y cultura de paz que coadyuven a la consecución de las
atribuciones materia de la Subsecretaría de Desarrollo Democrático,
Participación Social y Asuntos Religiosos” (Diario
Oficial de la Federación, 31 de mayo de 2019). (LC-O)
No hay comentarios:
Publicar un comentario