RELIGIOSIDAD Y CORONAVIRUS: UNA MIRADA A LA COBIRE 2020
¿C |
uál
es el papel que adquieren las prácticas religiosas en el marco del confinamiento derivado de la pandemia
de COVID-19 en México? Para contestar esta pregunta, El Colegio de la Frontera
Norte aplicó la encuesta sobre coronavirus, bienestar y religiosidad (COBIRE
2020), la cual se compone de 3 093 observaciones. El formulario estuvo en
circulación desde tres días después de que las autoridades decretaran la fase 3
de la contingencia sanitaria, hasta un día después del “fin” de la Jornada
Nacional de Sana Distancia. Cabe mencionar que la muestra no es representativa,
de hecho, hay un sesgo marcado por una sobrerrepresentación de personas con
estudios de educación superior. No obstante, los resultados son útiles para
echar un primer vistazo sobre cómo afectó la pandemia a la religiosidad de este
sector en particular.
Respecto
a la identificación religiosa, casi 45% de los encuestados se
identificaron como católicos. A diferencia de otras encuestas, ésta se
caracterizó por tener una alta participación de la población sin religión. En dicha
categoría, la COBIRE 2020 tuvo el gran acierto de distinguir entre las personas
sin religión como ateos y agnósticos (22.7%), y quienes se identifican como
“espiritual sin afiliación religiosa” (17.9%). Ese término busca definir a
“aquellas personas que son árbitros centrales de sus propias prácticas y
creencias espirituales sin intermediarios autorizados por una institución de
tipo eclesial o congregacional”.[1]
La
oración personal, la meditación/ respiración y las Misas/ sermones/ cultos
fueron las tres prácticas que se realizaban con mayor frecuencia antes de la
contingencia. En cambio, las y los encuestados reportaron al yoga y a la
meditación/ respiración como las principales actividades que comenzaron a
realizar una vez iniciado el periodo de confinamiento. Como bien señala la
encuesta, cabe mencionar que, aunque ambas prácticas provengan de tradiciones
orientales milenarias, no necesariamente se practican con un sentido religioso,
pues su occidentalización ha derivado, en muchos casos, a su propia
secularización.
Finalmente,
sobre qué prácticas aportan un sentimiento de protección a las y los
encuestados, la COBIRE 2020 muestra claramente tres grupos diferenciados: 38.3%
respondió no sentirse protegido ni por prácticas religiosas ni de autocuidado/
sana distancia; apenas 13.8% reportó sentirse protegido siguiendo las medidas
recomendadas por la ciencia; y 47.9% declaró sentirse protegido por alguna
práctica de carácter religioso o espiritual. De entre éstas, las
principales fueron el encomendarse a un ser divino o espiritual (Dios, ser
creador, Jesús, la Virgen, los santos, seres sagrados y/o ángeles) (44.8%) y
rezar o hacer oración (20.8%). El resto de las prácticas apenas superaron los
cinco puntos porcentuales.
Sin
olvidar que la muestra no es representativa, es interesante observar cómo un
mayor nivel de escolaridad no se traduce en una menor confianza en las
prácticas religiosas. Además, en palabras de los organizadores de la encuesta,
“confirma que la no adscripción a una religión específica puede acompañarse de
la realización de prácticas espirituales diversas”.[2] Es decir,
en contra de lo que suele pensarse, una mayor escolaridad no se asocia
necesariamente con una disminución de la práctica religiosa; pero sí de la
adscripción y regulación institucional. En otras palabras, la encuesta nos
muestra otro ejemplo de lo que autoras como Hervieu-Léger llaman desregulación institucional,[3] es
decir, de la conformación de un marco de creencias independiente de la
institución o comunidad religiosa.
La
encuesta trata otros temas como percepciones sobre el COVID, sentimientos
provocados por la contingencia, beneficios, virtualidad y relacionalidad de las
prácticas religiosas durante la Jornada Nacional de Sana Distancia. Por ello,
les recomendamos y exhortamos a revisar los resultados de la COBIRE 2020 en el sitio: www.colef.mx/wp-content/uploads/2020/07/13_Cobire-noviembre.pdf.
[1] Juárez, N., R. Ramírez, O. Olivas y O.
Odgers, Encuesta sobre Coronavirus, Bienestar y Religiosidad (COBIRE 2020).
Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte, 2020, p. 11.
[1] Ibid.,
p. 37.
[1] D. Hervieu-Léger, El peregrino y el convertido.
México, Ediciones del Helénico, 2004, p. 117.
www.imdosoc.org, 25 de noviembre de 2020
IGLESIA CATÓLICA: “HEMOS FALLADO EN NUESTRO SERVICIO A LOS DEMÁS Y AL EVANGELIO”
Una fuerte autocrítica se formula la iglesia mexicana al constatar en el último Censo una baja de 5% del catolicismo. "La Iglesia ha tenido un desgaste moral ante la sociedad, por el mal ejemplo de algunos”, sostiene. ¿Qué quedará para otras iglesias en América Latina que por la misma razón han bajado aún más su adhesión confesional?
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de México, dio a conocer los resultados del Censo 2020. El total de la población es de 126 millones y el país ocupa el lugar 11º a nivel mundial en número de habitantes, que es el mismo sitio que tenía en el censo anterior. Según este informe, del total de la población, 77.7. % de la población se dice católica. En 2010 era el 82.7 %. En la última década hay una reducción de 5.0 puntos porcentuales.
Esta baja del catolicismo ha sido recibido con tristeza por la jerarquía (obispos) pero los analistas atribuyen la baja a los personajes que lejos de ser ejemplo para los demás, han desencadenado escándalos por sus malas acciones.
Incluso así lo reconoció la misma Iglesia católica que a través de su semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México, expone dos elementos en esta caída de seguidores en los últimos años.
“Como Iglesia católica, y especialmente como ministros consagrados, hemos fallado en nuestro servicio a los demás y al Evangelio. Si bien, hay ejemplos luminosos como la Madre Teresa de Calcuta y miles de hombres y mujeres al servicio de sus hermanos, especialmente de los más pobres, también ha habido algunos personajes que han causado escándalo por sus malas acciones y la contradicción de sus vidas. El bien generalmente no es noticia, el mal, siempre es magnificado. La Iglesia ha tenido un desgaste moral ante la sociedad, por el mal ejemplo de algunos”, sostuvo.
Al cuestionar ¿qué es lo que está sucediendo en la población mexicana en general y en la Iglesia Católica en particular?, se refiere también a la rapidez con la que avanza la sociedad mexicana en el terreno del secularismo, tal como sucede en muchos países del mundo, sobre todo en los países más desarrollados. Ahí, agregó, “junto al bienestar económico y el progreso de la ciencia y tecnología, crece la indiferencia religiosa o el abierto rechazo a toda idea de trascendencia y religiosidad. Este fenómeno es muy notable en los países europeos, así como en Canadá y Australia. Es uno de los datos de mayor crecimiento en México de 2010 a 2020”. Por ello, expresó que es tiempo de conversión hacia el interior, de renovación en la experiencia de fe y de volver a lo fundamental, además de ser un referente de compromiso.
https://kairosnews.info/, 2 de febrero de 2021
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