TEÓLOGOS SE CUESTIONAN CÓMO ESTÁ CAMBIANDO LA PANDEMIA LA TEOLOGÍA, LA LITURGIA Y LAS PRIORIDADES PASTORALES
¿C |
ómo respondieron las
iglesias a las repentinas restricciones provocadas por la pandemia de COVID-19?
Un año después, ¿cómo están lidiando con los bloqueos continuos y la adoración
en línea? Más importante aún, ¿cómo moldeará esta experiencia nuestra teología,
adoración y práctica pastoral en los años venideros?
En
el seminario virtual “Ser luterano” del 3 de febrero pasado, tres teólogos
de Estados Unidos, Países Bajos y Malasia reflexionaron sobre estas preguntas,
mientras compartían perspectivas personales sobre la forma en que la iglesia
fue profundamente desafiada y cambiada por la pandemia de COVID-19.
Nuevas comunidades de fe
“Como pueblo, ―persuadido por la teología
de la cruz de Lutero―,” dice la profesora Deanna Thompson, directora del Centro
Luterano para la Fe, los Valores y la Comunidad en St. Olaf College en
Minnesota, “sabemos que Dios está
presente donde menos esperamos que esté”.
Antes
de que ocurriera la pandemia, Thompson comenzó a explorar las implicaciones de
la creencia de que “Cristo está realmente presente en la Palabra”, una creencia que se ha expandido aún más
durante este tiempo de cuarentena.
La
oración y el culto en tiempo real, insiste Thompson, “son prioridades pastorales importantes,
especialmente para los enfermos, los ancianos y los vulnerables que quizás
nunca regresen a los servicios en persona”.
Al
señalar que muchos asistentes que no asisten a la iglesia se han sentido
atraídos y han encontrado tiempo para asistir a actividades religiosas en
línea, dice que la adoración digital ofrece “más conectividad de lo que pensamos”.
Hablando
desde una perspectiva europea, el Dr. Andreas Wöhle dijo: “Estamos sorprendidos por la creatividad de
Dios durante este tiempo sin preceden-tes de desafíos
para las iglesias. Como miembro de la Iglesia Protestante en los Países
Bajos y pastor principal de la congregación Old Lutheran en Ámsterdam, ha visto cómo
los servicios en línea han engendrado nuevas y profundas experiencias de fe,
especialmente dentro de las familias que adoran juntas”.
Habilitación del acceso digital
Al comienzo del
aislamiento, recuerda Wöhle, su iglesia respondió a la necesidad de brindar
adoración en línea, pero también vio que permitir el acceso digital para los
miembros de la congregación con menos experiencia tecnológica era una tarea
diaconal urgente.
Durante
la Cuaresma de 2020, señala, “muchos sintieron que el ayuno de la
Eucaristía era la respuesta más apropiada a Cristo presente en el dolor de no
compartir juntos”. La experiencia de la cuarentena, agregó Wöhle,
ha provocado una nueva dimensión de comunión
que es “más
profunda que nuestro pensamiento teológico actual”.
Como
presidente de la Comisión de Fe y Constitución de la Iglesia Luterana en
Malasia, el Rev. Augustin Muthusami también fue desafiado por estas mismas cuestiones
críticas. Se desempeña como pastor en Luther House Chapel, cerca de la capital,
Kuala Lumpur, y trabaja en los ministerios de educación y comunicaciones de la
iglesia.
Al
comienzo de la pandemia, dice: ”Dudábamos acerca de la Sagrada Comunión
[virtual en tiempo real], y vio que había mucho miedo acerca de menospreciar el
Sacramento de la Eucaristía”.
Medidas extraordinarias para tiempos extraordinarios
Pero a medida que
continuaba el aislamiento, dice Muthusami, “nos inspiramos‖ en el entendimiento luterano de iglesia
invisible y en diciembre la
iglesia aprobó la opción
para que las congregaciones permitieran la Sagrada Comunión en tiempo real”.
“Nos
dimos cuenta de que, en momentos de estrés, la gente anhelaba la Santa Cena”, reflexiona,
pero al mismo tiempo “elaboramos condiciones que exigen rendición
de cuentas y explican que esta es una medida extraordinaria para tiempos
extraordinarios”.
“La educación es una parte vital del proceso”, dice Muthusami, al explicar cómo
su iglesia envió cartas a todos los consejos parroquiales,
junto con orientación sobre cómo
administrar los sacramentos en estas circunstancias excepcionales.
Si
bien el acceso a Internet sigue siendo un problema clave de justicia para
muchas personas en todo el mundo, los presentadores y participantes
coincidieron en que la experiencia de ser iglesia durante una pandemia “está cambiando quiénes
seremos en el futuro”.
Si
bien la Federación Luterana Mundial se esfuerza por convocar a espacios para la
reflexión teológica, agregó, en última instancia, “esta es una conversación
para las iglesias miembros que están equipadas con la capacidad de recuperación
para encontrar un consenso pastoral sobre lo que es apropiado en cada contexto
local. Este es el don y la tarea de estar juntos en comunión, especialmente en
estos tiempos excepcionales”.
ALC Noticias, 5 de febrero de 2021
LA CRUCIFIXIÓN DE JESÚS EN
LA LITERATURA LATINOAMERICANA CONTEMPORÁNEA, DE JUAN ESTEBAN LONDOÑO
Juan Esteban Londoño, poeta, investigador
literario y teólogo, explora el modo en el cual tres escritores
latinoamericanos reinterpretan la muerte de Jesús. Desde distintas
perspectivas, los autores Hugo Mujica, Raúl Zurita y Pablo Montoya coinciden en
ver a la figura de Cristo como una imagen en la cual se identifican los y las
sufrientes.
La crucifixión en la literatura latinoamericana contemporánea:
Hugo Mujica, Raúl Zurita y Pablo Montoya (Missionshilfe Verlag, 2020, www.missionsakademie.de/files/21_sitma_inhalt.pdf) es el título de la tesis doctoral defendida por
Londoño en mayo de 2020. Las dimensiones propositivas del trabajo, una muy
creativa combinación de ensayo teológico y literario, están dominadas por las
proporciones estéticas y expresivas de los autores elegidos, auténticos y
sólidos representantes de la mejor literatura latinoamericana actual. Poetas
los tres (Mujica, argentino nacido en 1942; Zurita, Chile, 1950; y Montoya,
colombiano, 1963, aunque más conocido como novelista), representan prácticas
discursivas que se han consolidado con el tiempo. El primero, un sacerdote sui
generis que coincidió con los poetas beat en Nueva York en los años
60, el segundo, una de las voces más radicales de la poesía posvanguardista, y
el tercero, un escritor que integra consistentemente la historia con las
exigencias estéticas actuales.
La idea fundamental que preside la investigación y la forma en que se ubica en el marco de los esfuerzos previos al respecto son expuestas en su primer párrafo: “La imagen del Jesús crucificado tiene una carga de sentido que se expande por la iconografía y la literatura. Refleja la carnadura humana y el sufrimiento divino, y tiene un efecto transformador en el arte en general”. (LC-O)
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