domingo, 12 de diciembre de 2010

Letra 200, 12 de diciembre de 2010


GUADALUPANISMO Y PROTESTANTISMO EN MÉXICO (I)

Ciertamente resulta difícil para el protestantismo mexicano afrontar la tarea de revalorar el culto guadalupano. Primero, porque tradicionalmente se ha dicho que el guadalupanismo forma parte de la identidad nacional, algo que, por ejemplo, subraya el teólogo chicano Virgilio Elizondo al referirse a los católicos que se hacen protestantes en Estados Unidos: “No quiero decir que todo hispano debe seguir siendo católico a fin de ser hispano, pero lo que digo es que cuando un hispano deja de ser católico (de participar en las expresiones religiosas de nuestro pueblo), él o ella dejan de ser hispanos”. Recientemente, el Episcopado mexicano, en su carta pastoral sobre el Bicentenario, ha insistido, una vez más, en este hecho. (“Es un acontecimiento fundante de nuestra identidad nacional”, afirma.)

En segundo lugar, porque la fe protestante en América Latina, tan combatida por el catolicismo en otras épocas, ha criticado radicalmente el uso misionero hispánico de una deidad prehispánica a la que se sobrepuso la imagen de una advocación española de la Virgen María, con el propósito sincrético de imponer la doctrina “romanista”. Y tercero, porque, aparentemente, los asideros bíblicos, teológicos e históricos del guadalupanismo siempre han implicado una relectura sumamente sesgada de Apocalipsis 12 a fin de justificar forzadamente el mito de las apariciones y relacionar este culto con una visión pretendidamente centrada en la figura de la madre de Jesús. Otro asunto, colateral, pero no menos importante en este tema, es la manera en que el “protestantismo histórico” ha percibido las expresiones populares del guadalupanismo, mediante una crítica radical a sus componentes más visibles y cuestionables como la laceración corporal de los peregrinos y otros excesos. Estudiosos tan serios como Robert Ricard no han vacilado en señalar que el culto guadalupano es una invención “nacida, madurada y establecida bajo la active influencia del episcopado, en medio de la indiferencia dominica y agustina, y a pesar de la ansiedad hostil de los franciscanos”.

Si a esto se agrega el último componente que representa la beatificación del indígena Juan Diego, principal “testigo” de las apariciones, a pesar de las enormes dudas acerca de su existencia histórica (además de que su imagen corresponde más a la de un típico español de la época), incluso en ambientes católicos, situación que fue precedida por el escándalo que ocasionaron las opiniones del abad Guillermo Schulemburg sobre el evento guadalupano, reforzadas por las apreciaciones de algunos historiadores de la misma fe, se verá que, desde tiempos muy antiguos se debatió el y origen y sentido del guadalupanismo.

Un ejemplo notable de esto último es el sermón pronunciado por Fray Servando Teresa de Mier el 12 de diciembre de 1794, en el que puso en tela de juicio la doctrina histórico-política cimentada en las apariciones (visto también como la búsqueda de una justificación teológica para la independencia de América). De este modo resume Alejandro Rosas la el contenido y la importancia de dicho documento y las reacciones que provocó (entre ellas el exilio del predicador, precursor del movimiento de Independencia): En su sermón guadalupano correspondiente a ese año expuso sus consideraciones acerca de la aparición de la Virgen –que no eran otras que las sostenidas por el nacionalismo criollo de la segunda mitad del siglo XVIII. En ellas no negaba el milagro guadalupano, pero lo situaba siglos antes de 1531, en las primeras décadas de la era cristiana. Su premisa inicial sostenía que la “imagen de Nuestra Señora de Guadalupe” no estaba pintada en la tilma o ayate de Juan Diego, sino en la capa de Santo Tomás apóstol quien, llevando la palabra de Dios hasta los confines del mundo, había llegado al continente americano. Hacia el año 44 de nuestra era los indios veneraban la imagen en el cerro de Tenayuca, en donde Santo Tomás la había depositado, pero varios infieles habían renegado de la fe cristiana y habían atentado contra la imagen guadalupana. Para protegerla, el apóstol la escondió y diez años después de la conquista, la Virgen se apareció frente a Juan Diego, le mostró la capa de Santo Tomás y le ordenó que la llevara ante fray Juan de Zumárraga. El resto de la historia era de todos conocida. La jerarquía eclesiástica estimó absurda esta interpretación –por decir lo menos, propia de un enemigo de la religión y de la virgen, razones de más para desterrarlo de la Nueva España; sin embargo, su trasfondo era claramente político: si la conquista y dominación española se habían justificado en nombre de la evangelización, al aceptarse la exégesis de fray Servando de que tiempo antes de la llegada de los conquistadores los indios ya conocían el cristianismo, la Conquista quedaba sin legitimación moral, legal y espiritual.

Como se ve, esta tradición religiosa popular presenta no sólo “fallas de origen” sino también enormes debilidades históricas y teológicas, a pesar de que no han faltado teólogos empeñados en demostrar lo contrario, como Richard Nebel. Quizá el extremo de esta interpretación sea la equiparación del Nican Mopohua (códice en náhuatl sobre las apariciones) con los textos canónicos cristianos. El mismo Rosas, responsable de Promoción y Divulgación de la Coordinación Nacional para las Conmemoraciones del 2010, escribe así en una página gubernamental (oficialmente laica): “El milagro guadalupano no se encontraba en el ayate donde, según cuenta la tradición, la madre de Dios plasmó su imagen en 1531, sino en el sentido histórico, en el símbolo en que se convirtió con el paso de los siglos. Desde aquel año, la historia de la virgen de Guadalupe giró básicamente alrededor de su festividad, de sus milagros y de sus distintas procesiones. Pero más allá de la parafernalia religiosa, la supuesta aparición arraigó en la fe popular y más tarde se vinculó con el concepto de patria, de terruño. Si la madre de Dios había decidido aparecerse a un indio en tierras novohispanas, no había lugar a duda, los mexicanos eran un pueblo elegido” (www.inehrm.gob.mx).

Este tipo de redefiniciones religiosas de la historia de México, más propias del oficialismo católico, chocan aparatosamente con estudios serios del capítulo citado del libro de Apocalipsis, en donde, en efecto, se menciona una visión del autor del libro en la cual una mujer vestida de sol, coronada de estrellas y con los pies colocados sobre la Luna, acechada por un dragón, da a luz a un niño y ambos son perseguidos por ese animal mitológico, pero sin lograr destruirlos gracias al cuidado de Dios. (LC-O)

__________________________________________________

CONMEMORA GOBIERNO DEL DISTRITO FEDERAL 150 AÑOS DE LEY DE LIBERTAD DE CULTOS
Milenio Diario, 7 de diociemnbre de 2010


La Consejera Jurídica del GDF, Leticia Bonifaz, resaltó que con la libertad para profesar cualquier culto se instauró en México el Estado Laico y se fortalecieron las instituciones civiles. Con una ceremonia en el Teatro de la Ciudad el Gobierno del Distrito Federal (GDF) conmemoró el 150 aniversario de la Ley sobre Libertad de Cultos promulgada por el entonces Presidente Benito Juárez, en el marco de las Leyes de Reforma. La ceremonia, en la que participaron especialistas, historiadores y ac-

tores, fue encabezada por la Consejera Jurídica del GDF, Leticia Bonifaz, quien resaltó que con la libertad para profesar cualquier culto se instauró en México el Estado Laico y se fortalecieron las instituciones civiles. “Recibimos el legado del Estado Laico a costa de luchas que costaron muchas vidas, sacrificios, pero que sirvieron para engendrar sueños y que ahora son la piedra angular de nuestras instituciones”, indicó. No obstante, señaló que aun hoy a siglo y medio de distancia, se sigue viviendo al acecho de quienes no están de acuerdo en la separación de la jerarquía católica y de cualquier otra religión con las determinaciones de los poderes libremente constituidos y las leyes que de ellos emanan”. En el evento participó también el especialista investigador y catedrático de la UNAM, Lorenzo Córdova Vianello, quien hizo hincapié en que se equivocan quienes piensan que el Estado Laico es “antirreligioso”. “La laicidad por el contrario es sinónimo de tolerancia y por tanto, garantiza el respeto a que se profese no una sino cualquier religión, se trata de aceptar las diferencias entre uno y otro”, subrayó. Hizo especial énfasis en la línea divisoria que debe separar al Estado de la Iglesia, toda vez que el primero se basa en un relativismo donde todos los puntos de vista son escuchados y debatidos, mientras que la segunda cimienta su fe en base a verdades absolutas. Es por ello, consideró el especialista, que las instituciones religiosas deben mantenerse al margen de las determinaciones de los gobiernos y de las disposiciones, obligaciones y derechos, que se emanan de las leyes.

***

PASTOR EVANGÉLICO ASESINADO EL DÍA DEL 150 ANIVERSARIO DE LA LEY DE LIBERTAD DE CULTO

San Cristóbal de Las Casas, 5 de diciembre de 2010. Un grupo de encapuchados asesinó el pasado sábado 4 de diciembre con un machete al pastor evangélico Armando López, en el municipio de La Independencia, en el estado Chiapas, sureste de México, informaron testigos directos de los hechos.
Según el testimonio de Jesús López Hernández, esa tarde él junto con su esposa Flora Morales y el pastor Armando López se trasladaban después de una consulta médica en Comitán hacia la comunidad "Venustiano Carranza" fronteriza con Guatemala. Antes de llegar a su destino, un vehículo los rebasó y se atravesó en su camino obligándolos a frenar. Del vehículo salieron tres sujetos con los rostros cubiertos y con pistolas y machetes en las manos, ordenando a todos bajar del vehículo. Al descender el pastor evangélico le ordenaron que se tirase al suelo, donde sin mediar palabra uno de los encapuchados le asesinó de un machetazo en el cuello. Inmediatamente después, los agresores huyeron en el vehículo, mientras que la pareja, ilesa y aterrorizada, acudió a la comunidad para informar a las autoridades.
Tras lo ocurrido, el coordinador de Comunicación Social del Consejo Estatal de Iglesias Evangélicas de Chiapas, Luis Antonio Herrera, indicó que sólo en este año se han registrado en esa entidad 10 casos graves de intolerancia religiosa que involucran agresiones físicas, hostigamiento, destierros y amenazas contra quienes profesan la fe protestante.

1 comentario:

Unknown dijo...

respeta las tradiciones de un pueblo

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...