Carolina Gómez
La Jornada, 24 de junio de 2011
Por separado las iglesias católica y cristianas evangélicas confiaron en que la reunión que ayer sostuvo el presidente Felipe Calderón con el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad no será en vano y rendirá frutos.
Manuel Corral Martín, secretario de Relaciones Institucionales de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), descartó que “sea atole con el dedo, los hechos hablarán por sí mismos en el futuro cercano, si realmente no hay muestras de cambio, entonces podría decirse que fue atole con el dedo, pero no lo creo así”.
Arturo Farela, presidente de la Confraternidad Nacional de Iglesias Cristianas Evangélicas (Confraternice), indicó que el esfuerzo no será “infructuoso”. Señaló que esto constituye el “parteaguas de la ciudadanización de las políticas públicas” y añadió que es prioritario que luego de que el movimiento fue “escuchado cara a cara por el presidente, vigilar que la comunicación no se rompa”.
Por su parte Corral consideró que la reunión “marca un hito” y confió en que la estrategia en contra del narcotráfico experimente cambios que reduzcan los daños a la población. También destacó que por primera vez se vio “el lado humano” de Calderón” y añadió que al menos pareciera que de parte del presidente “sí hay voluntad”, pero dijo no estar tan seguro de que las instituciones que llevan este combate “estén tan dispuestas a cambiar, eso no lo sé”.
El sacerdote sostuvo que de haber modificaciones en la estrategia, éstas tendrían que ser paulatinas, porque dijo que “los virajes estrepitosos significan volcaduras”.
__________________________________________________
Lorena López
Milenio, 25 de junio de 2011
Un día después de reunirse con el presidente Felipe Calderón en el Castillo de Chapultepec, el escritor Javier Sicilia recordó que no pidió al mandatario suspender la lucha contra el crimen organizado, sino debatir sobre la posibilidad de reorientarla para reducir el número de víctimas inocentes. “El diálogo no significa claudicación de ninguna de las partes, significa ir acercándose a la verdad y poder hacer cosas importantes”, señaló en entrevista radiofónica.
En tanto, en conversación con Azucena Uresti para Milenio, el poeta lamentó que durante el diálogo en el Castillo de Chapultepec el presidente Calderón ese mantuviera firme en no modificar su estrategia de seguridad. “No le pedimos que deje de hacer lo que tiene que hacer, sino que cambie esa forma de hacer las cosas”, apuntó Sicilia. “La reunión de ayer (jueves) nos demostró que se puede dialogar, ser firme y fuerte en la diferencia y abrir espacios para seguir avanzando, ir construyendo y cambiar mentalidades equivocadas”, comentó.
Cuatro horas en Twitter
Por separado, el presidente Felipe Calderón continuó la reflexión sobre su diálogo con el Movimiento por la Paz, al que calificó de “experiencia intensa y aleccionadora”. Durante cuatro horas (las 7 hasta las 11 de la mañana), el mandatario colocó en su cuenta de Twitter 34 mensajes, en los cuales reiteró su pesar por las víctimas del hampa. También insistió en su convicción de que la inseguridad no la causan las fuerzas federales, sino el crimen organizado, y llamó a todos los sectores de la sociedad a hacer su parte para resolver los problema de inseguridad, corrupción e impunidad.
“El diálogo con las víctimas de la violencia fue muy enriquecedor para mí. Creo que para todos. Vamos a darle seguimiento entre todos”, fue el mensaje con el que el Presidente cerró su comunicación luego del diálogo en Chapultepec. Precisó que las tres vertientes de su estrategia son enfrentar a los criminales, reconstruir las instituciones de seguridad y recuperar el tejido social. También aceptó que se deben crear oportunidades para los jóvenes, pero recordó que a todos toca “reconstruir los cimientos de la casa común dañada por el crimen, la corrupción y la impunidad”.
“A unos corresponde gobernar; a todos elegir y vigilar a los gobernantes, ser mejores ciudadanos y estar cerca de los hijos”, dijo. El presidente Calderón reiteró su disposición a “rectificar errores y buscar alternativas”, pero también su decisión de “defender a las familias, cuando su propia autoridad no pueda o no quiera defenderlas de criminales”.
Como lo hizo el jueves en Chapultepec, el Presidente citó un verso que el propio Javier Sicilia tomó de Bertolt Brecht: “Un día vinieron por los comunistas y no dije nada; otro día por los judíos y tampoco dije nada; un día llegaron por mí y no tuve qué decir. “Cuando vinieron por los primeros hubo quien no dijo ni hizo nada. En cuanto estuvo en mis manos actué, con aciertos y errores, pero actué. Y sí debemos pedir perdón por las víctimas que no pudimos defender. Pero no por haber actuado contra los criminales que causan esas muertes”, dijo en tres tweets consecutivos. Insistió en el dolor que le causa la vida segada injustamente de muchos jóvenes inocentes y sus padres pidiéndole encontrar a sus hijos desparecidos.
En este punto recordó que México no llegó de repente a esta situación: “Se fueron acumulando transas e intereses hasta que un día estalló, como la energía de un volcán que entra en erupción”. En la entrevista televisiva que concedió a Milenio, el escritor detalló que para el siguiente encuentro con el Presidente, que se realizará dentro de tres meses, asistirá acompañado de expertos en materia de seguridad para abordar el tema y tratar de lograr que el Ejecutivo acceda a realizar un cambio en su estrategia. Sin embargo, dijo que sería importante que estuvieran presentes los secretarios de Defensa, de Marina y de la SSP.
___________________________________________________
FE Y MISTICISMO EN LA POESÍA DE JAVIER SICILIA (II)
Esencialmente poeta, ha publicado también novela, ensayo, biografía y traducciones. En poesía, Permanencia en los puertos (1982), La presencia desierta (1985; ediciones aumentadas: 1996 y 2004), Oro (1990), Trinidad (1992), Vigilias (1994), Resurrección (1995), Pascua (2000), Lectio (2004), Tríptico del desierto (2009); novela: El bautista (1991), El reflejo de lo oscuro (1998), Viajeros en la noche (1999), A través del silencio (2002), La confesión (2008); ensayo: Cariátide a destiempo y otros escombros (1980), La revelación y los días (con Tomás Calvillo, 1987) y Poesía y espíritu (1998); biografía: Concepción Cabrera de Armida, la amante de Cristo (2001) y Félix de Jesús Rougier, la seducción de la Virgen (2007); traducciones: El nombre, de Lanza del Vasto (1988), La locura de Abraham, de Pierre Souyris (1989), Anarquía y cristianismo, de Jacques Ellul (2005) e Historia del protestantismo, de Jean Bauberot (2008). Es muy conocido como articulista en las revistas Siempre!, Proceso y La Jornada Semanal, con la columna “La casa sosegada”, dedicada a temas poéticos y religiosos. Fue incluido en la Asamblea de poetas jóvenes de México, de Gabriel Zaid (1980).
Además, ha editado la poesía de Manuel Ponce y prologado la de Alfredo R. Placencia (El libro de Dios). En 1989, junto con Jorge González de León obtuvo el premio Ariel por el guión de la cinta Goitia, un dios para sí mismo, en 1993, el Fuentes Mares por El bautista, y en 2009 ganó el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes, con Tríptico del desierto, que desató una controversia por su manera de inspirarse en los textos de otros poetas.
2. “El viaje hacia la permanencia”: la semilla de un peregrinaje existencial
Su primer libro, Permanencia en los puertos (“tiene en el título una paradoja: el puerto es lugar de partidas y llegadas. Pero ahí se habla de una permanencia, no de un lugar de tránsito”[8]), contiene ya el germen de una cadena de hallazgos existenciales, expresivos y, por qué no decirlo, espirituales que se suceden en una serie admirable de versos (de siete y once sílabas) que, gracias al molde de la silva construida en clave moderna, le permitieron nombrar los espacios que su fe iba abarcando. En la segunda edición de La presencia desierta, afirma: “Toda poesía narra un largo viaje hacia la luz. En mi caso, ese viaje es, como el título de mi primer libro, una permanencia. En realidad nunca partí. Desde que decidí viajar para encontrar a Dios, Él ya estaba en mí y me aguardaba”.[9]
“El viaje hacia la permanencia”, poema que abre el libro es ya una auténtica bitácora espiritual, signado por un epígrafe tomado del Comentario del Evangelio, de Lanza del Vasto: “Nada de lo que ha vivido se pierde…/ La vida es un modo inmutable del ser”:
Coro
2
3
Así respondió a la pregunta sobre si la poesía de elementos bíblicos puede ir hacia lo social:
Sí, pero en segunda instancia. El objetivo de toda poesía es profundamente espiritual, no sólo con elementos bíblicos, sino con elementos religiosos y espirituales, y creo que toda verdadera poesía los tiene; es, valga la redundancia, espiritual. Creo, como lo sostenía Tarkovsky, el cineasta, que la misión de todo arte es elevar la conciencia espiritual de los hombres. Si se logra, entonces la poesía adquiere también una función social. Si el hombre crece espiritualmente entonces la sociedad se mejora en sus relaciones económicas, productivas, políticas, culturales. El objetivo de la sociedad dejaría de ser mundano y se volvería trascendente. Una sociedad verdaderamente espiritualizada viviría de manera fraterna y pobre.[11] (LCO)