sábado, 11 de junio de 2011

Un padre que perdona siempre..., A.I. Martha Aguilar Arellano

12 de junio de 2011


Lucas 15.11-32


Sin duda que ésta es una historia que tiene mucho para explorarse, pero en esta ocasión me detendré a considerar solo tres aspectos de la misma. Pero antes de ello me gustaría que reflexionáramos acerca de dónde saco Jesús esta historia: ¿fue algo que se le ocurrió así nada más, por inspiración momentánea, o algo que fue construyendo con base en la observación de ese ser tan complejo que es el ser humano y que incluye: hombres mujeres, niños y niñas? Yo me inclinaría por la segunda opción, porque a Jesús le interesaba llegar a lo más íntimo y más profundo del ser humano, porque le interesaba y le sigue interesando nuestra problemática de vida no para dejarnos perdidos en ella sino para ofrecernos soluciones; soluciones que nos sirvan para el momento que estamos viviendo y al mismo tiempo nos conecten con los propósitos de su reino.
El primer aspecto que me gustaría tocar es el familiar: cómo era esta familia, parecía ser una familia incompleta aunque no por ello dejaba de ser familia. Quien faltaba, de quien no se hace mención, ya se dieron cuenta, efectivamente era la mamá, o será que como en ese tiempo ni las mujeres ni los niños contaban, Jesús se hizo al molde y las circunstancias del momento, pero no choca ésto con los valores del reino del cual nos vino a enseñar y de lo cual dejó muestras evidentes. De no ser así, ¿se habría acercado a la mujer samaritana...?, habría preguntado en medio de la multitud: "¿Quién me ha tocado...?", o habría dejado que la turba enardecida apedreara a la mujer que ya había sido condenada sólo para salvar su propia apariencia de justicia?
Evidentemente que no, pues a Jesús le interesaba ese 50% de la humanidad, que siempre ha sido relegado. Parecería ser, que más bien la mamá había muerto, y por eso era más bien una familia incompleta, lo cual viene a trastocar los roles en el resto de la familia.
En segundo lugar están los hijos, y ellos se van al extremo en sus comportamientos y el mayor, casi casi se olvida de vivir, se le olvida que es un joven y aún tiene mucho que disfrutar de la vida, que no es enclaustrándose en el trabajo como va a encontrar el significado de su vida lo cual deja ver en el amargo reclamo que hace a su padre, según el v. 29: “Mas el, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos”. él otro en cambio se va la extremo de la irresponsabilidad y la vida fácil sin obligaciones y el si seguramente se había tomado la libertad de matar más de un cabrito para disfrutarlo en compañía de sus amigos o mejor dicho, de sus amigotes ya que a este se la habían borrado de su mapa mental las obligaciones, porque solo vive para sí, por eso, más que el cumplimiento de sus obligaciones, lo que se esperaría de él son las retribuciones impulsadas por el amor a sus seres queridos que este caso eran: su hermano y su padre.
Pero es que acaso a Dios no le gusta la libertad, pero la Biblia nos muestra su repudio por la esclavitud cuando Israel padece servidumbre en Egipto él extiende su diestra para liberarlo (Dt 15) o Dios está en contra de la alegría y el disfrute de la vida? cuándo la misma Biblia nos dice: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo ¡regocijaos! Y toda buena dadiva y todo don perfecto proviene de Dios". Entonces, ¿qué es lo que Dios quiere? Dice el conocido terapeuta familiar, Jorge Maldonado: “Hallo que es la voluntad de Dios que nos encontremos a nosotros mismos a fin de cumplir con nuestra vocación en el mundo y en la historia. En la historia? se cuestionará alguien? Sí en la historia, porque todo lo que cada quien haga en la vida de alguna manera va a repercutir en otros y por eso nuestro actuar no se puede liberar de ninguna manera del devenir de la Historia de la humanidad somos responsables no solo de nuestra propia historia sino aún de la historia de nuestro entorno y de nuestro hermano. No podemos hacernos desentendidos y responder como ya alguien lo hizo en el pasado ¿ Soy yo acaso guarda de mi hermano?".
Pero qué es entonces lo que hizo mal el hijo que decidió tomar su propio camino, evidentemente tenía mucha prisa por disfrutar de la vida; buscaba; diversión, alegría, aventuras, libertad, experimentar, gozar la vida y lograr lo que todo joven busca y que más bien tiene la obligación impostergable de definir su propia identidad, por eso cuando busca independizarse de la tutela paterna o materna; se revela y dice: quiero vivir mi propia vida, es mía y de nadie más; yo tengo libertad para escoger mis propios amigos, mi tiempo es mío y yo se como lo voy usar; y mas frases semejantes a estas que sin duda habrán experimentado aquí muchos padres de adolescentes, y aún nosotros mismo cuando también estuvimos atravesando por esta etapa.
Pero entonces qué pasó si mi derecho y hasta obligación es la búsqueda de mi propia identidad, en dónde está el error. El v. 13 nos da la respuesta: ( uno), “juntándolo todo, (dos), se fue lejos a una provincia apartada, (y por último): allí desperdicio sus bienes viviendo perdidamente. Porque “todo me es lícito, pero no todo edifica”
El joven es su inexperiencia, creyó que podía hacerlo todo y no cayó en cuenta de que aun cuando hay cosas que se pueden hacer finalmente no son para nuestro bien.
De estas tres cosas quiero destacar una, la que dice “se fue lejos a una provincia apartada” , quiso poner tierra de por medio pero la vida y sus problemas no se resuelven huyendo ni dándoles la espalda. La vida en sí misma es ya todo un problema que hay que afrontar y resolver dándole la cara, porque si no lo hacemos, donde quiera que vayamos seguiremos llevando nuestro problema a cuestas, no se puede resolver un desacuerdo ignorándolo, porque si tu y yo estamos en algún desacuerdo tenemos que hablarlo, tal vez ninguno cambié de opinión, pero si lo enfrentamos alguna solución podremos encontrar, el joven se fue lejos porque no quería ninguna intromisión, pero eso no resolvió su problema por el contrario lo agravó.
Hay una reflexión que pregunta lo siguiente:


¿Qué es la vida? Y al mismo tiempo responde:
Es un reto… hazle frente.
Es una lucha… peléala.
Es un misterio… descífralo.
Es una alegría… compártela.
Es una obligación… cúmplela.
Es un romance… gózalo.
Es una tragedia… supérala.
Es una melodía… cántala.
Es un sueño… realízalo.

Es un viaje…hazlo.
Es una promesa… cúmplela.
Es un juego… juégalo.

Y qué decir de el hijo mayor, en su amargura se olvido de si mismo de vivir y de lo más importante que tenía, ¿ y que era eso tan importante, el padre se lo dijo: Hijo, tú siempre estas conmigo, y todas mis cosas son tuyas?
Por último, reflexionaremos algo sobre el padre, el padre de esta historia estaba solo, si es que estamos de acuerdo con la posibilidad de que fuera viudo. El vacío que había dejado la ausencia de la esposa aún pesaba en su corazón, quizá por eso nos pareciera que es demasiado complaciente con el hijo menor, no se nos olvide que el amor implica disciplina lo cual no significa violencia de ningún tipo. Pero también significa respeto por el otro, en la narración, no se nos deja ver si el padre trató de detenerlo, a lo mejor sí, pero el hijo no estuvo dispuesto a cambiar y el padre optó por respetar su decisión.
Cuando Jesús hace uso de las parábolas es para darnos un referente más cercano que nos pueda hacer más accesible el llamado de su reino. Es entonces cuando la figura del Padre se transforma en la de Dios que nos ama y nos respeta de manera que no nos ata involuntariamente hacia sí, sino que nos permite si así lo decidimos ir tras la tentación del Huerto “seréis como Dios”, porque queremos ir tras nuestra propia libertad y no la de Dios , y es Dios mismo quien nos abraza cuando después de darnos de frentazos con nuestra propia sabiduría y necedad humillados podemos clamar “Padre , he pecado contra el cielo y contra ti”. Y en su gran amor nos integra y nos hace parte de su reino.
Pero no solo eso, sino que aún con el hijo que equivocadamente se cree “obediente e impecable” es sumamente amoroso cuando responde al reclamo lleno de rencor y amargura del hijo mayor. “Hijo, Tu siempre esta conmigo”, te has puesto a pensar hermano que privilegio tan grande es el que disfrutamos, pues si nos equivocamos aún seguimos disfrutando de los cuidados y amor de Dios y no por eso nos quita sus bendiciones sino por el contrario nos asegura, “todas mis cosas son tuyas” no importa si te equivocas en tu deseo de hacer la voluntad de Dios, de todos modos mis bendiciones siguen siendo tuyas.
¡Qué amor tan grande el se este padre que nos compartió Jesús! Por un lado, no nos rechaza cuando nos damos cuenta que sin él estamos perdidos sino con abrazo lleno de amor y de poder nos aparta del mal para llevarnos hacia sí mismo. Y por el otro si nos equivocamos nos sigue amando para seguir llevándonos hacia sí mismo. Gracias Dios y Padre, por tu gran amor, que siempre perdona.

No hay comentarios:

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...