VOCES DE FE DESAFÍAN LA VIOLACIÓN DE LOS
DERECHOS DE LAS MUJERES
CMI/ALC
Noticias, 5 de julio de 2013
En el Foro de Defensores de los Derechos Humanos el ex
presidente estadunidense Jimmy Carter calificó el abuso de las mujeres como “la
violación más generalizada e impune de los derechos humanos en todo el mundo”.
Este abuso, destacó, es contrario a la premisa básica de todas las religiones,
incluyendo el cristianismo.
Carter habló en el
foro sobre el tema “Movilizando a la fe por las mujeres”, realizado en el
Centro Carter, en Atlanta, Georgia, entre el 27 y el 29 de junio. El evento
reunió a más de 70 líderes religiosos, activistas y expertos en religión de más
de 15 países y alrededor de 35 organismos, incluyendo al Consejo Mundial de
Iglesias (CMI).
En el foro, Carter
enfatizó que el abuso contra las mujeres es una contradicción frontal hacia la
Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual han firmado
prácticamente todos los países. Señaló cómo algunos líderes religiosos han
abusado de la religión al leer los textos sagrados para justificar la
dominación de los hombres y la inferioridad de las mujeres. “Tal comprensión es
incompatible con las creencias religiosas”, agregó.
En respuesta a los
comentarios de Carter, la doctora Fulata Lusungu Moyo, directora ejecutiva del
programa para Mujeres en la Iglesia y la Sociedad, del CMI, compartió cómo han
tomado las mujeres el liderazgo para interpretar las Escrituras en sus
comunidades y así llamar la atención a estos aspectos, los cuales incluyen la
violación de los derechos humanos y el tráfico de niñas y mujeres. Moyo explicó
que la metodología del estudio contextual de la Biblia ha sido usada para
arrojar luz sobre el tema del tráfico de mujeres.
Un ejemplo de lo
anterior es la lectura del libro de Ruth en la Biblia Hebrea, la cual produce
reflexiones sobre la forma en que la joven Ruth fue objeto de trata de
personas. Añadió que debido a las creencias patriarcales acerca de la
inferioridad de las mujeres, éstas se encontraban en situaciones socio-económicas desesperadas. Estas
circunstancias de vulnerabilidad las conduce a convertir sus cuerpos en
mercancías a través de la trata de personas y de la esclavitud sexual, afirmó.
“En el libro de Ruth, Noemí tuvo que utilizar la juventud de Ruth para
recuperar la propiedad y la soberanía alimentaria mediante un “acuerdo sexual” con
Booz, un hombre rico mucho mayor que ella”, dijo Moyo. Se preguntó si hay
mujeres desesperadas como Ruth y Noemí en sus comunidades. “¿Han escuchado
estas historias? Y que están haciendo para proteger a esas mujeres de tanta
deshumanización?”, finalizó.
Mona Rishmawi, jefa de la Oficina para la Ley, Igualdad y No
Discriminación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos participó también en el foro. Se preguntó también por qué la mayoría de
líderes religiosos no están levantándose para defender los derechos de las
mujeres mediante la afirmación de que el abuso contra ellas es algo pecaminoso
a los ojos de Dios. “¿O será que creen erróneamente que las mujeres son
inferiores a los hombres?”.
Asimismo, argumentó que la cultura y la religión no deberían
confundirse, y que cada una debería mejorar la dignidad y la totalidad de cada
ser creado, especialmente las niñas y las mujeres.
A nombre del CMI, Moyo presentó algunas de las publicaciones del
organismo a Jimmy Carter, una de las cuales, When Pastors Prey (Cuando los pastores abusan), cuenta con un
prólogo suyo. El libro incluye historias de mujeres que fueron objeto de abuso
de parte de sus pastores, y ofrece un marco legal útil para comprender y
abordar el problema.
Algunas de las sesiones fueron presididas por Carter, acompañado de su
esposa Rosalynn, y Karin Ryan, directora del programa de derechos humanos del
Centro Carter. (Versión:
LCO)
______________________
LA REFORMA
AL 24 CONSTITUCIONAL, UNA VERGÜENZA
Bernardo
Barranco
La Jornada, 5 de
julio de 2013
En forma y fondo la reforma al artículo 24 constitucional sobre libertad
religiosa ha sido de bochorno. La Comisión Permanente del Congreso de la Unión
formuló, el pasado 19 de junio, la declaratoria de la reforma al artículo 24
constitucional, referido a libertad religiosa. Recordemos la presión que ha
ejercido la jerarquía de la Iglesia católica desde que Carlos Aguiar Retes
asumió la presidencia de la CEM en 2006 hasta la visita del papa Benedicto XVI,
marzo de 2011, en la que el secretario de Estado Tarsicio Bertone remachó el
tema en una gran cena ante la clase política de Felipe Calderón y altos
prelados católicos. El Poder Legislativo ha construido una reforma cuyo proceso
ha estado salpicado de suspicacias y desconfianzas. La Cámara de Diputados, con
una prisa sospechosa, aprueba el 15 de diciembre de 2011 las reformas al 24.
Para ello, implementó en su aprobación y modificación un procedimiento que no
respetó el dictamen de la Comisión de Puntos Constitucionales ni en el pleno de
la Cámara, violando el principio jurídico de exhaustividad y de legitimidad. La
discusión de los diputados fue pobrísima entre reproches procedimentales, tomas
de la tribuna y negociaciones apuradas de última hora; poco o nada se
afrontaron temas sustanciales de las libertades. La jerarquía católica y la
derecha no quedaron conformes con el resultado final, no tanto porque se
incorporaron libertades no religiosas como las éticas y de conciencia, sino
porque se frustra la intención de introducir de manera directa la educación
religiosa en escuelas públicas, vía los padres de familia, como se apuntaba en
el proyecto original. La reforma es una vacilada, exclamó entonces con trágico
humor José Luis Soberanes. Al pasar la reforma al Senado, se opera un mercadeo
pues se saca del congelador la reforma al artículo 40, sobre el carácter laico
del Estado mexicano, y ambos se someten a subasta. Resultado: ambas reformas,
el 40 y el 24 van de la mano. Tampoco hubo debate de fondo y los foros
convocados por el Senado fueron pura simulación.
La reforma considerada no prioritaria en la agenda del
país se politiza. El proceso es viciado de origen y queda claro que la reforma
al artículo 24 constitucional es consecuencia de un acuerdo político cupular
que articula los intereses de la jerarquía con el pragmatismo de corto plazo de
la clase política. Los actores de la operación son principalmente de la
fracción mexiquense del PRI, por lo que la paternidad de la reforma se le
atribuye a pactos del entonces precandidato Enrique Peña Nieto con el obispo
presidente de la CEM, entonces Carlos Aguiar Retes, contando con el aval de
Felipe Calderón y sus huestes panistas.
Si la reforma fue aprobada con apresuramiento en la Cámara
de Diputados y en el Senado tuvo que pasar un año y dos meses para ser aprobada
por los congresos estatales y lograr así el cincuenta por ciento más uno de las
legislaturas locales, requeridos para su promulgación definitiva. El proceso
fue accidentado, sufrido e inédito. Las principales reticencias para aprobarlas
en las diferentes entidades emanaron del propio PRI, de sus corrientes
liberales y masónicas que siguen siendo fuertes en muchas entidades del país.
También se generaron potentes movilizaciones
sociales, conducidas por Foro Cívico México Laico que aglu tinó diversas organizaciones sociales. De manera
relevante se generó la reacción en contra de numerosas iglesias evangélicas y
de manera decisiva destaca la Iglesia La luz del mundo, que mostró músculo y
capacidad de convocatoria en gran parte de las entidades mexicanas que por
momentos llegaron a inquietar a las legislaturas locales y los obispos. En
diversas entidades los congresos locales tuvieron que encarar la presión y
movilización social de repudio a una reforma socialmente objetada. Sin embargo,
la disciplina se impuso, la manija estaba en el PRI pues cuenta con la
preponderancia de la mayoría de los congresos: numerosos legisladores con
amargura relatan la presión que estableció Peña Nieto a las legislaturas
estatales rebeldes, argumentando el cumplimiento de los compromisos contraídos.
Hubo seis estados en que la reforma fue rechazada: Morelos, Michoacán, Baja
California, Oaxaca, Quintana Roo y Zacatecas. En los demás hubo jaloneos,
presiones y hasta traiciones. Por ejemplo, en Coahuila, el Congreso da una
dramática reversa frente a la presión del PRI de México, según consta en la voz
de los propios diputados, aprobando la reforma que días antes había rechazado
en un dictamen. Algo parecido pasó en Veracruz, estado con una fuerte presencia
de masones liberales, en la que el propio gobernador tuvo que desdecirse. En
esa ruta fueron Puebla y Jalisco.
Si bien laicidad y libertad
religiosa van de la mano, muchos juristas temen que esta reforma podría minar
el carácter laico del Estado en materia educativa. Ya hubo amagos en Puebla,
donde legisladores panistas, invocando la libertad religiosa de los padres,
querían establecer catecismo en las escuelas públicas. La iniciativa no
prosperó, pero queda como inquietante precedente. Estas querellas podrían concluir
en los tribunales de la Suprema Corte de Justicia con las reservas que todos
tenemos. Hay que reconocer, asimismo, que la promulgación del artículo 24 se
opera en una atmósfera enrarecida en términos de la política y la religión.
Muchos políticos y funcionarios públicos han salido del clóset y de manera
retadora han invocado signos religiosos para ejercer su mandato. El temor
radica en que la Iglesia católica utilice dicho recurso para imponer su agenda.
Afortunadamente, México es una sociedad más abierta y plural, todas las
libertades son bienvenidas. El Estado laico, por tanto, es un instrumento de
convivencia pacífica y armónica en una sociedad diversa. La laicidad garantiza
la democracia de un país que debe proteger sobre todo a sus minorías y hace respetar
los derechos humanos de los ciudadanos sin distingo alguno de credo ni de
condición. La laicidad, más que un concepto o fotografía conceptual, es un
proceso histórico y dinámico, por lo que tiene que debatirse, trabajarse y
dotarse de contenidos que expresen la práctica y los anhelos de la sociedad.
Por ello, la contienda por dimensionar la libertad religiosa en el contexto de
un Estado laico, en México apenas empieza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario