La Palabra (Hispanoamérica)
10 Escucha,
hijo mío, acoge mis palabras
y vivirás muchos
años.
11 Te he enseñado el camino de la sabiduría,
te he orientado
por sendas de honradez.
12 Cuando camines, no se trabarán tus pasos;
cuando corras,
no tropezarás.
13 Agárrate a la instrucción y no la
sueltes;
consérvala, pues te va la vida en ello.
14 No te adentres en senda de malvados,
ni pises en
camino de perversos;
15 evítalo, no lo transites;
apártate y sigue
adelante. […]
20 Presta, hijo mío, oído a mi discurso,
pon atención a mis palabras.
21 No las pierdas de vista,
consérvalas en tu corazón,
22 pues son vida para quien las descubre
y salud para todo su cuerpo.
23 Vigila atentamente tu interior,
pues de él brotan fuentes de vida.
24 Aparta de tu boca el engaño
y aleja la falsedad de tus labios.
25 Que tus ojos miren de frente,
que sea franca tu mirada.
26 Observa el sendero que
pisas
y todos tus caminos serán firmes.
27 No te desvíes a ningún lado
y aleja tus pasos del mal.
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