DIEZ IDEAS DE JUAN CALVINO PARA PLANEAR
EL CULTO
Larry Sibley
Reformed Worship, junio
de 2009
La gente con
frecuencia pregunta: “¿Cómo podemos mejorar o renovar nuestro culto?”. Mi
respuesta es que deberíamos restaurar los elementos centrales y practicarlos
robustamente, usando formas contemporáneas arraigadas en la práctica de Juan
Calvino, un pastor y reformador litúrgico del siglo XVI. Aun cuando Calvino es
más ampliamente conocido como un teólogo sistemático (Institución de la Religión Cristiana, 1536-1559) y exegeta
(comentarios sobre casi todos los libros de la Biblia), la iglesia del siglo
XXI no debería ignorar su liderazgo en la renovación litúrgica.
Calvino publicó en
1541 La forma de las oraciones y los
cánticos eclesiásticos [adaptación de un libro de culto usado en
Estrasburgo], a fin de que cada quien
supiera lo que debía decir y hacer en la asamblea cristiana… y qué forma los
fieles deberían mantener y seguir cuando se reunieran en el nombre de
Jesucristo”.
Ésta es una lista de ideas para planear el culto, procedentes de los
escritos de Calvino. Es posible desarrollar y aplicar estas ideas e improvisar
dentro de los parámetros de la liturgia, en el contexto de la congregación
local. Al hacerlo, se alcanzará profundidad litúrgica, consistencia y
continuidad con los creyentes que lo han hecho antes.
1. Recordar las prácticas
necesarias e incluirlas cada semana: la Palabra, la oración, la eucaristía y el
compartir. Calvino escribió en la Institución,
acerca del relato de Lucas sobre la práctica de la iglesia apostólica, que
los creyentes “…perseveraban en la enseñanza de los apóstoles y en la comunión,
el partimiento del pan y en las oraciones” (Hch 2.42). Así se estableció la
regla invariable de que ninguna reunión de la iglesia debía tomar lugar sin la
Palabra, las oraciones, la celebración de la Cena y las ofrendas. Calvino tomó
este pasaje como una norma central para el culto dominical. Debía haber cuatro
elementos presentes: lectura y exposición de las Escrituras, oraciones en el
idioma del pueblo, la Cena del Señor y compartir los bienes, principalmente
mediante las ofrendas.
2. Mantener el orden tradicional: reunión, Palabra,
sacramentos, envío. Calvino hizo esto, reformado sin ruptura el patrón de
culto. De particular importancia es reunirse primero alrededor de la Palabra
leída y predicada. Eso marca la agenda para la oración de intercesión que sigue
y permite a los sacramentos del bautismo y la Cena del Señor sellar el mensaje
de la Palabra. Calvino subrayó que fuimos creados con la necesidad de ver,
tocar, oler y el sabor y escuchar; de ahí los sacramentos.
3. Pone a las Escrituras por
delante. Adviértase cuántas veces habla la Palabra en el culto ginebrino.
Abre con una cita de las Escrituras e incluye la Ley y los Salmos, así como una
lección y el sermón. La Palabra no sólo es central, es penetrante, guiando
incluso nuestras alabanzas y oraciones.
4. Conectar la lectura y la predicación con la oración y los sacramentos,
balanceando las prácticas necesarias como medios de gracia. En Ginebra, la
predicación era una exposición de la porción bíblica que se había leído. En su
momento, la lectura y predicación eran confirmadas por el bautismo y la Cena
del Señor, y la Palabra se respondía en la alabanza y las oraciones del pueblo.
El secreto está en integrar estrechamente el culto completo alrededor de las
lecturas escriturales del día. Permitir al pueblo ver y escuchar las
conexiones.
5. Proveer un régimen completo de oración. Incluir una invocación,
confesión de pecados, oración de iluminación, de intercesión, oración
eucarística y de acción de gracias, como se muestra en las Formas de las oraciones. Hoy en día, la oración pública se ha
atrofiado para ser pequeña y general. Para enriquecer el culto hay que dar a
cada oración su lugar propio e identidad. Las oraciones deberían ser precisas y
cumplir funciones específicas. Hay que estimular a la gente para que aprecie
los himnos y salmos como oraciones-
6. Utilizar el Padrenuestro como la columna vertebral de la oración. En
el manual de Calvino se usa en tres lugares: al final de la oración de
iluminación antes de leer y predicar la Palabra; durante la oración de
intercesión después del sermón; y en la mesa de oración durante la comida.
Afirma que Dios “prescribió para nosotros la forma en la que es posible
buscarlo en la mesa, y todo eso es de beneficio para nosotros, todo lo que
necesitamos pedir”.
¿Qué tanto se refleja esta
petición en un himno o salmo, o cómo apoyan las lecturas y el sermón y conducen
a otra petición? “Danos nuestro pan diario” no se refiere sólo al pueblo
reunido sino a la necesidad de pan para todo el mundo. Y no sólo por el pan
perecedero sino también por el pan, la carne del Hijo del Hombre en la Cena que
da vida (Jn 6.25-51). Se trata de los cultivos y los medios de gracia. Se
suplica que Dios sostenga el mundo en su misericordia.
7. Dejar que el pueblo ore: cantando las oraciones, salmos, el Credo, el
canto de Simeón en el lenguaje del pueblo. Esta fue la manera en que
Calvino restauró la oración en voz del pueblo después de siglos en que sólo el
clero oraba (y en latín). Hacer la oración de intercesión una oración común
mediante el uso del mismo patrón semana tras semana para que el pueblo pueda
anticiparse y entrar en las oraciones por la iglesia, por el mundo y por los
pobres, necesitados y enfermos. Entremezclar los temas de la oración con
respuestas del pueblo tales como “Señor, escucha nuestra oración”.
8. Enfocar el bautismo para confortar la conciencia atribulada de los
creyentes. Una manera de hacer esto es conducir a la confesión de pecado y
la seguridad del perdón desde la fuente bautismal (Ro 6.3-4). Para Calvino, los
sacramentos son instrumentos con poder. “Primeramente, el Señor nos enseña e
instruye con su Palabra. Enseguida, la confirma con los sacramentos.
Finalmente, ilumina nuestras mentes por la luz de su Espíritu Santo y abre
nuestros corazones por la Palabra y los sacramentos para entrar, lo cual de
otra manera sólo golpearía nuestros oídos y aparecería ante nuestros ojos, pero
no nos afectaría en el interior”-
9. Alimentar a los pobres desde la mesa del
señor. Calvino y los primeros reformadores reintrodujeron donaciones para
los pobres en la liturgia principal. El ensayo sobre el significado y la
práctica de la Santa Cena, que aparece en alunas ediciones de las Formas de las oraciones traza una
conexión directa entre las bendiciones ofrecidas en la cena y nuestro
ofrecimiento en el servicio a Dios, y más aún, a “ofrendas santas y dones que
son administrados para Jesucristo en sus más pequeños,
a aquellos hambrientos, sedientos, desnudos”.
Ofrendar para los pobres (dinero y comida), una práctica semanal
relacionada con la Santa Cena. A partir de ello, desarrollar un mayor
ministerio a los pobres y necesitados en su área.
10. Concluir con el Nunc dimittis
(el cántico de Simeón, Lc 2.29-32. Esto
conduce al pueblo a dar gracias por lo que han escuchado y visto en la Palabra
y los sacramentos.
(Versión: LC-O)
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ESCUCHAN CON LOS OJOS Y PIENSAN CON EL
CORAZÓN
Yván Pinto Sierralta
Protestante Digital, 13 de julio de 2013
En el artículo anterior expuse el reto de
considerar a la juventud tomando sólo en consideración el aspecto biológico, ya
que cualquier otro aspecto es una mera construcción social que, a mi juicio, nos
hace tratar a personas ya maduras como jóvenes aún, lo cual puede que esté en
el fondo de la impronta social juvenil actual. Y es desde esta perspectiva que
me gustaría hilar el artículo de esta semana.
Antes
de comenzar a hablar de jóvenes y sociedad, me gustaría dejar clara una buena razón bíblica de por qué creo que
debemos tomarnos la molestia y analizar todos los aspectos que conciernen a la
sociedad y en nuestro caso específico, los relacionados con la juventud. El
ejemplo: el ejército de David. En elprimer
libro de Crónicas, en el capítulo 12, se nos describe al ejército de David, y
en la narrativa se da cuenta del número de soldados activos, que llega a sumar
la bicoca de 339 400 soldados. Junto a estos se nos habla de 1.022 capitanes, y
de 200 jefes, los hijos de Isacar, que eran entendidos en los tiempos, y que
sabían qué curso debía tomar Israel.
Me llama particularmente
la atención la narrativa bíblica en este punto que, además de mencionar la
fuerza y potencia de guerra que poseía David, resalta también que dicha potencia existía porque contaba con personas
apercibidas de los tiempos, o como lo expresa la traducción Palabra de Dios para Todos: “que
entendían muy bien lo que pasaba en ese tiempo”.
A mi parecer, creo que la Iglesia de hoy día sigue necesitando
“Hijos de Isacar”, que “entendían las señales de los tiempos” en los cuales nos ha tocado vivir y
movernos como Pueblo de Dios.
La sociedad actual
¿Qué
se puede decir de la sociedad actual que ya no se haya dicho con anterioridad?
que es post-moderna, que es post-cristiana, que es hiper-compleja, además, si
hacemos caso a Zygmut Baumann, podemos decir que es incluso “líquida”. Pero en realidad, ¿qué debería preocuparnos al acercamos a la
sociedad en la cual vivimos y a la realidad de los jóvenes que conviven en
ella?
Primero, creo que tenemos que reconocer el cambio
sociológico que hemos sufrido. Una de las características de nuestra actualidad es el
cambio. En otras palabras, lo único
constante de hoy día es el cambio. Y es por ello que en los últimos siglos
hemos cambiado de un mundo nómada a uno sedentario, de un mundo agrícola a uno
industrial, y de uno industrial a uno digital. Algunos opinan que cada 10 años
se inaugura un nuevo siglo, debido a la rapidez de los cambios. Pero estos
cambios se ven a nivel sociológico en el mundo juvenil y en lo que se refiere a
procesar el mundo y las cosmovisiones.
Nuestra generación de jóvenes - biológicos - ya no
procesa el mundo y su entorno como quizás lo hacemos los mayores. El proceso
racional, intelectual y cognitivo que se nos ha enseñado desde pequeños para
entender la realidad ya no es el primordial método utilizado por esta juventud
para comprender su realidad circundante. Podríamos decir que los jóvenes
tienden a ser más primarios, puesto que absorben el mundo también a través de
sus sentidos y emociones. Para comprender esto, qué mejor manera que leer la
frase atribuida al teólogo y apologeta Ravi Zacharias: “Los jóvenes de hoy día
escuchan con los ojos y piensan con el corazón”. Da a entender esta frase que
la imagen y los sentimientos juegan un papel importante en la vida juvenil. […]
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