LOS ESPERAMOS EN
EL PRIMER TALLER BÍBLICO HOY A LAS 18 HRS. TEMA: GÉNESIS 1-11
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 18 de febrero, 19 hrs.
Modera: Hno. David
Ábrego
Llamamiento: Salmo
47
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Vine a alabar a
Dios”
“Quiero
alabarte” (422)
Momentos de oración
Lectura
bíblica: Lamentaciones
4
Tema: Cuarta lamentación: tristeza y tragedia
Himno:
“Hay quien vele mis pisadas” (354)
Ofertorio
Bendición pastoral
CUARTA LAMENTACIÓN
De nuevo aparece el canto
elegiaco dedicado expresamente a la ciudad profanada por el enemigo invasor. El
acento vuelve a ser el de las primeras lamentaciones. Desaparece el carácter
salmódico y sapiencial para imponerse el elegíaco-afectivo, hablando, más que
la reflexión, el corazón punzante del profeta, testigo de la ruina de su
patria. Vuelve el sistema acróstico sencillo, desapareciendo el triple
amanerado del capítulo anterior. Este fragmento es muy similar al de la segunda
lamentación (en el orden alfabético de letras, también aquí la Pe se pone antes
del Ayin). Ambas elegías parecen completarse: en la segunda se destaca el
desastre material de la ciudad, aquí la situación mísera de sus habitantes
asediados. El motivo de la catástrofe es el mismo: los pecados de la clase
dirigente, particularmente de los falsos profetas, que sedujeron al pueblo por
caminos extraviados 1. Se suele dividir en tres partes: a) vv.1-10: situación triste de los asediados; b) 13-20: causa de la catástrofe; c) 21-22: invocación contra Edom. Los vv. 11-12 son como un
intermedio.
Alef. ¡Cómo se ennegreció el oro, cómo el oro fino ha degenerado! Están las piedras sagradas esparcidas por los rincones de todas las calles. El poeta contrapone dos situaciones: la esplendente vida de Judá, con su templo antes de la catástrofe, y la mísera situación después de la derrota. Jerusalén, ciudad santa, era como oro fino que se ha ennegrecido y desnaturalizado. Las cosas más sagradas están profanadas, dispersas como pedruscos inútiles por los rincones de las calles. Estas piedras sagradas lo mismo pueden ser las piedras del templo demolido que los ciudadanos dispersos y abandonados; se han convertido en escoria. En Zac 9.15 se llama a los israelitas “piedras de diadema.” El pueblo israelita, en cuanto consagrado a Yahvé, era como una piedra preciosa de inestimable valor en comparación de los otros pueblos. |
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
20 – 3ª sesión del Curso
sobre doctrina reformada
23 –
Reunión con padres de familia
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