sábado, 15 de febrero de 2014

Letra 358, 16 de febrero de 2014

RISA CONSOLADORA
Karl Barth, Instantes

Cuando una persona alza su mirada hacia Él, hacia Jesucristo, le sobreviene una transformación, en comparación con la cual la mayor revolución es una nimiedad. Consiste, sencillamente, en que quien alza la mirada hacia Él, cree en Él, puede llamarse y ser aquí en la tierra hijo de Dios. Es ésta una transformación interior que, sin embargo, resulta imposible que se quede en algo puramente interior. Por el contrario, cuando se produce, se abre paso con fuerza hacia fuera. A esa persona le amanece una gran luz, intensa y constante. Y precisamente esa luz se refleja en su rostro, en sus ojos, en su conducta, en sus palabras y en su manera de comportarse. A una persona así, incluso en medio de sus preocupaciones y sufrimientos, pese a todos sus suspiros y gruñidos, se le causa una alegría: no una alegría gratuita y superficial, sino profunda; no pasajera, sino permanente. Y precisamente esa alegría lo convierte, aun cuando esté triste y sus circunstancias sean igualmente tristes, en una persona de la que, en el fondo, se adivina que es una persona alegre. Digámoslo con franqueza: ha recibido algo por lo que reír, y no puede reprimir esa risa ni siquiera cuando, por lo demás, no tiene nada de qué reír. No se trata de una risa malvada, sino bondadosa; ni de una risa sarcástica, sino amable y consoladora; tampoco es una risa diplomática, como se ha hecho habitual en el ámbito de la política, sino una risa sincera, procedente de lo más profundo de su corazón.

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¿PARTIDO EVANGÉLICO O CON EVANGÉLICOS?
Roberto Blancarte
Milenio Diario, 11 de febrero de 2014

 
La noticia (ver reportaje de Pedro Domínguez en Milenio de ayer, www.milenio.com/politica/Hugo-Flores-Cervantes-Encuentro-Social_0_242975723.html) de que el Partido Encuentro Social (PES), ligado a la militancia de varias agrupaciones cristiano-evangélicas, está en vía de conseguir su registro como partido político nacional, merece una reflexión seria y provoca múltiples interrogantes: ¿Tienen derecho los evangélicos a participar en la vida política del país? ¿Qué significa esta ya existente participación de los evangélicos? ¿Tendrá un carácter confesional o ciudadano? ¿Pueden los evangélicos organizarse en un partido político? ¿Por qué los evangélicos estarían tentados a organizarse políticamente y cuáles serían las consecuencias políticas y sociales de esta forma de actuar?
Empecemos por lo obvio, aunque no lo sea tanto. Los evangélicos tienen tanto derecho (e incluso obligación) como los católicos, los miembros de otras religiones o los no creyentes a participar en la vida política de la nación. En buena medida, siempre lo han hecho, de manera activa o pasiva, pero en tanto como ciudadanos y no como creyentes. Los evangélicos (o algunos de ellos, porque no todos están de acuerdo con esta forma de intervenir en la política) estarían paradójicamente cumpliendo el sueño político de la jerarquía católica, es decir que los creyentes tengan una visión “integral” de la vida y que su actuación en la vida privada y pública (es decir política) se desprenda de sus percepciones religiosas. Los evangélicos que así lo decidieran irían, sin embargo, contra las tendencias de la modernidad y la secularización, las cuales establecen, para una mejor convivencia entre ciudadanos de distintas creencias religiosas y filosóficas, una clara diferenciación de esferas entre la política y la religión, entre el Estado y las Iglesias, así como entre lo público y lo privado. En otras palabras, si los evangélicos trataran de organizarse políticamente, a través de un partido confesional, serían tan antimodernos como el Partido Demócrata Mexicano o la Agrupación Política Estatal por la Vida, la Esperanza y Renovación de México, formados por trasnochados católicos de cepa conservadora, e irían contra la tendencia general prevaleciente entre la gran mayoría de los católicos mexicanos (y de buena parte de los evangélicos), quienes siendo creyentes, distinguen entre sus esferas de acción política y religiosa, a partir de una diferenciación entre sus creencias personales y su accionar en la esfera pública. No se trata, como algunos creen, de disociar entre conductas, sino de entender que nadie puede llevar a una oficina pública sus creencias religiosas personales y desde allí buscar influir o imponer éstas a los demás.
Aun así, algunos evangélicos han decidido organizarse políticamente, pues como el propio Partido Encuentro Social lo admite “su militancia radica principalmente en agrupaciones cristiano-evangélicas, aunque defienden el carácter laico del Estado”. La razón principal de este impulso se explica en otra frase de su página de presentación: “En México no hay religión de Estado, aunque algunos políticos, gobernantes y religiosos así lo crean.” En otras palabras, algunos evangélicos han decidido organizarse, en virtud de que, en la práctica, muchos gobiernos de todo el abanico político siguen privilegiando a la Iglesia católica y discriminando a las religiones minoritarias, particularmente a los evangélicos. La reacción ha sido entonces la de agruparse para defender mejor sus intereses y su visión del mundo, para ser mejor escuchados por gobiernos que solo entienden de presiones políticas, de cuotas de poder y de grupos clientelares. El problema es que, al hacer esto, los evangélicos están minando su propia tradición de separación entre asuntos religiosos y políticos (la confusión entre pastores y líderes políticos, o entre “agrupaciones cristiano-evangélicas y partido, son signos de ello) y empujan a que otras agrupaciones religiosas (católicas, evangélicas o de cualquier otra religión) reconfesionalicen el espacio público mexicano. Abren así una caja de pandora, dejando escapar muchos males que creíamos ya superados. Como el de la religión interviniendo en la vida pública.
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LA COMUNIÓN DE IGLESIAS REFORMADAS PREPARA UNA CAMPAÑA CONTRA LA TRATA Y EL TRÁFICO HUMANO
Anna Krueger
ALC Noticias, 11 de febrero de 2014
 
Buenos Aires, martes, 11 de febrero de 2014. Una campaña contra el tráfico humano que está siendo desarrollada por la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR) a través de su Red de Justicia, dio otro paso adelante en una reunión en Buenos Aires, del 29 a 31 de enero de 2014.
Un pequeño grupo de miembros de la Red de Justicia se reunió con CAREF (Comisión de Apoyo a Refugiados y Migrantes), una organización ecuménica que trabaja con migrantes, refugiados/as y exiliados/as. Funcionarios y funcionarias de CAREF compartieron sus 15 años de experiencia en diversos aspectos de la trata de personas (incluyendo sensibilización , prevención y asistencia a las víctimas) y sus vínculos con la migración internacional y la explotación sexual y laboral.
El intercambio ha contribuido a la próxima campaña “Broken for You” de la CMIR, que será lanzado a finales de este año para su uso durante la Cuaresma en 2015. El grupo elaboró un documento conceptual que ayudará a guiar la creación de la campaña. (El documento conceptual breve estará disponible en www.wcrc.ch)
El grupo fue recibido por la Iglesia Evangélica del Río de la Plata, un miembro de la Comunión y CAREF. Para obtener más información, póngase en contacto con el Rev. Dora Arce-Valentín, secretaria ejecutiva de la CMIR por la justicia y coparticipación, dav@wcrc.eu.
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PRIMEROS BAUTIZADOS DE LA IGLESIA EVANGÉLICA FILADELFIA (GITANOS EVANGÉLICOS)
Gabino Fernández
 
20140117-3Aunque a los gitanos españoles les predicó y tradujo el Evangelio según Lucas, Jorge Borrow, en los año 1836 a 1840, y otros siguieron sus pasos, no es hasta que regresaron de Francia siete convertidos en los años sesenta del pasado siglo [que se producen los primeros  bautismos].
El avivamiento y crecimiento experimentado hasta nuestros días, arrancó con su primer servicio de bautismo por inmersión en Balaguer (Lleida), en un día como hoy, 16 de enero. Ahora en toda España, las congregaciones, centros de rehabilitación y emisoras pertenecientes a la Iglesia Evangélica Filadelfia repiten incansablemente el “¡Aleluya, aleluya, aleluya!”, que les distingue y les ha dado a conocer [popularmente].
Varios libros y estudios, propios y ajenos, cuentan su historia.
 
Gabino Fernández Campos, director del Centro de Estudios de la Reforma (CER)
 
Actualidad Evangélica, 16 de enero de 2014, www.actualidadevangelica.es

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