OREMOS POR TODAS LAS ACTIVIDADES
DE ABRIL, INCLUYENDO EL CULTO POR EL XXI ANIVERSARIO
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 5 de abril, 19 hrs.
Modera:
A.I. Pablo Gil M.
Llamamiento: Salmo
116.11-19
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Señor, tú me llamas”
(537)
“Cantemos al Señor” (78)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías 54
Tema: El amor eterno de Dios
Himno:
“Feliz momento” (302)
Ofertorio
Bendición pastoral
“CON
AMOR ETERNO TE HE AMADO”
Julio Alonso Ampuero
S
|
irviéndose una
vez más de la imagen matrimonial, el profeta anuncia con extraordinario vigor
el proyecto de Dios. Israel, desposada con Yahveh por la alianza, ha sido
repudiada por sus repetidas infidelidades y ha quedado sola, abandonada y sin
hijos. Pero el Señor, movido por el amor que tiene a su esposa, va a volver a
tomarla, la va a restablecer y va a colmarla de hijos.
Paradójicamente, las infidelidades de Israel han servido para conocer
mejor el amor del Señor por su pueblo. Ya de antes sabía que era un amor de predilección,
gratuito e inmerecido. Al comprobar que sigue siendo amado a pesar de sus
infidelidades, Israel entiende que el amor de su Dios es “eterno” e
inconmovible, que permanece fiel a sí mismo y que ama a pesar de todo. Al
constatar que el Señor reconstruye a su pueblo, descubre que su amor es
poderoso y creador, que es capaz de hacer completamente nuevo a aquel a quien
ama. Al contemplar la nueva fecundidad de la estéril, sabe que su Dios va
incomparablemente más allá de lo que es justo y que la norma de su actuación es
la misericordia absolutamente gratuita e inmerecida. Apoyado en este amor de
Dios, el pueblo puede comenzar de nuevo. No comenzar de cero, sino abrirse a
las “cosas nuevas” que el Señor les prepara en esta nueva etapa de su historia.
Puede continuar su camino dejando a un lado la vergüenza, la afrenta y la
tristeza y experimentando el gozo de una fecundidad nueva. Puede avanzar
apoyado en la certeza de la fidelidad del Señor, en la seguridad de que su amor
—más firme que los montes— jamás se apartará de su lado.
Nosotros conocemos el amor de Dios de una manera más plena y más
profunda que los contemporáneos de Isaías II. En su Hijo, hecho hombre por
nosotros y muerto por nuestros pecados, Dios nos ha dado a conocer su amor
desmesurado, que en la cruz ha llegado “hasta el extremo” (Jn 13.1).
Este amor debe seguir siendo para nosotros el fundamento de la esperanza
que no defrauda (Ro 5.5). El hecho de que nada ni nadie puede apartarnos de
este amor es nuestra única seguridad (Ro 8.31-39). Y es este amor el que nos
certifica una nueva e increíble fecundidad -humanamente impensable- para esta
Iglesia que en tantos lugares contemplamos envejecida, estéril y sin hijos.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
10 – Reunión de la CMIRP, 8 am
17 – XXI Aniversario de la Iglesia
24 – Taller bíblico: Pautas para la interpretación de textos
30 – Día del Niño/a
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