sábado, 9 de abril de 2016

Actividades

OREMOS POR TODAS LAS ACTIVIDADES DE ABRIL, INCLUYENDO EL CULTO POR EL XXI ANIVERSARIO

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 12 de abril, 19 hrs.
Modera: Estelita Sánchez R.

Llamamiento: Salmo 101
Oración de ofrecimiento
Himnos: “Dios descendió” (292)
               “Cerca, más cerca” (333)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Isaías 55
Tema: Dios se unirá a su pueblo
Himno: “Cristo está conmigo” (330, 1ª y 3ª estrofas)
Ofertorio
Bendición pastoral

“COMED SIN PAGAR”
Julio Alonso Ampuero

Después de los anuncios realizados, el profeta siente la necesidad de invitar al pueblo «sediento» a recibir los bienes prometidos. Son dones básicos para la vida que Dios les ofrece gratuitamente. La Palabra del Señor transmitida a través del profeta es vino y leche, agua y pan. Es el alimento sin el cual el hombre no puede subsistir. Pues puede carecer de muchas cosas, pero si carece de la Palabra de Dios que ilumina y da sentido a su vida le falta lo más importante. “No sólo de pan vive el hombre...” (Dt 8.3).
Este don vital, abundante y sustancioso, es ofrecido gratuitamente. Basta acogerlo. Por el contrario, el hombre se agota afanosamente, gastando tiempo, medios y energías, para conseguir un alimento que no sacia. Con palabras de Jeremías, abandona el manantial de aguas vivas para excavarse cisternas agrietadas que no retienen el agua (Jer 2.13). Por eso el profeta llama al discernimiento y a la sensatez: “prestad oído, venid a mí, escuchadme y viviréis”. Sólo haciendo caso al Señor se puede alcanzar vida y felicidad.
Y lo que ofrece esta palabra es nada menos que una alianza «eterna», irrevocable, basada en promesas “amorosas y fieles”. Una alianza renovada, de la que el pueblo va a ser testigo en favor de otros pueblos que también se beneficiarán de ella: “tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti”.
Es impresionante la insensatez de los hombres luchando afanosamente por un pan que no sacia y por un agua que no calma la sed. Es la ceguera del ser humano que no quiere reconocer que su corazón está hecho para Dios y sólo en Él encontrará descanso y plenitud. […]
Al final de su predicación, el profeta nos da una de las claves de todo lo que ha dicho. Su profecía ha anunciado cosas tan grandes que pueden parecer increíbles. Por eso nos invita a remontarnos al plano de Dios. Él ha hablado siempre en nombre del Señor, transmitiendo su Palabra como “boca de Yahveh”. Lo que ha manifestado es el pensamiento de Dios y sus planes. Y no se trata de traer al Señor a nuestro nivel, sino de dejarnos levantar al suyo.
Uno de los aspectos de la grandeza infinita de Dios es su capacidad y su deseo de perdonar (vv. 6-7). En el perdón Dios manifiesta especialmente su poder y su bondad inagotable, su capacidad de recrear al hombre, de hacer todo nuevo. Basta que el hombre deje un resquicio de arrepentimiento para que Dios penetre derramando su compasión. Con la grandeza sobrehumana e inconcebible del perdón Dios demuestra precisamente que es Dios y no hombre (Os 11.9).
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

17 – XXI Aniversario de la Iglesia

24 – Taller bíblico: Pautas de interpretación


30 – Día del Niño/a

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