PASTOR PRESBITERIANO ESPERA APOYO DEL
GOBIERNO
DEL ESTADO PARA SU IGLESIA
Ignacio Carbajal
e-veracruz.mx, 23 de julio de 2013
El pastor de la Iglesia Presbiteriana de
Veracruz, Sergio Morales, se mostró satisfecho con el respaldo del gobierno de
Veracruz a la joven Ángel de María Soto, y acotó que la comunidad evangélica
ahora espera que Javier Duarte también les apoye.
El pastor dijo es de esperar que así como el Ejecutivo dio ayuda a esta
chica, “ojalá nos apoye a todos los veracruzanos a cumplir nuestros sueños
religiosos”.
Afirmó que para que el trato sea justo, el gobierno de Veracruz tendrá
que responder las peticiones de recursos para remodelar iglesias, construir
nuevos templos y para organizar congresos evangélicos que se han solicitado a
lo largo del año y que no se han materializado.
Puntualizó que si “así de rápido se apoyó a la iglesia (católica),
esperamos que a todos nos atiendan de la misma manera”.
Sobre el viaje, recalcó que “lo debería pagar la iglesia pero si así van
a apoyar a todas las iglesias pues bienvenido el apoyo, aun que lo dudo”.
Sin embargo, señaló que desde sus iglesias, los evangélicos trabajan a
diario para contar con los beneficios necesarios para atender a sus comunidades
pues “nosotros no buscamos beneficios”.
Ángel de María Soto, después de ser exonerada de acusación de
narcotráfico, dijo que fue beneficiada por un “milagro”. El gobierno estatal
anunció hoy que le pagarán el viaje a Brasil a ella y a su familia.
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TRES OBSTÁCULOS
Yván Pinto Sierralta
Protestante Digital, 20 de julio de 2013
En mi primer artículo hablé del reto de
considerar la juventud como la etapa biológica de paso de la niñez a la madurez
y en el siguiente intenté hacer un análisis de la juventud dentro de la
sociedad, con sus características y retos, desde la perspectiva bíblica de
intentar ser entendidos en los tiempos y que sepamos qué curso debemos tomar,
reflejada en 2 Crónicas 12.
En el
presente texto, intento acercarme a la
categoría juventud dentro de las
estructuras eclesiales en la cuales se encuentra embebida. Sé que es una
empresa un tanto desafiante, al menos para mí, debido a que a partir de ahora,
intentaré analizar el estado de la cuestión e indefectiblemente he de hablar de
ciertos elementos y características considerados “cuasi-sagrados” para muchos
miembros de estas estructuras. Así que si crees que mi análisis raya la
crítica, te pido que utilices el apartado de comentarios que se encuentra al
final de este artículo.
De aquí en
adelante, en donde utilice la palabra “iglesia”, me estaré refiriendo al grupo
de cristianos, separados para Dios, bajo pacto de redención por lo hecho por
Jesús. En ningún caso querré correlacionar la palabra a una reunión, un
programa, o a un edificio o local en particular. Cuando quiera referirme a lo
que hoy vemos y se denominan Iglesias Cristianas, preferiré denominarlas como
iglesias oficiales o estructuras eclesiales.
Primero que nada
me gustaría dejar claro que no creo que
debamos hacer una separación entre juventud e iglesia, puesto que ese grupo de
chicos y chicas, por jóvenes que sean, también son iglesia, y no un grupo
separado de ella. Y aquí está una característica que se ve en algunas de
las estructura eclesiales de hoy en día, en donde se trata al grupo de jóvenes
como personas de menor categoría que no son capaces de aportar y contribuir a
la organización, y se encuentran fuera de toda esfera de toma de decisiones. Me
viene a la mente el consejo de Pablo a Timoteo: “Que nadie tenga en poco tu
juventud...”.
La sociedad
moderna, con su origen en la Ilustración, influyó de manera directa en lo que
vemos y denominamos como iglesias oficiales —oficiales porque necesitan de la
oficialidad del gobierno o de algún organismo para que certifique dicha
oficialidad—. Esta influencia viene dada en la manera de procesar el concepto de la verdad, que según la
propuesta modernista, puede ser entendida utilizando solamente la razón y por
ende, todo esfuerzo apologético o expositivo solo contemplará el aspecto
cognitivo e intelectual, y aquí es donde muchas iglesias de hoy día
están experimentando retos, cuando tratan de comunicarse y/o relacionarse con
los jóvenes.
Éstos
últimos, están teniendo también una dificultad para conectar con una forma de
comunicación caduca, cuando es situada dentro del contexto social en el cual
viven. El aparato cognitivo es necesario para acceder a cualquier propuesta de
conocimiento, pero no el único que ha de ser puesto en marcha para intentar
acceder a tal conocimiento. Acaso, ¿qué fue lo que le dijo Felipe a su hermano
cuando intentaba que supiera de Jesús? ¿Ven y aprende? ¿Ven y lee? ¿Ven y
procesa con tu mente? No, le dijo: “ven y ve”, que a mi parecer le dice “ven y
utiliza tus sentidos físicos y procesa luego con tu aparato cognitivo, para que
luego tu espíritu tome la decisión acerca de si es el Mesías o no”. Pero sólo a
través de la relación con la persona de Jesús, no a través de una serie de
conceptos y dogmas.
Por ello, estas iglesias oficiales están teniendo este
reto, el de comunicar la verdad como una persona, que es Jesús, y por el
contrario desean que se acepte una serie de lista de propuestas conceptuales.
Y mientras los jóvenes asientan intelectualmente a estas propuestas, estaremos
todos tranquilos, que la meta se ha alcanzado (perdón por la ironía).
Sin embargo,
de esta práctica cognitiva se despliegan otros tres retos para la comunicación
de la iglesia con la juventud: a) El
no ser una estructura de credibilidad, b)
La fe como un listado de normas y reglas y c)
la falta de fruto como identificador de su conversión.
El primero,
que la comunidad no actúa como una estructura de credibilidad, no es más que el
reclamo de que un grupo humano viva lo que dice, y lo que diga, lo viva. ¿Acaso
no es esto una de las principales razones por la cual los jóvenes abandonan o
se decepcionan de las iglesias oficiales? Esto sucede cuando intentamos
explicar algún concepto, pero luego en la práctica no se nos ve que ese
concepto sea vivido o experimentado en nosotros, o en la vida de la comunidad.
En segundo
lugar, para muchos jóvenes, la
propuesta de fe que se les hace consiste en una serie de normas que han de
cumplir, que por lo general contemplan el no
fumar, el no beber, y el no tener sexo. Particularmente
puedo estar de acuerdo que para un/a joven cristiano/a estos deberían ser
elementos identificadores de sus convicciones, pero siempre como resultado de
esas convicciones, y no de manera inversa. Muchas veces he tratado con jóvenes
a
quienes se les ha intentado que se conformen
a una serie de reglas, sin hacer ningún esfuerzo en buscar el crecimiento
espiritual y que la fe sea la que condicione la conducta. Entiendo que esto no
puede ser una generalización de la realidad juvenil en las estructuras
eclesiales, pero la verdad es que pasa a menudo y por ende es una preocupación
personal a la hora de formar y desarrollar jóvenes.
Por tanto, y
como tercer punto, se busca que el testimonio del joven sea el que se espera de
un cristiano, pero a través de normas, y no a través del fruto espiritual como
elemento básico de su identificación con Jesús y de sus convicciones. El
peligro en el cual pueden entrar los jóvenes es pensar que, mientras se
conformen a las expectativas, o al listado de reglas, estarán haciendo lo
correcto y puede que se consideren hasta cristianos, solo por seguir algunas
normas.
Sin embargo,
además de estos tres puntos, existen muchos otros elementos que podríamos
analizar en la relación juventud e iglesia, pero a mi parecer, hay cuatro
aspectos que considero básicos, los cuales nos pueden ayudar a marcar una hoja
de ruta para el desarrollo de la juventud en nuestras iglesias y comunidades. A
ellos me dedicaré en los próximos cuatro artículos.
Para
concluir, en la iglesia de hoy tenemos un gran reto por delante, si deseamos alcanzar y formar jóvenes. Hemos
de buscar sabiduría, y humildad, para acercarnos y entendernos con esta
generación de jóvenes, pero reconociendo el contexto donde viven e
informándonos de la verdad bíblica para ayudarles en su andar cristiano. Estoy
convencido que no nos sirven fórmulas de tipo “aquí siempre lo hemos hecho
así”, sino por el contrario, hemos de ser entendidos en los momentos y tiempos
en los que viven los jóvenes, para identificar, analizar, y hacer propuestas de
vida basadas en la obra de Jesús.
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VIDA EN EL AMOR
Ernesto Cardenal
Todas las cosas se
aman. La naturaleza toda tiende hacia un tú.
Todos los seres vivos están en comunión unos con otros. […]
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Y todas las cosas nos hablan de Dios, porque todas las cosas suspiran por
Dios: el cielo estrellado lo mismo que las cigarras, las inmensas galaxias y la
ardilla listada que juega todo el día con todo lo que la rodea y teme a todo lo
que la rodea y se esconde de todo (y todo cuanto hace es un movimiento
inconsciente hacia Dios).
Hacia Él se mueven todos los astros y la expansión del universo es hacia
Él, hacia Él de donde han salido todos los astros y de donde salió el primer
gas original, y sólo en Él descansará el universo. […]