CON PROFUNDA PENA INFORMAMOS EL
DECESO DEL PBRO.
MARTIMIANO MORALES G.
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 14 de julio, 19 hrs.
Modera:
LC-O
Llamamiento: Nahum 2.1-3
Himno: “Cantemos al Señor” (78)
Oración de ofrecimiento
Himno:
“Vamos cantando al Señor” (397)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Miqueas 7
Tema: Lamentación y esperanza
Himno:
“Ama el Pastor sus ovejas” (238, 1ª y 4ª)
Ofertorio
Bendición pastoral
JUICIO Y ARREPENTIMIENTO
N
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o cabe cuadro más siniestro que el descrito
por el profeta; la corrupción es general. El profeta se presenta como el
recolector, que después de la vendimia anda en busca de algunos frutos de
calidad, comparables a los primeros, los más ansiados; pero no encuentra nada
que merezca la pena: no hay un racimo para comer. Busca ansioso buenas obras en
Israel, y no encuentra nada: han desaparecido de la tierra los piadosos. (v.2).
La situación
es anárquica, y la violencia reina por doquier: todos acechan la sangre. La
situación parece ser la que precedió a la caída de SamarIa, cuando las
dinastías y los tiranos se sucedían ininterrumpidamente. Las injusticias
sociales y las sentencias por cohecho se multiplican en las clases dirigentes
de la sociedad: los príncipes, jueces y magnates, al administrar justicia, lo
hacen por lucro, pisando a los “buenos como a rama de zarza que sale derecha
del seto” (v. 4.). […]
Después de
cumplido el castigo, después de la manifestación de la ira divina, el pueblo
reconocerá sus pecados pasados y se volverá a su Dios. Las perspectivas de los
profetas cambian constantemente en un contrabalanceo de esperanzas y de
castigos. Una vez anunciado el juicio purificatorio sobre Israel como pueblo
pecador, la mente del profeta se transporta a la hora de la restauración con el
propósito de levantar los ánimos de sus oyentes. […]
La tragedia
nacional hará que los espíritus reflexionen sobre su pasado y sobre la causa de
la ruina general. Como consecuencia de ello, vendrá el arrepentimiento y el
retorno a Dios, que, si envió el castigo desolador, será también el que envíe
la salvación. La nación expresa ahora sus sentimientos de reconciliación con
Yahvé: esperaré en el Dios de mi salvación (ν. 7). La confesión no puede ser más humilde y sincera: si caí, me
levantaré, y si moro en tinieblas, Yahvé será mi luz (v.8). Las naciones
gentiles (su enemiga) se alegraban al ver la ruina de Israel, que se
consideraba al abrigo de toda catástrofe por ser el pueblo de Dios. Con la
mejor de las disposiciones, Israel reconoce que era necesario pasar por la
prueba purificatoria del castigo: Habré de soportar la ira de Yahvé, porque
pequé contra él (v.8).
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
20-25 –
Curso de Verano
26 – Taller bíblico: La fe profética según Martin Buber
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