1 Sigan amándose unos a otros fraternalmente. 2 No se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. 3 Acuérdense de los presos, como si ustedes fueran sus compañeros de cárcel, y también de los que son maltratados, como si fueran ustedes mismos los que sufren.
4 Tengan todos en alta estima el matrimonio y la fidelidad conyugal, porque Dios juzgará a los adúlteros y a todos los que cometen inmoralidades sexuales. 5 Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho:
"Nunca te dejaré;
jamás te abandonaré".
6 Así que podemos decir con toda confianza:
"El Señor es quien me ayuda; no temeré.
¿Qué me puede hacer un simple mortal?".
7 Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe. 8 Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos.
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