OREMOS
POR TODAS LAS ACTIVIDADES Y PLANES DEL MES DE AGOSTO
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 8 de agosto, 19 hrs.
Modera:
D.I. Laura Cabrera B.
Llamamiento: Salmo
25.1-10
Oración de ofrecimiento
Himno:
“Día en día” (317)
Círculo de oración y
testimonios
Lectura bíblica: Ezequiel
1.15-28
Tema: Introducción al libro de Ezequiel (II)
Himno:
“En el seno de mi alma” (321)
Ofertorio
Bendición pastoral
VOCACIÓN Y MISIÓN DEL PROFETA
Julio Lamelas Míguez
E
|
l libro de Ezequiel comienza con el relato
de una experiencia personal en el marco de una teofania. Independientemente de
las dificultades textuales que presenta, se trata de un relato de visión en el
que se desarrollan internamente dos temas fundamentales: el de la vocación del
profeta (Ez 2,1-3,3) y el de su misión al pueblo de Israel (Ez 3,4-27).
El relato de la vocación, aunque
presenta peculiaridades ezequielianas propias, encuentra paralelos en Is 6,1-8
y Jr 4,1-10. Se distingue de ellos por el especial contexto teofánico donde
adquieren gran significación los elementos simbólicos del firmamento o cielo
(con sus vientos y nubes que vienen del Norte) lugar de la morada divina y
también de la estrella polar, el fuego, la luz y cuatro seres vivientes,
símbolo de la totalidad del mundo. Estos elementos están también presentes en
otras teofanías vetero-testamentarias (Ex 14,24; Nm 16,35; Sof 1,18; Is 9,1;
60,1-3). El relato de la misión comienza con una serie de consejos y
exhortaciones que Dios da al profeta relativas a las características del pueblo
al que es enviado y a las dificultades de la misión.
Lo esencial en este relato de visión
con que empieza el libro es la presencia de la gloria de Dios. Para describirla
Ezequiel se sirve de elementos tomados de la tradición sacerdotal. El Antiguo
Testamento considera la gloria de Dios de dos maneras: en relación con el
comportamiento, en cuanto que reconocer la gloria de Dios es cumplir su
voluntad, serle fiel; y en relación con el culto, en cuanto reconocer su gloria
es adorarlo.
La tradición sacerdotal emplea el
término kabod (gloria) de la raíz
hebrea kbd (pesar) para describir la
presencia de Dios (Ex 16,10; 24.15b-18; 40,34-36; Lv 9,23-24), que aparece en
momentos de especial importancia: el alimento en el desierto (Ex 16), la
revelación del Sinaí (Ex 24 y 40), el momento en que los sacerdotes comienzan a
desempeñar su función (Lv 9). En tal descripción casi siempre están presentes
la nube y el fuego.
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