TODOS ESTÁN INVITADOS AL TALLER BÍBLICO-DOCTRINAL SOBRE RESPONSABILIDAD
CIUDADANA A LAS 17.30 HRS.
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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 12 de junio, 19
hrs.
Modera: Hna. Estelita
Sánchez
Llamamiento: Salmo 119.97-104
Oración de ofrecimiento
Himno: “Del santo amor de
Cristo” (150)
Círculo
de oración (familias)
Lectura bíblica: Ezequiel
37.1-14
Tema: El valle de los huesos secos
Himno: “A cada instante te necesito” (360)
Ofertorio
Bendición pastoral
VISIÓN DE LOS HUESOS SECOS
Julio Lamelas Míguez
E
|
l Espíritu del Señor se apodera de
nuevo de Ezequiel. Vuelve a hallarse el profeta en la vasta llanura del río
Quebar para recibir allí una visión prodigiosa, el anuncio de un mañana mejor.
La ruina en que se halla el pueblo es tan completa que los mismos exiliados la
expresan con esta imagen: Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido
nuestra esperanza, estamos perdidos (Ez 37.11). La metáfora es muy expresiva y,
en la visión, Dios se sirve de ella para responder a esos razonamientos de
desesperación. Muestra al profeta un campo de huesos de los que, hacía tiempo,
se había retirado la vida.
Es probable que
en la memoria de Ezequiel estuviese presente la imagen de aquellos cadáveres
calcinados por el sol con los que pudo encontrarse a su paso por el desierto de
Judá y por la llanura de Jericó camino del exilio; cadáveres procedentes de los
muertos en la lucha y también de los mismos deportados que no aguantaban el
rigor del camino. Aunque es cierto que en la antigüedad se enterraban
cuidadosamente los cadáveres y siempre a distancia de los lugares habitados,
muchas veces resultaba imposible hacerlo cuando se estaba en plena batalla o en
medio del desierto. Después de una campaña militar o detrás de una caravana de
cautivos, los muertos se amontonaban en el suelo hasta que las fieras los
destrozaban. […]
En el diálogo
entre Dios y el profeta, va a recorrer las etapas de esa
resurrección de los muertos que han de levantarse como un inmenso ejército. No
podrá así olvidar que el autor de tan impresionante resurrección es sólo Dios
(Ez 37.3-12). El dramatismo inicial de la escena es resuelto a través de un
movimiento dinámico que viene de la palabra de Dios pronunciada por el profeta
en dos tiempos: en una teofanía y en el silencio. […]
Los exiliados se
desesperaban, se sentían próximos al aniquilamiento (Ez 33.10s), veían sus
sepulcros abiertos (Ez 37.12s). En tal contexto de desesperación, el profeta
proclama este anuncio vibrante de que Israel, en una situación tan lamentable
como pueda ser la de un amasijo informe de huesos resecados, volverá pronto a
la existencia, al movimiento, a la vida, por obra de Dios.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
17 – Día del Padre / Reunión congregacional
24 – Tema unido sobre
mayordomía en el culto
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