domingo, 4 de noviembre de 2018

Actividades y avisos

OREMOS POR TODOS LOS HERMANOS/AS ENFERMOS DE LA IGLESIA

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 6 de octubre, 19 hrs.
Modera: Hno. Hugo Jorge Molina

Llamamiento: Salmo 132.1-9
Oración de ofrecimiento
Himno: “Con cánticos, Señor” (79)
Círculo de oración y testimonios
Lectura bíblica: Daniel 7.19-28
Tema: Los cuatro monstruos (II)
Himno: “Cristo está conmigo” (330)
Ofertorio
Bendición pastoral 

LAS CUATRO FIERAS
José Héctor Lüdy

L
as tres primeras bestias son terribles pero Daniel no dice de ellas que se levantasen; contra el cielo. Con especial detenimiento insiste en la cuarta bestia y en el pequeño cuerno que profiere blasfemias. Con esto, el autor de Daniel anticipa que el fin de este poder monstruoso y arrogante ya está determinado por el solo hecho de haberse atrevido contra el cielo, como sucedió al rey Baltasar en el capítulo 5. Las cuatro bestias son monstruosas por su tamaño, su aspecto y su voracidad. Son mezclas de animales creados por Dios, diferentes entre sí y tienen un valor decreciente, como los metales de los cuales estaba construida la estatua del sueño del rey Nabucodonosor. También es importante destacar que todas las bestias, aunque potentes, obedecen a una determinación que les es impuesta.

Aunque no se diga expresamente que sea Dios quien asigna a las bestias sus poderes, así lo sugiere el uso de la voz pasiva —“le fue dado el poder”—, recurso frecuente en el período posexílico para designar la acción divina. La cuarta visión ilustra la duración de estas situaciones, épocas en las que se entrecruza una especie de competencia por parte de los poderosos contra el plan de Dios. ¿Cuándo cesará esa competencia? Cuando se reconozca que sólo Dios es Señor de la historia, y que sólo el plan divino garantiza la vida de los hombres y de la creación, y que cualquier proyecto humano debe fundarse en la voluntad de Él. Sólo cuando se reconozca esta dinámica, el futuro será esperanzador.

Por el contexto se desprende que Daniel asiste “en sueño” a una sesión del juicio de Dios. La descripción del anciano es solemne. Por otra parte, es difícil precisar el origen de esta imagen de Dios como un "viejo juez" posiblemente encuentre antecedentes en algunas expresiones del AT usadas para referirse al contraste que existe entre la caducidad de la vida del hombre y la perennidad de Dios. Entre los tronos puestos para juzgar destaca el trono de fuego del anciano: un río de fuego salía delante de él; por las ruedas que posee se asemeja a la descripción de la teofanía que hace el profeta Ezequiel a uno más pequeño.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

11 – Reunión Congregacional
18 – Culto de Evangelización
25 – Reunión de la CMIRP

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