ESTEMOS
TODOS/AS PRESENTES EN LA ACTIVIDAD DE LA CMIRP, HOY A LAS 17 HRS.
CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 27 de noviembre, 19
hrs.
Modera: A.I. Lauro B. Adame
Llamamiento: Salmo
136.1-9
Oración de ofrecimiento
Himno: “EL cielo canta
alegría” (387)
Círculo de oración y
testimonios
Lectura bíblica: Daniel
9.1-19
Tema: Oración de Daniel
Himno: “Dulce comunión” (511)
Ofertorio
Bendición pastoral
ORACIÓN DE DANIEL
José Héctor Lüdy
L
|
o primero que llama la atención es el
interés de Daniel por señalar el tiempo en que comienza a indagar en los
escritos del profeta Jeremías que hacen referencia al plazo de 70 años que
debían transcurrir antes que Dios liberase a Jerusalén del yugo de la opresión
del poder imperialista babilonio. La caída del reino babilonio bajo la
dominación medo-persa tuvo lugar en el año 539 a.C; en ese año, para los judíos
desterrados se abrió la posibilidad del retorno a la tierra, iniciándose así,
al menos en parte, el cumplimiento de la profecía de Jeremías (véase 2 Cr 36.21-22).
La fecha indicada por Daniel se vuelve significativa y la pregunta que se hace
por la duración de la ruina de Jerusalén adquiere un sentido claro: se ha
cumplido la destrucción del reino babilonio pero la promesa de la restauración
de Jerusalén todavía debe esperar cumplimiento.
En la
perspectiva del redactor final del libro de Daniel, que vive bajo la opresión del
poder seléucida y asiste a la destrucción de los muros que rodeaban la ciudad
de Jerusalén y a una nueva profanación del templo por orden de Antíoco IV
Epífanes, la vuelta del destierro, la reconstrucción de Jerusalén y la
reorganización del culto del templo después del exilio no podían constituir el
cumplimiento de la profecía de Jeremías. La comunidad judía tiene que pasar
todavía un largo periodo de pruebas y sufrimientos antes de que llegue el fin
de la desolación. […]
Esta plegaria
penitencial, con paralelos en otras súplicas del AT que reflejan una línea de
la espiritualidad judía postexílica se articula en dos momentos: a) reconocimiento del pecado (Dn 9.4b-14)
y b) súplica de liberación (Dn 9.15-19).
En el primer
momento Daniel hace una oración personal en la que confiesa el pecado que,
según la teología deuteronomista, ha sido la causa de las calamidades que han
sobrevenido al pueblo: la transgresión de la ley de Moisés y no haber prestado
atención a lo que Dios hablaba a través de los profetas.
La súplica del
perdón presenta el lenguaje dialogal e intenso que se encuentra en algunos
salmos (véase Sal 51; 70; 79). Se retoman brevemente los argumentos que se
desarrollaron con anterioridad: la bondad y la fidelidad de Dios, en vez de
constituir agravantes del pecado cometido, son los motivos de la esperanza del
perdón. Se vuelve a reconocer la desgracia como castigo y a invocar la fama de
Dios y su alianza, es decir la revelación que Dios ha hecho, como los
fundamentos de esta esperanza.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
2 – Santa Cena / Reunión de
Consistorio
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