domingo, 19 de julio de 2020

Letra núm. 679, 19 de julio de 2020


EL DIOS DE JOB (IV): LA VOZ DE JOB
David J.A. Clines 


J
Revista Conciliumob, en su calidad de hombre que temía a Dios y evitaba el mal (1.1) –la misma fórmula que recomienda 28.28 para alcanzar una vida buena–, había aceptado durante mucho tiempo la teología de los tres amigos. Su piedad escrupulosa, por no decir aprensiva, que lo despertaba cada mañana para ofrecer sacrificios por sus hijos por si acaso habían ofendido a Dios (1.5), es una indicación narrativa de una teología centrada en la retribución. Pero en este momento ha experimentado en su propia carne una refutación de dicha teología, por cuanto él, que se sabe justo, está siendo tratado como un abyecto pecador.
Toda su visión de la justicia de Dios se ve puesta en tela de juicio, y Job se embarca en un replanteamiento de la teología israelita, el más radical que se pueda encontrar en las páginas de la Biblia hebrea. […]
Job no tiene dudas de que hay un dios, pues es él quien le ataca injustamente; pero niega su bondad. La primera reacción de Job, formado como estaba en la piedad de su tiempo, fue responder a la injusticia del ataque perpetrado contra él desde el cielo diciendo: “Yahvé me lo dio, Yahvé me lo quitó; bendito sea el nombre de Yahvé” (1,21). Esta observación tristemente
fatalista, que desvirtúa todo don al hacerlo revocable, no dura mucho tiempo en labios de Job, pues éste pronto pasa a reprocharle a Dios la desproporción de su ira contra él:

¿Soy yo Mar, soy el monstruo Tannin,
para que me pongas bajo vigilancia? (7.12).

¿Qué es el género humano para que le des tanta importancia, poniendo en él tu atención,
inspeccionándolo cada mañana,
poniéndolo a prueba a cada momento?
¿No apartarás nunca de mí tu mirada,
ni me darás tregua siquiera para tragar saliva? (7.17-19).

¿Qué es Dios? Si queremos hablar de teología, no pasemos por alto el testimonio que Job, un hombre justo de la tradición hebrea, da acerca de la realidad de lo divino. […]
Ningún sistema teológico que se precie puede permitirse minimizar este testimonio sobre lo divino, ¡particularmente siendo éste el testimonio de un hombre que no es ningún enemigo de la religión, sino orgullo de Dios, a decir de todos, y que será aclamado por la boca misma de Dios por haber hablado correctamente de él (42.7)!
Pero la acusación de Job contra Dios va más lejos. Especialmente en los caps. 23-24, su pensamiento se extiende, de la injusticia de su lamentable caso personal, al gobierno del mundo como tal. En este punto, la esencia de su argumentación es que Dios no hace nada para castigar a los malvados, y por tanto ha abandonado su responsabilidad moral por el mundo. Los malvados pueden despojar impunemente a otros de sus medios de vida; ni hay castigo para ellos, ni hay justicia para los desposeídos, igual que no la hay para Job:

¿Por qué el Poderoso no tiene días de sesión de tribunal?
¿Por qué quienes lo conocen no ven sus días de juicio?
Los malvados desplazan los mojones,
arrebatan rebaños y los apacientan como propios.
Se llevan el asno de los huérfanos,
y toman el toro de la viuda como prenda.
Fuerzan a los indigentes a salirse del camino,
y los pobres del país tienen que esconderse.
Gimen en la ciudad los moribundos,
y las almas de los heridos gritan pidiendo ayuda.
Pero Dios no acusa a nadie de mal alguno (24.1-4.12).

El último verso es la esencia de la queja de Job. No sólo se niega la justicia a los rectos y a los pobres que la merecen, sino que los malvados quedan completamente libres. No hay retribución. Resulta innegable –en la medida en que se suscribe el principio de que los justos merecen bendición– que a Job lo han tratado injustamente.
El sufrimiento de Job es suficientemente real, y es causa suficiente, para que su grito llegue hasta el cielo. Pero su sufrimiento no es su mayor problema: lo que verdaderamente le molesta es la injusticia de su sufrimiento. Sin embargo, a decir verdad, más que víctima de Dios, Job es víctima de su teología erudita, que le había llevado a creer que él merecía algo mejor. Si en el universo no hay en vigor ningún principio de retribución, Job no merece nada, y la única recompensa que tiene derecho a esperar por su rectitud es su rectitud misma.
La teología, sin embargo, ha convertido una terrible tragedia personal y una desgracia física en algo mucho peor: desilusión respecto a Dios y a la totalidad del universo moral. Es el momento de que hable otra voz, con un tono muy diferente.
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DESPUESDELCOVID.ORG: EMPEZAR DE NUEVO CON JESÚS
Daniel Hofkamp
Protestante Digital, 2 de julio de 2020

Captura de la web despuesdelcovid.org. /<a target="_blank" href="https://despuesdelcovid.org">despuesdelcovid.org</a>,
Ante la crisis del coronavirus, son muchos los recursos que se están generando desde las iglesias y entidades evangélicas. Desde el ministerio Testimonio Cristiano a Cada Hogar (TCCH) se acaba de poner en marcha un proyecto evangelizador que cuenta con el apoyo y colaboración de diversas entidades e iglesias evangélicas.
Se trata de despuesdelcovid.org, una página web donde se ofrecen recursos especialmente preparados para personas que estén buscando una respuesta ante la situación crítica que estamos viviendo.
La web está conectada asimismo con un folleto, del que se han preparado medio millón de copias, titulado “Empezar de nuevo”, que se está ofreciendo a las iglesias evangélicas como un recurso para poder evangelizar.
“Esta iniciativa surge desde Testimonio Cristiano a Cada Hogar, pero se han sumado ya muchas entidades a nivel nacional, tales como Alianza Evangélica Española, Sociedad Bíblica, Decisión, INFFA (así como otras que aportan material como RZ, Nuestro Pan Diario, GBU, Editorial Andamio, etcétera)”, explican desde TCCH.

El mejor mensaje
La web presenta de forma sencilla y directa tres perfiles con los que muchos se pueden sentir identificados: personas que hayan pasado por la enfermedad, personas que hayan perdido a algún ser querido, y personas que han estado volcadas en el trabajo de enfrentar el virus (médicos, limpiadores, fuerzas de seguridad, etcétera).
Dentro de cada uno de estos perfiles se ofrecen recursos: vídeos de testimonios, libros, artículos, y el contacto de personas preparadas para poder ayudarles a encontrar la esperanza en Jesús. También hay espacio para escribir cartas o testimonios.

Cómo surgió el proyecto
“La gente se ha acostumbrado a estar muy pendiente de internet para buscar cualquier cosa. En el tema del Covid-19 ha sido incluso más notorio”, afirma Arretxe. “Se quiere dar un mensaje de consuelo, pero también crear un espacio seguro donde la gente pueda identificarse con personas que han pasado por lo mismo. A todo le damos una perspectiva desde nuestra fe, de poder acompañarlos y ayudarlos”.
Junto a la web, se ha diseñado un folleto impreso del que se han editado medio millón de ejemplares. “Creemos que de esta forma las iglesias pueden utilizarlo y queremos que sea un recurso útil en esta etapa”, afirma Arretxe, que considera que la web estará activa durante todo el año y seguirán actualizando sus contenidos cada quince días.
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6ª REUNIÓN VIRTUAL DE ORACIÓN Y REFLEXIÓN
17 de julio de 2020

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