¿DÓNDE NACIÓ JESÚS?
Ariel Álvarez Valdés
La patria ausente
Frente a la pregunta de dónde nació Jesús, la respuesta parece
sencilla: Jesús nació en Belén. Lo aprendemos desde niños al celebrar la
Navidad, y lo cantamos todos los años en los villancicos alrededor del pesebre.
Sin embargo, al analizar con detenimiento el Nuevo Testamento descubrimos que
no es tan fácil fijar el lugar del nacimiento de Jesús.
Es cierto que dos evangelistas,
Mateo y Lucas, afirman expresamente que Jesús nació en Belén. Mateo dice: “Cuando
nació Jesús en Belén de Judea, en tiempos del rey Herodes” (Mt 2.1). Y Lucas
escribe: “Cuando ellos (José y María) estaban allí (en Belén), ella dio a luz a
su hijo primogénito” (Lc 2.6-7).
Pero en cambio los otros dos
evangelistas, Marcos y Juan, presentan a Jesús como si hubiera nacido en
Nazaret. En efecto, siempre lo llaman “Jesús de Nazaret”; y sabemos que en la
Biblia, cuando después del nombre de una persona se menciona una ciudad, es
porque se trata de su lugar de nacimiento. […] ¿Cuál sería entonces la cuna de
Jesús, Belén o Nazaret? Analicemos más detenidamente las evidencias.
Para Marcos no hay dudas
El primer Evangelio que se escribió, el de Marcos, da a entender
que Jesús nació en Nazaret. Ya al principio, cuando relata su bautismo, dice
que Jesús “vino de Nazaret de Galilea” (1.9). O sea, no menciona ninguna otra
ciudad de origen fuera de ésta. Después, cuando Jesús se va a Nazaret, dice que
“se fue a su patria” (6.1); y patria significa literalmente “la tierra natal”.
Esto lo confirma el mismo Jesús, cuando ante el escándalo que producen sus enseñanzas
en Nazaret, él exclama: “Un profeta sólo en su patria, entre sus parientes y en
su casa es despreciado" (6.4).
Además, todo el mundo lo conoce como Jesús de Nazaret. […] Por lo tanto, cuando Marcos escribió su Evangelio, dio a entender a sus lectores que Jesús había nacido en Nazaret, ya que siempre lo identifica como originario de esa ciudad, y no da ninguna otra indicación alternativa como para pensar que fuera de otra parte.
Un pueblo de mala muerte
El cuarto evangelista también afirma que Jesús nació en Nazaret.
Comienza presentándolo como “un profeta de Nazaret” (Jn 1.45). Y tan convencido
está todo el mundo de que Jesús es de Nazaret, que Natanael no quiere creer en
él porque dice: “¿Acaso de Nazaret puede salir algo bueno?” (Jn 1.46).
En efecto, Nazaret era una ciudad
ignota, minúscula y de mala fama. Tan insignificante, que en el Antiguo
Testamento no se menciona nunca. Incluso cuando el libro de Josué describe
detalladamente la región de Galilea (Jos 19.10-16), salta a Nazaret. Tampoco la
nombra Flavio Josefo al describir las guerras judías contra los romanos [...] Y
el Talmud, una antiquísima colección de escritos judíos, enumera una lista de
63 ciudades galileas de la que está ausente. Debió haber sido, pues, una
pequeña aldea sin ninguna importancia. Por eso, que alguien tan importante como
Jesús hubiera nacido allí producía escándalo entre la gente. A pesar de eso, el
Evangelio de Juan en ningún momento aclara que Jesús no era de Nazaret. Al
contrario, lo afirma varias veces.
Por ejemplo, al contar una
discusión entre los judíos sobre el origen de Jesús, dice que algunos lo
rechazan como Mesías porque sabían que había nacido en Nazaret, y comentaban: “¿Acaso
el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que vendrá... de Belén?”
(Jn 7.41-42). Y nadie se encarga de explicar que Jesús había nacido en Belén.
Más adelante, San Juan afirma que los judíos no querían creer en Jesús porque
era de Galilea, y "de Galilea no sale ningún profeta" (Jn 7, 52). […]
Sólo para la infancia
Vemos, pues, que las dos únicas veces en todo el Nuevo
Testamento que se dice que Jesús nació en Belén son las que vimos en los
relatos de la infancia de Mateo y Lucas. En ninguna otra parte se dice ni una
sola palabra sobre el origen belenita de Jesús. Ni siquiera San Pablo, que tuvo
que discutir acaloradamente varias veces con los lectores de sus cartas
tratando de convencerlos de que Jesús era el Mesías, y a quien le hubiera
venido muy bien el argumento de que Jesús había nacido en Belén, parece conocer
tal información.
Entonces, ¿son históricas o no
las afirmaciones de Mateo y de Lucas sobre el nacimiento de Jesús en Belén?
Posiblemente no. En primer lugar, porque incluso estos dos evangelistas, a
pesar de decir que Jesús nació en Belén, cuando lo presentan en su vida adulta
cambian su discurso y lo llaman “Jesús de Nazaret”.
Así, por ejemplo, Mateo, durante
el juicio a Jesús, cuenta que una criada denuncia a Pedro diciendo: “Este
estaba con Jesús el nazareno” (Mt 26.71). Y cuando relata la entrada triunfal
de Jesús en Jerusalén como Mesías, dice que la gente lo aclamaba gritando: “Éste
es el profeta Jesús de Nazaret” (Mt 21.11), cuando le hubiera convenido mucho
más poner “Jesús de Belén”, ya que esto hubiera sido un argumento muy fuerte
para confirmar el mesianismo de Jesús. Lo mismo hace Lucas incluso en los Hechos.
[…]
¿Vivían o estaban de paso?
En segundo lugar, no parece muy seguro el nacimiento de Jesús en
Belén porque los relatos de Mateo y Lucas, que son los únicos que lo cuentan,
se contradicen. En efecto, según Mt, Jesús habría nacido en Belén porque sus
padres vivían en Belén y allí tenían su casa (Mt 2.11). En cambio, según Lc,
Jesús habría nacido en Belén porque su familia, que vivía en Nazaret (Lc 2.26),
estaba de paso en Belén con motivo de un censo (Lc 2.4). Tampoco coinciden en
cuanto al tiempo que Jesús vivió en Belén. Según Mt, después de nacer, Jesús
estuvo en Belén casi dos años (Mt 2.16), hasta que su familia huyó primero a
Egipto y luego a Nazaret. En cambio, según Lc, Jesús se fue a vivir a Nazaret
cuando tenía un mes y medio de vida (Lc 2.39). […]
No es para desilusionarse, al contrario
Hoy los estudiosos sostienen que el nacimiento de Jesús en
Belén, más que una indicación histórica, es una exposición teológica. O sea,
los evangelistas Mt y Lc pretendieron transmitir una idea religiosa, pero
enunciada en forma de relato histórico, con el fin de dejar una enseñanza. […] Para
entender por qué fue necesario relatar el origen belenita de Jesús, tengamos en
cuenta que para la mentalidad judía, el futuro Mesías tenía que ser un
descendiente de la familia del rey David. Esta esperanza se fundaba en una
antigua promesa que el profeta Natán había hecho al mismo rey David, cuando
éste vivía.
Frente a la inseguridad en la que
vivían los monarcas antiguos, de que no les naciera un hijo varón para que les
sucediera, y de que otra familia reinara en su lugar, Dios le garantizó a David
que siempre gobernaría Jerusalén un descendiente suyo (un mesías, ungido) […] El
profeta Miqueas (5.1) anunciaba que sí iba a llegar el tan ansiado Mesías. Pero
hacía una aclaración: iba a venir de Belén, de donde procedía el rey David.
Hasta ese momento, todos los reyes nacían en Jerusalén, la capital del país,
porque allí se había establecido David y allí estaba la corte real. Pero ahora
Miqueas anuncia que el futuro Mesías, descendiente de David, procederá de la
ciudad de David (Belén) y no de Jerusalén. […] Lo que el profeta quiso decir
era que Dios no miraba con buenos ojos a la corte de Jerusalén. […]
Simplemente proponía a los
gobernantes de Jerusalén volver a la humildad y sencillez de sus orígenes. […] Por
lo tanto, cuando Mateo y Lucas afirman que Jesús nació en Belén, lo que están
diciendo es que Jesús es realmente el Mesías que todos esperaban; el que
cumplió las expectativas que ningún otro rey de Israel había cumplido. […] Decir
que Jesús nació en Belén sigue siendo para nosotros […] una afirmación
fundamental. Equivale a decir que Dios, a pesar de ser omnipotente y poderoso,
optó por una ciudad minúscula. Es decir, prefirió apostar por la debilidad, por
la humildad, por los oprimidos, por la mansedumbre. Significa que un Mesías
frágil y endeble basta para quebrar el poder de los poderosos de este mundo. Y
que quienes afirman seguir a este Mesías deben emplear sus mismas armas. […]
Clarín, Buenos Aires, 24 de diciembre de 2019
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