Este libro
que abre el corazón para meditar día a día tiene 4 títulos judaicos: Primero en el canon hebreo su traducción
es las palabras o “Éstas son las palabras”:
Segundo es “Es el quinto de los quintos de la ley”, esto es, “La quinta
parte de las cinco divisiones de la ley” Tercero
“El libro de Reprensiones” por tantas amonestaciones que hay en él. Cuarto dado por cierto Rabíes que es “la
reiteración de la ley”. Hoy en día quedó el título en griego Deuteronomion
o la segunda promulgación de la ley.
Esto
es sin duda por su importancia que tiene varios títulos y porque tiene de los
cuatro anteriores, un resumen de todos ellos; la médula y corazón de este libro
es: “Oíd la palabra, la palabra de Dios y obedecedla No añadáis a su ley ni la
disminuyáis”. El Señor Jesucristo reiteró: “El cielo y la tierra pasarán, más mi palabra no pasará”. La
historia enseña lecciones e imponen obligaciones, así que la propia historia nos
amonesta. El pueblo judío lo vio, estaba reconociendo que sus relaciones con
otros pueblos eran porque su prosperidad era grande pero no era por su
comportamiento sino, por la fidelidad de Dios
Hoy
en día, se habla tanto de los derechos en la familia, esto da un sin fin de
polémicas de manifestaciones pacíficas o violentas, no en este tiempo, siglos y
milenios han sido así, la palabra de Dios es noticia de hoy y mañana, nuestra
falta de juicio, de cuidado y el no atender el Consejo de Dios, la vida de muchas
familias se convierte en un verdadero infierno, no podemos hacer mucho, ni
debemos si nos piden opinión, a la vez no es sano porque cada hombre y mujer
tiene su forma de vivir, lo que si en nosotros es un deber el orar para que el Señor Jesucristo ponga delante de ellos
en un evento, o persona que pueda hablarles porque nuestro Dios, siempre habla, su voz de ayuda
da consuelo y enseñanza. Sucedió en Israel, continúa en las generaciones, aun
asi Israel con su familia tiene grandes problemas el llamado sigue
¡No
lo olvides nunca! Enseñar, guiar, esta ley diligentemente a vuestros hijos, y a
cada generación, el llamado no es sólo al corazón y al espíritu. En su Mensaje
nos hace cimbrar, llenar nuestros ojos de lágrimas, y nuestro espíritu
se agiganta al conocer a nuestro Dios,
retumbando en nuestros oídos: “Oye Israel Jehová nuestro Dios, Jehová uno
es”, y en desierto espacio abierto se oye: Shema Israel Yave ejad y salta el amar sin condiciones en un corazón dispuesto, el alma trata de
fundirse como lo Sublime, esas fuerzas vitales de cada parte de nuestro cuerpo
desean realizar una ofrenda, Pablo el al escribir a Timoteo lo declara en mayor
alcance posible: “Porque el fin del
mandamiento es el amor, procedente de un corazón puro y de una buena conciencia
y de fe no fingida”.
El
amor es el cumplimiento de la ley y esto no es para que lo guardes, lo que tú
estás sintiendo en alegría y vida diaria. Es
tiempo donde lo inculcarás a tus hijos, y hablarás de ellas sentado en tu
casa y andando por el camino y al sentarte y al acostarte y estarán por
frontales entre tus ojos y las escribirás sobre los postes en tu casa y sobre
las puertas.
¡Qué
curso de instrucción familiar!, tema para conversarlo en familia que será de
protección para cada uno, así como el portal, la puerta, en la mesa en donde se
saborean los alimentos, se platican los logros y cómo resolver los problemas en
la vida cotidiana, en la recamara donde esa intimidad se conversa con Dios. En
tiempo actuales podemos realizar nuestros Cultos
Familiares por Videollamadas, en donde cada miembro de la familia puede
desarrollar un tema bíblico y también mostrarnos su capacidad de entendimiento
hacia la Palabra de Dios.
Los
judíos desde entonces ponen en los dinteles de las puertas un texto o una letra
y la tocan al salir o entrar: El Mezuzá que es un trozo de pergamino en
una cajita. Salmo 121.8: “Jehová guardará
tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre”, al pasar la puerta
le saludan, pasan el portal, le hablan, así gobiernan las palabras de su lengua,
en sus ojos regulariza su vista así las emociones pensamientos y planes, se dan
cuenta de las bendiciones recibidas y sobre todo ¡No la olviden! (Deuteronomio
6.10-15). Por esto la insistencia de que cada uno se sustentará en fase de vida
civil y personal una ética de responsabilidad y deberes nos dice Evangelio de
Marcos 12.28-34.
¡Escucha pueblo de Israel! Nuestro único Dios es el
Dios de Israel. ¡Ama a tu Dios con todo lo que piensas, con todo lo que eres y
con todo lo que vales!
La
respuesta del maestro es la ley, confirma las palabras de Jesús. Muchos hemos
oído que el hombre lo dice, pero no lo cree, o sólo se ha vuelto un rezo o una
práctica estéril.
Si
recorremos la historia de Israel lo que lo ha ayudado en los más terribles
momentos ha sido esta oración resonando durante siglos haciendo que el corazón
sea fuerte ha pasado de generación a generación, cuando mujeres y hombres lo
han expresado en la cima del poder, así científicos que a cada momento van
recorriendo El velo del saber, no olvidando al campesino que de madrugada su labor
comienza cuánto podríamos decir de aquellos que sus actividades acrecientan su
fe siempre con valor.
Este
hombre que narra el Evangelio pudo resumir su vida, en la cual el ejercicio
como maestro, haciendo el eco de Deuteronomio, lo enseñaras, repetirás, te
apropiaras de esta lección que no dejaras que se escapen de tus manos, nos deja
una oportunidad a nosotros de hacer en nuestros hijos nietos y más todos,
jóvenes, ancianos el deleite de escuchar. Escucha tú y yo, para que lo que el
Señor Jesucristo dice a este hombre “No
estás lejos del Reino de Dios”, porque en el momento en que lo decimos a
otro, el reino de Dios se hace visible. Muchos dirán que hay demasiados
problemas en este 2021 pero no es así, hace 5000 años atrás o delante a futuro
4000 años el corazón y mente del hombre, no cambia ni cambiará. Todo concluye
en el hogar que es la escuela donde ahí la enseñanza, educa los deberes vigentes.
¡Cuánta responsabilidad tenemos! Arriesguémonos en esta aventura para la Gloria
de Dios, no queda así nuestro andar y nos ha dado la oportunidad lo cual guiará
a nuestra vida como en la relación familiar, la ley considera a la familia como
columna de la ciudadanía, estos valores no eran con el fin de obligar,
castigar, forzar; más bien eran con la posibilidad de llevar una vida digna,
coronada con el derecho de la familia para cuidar, prever y llegar a la
santidad de la familia. Lo que Dios nos enseña, lo imperativo para nosotros
como padres y abuelos es concentrarnos en atención y cuidados a nuestros hijos,
hijas, nietos y nietas poner en nuestro hogar un ambiente de tendencias
espirituales esto no quiere decir aislarse del mundo sino todo lo contrario es
de tomar tiempo para obtener decisiones objetivas Deuteronomio lo está enseñando
es la gráfica de nuestra familia que triste es ver hoy la corrupción, la
delincuencia que hay desde los adolescentes jóvenes y adultos, que han sido el
resultado de la desunión y disparidad en el hogar donde se han ahogado vidas
por una falta de amor y comunicación.
Cuando el texto habla de atar como una señal a tu mano, es una manera en que se hace un pacto, estrechar la mano de Dios es dejar que nos guíe, esos frontales en los ojos, nos muestra cómo el Espíritu Santo está ayudándonos con la certeza de tener bien abiertos los ojos de tal manera que cada decisión de nuestra vida sea un ejemplo a nuestra comunidad y así en Ammi-Shadday podrá escribir en los postes de la iglesia lo que el Señor nos ha bendecido y en el Hogar como un Sagrario honrado a la familia, cuando el Amigo, el Extranjero, el Huérfano y la Viuda cruce la puerta de nuestros hogares podamos decir en altavoz: “Oye, Israel, Jehová nuestro Dios Jehová uno es. Porque Jehová tu Dios en medio de ti está”. Amén.
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