16 de agosto de 2008
LA BIBLIA ES UN LIBRO EXTRAÑO QUE SE HA COMPILADO DE una forma curiosa. Aparentemente no sigue ningún orden; es una colección de textos confusa y difícil de penetrar. No sirve de nada leerla desde el principio hasta el fin, como han hecho a menudo los creyentes fieles, y tampoco es de gran ayuda probar de leerla cronológicamente. No es muy útil intentar imponer un orden en los textos que refleje los conocimientos científicos modernos. Podemos intentar leer la Biblia desde dentro y dejar que sean los materiales los que determinen el orden de lectura. Si nos tomamos en serio la forma de la tradición, podemos encontrar pistas que nos permitan examinar los textos desde su interior. Si somos capaces de determinar qué función desempeñan los textos literarios, es probable que podamos precisar qué lugar ocupan en relación con las demás partes de la colección.
Para llegar a determinar la forma de la tradición hay que partir de la narración original, el hilo argumental más simple, elemental e innegociable que subyace en el corazón de la fe bíblica. Dicha narración es presentada con la pasión de los nuevos creyentes y la sencillez de una comunidad que ha eliminado la incertidumbre y no siente la necesidad de explicar nada. Es una afirmación en forma de historia que sostiene que "esta es la historia más importante que conocemos" y que "creemos que trata decididamente sobre nosotros". La historia en cuestión es claramente para los iniciados y no se dedica ningún esfuerzo para persuadir o convencer a los profanos.
Gerhard von Rad sugiere que la narración original de Israel (él utiliza la palabra credo), el relato esencial en que cree y se apoya una comunidad en momentos de crisis y el filtro a través del cual se juzga la veracidad o la falsedad de cualquier historia, se encuentra en los tres siguientes textos:
1. Dt 26.5-9, una confesión litúrgica que hace Israel al llevar la ofrenda al altar. La ofrenda es una declaración crucial de lealtad y devoción, y en ese contexto Israel expone su historia más intensa y preciada.
2. Dt 6.20-24, un relato didáctico en respuesta a la pregunta estilizada de un niño. Hay quien sugiere que se trata de una fórmula para la enseñanza del catecismo, aunque es el niño quien pregunta y los padres quienes responden (lo cual no está nada mal).
3. Jos 24.1-13, un parlamento ante la asamblea del pueblo en que la comunidad de Israel sella conscientemente una alianza con Dios, algunos creen que por primera vez. La asamblea está formada por personas de todo tipo que atesoran historias muy dispares. Pero en el fragmento referido se les expone el relato que a partir de entonces tendrán que compartir como base de su existencia. […]
Son afirmaciones que Israel sabía que eran ciertas intuitivamente y a las cuales recurría en casos de emergencia.
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