ELIFAZ EXHORTA A JOB, Job 4
Modera: D.I. Odavia Palomino
JOB 4.2-9, NVI
“Tal vez no puedas aguantar / que alguien se atreva a decirte algo,/ pero ¿quién podría contener las palabras?/ Tú, que impartías instrucción a las multitudes/ y fortalecías las manos decaídas;/ tú, que con tus palabras sostenías a los que tropezaban/ y fortalecías las rodillas que flaqueaban;/ ¡ahora que afrontas las calamidades, no las resistes!;/ ¡te ves golpeado y te desanimas!/ ¿No debieras confiar en que temes a Dios/ y en que tu conducta es intachable?/ »Ponte a pensar: ¿Quién que sea inocente ha perecido?/ ¿Cuándo se ha destruido a la gente íntegra?/ La experiencia me ha enseñado/ que los que siembran maldad cosechan desventura./ El soplo de Dios los destruye,/ el aliento de su enojo los consume”.
SOBRE EL LIBRO DE JOB
Job: un libro que responde a algunas de nuestras preguntas más fundamentales, más existenciales; Job es la rebeldía contra la injusticia del sufrimiento y del silencio de Dios. Sí, Job es el hombre que se rebela contra Dios. No puede ni resignarse a la injusticia que se comete con él ni hacerse ateo. Job es el que protesta contra Dios. Porque el libro de Job no es más que una parábola que llega directamente al corazón; nos habla de un hombre a vueltas con su Dios. Desconcertado en su vida, hundido por tantos sufrimientos, Job emprende el combate de la fe. Como su antepasado Jacob; como Jesús, a quien prefigura. Es la prueba del hombre, tratado por Dios como un enemigo, que apela a Dios contra Dios. Ser discípulo es una prueba. El que ha escuchado la llamada del Señor se ve marcado por una herida que nada podrá hacer olvidar. Como Jacob, el creyente se ha quedado cojo para toda la vida. ¿Quién despertará a la fe sino aquel que se pone a seguir a Jesús y le dice: "Yo sé que está vivo mi Vengador y que al final se alzará sobre el polvo. Después que me arranquen la piel, ya sin carne, veré a Dios" (Job 19.25)?
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