sábado, 1 de enero de 2011

El Dios del pacto, un Dios cercano a la vida cotidiana


El Dios creador sostiene al mundo cada día

Salmo 104, Biblia en Lenguaje Sencillo

¡Alabemos a nuestro Dios,
con todas nuestras fuerzas!
Dios mío, tú eres un Dios grandioso,
cubierto de esplendor y majestad,
y envuelto en un manto de luz.
Extendiste los cielos como una cortina
y sobre las aguas del cielo pusiste tu habitación.
Las nubes son tus carros de combate;
¡viajas sobre las alas del viento!
Los vientos son tus mensajeros;
los relámpagos están a tu servicio.
Afirmaste la tierra sobre sus bases,
y de allí jamás se moverá.
Cubriste la tierra con el agua del mar;
¡cubriste por completo la cumbre de los cerros! […]

Dios mío, tú dejas que los arroyos corran entre los cerros,
y que llenen los ríos;
en sus aguas apagan su sed las bestias del campo
y los burros salvajes;
en las ramas cercanas las aves del cielo
ponen su nido y dejan oír su canto.
Dios mío, tú, con tu lluvia,
riegas desde el cielo las montañas;
tu bondad satisface a la tierra.
Tú haces crecer la hierba para que coma el ganado;
también haces crecer las plantas
para el bien de toda la gente:
el pan, que da fuerzas, el vino, que da alegría,
y el perfume, que da belleza.

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