domingo, 25 de agosto de 2013

Letra 333, 25 de agosto de 2013

LA ESCRITURA COMO MAESTRA DEL CONOCIMIENTO Y LA SABIDURÍA (IV)
Ekkehard W. Stegemann
www.calvin09.org

De la misma forma como el orador presenta los hechos, presenta la evidencia, así lo debe hacer el exegeta. No obstante, a diferencia del orador para quien la retórica es también el medio de influir en el oyente, especialmente en el juez, puesto que el discurso debe lograr persuadir (persuasio) al público, “el objetivo de Calvino no es convencer a un juez, sino dar acceso objetivo a la opinión del autor y presentar esta opinión de una manera fácil de comprender. El usus, el uso o utilidad de la exégesis o la eficacia de la Escritura está en manos del Espíritu Santo.

Del sentido (sensus), Calvino diferencia el usus o la utilitas, la utilidad para la iglesia de Dios. Según escribe en la dedicatoria a Grynaeus, en su comentario buscó la utilidad de éste para la iglesia justamente por medio de la brevedad y concisión, o por lo menos lo intentó. La utilidad evidentemente no es idéntica al sentido, sino la ganancia —en la introducción de la Biblia de Ginebra Calvino se refiere a la “ganancia” (fr. profit)— a la que se apunta mediante la exégesis de la Escritura y la explicación del sentido de ésta. Es la doctrina “útil para enseñar” como lo señala Pablo y como ya lo hemos mencionado, y sólo se encuentra en la Sagrada Escritura. Como Palabra de Dios, la Escritura es en su totalidad la fuente y norma del conocimiento de Dios y de sí mismo, "toda la suma de nuestra sabiduría" (Inst. I,1,1), como Calvino lo señala según la tradición humanista, pero al mismo tiempo es también la base para entrar en diálogo con otras ciencias humanistas y sus maestros. Se trata, por lo tanto, del correcto conocimiento, en especial del correcto autoconocimiento del ser humano ante Dios, y con ello, de la correcta doctrina o de los maestros apropiados. En este caso, Séneca no podría ser el maestro apropiado si se trata de cosas celestiales o divinas, de la regla (regula) para una vida buena y feliz. No es permisible mezclar el “cielo y la tierra“, por ej. la filosofía y la filosofía cristiana o la teología, puesto que el conocimiento que constituye la fe se diferencia del conocimiento de la filosofía.

“El conocimiento de que es fe no es una comprensión definitiva, sino una restauración gradual de la naturaleza perdida del ser humano que comienza con una inserción en el cuerpo de Cristo“. Es el conocimiento de Dios y el de sí mismo que se transforma de la creencia a la fe en la imago Dei, lo que nos hace “participar del cuerpo de Cristo mediante la divina adopción y poco a poco heredar el cielo” (CO 25, 376.; com. de Jn. 17,3). A pesar de que Calvino contempla claramente la filosofía cristiana, fundada en la verdad de la revelación de la Biblia y sustentada por el espíritu divino, como la única forma para alcanzar una vida buena y feliz, es evidente que su modo de ver se orienta en la filosofía práctica de la Antigüedad. “Los estoicos afirmaron que la sabiduría es un conocimiento de cosas divinas y humanas, en cambio la filosofía es el ejercicio de un saber provechoso“ (SVF II, 35), para Calvino, sin embargo, ambas forman un conjunto. Por esta razón, existe para Calvino una schola Dei, escuela de Dios, en donde hay un crecimiento en la fe que será de gran utilidad práctica, dado que este crecimiento genera una especie de transformación en la imagen de Dios gracias al espíritu que la fe confiere.

Calvino como exegeta
Calvino dispuso de manera muy consciente y programática su exégesis de la Biblia en comentarios, incluso en el orden sucesivo de éstos. Comienza con las Epístolas de Pablo y más específicamente con la Epístola a los Romanos, no sólo porque es la primera carta canónica, sino porque considera que es la clave para toda la Escritura. Luego de otros comentarios a las Epístolas de Pablo, incluyendo la Epístola a los Hebreos, con el Evangelio según San Juan empieza a interpretar los Evangelios, por una parte porque éste es para él la clave para el resto de los Evangelios, y por la otra, porque existían roces y tensiones en Ginebra, entre ellos la discusión respecto a la teología de la trinidad provocada por Miguel Servet.

Digno de atención es que no exista un comentario al Apocalipsis de San Juan, constatándose así que Calvino a diferencia de Lutero no interpreta su época en forma apocalíptica. Más adelante volveré a este punto con otro ejemplo y para concluir deseo entregar un par de muestras del arte exegético de Calvino, cuya grandeza difícilmente se puede sobrevalorar. Esta grandeza consiste, según mi opinión, en el disciplinado manejo de sus amplias habilidades filológicas y retóricas con el interés de iluminar el mens autoris. Hablando en términos modernos, Calvino se concentra en la intentio auctoris u operis, sin buscar los códigos que pudieran estar fuera del texto o dentro de él. Por esta razón prefiere el sensus literalis y no guarda simpatía por el estilo alegórico, sin embargo, se mantiene totalmente abierto a diversas variantes, aunque en la mayoría de las veces aclara su posición. Si hay algo que Calvino rechaza es una interpretación especulativa aun cuando ésta incorpore contenidos cristiano-dogmáticos que él comparta completamente. Sólo para nombrar un ejemplo, rechazó el plural del término hebreo elohim, con el que ya comienza el primer versículo de la Biblia, como interpretación de la doctrina de la Trinidad. Esa exegesis fue deplorable para él, considerándola filológicamente obscura, dado que ésta malinterpreta la construcción plural del hebreo. Cierto es que esto le acarreó el barato reproche de practicar una exégesis judaizante (Hunnius, Calvinus Judaizans), pero no cedió en su punto de vista.

Romanos 9.3 y 16.11
Al igual que para todos los reformadores, la justificación por la fe también es para Calvino el tema principal de la epístola. Ningún otro reformador resalta como él la unidad de la Ley y el Evangelio, la unidad de la promesa de Dios y del Pacto de Gracia, la unidad de todos los que partiendo de Abraham fueron elegidos y que tienen a Cristo como su intermediario. Naturalmente por ello “Cristo también es el mediador entre Dios y el ser humano en el Antiguo Testamento y de esta forma el punto de referencia de la fe de los Padres”, y por esto mismo los Padres de Israel son también los Padres de los cristianos. Por esta razón se debe diferenciar la Ley y el Evangelio de acuerdo a su época. No obstante, la Ley se mantiene como Palabra de Dios también después de Cristo y no es abrogada. Cuando Pablo en la segunda Carta a los Corintios habla de un ministerio de muerte, éste es accidental, es decir, dada la naturaleza corrupta del ser humano.

Conforme a esto, Calvino interpreta de la siguiente forma el texto Ro. 10,4: “lo que sea que la Ley enseñe, ordene, prometa, Cristo es siempre su objetivo (scopus)”. En la traducción del término te,loj Calvino utiliza el vocablo latino finis, pero con el significado de “fin”, “finalidad” y no de fin en el sentido de término. También encuentra apropiada la palabra complementum, plenitud o realización, e igualmente lo convence el término perfectio, que utiliza Erasmo. La doctrina de la justificación o de justificación por la fe es “confirmada por la fe” (testimonium habet a Lege), de acuerdo con los apuntes que ya tenía de Ro. 1,17. Por este motivo, Calvino considera el texto Ro. 10,4 como un excelente pasaje para „que la Ley contemple en todas sus partes a Cristo“, ley a la que también pertenece la llamada ley ceremonial. También es de destacar que allí donde Pablo resalta la descendencia genética o étnica con Abraham mediante las palabras “según la carne”, Calvino no lo entiende como una reducción a lo "meramente natural, a un parentesco únicamente terrenal”, como comúnmente lo hace la exégesis hasta hoy en día. Esto queda en evidencia en la exégesis de Ro. 4,1, pero particularmente esclarecedor en la de Ro. 9,3. Según la explicación común que ya se daba en la época de Calvino, en cierto modo se reduce gradualmente la naturaleza afectiva en la caracterización de grupos de personas, sobre cuya lejanía de Cristo Pablo ya había mostrado desconcierto con una alta emocionalidad retórica (“... tengo una gran tristeza y continuo dolor en mi corazón“). Los que en forma afectiva primero eran llamados “mis hermanos” fueron reducidos a “mis parientes” y eso además en un sentido solamente terrenal, natural. Las palabras “según la carne” que Pablo añade, también podrían contener entonces una contradicción que no se nombra y que consiste en que él mantiene otro tipo de parentesco, el cual no sólo es natural y terrenal, a saber, el de sus "hermanos y hermanas en Cristo".

Sin embargo, en Ro. 9,3 también se puede interpretar „por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne“ de forma totalmente inversa, es decir, como la intensificación de lo dicho hasta ahora, o dicho retóricamente, como amplificatio. De hecho así entendió Juan Calvino Ro.9,3: “Aunque las palabras „mis parientes según la carne“ no contienen nada nuevo, aportan considerablemente a intensificar el significado… este calificativo (exceptio) ‚según la carne’, conforme a mi juicio no se añade aquí como en otras partes para disminuir/debilitar (non extenuandi causa), sino más bien para resaltar la confianza (fiduciae)“. Como era común en la época de la Reforma, fiducia habría tenido la connotación de fe en la salvación. Calvino piensa que Pablo confía en la salvación justamente porque estos “hermanos” son sus parientes según la carne. En alusión a Ro. 11,17ss., Calvino destaca que Pablo “no negó su origen de ese pueblo, cuya elección todavía estaba llena de vitalidad en la raíz, aun cuando sus ramas estaban secas“. Conforme a ello, en referencia a Ro. 9,4s. sigue la serie de distinciones positivas que Dios dio a los judíos y que empieza con el nombre de honor “israelitas“, nombre con el que Pablo se describe en Ro. 11,1 junto con las palabras “de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín“.

Por esta razón, Calvino también expone que lo decisivo es que Pablo otorga a los judíos insignis suis ornatos, es decir, distintivos y honores que los distinguen del resto del género humano. “Pues Dios mediante su Pacto los exaltó tan altamente, que si cayeran, la propia confianza, fiabilidad (fides) y verdad de Dios también tambalearía“. Pablo los “revistió con el papel o calidad de pueblo elegido“ y no la pierden.

Actividades

UNÁMONOS EN ORACIÓN POR LOS PLANES Y ACTIVIDADES DE SEPTIEMBRE

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 27 de agosto, 19 hrs.
Modera: D.I. Odilón Arellano A.

Llamamiento                                 Salmo 124
Oración de ofrecimiento
Himno: “Busca primero el Reino de Dios” (517)
Momentos de oración
Lectura bíblica                     II Reyes 14.1-16
Tema: Amasías, rey de Judá
Himno: “Hay momentos” (394)
Ofertorio
Bendición pastoral

PROFETISMO: FUENTE Y ECO (II)
Pierre Gibert

Estos escritores debieron ser bastante numerosos y estar bastante organizados a fin de crear, prolongar y defender una obra destinada a atravesar los siglos al lado de una literatura oficial (de la que, por lo menos en historia, no nos ha llegado nada) Pero sobre todo se levantarían de en medio de ellos unos hombres que, habiendo recibido la misma enseñanza, sacarían algún día de todo eso una intención muy distinta de la de continuar una obra de historiadores, aunque fuera de historiadores teólogos
La visión de un pueblo escandalosa-mente dividido en dos reinos rivales en contra de todas las tradiciones y de la fe en Yavé, Dios único del único pueblo elegido, de unos reyes Impíos, de los abusos de todo tipo en las clases de la sociedad, de la Injusticia, de un Juego político mal inspirado, de toda clase de pecados todo eso no podía menos de indignar y de provocar la denuncia de unos hombres Informados de la historia de Israel y apasionados por la fidelidad a DIOS De esos ambientes surgirían unos profetas que convertirían en predicación el saber histórico unido a su fuerte experiencia de Dios.
Porque no se improvisa al profeta El mensaje, la técnica oral y literaria de esos hombres, la amplitud de su teología basta para demostrarlo l Por qué no pensar entonces en un verdadero ambiente formador que, Independientemente del poder político, aunque Sin ser Ignorado por el, habría preparado a esos hombres que surgieron bruscamente en el siglo VIII y que negaban, como Amós, «ser profetas o hijos de profeta», para que no los asemejaran a una categoría de personas conocidas y Juzgadas de forma ambigua, tal como los vimos al lado de Saúl, de Elías y de Eliseo l Formados en las mismas escuelas o ambientes que los primeros redactores de los libros de Samuel y de los Reyes, habrían influido a su vez en los autores y redactores de esos libros y habrían reforzado su visión histórica al margen del poder real Comprenderían entonces que «eso sucedió por la cólera del Señor, hasta que los arrojó de su presencia» (d 2 Re 24, 20) Pero ¿se trata entonces de la opinión de un profeta o de la de un historiador. Sin duda, por el estilo explicativo en el marco de su libro, pero también de un profeta por el espíritu mismo de este juicio.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

SEPTIEMBRE. LA CONTINUIDAD HISTÓRICA DE LA IGLESIA (I)
1 – Santa Cena/ Reunión de Consistorio/ Evaluación cuatrimestral

Palabra de Dios fresca para el mundo, L. Cervantes-O.

25 de agosto, 2013

De nuevo comenzó Jesús a enseñar a la orilla del mar [thálassan]. Y se le reunió tanta gente que decidió subir a una barca que estaba en el lago y sentarse en ella, mientras la gente permanecía junto al lago en —tierra firme. Entonces Jesús se puso a enseñarles muchas cosas por medio de parábolas.
Marcos 4.1-2a

No cabe duda de que Dios ha hablado y, obviamente siempre, ha hablado bien. Pero aquí también nos referimos al interés divino por hacerse entender de la mejor manera, con un “estilo literario”, propio de las diferentes épocas en que los hombres y mujeres inspirados por Él redactaron los textos de las Escrituras. En el caso de Jesús de Nazaret, está reconocido de manera unánime el estilo sencillo pero poético de su enseñanza, particularmente en el caso de las parábolas. Existen libros enteros dedicados a “la poesía de Jesús”, pues el maestro galileo no renunció a la calidad expresiva para transmitir la voluntad de Dios para los seres humanos. El mensaje debía trasmitirse siempre en las mejores condiciones lingüísticas y literarias para lograr enamorar a los oyentes con esa palabra divina, siempre fresca, que brotó de los labios y de los hechos del Hijo de Dios en el mundo. Cada palabra suya propiciaba cambios, controversias y sugería transformaciones revolucionarias de lo que se había creído hasta entonces. Especialmente cuando incluía la advertencia: “Oísteis que fue dicho… mas yo os digo” había que ponerse a temblar, pues Dios a través de él estaba corrigiendo las falsas enseñanzas e interpretaciones de la ley antigua.

Por ello, en el momento en que Jesús se decidió a tomar las calles, las plazas y los caminos para compartir lo que sabía sobre Dios, tuvo que elegir el género literario más adecuado para llegar a los oídos, el corazón y la mente de las personas. Y la elección recayó en las parábolas, siguiendo el modelo del salmo 78.1-2: “Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca./ Abriré mi boca en proverbios…”. Esta opción la registra Marcos con especial énfasis: “Y sin parábolas no les hablaba” (4.34a). La parábola es un género que podría definirse como “una comparación continuada, o el desarrollo de una comparación, a través de una narración —real o ficticia— con un fin didáctico”.[1] En la comparación “hay tres elementos: aquello que se compara, aquello con lo que se compara y el punto concreto en que se quiere establecer la comparación. En este punto radica el núcleo significativo. Lo demás puede ser puramente ornamental y no hay que buscar en ello una significación peculiar” (Idem).

En el primer registro de las acciones y dichos de Jesús, el evangelio de Marcos, la expresividad narrativa está puesta al servicio de las enseñanzas mediante las historias concentradas cuyo único mensaje apunta siempre hacia la venida y consecución del Reino de Dios en el mundo. La famosísima parábola “del sembrador” o “de los tipos de terreno” es una gran ilustración del esfuerzo divino por conseguir seguidores-oidores-hacedores de su Palabra en el mundo, en el camino hacia la plenitud del Reino de Dios en el mundo. El acto cotidiano y agrícola de sembrar es la gran metáfora de la inserción de los proyectos divinos en un mundo que se resiste a incubarlo, pero que inevitablemente lo verá crecer. De ahí que muchas otras parábolas, como la de la semilla de mostaza, aluden al “crecimiento invisible” y casi imperceptible en medio de las contradicciones históricas.

Los destinatarios específicos de la parábola son los ya seguidores de Jesús (v. 10-12) y cuando, luego de contarla al resto del pueblo, decide explicarles el significado de los detalles de la misma, estamos ante un giro literario, epistemológico y espiritual, pues la parábola se convierte, como resultado de esa explicación detallada, en una alegoría, es decir, en una serie de metáforas continuadas en la que cada situación contiene un significado propio. La razón de ser de este cambio es profundamente paradójica: el misterio del Reino es colocado ante los ojos de los discípulos, pero es escondido a los demás (vv. 11-12). La “clandestinidad” del mensaje de Jesús lo hace presentarlo abiertamente, pero en clave, a todo el pueblo y únicamente, por los ojos de la fe renovada a los seguidores/as nuevos que estaba reclutando para “el asalto final”. La receptividad ante esta palabra fresca de Dios es, finalmente, el gran tema de la parábola-alegoría y va a producir una cadena de tres imágenes más, relacionadas con la presencia soterrada de ese Reino en el mundo: el candil (vv. 21-25), la semilla que crece (vv. 26-29) y el grano de mostaza (30-32). Jesús refresca, así, la revelación de Dios y la actualiza para una nueva generación de seres humanos, cuya esperanza provenía de múltiples situaciones en medio de las cuales era preciso contar con una orientación divina confiable y pertinente. Igual que hoy.





[1] Gabriel Pérez, “Parábola”, en http://mercaba.org/DJN/P/parabola.htm.

Marcos 4.1-20

La Palabra (Hispanoamérica)


1 De nuevo comenzó Jesús a enseñar a la orilla del lago. Y se le reunió tanta gente que decidió subir a una barca que estaba en el lago y sentarse en ella, mientras la gente permanecía junto al lago en tierra firme. 2 Entonces Jesús se puso a enseñarles muchas cosas por medio de parábolas. Les decía en su enseñanza: 3 —Escuchen: Una vez, un sembrador salió a sembrar. 4 Al lanzar la semilla, una parte cayó al borde del camino y llegaron los pájaros y se la comieron. 5 Otra parte cayó entre las piedras, donde había poca tierra; y como la tierra no era profunda, la semilla brotó muy pronto; 6 pero en cuanto salió el sol, se agostó y, al no tener raíz, se secó. 7 Otra parte de la semilla cayó entre cardos, y los cardos crecieron y la ahogaron sin dejarle que diera fruto. 8 Otra parte, en fin, cayó en tierra fértil y germinó y creció y dio fruto: unas espigas dieron grano al treinta; otras, al sesenta; y otras al ciento por uno. 9 Jesús añadió: —Quien pueda entender esto, que lo entienda.

10 Cuando Jesús se quedó a solas, los que lo rodeaban, junto con los Doce, le preguntaron por el significado de las parábolas. 11 Les dijo: —A ustedes, Dios les permite conocer el secreto de su reino; pero a los otros, los de fuera, todo les llega por medio de parábolas, 12 para que, aunque miren, no vean; y aunque escuchen, no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados.

13 Y Jesús continuó: —¿No comprenden esta parábola? Entonces, ¿cómo comprenderán todas las demás? 14 El sembrador representa al que anuncia el mensaje. 15 Hay quienes son como la semilla que cayó al borde del camino: escuchan el mensaje, pero luego llega Satanás y se lleva lo que ya estaba sembrado en ellos. 16 Otros son como la semilla que cayó entre las piedras: oyen el mensaje y de momento lo reciben con alegría; 17 pero no tienen raíces y son volubles; así que, cuando les llegan las pruebas o persecuciones a causa del propio mensaje, en seguida sucumben. 18 Otros son como la semilla que cayó entre los cardos: oyen el mensaje, 19 pero los problemas de la vida, el apego a las riquezas y otras apetencias, llegan y lo ahogan de manera que no da fruto. 20 Otros, en fin, son como la semilla que cayó en tierra fértil: oyen el mensaje, lo reciben y dan fruto al treinta, al sesenta o al ciento por uno.

domingo, 18 de agosto de 2013

Letra 332, 18 de agosto de 2013

LA ESCRITURA COMO MAESTRA DEL CONOCIMIENTO Y LA SABIDURÍA (III)
Ekkehard W. Stegemann
www.calvin09.org



Calvino envió desde Estrasburgo su exégesis de la Epístola a los Romanos, su primer comentario bíblico, al erudito basiliense Simon Grynaeus. En la carta de dedicatoria recuerda que durante su estadía en Basilea dialogó en una oportunidad con Grynaeus “respecto a la mejor forma de interpretar la Escritura”. Ambos, según escribió, coincidieron en que "la virtud primordial de un exegeta es la concisión y claridad“, o tal vez traducido con mayor precisión: “brevedad perspicua“, perspicua brevitas. Ya que “casi el único deber” del exegeta es “abrir la mente del escritor (mentem scriptoris) al que desea explicar, hacerle realmente comprender (patefacere)" y no desviarse o extenderse en “abundantes explicaciones”. En otra oportunidad Calvino habló también del sentido de la Escritura (sensus). Según sostiene, el lector no debe desviarse del skopus, del centro de la idea. A pesar de que Calvino y Grynaeus comparten la misma preferencia por la “concisión”, Calvino no desprecia las exégesis de otros que son “más extensas y verbosas”.

Calvino, hombre de letras y humanista francés, adopta el principio de la concisión, entre otras fuentes, de la retórica de Séneca, a cuyo tratado De Clementia ya había dedicado un comentario con anterioridad al de la Epístola a los Romanos. Según esto, es decisivo y también corresponde a la hermenéutica humanista que se explique el “pensamiento del autor”, que se aclare el sentido argumentativo del texto según análisis filológico y retórico de éste y su contextualización dentro del marco histórico-cultural. Lo que menos sirve para dicho esclarecimiento es la digresión y verbosidad, pero sí el diálogo explícito o implícito con los diversos comentarios que ya se han escrito del texto, ya sea de los “antiguos” Padres de la Iglesia, de los biblistas reformadores como Bucero y Bullinger, y no en último término también de Melanchthon. Con respecto al Antiguo Testamento también se puede agregar aquí que el diálogo con la exégesis judía era para Calvino totalmente natural, de manera tal que a veces la consideró más convincente y criticó la exégesis cristiana cuando le pareció que violaba la fidelidad del texto (véase la brillante monografía de Puckett, p. 52s). La "Brevedad perspicua“ equivale para Calvino a la lucidez, a la claridad o perspicuitas, a la Escritura misma, tal como Lutero lo instruyó y cuya personalidad fue para Calvino un modelo paternal. Para Lutero esta perspicuidad también guarda relación con el término claritas scripturae, claridad de la Escritura. El adversario principal de esta interpretación de la Escritura es evidente: la poderosa iglesia católica, que con su dominio sobre los textos en latín de la Biblia también reclamó el derecho de administrar y comunicar en forma clara el sentido y espíritu del texto que a veces la iglesia consideraba oscuro.

Cuando Lutero postuló la diafanidad y claridad de la Escritura, quiso decir que a diferencia de la manipuladora administración de la verdad de la Escritura por parte de las autoridades eclesiásticas, la Escritura misma contiene una verdad clara, comprensible para todos, por ello, había que traducirla y de esta forma hacerla inteligible para todos. En términos más precisos, Lutero como intérprete de la Biblia es el que le da la oportunidad al pueblo de reconocer por sí mismo la lúcida, diáfana y clara verdad de la Escritura. La traducción está allí para alcanzar "una verdadera comprensión de la Divina Escritura, para mejorar y acrecentar la cristiandad común“, como lo señala en 1530 en su Tratado sobre la Interpretación. Lutero estaba totalmente convencido de que la Escritura desplegaría su propio efecto con sólo hacerla asequible y comprensible a la cristiandad común. La Escritura es intérprete de sí misma, sui ipsius interpres. La Biblia traducida permitiría literalmente a todos llevar la Palabra de Dios a su hogar y así sería comprensible y asequible para cualquiera. La disputa de Lutero con Erasmo sobre la validez del libre albedrío puso en relieve el tema de la diafanidad o claridad de la Escritura. Erasmo atribuyó a la Escritura una cierta falta de claridad, siendo por ello necesario la autoridad del Papa con el objeto de interpretarla de manera auténtica para la enseñanza. Lutero, en cambio, estimaba que el problema no residía en la Escritura, sino en el intérprete, en su espíritu oscurecido por los pecados y en la falta del Espíritu Santo. No es el intérprete el que da claridad a la Escritura, sino el lector o el intérprete quien la necesita.

Calvino también comparte este principio de la hermenéutica protestante, sosteniendo en la Institución que es el intérprete el que necesita disponer de esa claridad y no la Escritura. Calvino fue sin lugar a duda un humanista erudito, que aunque influido por Lutero, siguió siendo humanista también en su hermenéutica, y no sólo porque estuvo en constante discusión con otros humanistas como por ej. con Erasmo, sino también porque vinculó el trabajo interpretativo de la Escritura con el uso de las artes liberales. La comprensión del sentido de un texto es la misma, ya sea se trate de la Biblia o de Séneca. Por supuesto también fomentó la traducción de la Biblia en el idioma local, que en su caso era el francés, no obstante, estaba consciente que toda traducción es una interpretación, y por ello, siempre está situada entre el original y el exegeta. Es por esta razón que Calvino como predicador y exegeta siempre tomó como base el texto en hebreo o en griego. Según señala R. Ward Holder, no siempre se puede determinar con seguridad el texto en griego que utilizó, sin embargo, existe la certeza que posterior al año 1548 utilizó la edición de Erasmo impresa por Froben en Basilea y la edición del impresor parisiense Robert Stephanus.

Por tanto, a fin de resaltar la claridad de la Escritura, la interpretación misma debe tener perspicuitas, claridad. La opinión del autor, su mensaje, debe aparecer en el comentario con una "claridad diáfana“, necesitando para ello métodos exegéticos, a saber, la gramática y retórica. Los términos claridad y concisión se remiten incluso a la retórica antigua, no sólo de Séneca, sino que principalmente por ej. de Quintiliano, cuyo manual de retórica Calvino conocía a fondo, como también de Cicerón, Virgilio y Tácito. Sin embargo, también se remiten al mismo tiempo a la hermenéutica o retórica jurídica (Institutionis oratoriae libri, XXII), no sólo de la Antigüedad, sino también de la jurisprudencia contemporánea, la que Calvino se vio obligado a estudiar por presión de su padre. De ahí que Calvino rechazó los métodos exegéticos alegóricos de Orígenes o Agustín, porque consideraba que éstos oscurecen más bien el claro sentido literal de la Escritura, y para el Nuevo Testamento prefirió la interpretación de Crisóstomo de entre los Padres de la Iglesia.
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PANAMÁ: REALIZAN UNCIÓN DE ACEITES SOBRE BARRIOS PELIGROSOS A FIN DE QUE DISMINUYA EL DELITO
ALC Noticias, 16 de agosto

Ciudad de Panamá, viernes, 16 de agosto de 2013. Diferentes denominaciones eclesiales, juntamente con la Policía Nacional de Panamá, realizaron recientemente una unción de aceites, los cuales fueron lanzados desde el aire por un helicóptero de ese organismo, sobre los barrios de la parte oeste de esta capital, como aspiración a que disminuya el índice de delitos que ocurren aquí.

El Panamá oeste comprende los distritos de San Carlos, Chame, Capira y La Chorrera, las zonas de mayor nivel de violencia doméstica, pandillismo, delitos y crímenes que afectan al país, razón por la cual pastores de iglesias evangélicas, sacerdotes católicos y miembros de la comunidad se unieron en esta acción de llamamiento en la búsqueda de una mayor espiritualidad.

El pastor Napoleón Velásquez, presidente de la Alianza Evangélica de La Chorrera, expresó que la unción se realizó a petición de la Policía Nacional, la cual considera que la lucha contra los males de la sociedad panameña no puede llevarse a cabo sin la compañía de Dios.

Dicha unción con aceites también se realizó por mar y tierra, de manera simultánea, a fin de lograr mayor efectividad, según sus organizadores, como un llamado a la sociedad toda a inmunizarse contra la falta de paz con justicia en el país, cuando Dios ha llamado a la fraternidad humana y no a la violencia.
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PRESENTACIÓN DE LIBROS




La Biblia y la iconografía heterodoxa de Carlos Monsiváis, de Carlos Martínez García
Carlos Monsiváis: cuaderno de lectura, de Leopoldo Cervantes-Ortiz

Ambos editados por Casa Unida de Publicaciones (CUPSA).

Sábado 31 de agosto, 15.30 horas, librería Maranatha, Bolívar 8.

Actividades

CELEBRAMOS CON GRATITUD A DIOS EL VII ANIVERSARIO DEL CORO LAUDATE DOMINUM

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CULTO DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 20 de agosto, 19 hrs.
Modera: D.I. Odavia Palomino L.

Llamamiento: Salmo 123
Oración de ofrecimiento
Himno: “¡Majestad!” (235)
Momentos de oración
Lectura bíblica: II Reyes 13.14-25
Tema: Últimos días de Eliseo
Himno: “Busca primero el Reino de Dios” (517)
Ofertorio
Bendición pastoral

PROFETISMO: FUENTE Y ECO (I)
Pierre Gibert

En el momento en que se estabiliza la monarquía, al final del reinado de David y sobre todo bajo el de Salomón, se organiza una actividad Intelectual, ligada en gran parte al poder monárquico Dentro del marco de esta actividad, cercana al poder real, hay que colocar a los historiadores de los Anales de los reyes de Judá y de Israel al lado de los legistas y quizás de una clase sacerdotal organizadora del culto y creadora de textos litúrgicos.
Pero en la medida en que, en Israel, la religión no se confundió nunca por completo con el poder y persistía la conciencia de que era anterior a la nación y a la institución monárquica, se puede pensar que engendró una actividad intelectual distinta de la de la corte, pero también de la que podía ejercerse en el marco del sacerdocio oficial, aun estando vinculada al mismo.
De este modo, con toda probabilidad, unos sacerdotes, al margen y en función de su tarea, reflexionaban, intercambiaban sus Ideas y se comunicaban sus experiencias espirituales Se Iba formulando una Idea de Dios y de sus relaciones con Israel así como un juicio sobre las instituciones y las costumbres del pueblo, todo ello habría de desembocar en la redacción de textos tanto teológicos y espirituales como históricos. Y en la medida en que tomaban sus distancias frente a una institución monárquica que imponía una historia a su gusto y devoción, ellos podían recoger las viejas tradiciones del Génesis y del Éxodo, de las tribus de Canaán, y reconocer los vínculos que las unían con la historia reciente que se desarrollaba ante sus ojos Se iba llevando a cabo una síntesis, nacida de la idea de la primacía del pueblo sobre el rey, de las relaciones con Dios sobre las relaciones con la nación concebida como las demás naciones.
Fue de ellos de donde nació ciertamente la primera historia de Israel, una histona naturalmente crítica, que superaba tanto la leyenda heroica de los tiempos antiguos como la adulación de los anales cortesanos un Saúl maldecido por Dios y digno de lástima, un David indeciso y pecador, un Salomón débil y asesino, mezclados con otros rasgos más halagüeños, todo ello revela una independencia de espíritu que debía obedecer a exigencias más altas.
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES

25 – Día de la Biblia/ Clase unida: La Biblia en la vida cotidiana/ Día del Abuelo/a/ Testimonio de evangelización

Una humanidad nueva y digna, A.I. Lauro Adame Brito

18 de agosto de 2013

Marcos 3.1-12

La Palabra (Hispanoamérica)



1 Jesús entró otra vez en la sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano atrofiada, 2 y los que estaban buscando un motivo para acusar a Jesús se pusieron al acecho a ver si, a pesar de ser sábado, lo curaba. 3 Jesús dijo al hombre de la mano atrofiada: —Ponte ahí en medio. 4 Luego preguntó a los otros: —¿Qué es lo que se permite en sábado? ¿Hacer el bien o hacer el mal? ¿Salvar una vida o destruirla? Ellos callaron. 5 Al verlos tan obcecados, Jesús les echó una mirada, enojado y entristecido al mismo tiempo, y dijo al enfermo: —Extiende la mano. Él la extendió y la mano recuperó el movimiento. 6 Los fariseos, por su parte, y los del partido de Herodes, se reunieron, al salir, para tramar el modo de matar a Jesús.
7 Jesús se fue con sus discípulos a la orilla del lago y lo siguió una gran multitud de gente procedente de Galilea; 8 y también de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la orilla oriental del Jordán y de la región de Tiro y Sidón acudió a Jesús mucha gente que había oído hablar de todo lo que hacía. 9 Jesús mandó a sus discípulos que le preparasen una barca para que la multitud no lo aplastara. 10 Había curado a tantos, que todos los que tenían alguna enfermedad se echaban ahora sobre él para tocarlo. 11 Y hasta los espíritus impuros, al verlo, se arrojaban a sus pies, gritando: — ¡Tú eres el Hijo de Dios! 12 Pero Jesús les ordenaba severamente que no lo descubrieran.

Apocalipsis 1.9, L. Cervantes-O.

29 de agosto, 2021   Yo, Juan, soy su hermano en Cristo, pues ustedes y yo confiamos en él. Y por confiar en él, pertenezco al reino de Di...