HOY TENDREMOS LA SEGUNDA SESIÓN DE CAPACITACIÓN Y ACTUALIZACIÓN PARA DIÁCONOS/ISAS
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CULTO DE ORACIÓN Y
ESTUDIO
Martes 17 de febrero, 19 hrs.
Modera:
A.I. Angelita Martínez L.
Llamamiento: Miqueas
7.8-15
Oración de ofrecimiento
Himnos:
“¡Gloria, gloria, aleluya!” (5)
“Santo Espíritu, dirige” (272)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Oseas 3
Tema: El matrimonio de Oseas
Himno: “Vine a Cristo Jesús
y encontré” (311)
Ofertorio
Bendición pastoral
EL
MATRIMONIO DE OSEAS
Jesús
M. Asurmendi
C
|
uestión
célebre que hace tiempo obliga a cavilar a los exegetas. En efecto, no está bien
que un profeta del Señor se case con una prostituta (¿Y qué decir cuando ese
matrimonio se presenta como querido y ordenado por Dios mismo?). Las opiniones
sobre este asunto “escabroso” son abundantes. Los comentarios del libro de
Oseas hablan prolijamente del mismo Nos atendremos aquí a la visión que
actualmente parece más probable.
En primer
lugar, conviene señalar que hay dos relatos diferentes sobre el matrimonio de
Oseas: el de 1.2-9 es un relato biográfico, hecho por los discípulos del profeta,
del que se habla en tercera persona El texto se interesa por dos elementos: el
carácter de prostituida de la mujer tomada como esposa por el profeta y los hijos
nacidos de este matrimonio. Se da el nombre de la mujer y de su padre. Los
nombres dados a los hijos permiten formular amenazas contra Israel.
El segundo
relato se encuentra en 3.1-5: el profeta habla en primera persona. No da el
nombre de la mujer, pero indica el precio que pagó. Insiste en otro detalle de
la mujer: es adúltera. No aparecen los hijos. El acento se pone en el periodo
de continencia sexual que habrá de seguir a su reencuentro. El simbolismo recae
sobre este aspecto, así como en el amor del profeta a su mujer, “igual” al de Dios
por su pueblo.
Los problemas
planteados por este asunto son de varios tipos. En primer lugar, la realidad de
este matrimonio. Se habla a menudo de un matrimonio simbólico. Se trataría de
una especie de parábola, como pensaba san Jerónimo Pero casi todos aceptan hoy
la realidad del mismo por estas razones.
• La
expresión “tomar mujer” (laqah isha) (Os 1.2) es el término técnico en
el Antiguo Testamento para designar el matrimonio, no se ve por qué este término
va a tener aquí un valor “simbólico”.
• Si se
tratase de una parábola, y a fortiori
de una alegoría, no sería necesario dar el nombre de la mujer y de su padre, ni
decir exactamente cuánto había pagado el profeta por ella. Como estos elementos
no representan luego ninguna función, su única razón de ser es relatar unos
hechos.
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PRÓXIMAS
ACTIVIDADES
28 – Inicia campaña de limpieza
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