HOY SE LEVANTARÁ UNA ENCUESTA
SOBRE EL HORARIO DE CULTO DOMINICAL. ¡PARTICIPEMOS!
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CULTO
DE ORACIÓN Y ESTUDIO
Martes 28 de abril, 19 hrs.
Modera: Hna. Eunice Palomino L.
Llamamiento: Habacuc 3.1-13
Himno: “A Dios adorad” (76)
Oración de ofrecimiento
Himno: “Todos juntos reunidos” (408)
Momentos de oración
Lectura bíblica: Oseas 11
Tema: “De Egipto llamé a mi hijo…”
Himno:
“Dios os guarde en su santo amor” (448)
Ofertorio
Bendición pastoral
OSEAS 11
Jesús M.
Asurmendi
El v. 1 es muy célebre. Y
con razón. Se trata de una retrospectiva histórica en el marco de la primera
parte de la unidad, la requisitoria. En este versículo, el profeta sitúa el
encuentro entre Dios e Israel en Egipto. En Os 9.10 y 13.5, este primer
encuentro, la elección, tiene lugar en el desierto. La tradición de la elección
en Egipto se encuentra igualmente en Os 2.17 y 12.10. El profeta conoce las
tradiciones patriarcales, aunque no hable muy bien de ellas (Os 12.3-6, 13).
En
este texto, la elección se expresa por el verbo 'ahab (amar). Las tradiciones sobre la elección son muy variadas,
pero puede decirse que es Oseas el que emplea por primera vez este verbo para
expresar las relaciones entre Yhwh y su pueblo. El término tiene su origen en
el mundo de las relaciones humanas y más particularmente en el de las
relaciones entre el hombre y la mujer. Tiene una connotación muy clara de amor
sensual y hasta erótico. Esto explica probablemente su utilización tardía para
expresar las relaciones Dios-pueblo. Al utilizar este término, con unas
consonancias francamente afectivas, el profeta introduce así una nueva manera de
representar y de comprender las relaciones entre Yhwh y su pueblo.
Otro
elemento importante de este primer versículo es sin duda el término ben (“hiio”). Hasta Oseas, había sido utilizado
para designar la relación existente entre Yhwh y el rey (2 Sm 7.14; Sal 2,7),
siendo esta representación muy corriente en la ideología real del antiguo
oriente. Su aplicación a Israel considerado en su conjunto constituye una
novedad, ya que la imagen de la filiación divina pasa del monarca a la
colectividad. La representación de un pueblo como hijo de la divinidad es
desconocida en el antiguo oriente.
Otros
textos contemporáneos de Oseas y que pertenecen a las mismas corrientes teológicas
emplean igualmente esta imagen (Ex 4, 22.23). Todos estos textos pertenecen al
reino del norte. En efecto, hay que subrayar que la ampliación de la noción de
filiación divina al pueblo caracteriza solamente al reino del norte, mientras
que el reino del sur conserva la acepción primera del término ben y por tanto
la aplica solamente al personaje real. […]
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PRÓXIMAS ACTIVIDADES
Mayo: “Levántate, resplandece…”: Vengamos al encuentro con Dios
3 – Santa Cena / Consistorio
10 – Celebración del Día de las Madres
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